“Yo soy de Centroamérica, Costa Rica. Playa, montaña y sol. Donde están las mujeres más lindas. Playa, montaña y sol. Aquí no hay ejército ni terroristas. Playa, montaña y sol. Solo naturaleza para los turistas”.
¿Tarareó la tonada de la canción? Si es así, permítame decirle que usted es de los miles de ticos que se sienten identificados con esta pieza del artista nacional Gonín, que se volvió hace unos ocho años en una especie de himno no oficial de orgullo e identidad costarricense.
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Playa, montaña y sol, obra del alajueliteño Esteban Gómez (Gonín), ocupa un espacio privilegiado en el corazón de muchos costarricenses que hicieron suyo lo que dice la bailable canción como una manera de expresar el sentimiento de amor por la patria. Una emoción que se intensifica aún más cuando se acerca la celebración de nuestra Independencia, sentimiento que, como todo en la vida, ha mutado a nuevas expresiones.
¿Conoce usted las famosas gorras de #YoSoyTico o #YoSoyTica? Esas que han popularizado el hashtag que muchos costarricenses utilizan en las fotos que comparten en sus redes sociales desde diferentes partes del mundo, también son parte de esas características que hoy muchos ticos incorporan en sus expresiones de orgullo nacional.
¿Se pone usted una camiseta de La Sele cada vez que festejamos el 15 de setiembre... o el 25 de julio? Si su respuesta es afirmativa, usted también es parte de ese grupo que con el paso del tiempo han modificado la manera de mostrar el arraigo a la patria por medio de la ropa, siendo que “la roja” hoy parece tan tica como fueron en su momento los atuendos campesinos.
Las costumbres y las tradiciones evolucionan y con ellas las expresiones del orgullo nacional. No es que la gorra de #YoSoyTico le quitó el espacio al chonete, o que Playa, montaña y sol superó a La Patriótica Costarricense, sino que por diferentes factores se ponen en práctica nuevos hábitos de expresión nacional.
Expertos de distintos ámbitos consultados concuerdan en que la identificación nacionalista (el apego a la propia nación y a cuanto le pertenece) sigue siendo un tema muy importante para el costarricense, pero que con el tiempo cambia constantemente por influencia de movimientos y sociedades foráneas, así como por efectos de las tecnologías y comunicaciones.
La música
El cantautor Max Goldenberg, uno de los exponentes contemporáneos más importantes de la música tradicional tica, explicó que pese a que hay mucha oferta artística llegando de otros países, el tico sigue trabajando para que su obra mantenga esa identidad que la destaca entre todo lo que suena en radios y plataformas digitales.
“Es magnífico que las personas conserven sus raíces, que se identifiquen con lo que estamos haciendo en la música. Sí hay una bonita respuesta del público para escuchar lo que se hace en el país y para apoyar. No se ha perdido la proyección porque siempre hay quien se interesa por mantener nuestras costumbres vivas”, dijo Goldenberg.
“Ahora los músicos tienen muchísima mejor formación que antes que no estudiábamos música; actualmente los chiquillos tienen más herramientas para cultivarse y también les interesa lo criollo, lo nuestro. Por esta razón podemos decir que no se pierde la esencia, sino que en muchas situaciones ha mejorado lo que se produce, incluyendo nuevos sonidos y un lenguaje que es más cercano”, dijo Goldenberg.
Con él concuerda el rapero Gonín, quien explicó que Playa, montaña y sol nació por una especie de “mal de patria” que le dio mientras estuvo de viaje en otro país y no la pasó muy bien. “Tuve problemas con una novia que tenía y con su familia y todo el viaje fue una penitencia. Yo solo quería volver a Costa Rica y encontrar a un amigo o a un familiar que me entendiera. Cuando por fin pude llegar, escribí la canción porque realmente extrañaba estar en mi país. Fue como un desahogo para decir que los ticos son buenos”, explicó el artista.
La canción la escribió en el 2010, cuatro años antes de conquistara a toda una nación de la mano del fútbol.
Cuando la Selección Mayor clasificó al Mundial de Brasil 2014 todo fue una locura y ahí llegó el gran momento de la canción. Cuando los jugadores regresaron al país, tras amarrar el pase en Jamaica, en el aeropuerto varios de ellos interpretaron a todo pulmón, de modo espontáneo, la pieza de Gonín.
“Yo considero que al tico piso de tierra -por decirlo de una forma pachuca- le gusta mucho la cumbia y su sabor. También me han dicho muchos costarricenses que viven en el extranjero que la letra les provoca una mezcla de orgullo y alegría, así como sentimientos de amor al país. La canción tiene humor y eso es algo de lo que nos gusta mucho también”, explicó el cantautor sobre la fórmula del éxito de su obra, una fama que jamás esperó que le llegara.
El folclorista Carlos Acuña Zúñiga, de la Asociación Taller de Danza Folclórica Nahuatl de Santa Cruz, Guanacaste, expresó que la innovación es un camino correcto, pero que debe de mantener un equilibrio con las raíces.
“Se puede innovar y mantenerse dentro de la cultura. Por ejemplo, en el caso de la celebración de la Independencia, podemos proyectar en esa actividad canciones de música nacional en las bandas, que se ejecuten piezas modernas hechas aquí y otras más folclóricas con instrumentos que den tonalidades diferentes”, dijo.
“Los estudiantes, músicos y bailarines pueden aprender de nuestra cultura porque vamos a tocar canciones nuestras que tal vez los más jóvenes o los chicos no conocen tan bien, pero que el artista antes de proyectar requiere de una base y un fundamento histórico que, por ejemplo, le de a Caballito nicoyano un sonido más a marching band”, agregó el especialista.
Con respecto a la educación, tanto Goldenberg como Zúñiga están de acuerdo en que el trabajo de las autoridades de Gobierno y de los ministerios de Educación y Cultura es de suma importancia.
“Hace falta especialmente que los gobiernos reconozcan que la cultura es una cosa viva, que hay que financiarla. La cultura es básica para cada región, para cada sociedad; no puede ser que se hagan de la vista gorda porque la cultura es básica para que un pueblo progrese”, afirmó Goldenberg.
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“Se perdió un poco el norte porque se quiere innovar pero no hay claridad en la celebración que estamos desarrollando. Por ejemplo, hablemos de identidad, cultura y tradición que no precisamente deben de ser algo que se sienta obsoleto, sino que se le puede dar un nuevo respiro, integrando géneros dentro de la musicalización, pero hagámoslo con nuestra propia música”, agregó el folclorista.
La moda y su importancia
Otro tema muy llamativo en los cambios que han llegado con las nuevas generaciones cómo demostramos nuestro orgullo patrio por medio de nuestras prendas de vestir y accesorios, como las famosas gorras de #YoSoyTico o las camisetas de La Sele.
La moda no es algo antojadizo, todo lo contrario. El vestido no solo es una necesidad, sino que también responde a muchas otras aristas como la económica, la social y en este caso, la identificación; así lo explicó Ángela Hurtado, docente e investigadora de historia de la moda (Universidad de Costa Rica).
“Una de las funciones que tiene el vestido en las sociedades es demostrar la pertenencia a un grupo particular con el cual uno se quiera identificar. Es una razón humana porque cuando pertenezco a algo quiero demostrarlo visualmente. Es normal que se vayan cambiando esta forma de mostrar que pertenecemos porque uno podría ponerse el traje de campesina que tenemos como referente de la identidad y en el tiempo se mantiene una idea muy similar; sin embargo, como sociedad tendemos a cambiar y actualmente muy rápido.
”Pero hay otras maneras que empiezan a surgir que son importantes para las personas. La camiseta de La Sele resultó ser muy práctica porque es un tipo de ropa que se adapta mucho a la vida actual, ya que en vez de ir a la oficina con una enagua larga y chancletas, es más fácil ir con tenis blancas, jeans azul y la camiseta. La moda siempre responde a algo, en este caso a la practicidad y la comodidad”, explicó la experta.
José Carlos Chinchilla, sociólogo de la Universidad de Costa Rica y de la Universidad Nacional, reafirmó ese concepto de representación con el caso del fútbol. “Hay momentos en los cuales esa llamita que todavía tenemos de la Independencia y de que somos una sociedad de cultura compartida se presenta, por ejemplo, cuando un deportista logra un gran éxito o una persona o grupo logran un reconocimiento mundial. En el caso del fútbol, las hazañas de la Selección Nacional nos identifican y sentimos valor positivo de ser parte de esta sociedad”, aseveró.
Un caso muy particular es el que se ha dado con la marca #YoSoyTico que desde hace cinco años se convirtió en una identificación materializada de lo que representa para muchas personas el sentimiento de ser costarricense.
La idea surgió a partir del trabajo en equipo de René Picado Riba, director de TD Más; Gabriel Chacón, jefe de operaciones del canal, y Arturo Solís, de Zona Infinito Sports. La intención inicial fue reconocer el esfuerzo de un grupo de deportistas costarricenses que para esa época estaba comenzando a llevar al máximo sus carreras, entre ellos el ciclista extremo Kenneth Tencio.
“Se invitó a estos atletas a unas entrevistas al canal y se les obsequió una gorra con el hashtag. Eso causó mucha sensación en el medio y las personas empezaron a pedir la gorra porque se identificaban con las glorias de los deportistas. Para nosotros no es una gorra, es una identidad que se ha tomado, que se trasladó a un producto que detrás lleva un sentimiento muy fuerte”, explicó Solís.
El éxito de estos productos (porque evolucionaron de la gorra a ropa y accesorios) ha sido tal que hay historias de ticos que se gradúan en el extranjero y en a ceremonia lucen una gorra de estas para celebrar. Además, se han convertido en un muy conveniente regalo para costarricenses que residen en el extranjero, a quienes el #YoSoyTico incluso les puede resonar aún más.
Apatía, una gran amenaza
Aunque en situaciones de orgullo (glorias deportivas), de realización (fechas como la Independencia) e incluso en momentos complicados como una tragedia, el sentimiento de nacionalidad se ve mayormente expresado, el sociólogo Chinchilla destacó que hay una amenaza muy fuerte en el tico: la apatía.
“Cuando vino de visita el presidente John F. Kennedy o el papa Juan Pablo II, la gente frente a un dignatario como estos resalta lo que creemos que somos: un pueblo de paz, democrático, unido y libre con deseos de prosperar. Cuando se vino el conflicto contra Somoza en Nicaragua y hubo la posibilidad de una agresión contra el país, entonces se fortaleció el nacionalismo. Cuando jugó La Sele en 1990 en el Mundial, todos nos sentíamos muy costarricenses. Sin embargo, esto de la nacionalidad es cíclica, están los momentos de mayor identidad y los de menor identidad”, expresó.
Basado en un estudio que está realizando justamente sobre la Independencia, Chinchilla explicó que se ha venido dando una devaluación del significado que tiene la celebración del 15 de setiembre, ya que se ve como algo que ocurrió, un hecho histórico que no tiene más vigencia que una anécdota.
“Eso hace que ni los medios, ni la gente en general le den la relevancia que tiene el tema de la Independencia, sobre todo en tiempos de globalización cuando deberíamos tener una identidad fuerte para podernos insertar en el mundo con un yo colectivo, una solvencia de que podemos pertenecer sin perder lo mejor que tenemos”, explicó.
Chinchilla comentó que el tico ve la Independencia como algo lejano y que no se extiende permanentemente en la toma de decisiones de importancia para el país ,como ser carbono neutral o la discusión acerca de la explotación petrolera. “Vemos la Independencia como una actividad a la cual ir, como un recordatorio, una fiesta de un solo día, un momento en el cual podemos vestirnos de blanco, rojo y azul”, dijo.
Aquí vuelve a relucir el tema educativo que antes habían comentado el músico Goldenberg y el folclorista Zúñiga. El sociólogo afirmó que desde las escuelas y colegios se ha logrado transmitir una idea de independencia que existe desde los momentos históricos en que se logra, pero que debe de ser una lucha continua para que los empresarios tengan mejores posibilidades de producir, para que los niños y jóvenes cuenten con acceso a mejor educación, por la lucha de los derechos civiles de las mujeres y que los grupos étnicos no sean discriminados.
“Somos objeto de una sociedad de masa donde uno de los elementos de la globalización es precisamente tratar de extinguir todo residuo de identidad nacional, pues pareciera un obstáculo a la globalización. Desde mi punto de vista es un derecho de los pueblos integrarnos a la globalización sin perder nuestra identidad. Aquí es donde falta una mayor visión educativa, es aquí donde tenemos que entender que la Independencia no es aquello, sino que la Independencia es hoy”, concluyó.
Con chonete, con enagua típica, con chanceltas, la camiseta de la Sele o una gorra de #YoSoyTico; no importa: lo que cuenta es seguir promoviendo ese sentir de orgullo nacional y recordar que la Independencia no solo es una fecha histórica ni un feriado.