El último registro del Ministerio de Salud habla de 49.089 enfermos en el 2013; 148 de ellos graves y un muerto oficialmente confirmado. Estos son los números del dengue, en un año que rompió el récord histórico .
Antes, el 2005 ostentaba ese triste honor con 37.798 enfermos y dos defunciones.
Los encargados del Ministerio de Salud dicen que era de preveer, pues en el territorio nacional circulan tres de los cuatro serotipos del virus (1, 2 y 3) y esto eleva la susceptibilidad de la población, acostumbrada a oír de la enfermedad desde hace 20 años.
Pero lo cierto del caso es que a todos, incluyendo al Ministerio de Salud, le cogió tarde para iniciar acciones capaces de prevenir y contener semejante oleada de enfermos.
Apenas empezando el verano, el número de enfermos empezó a experimentar un cambio inusual. “Dengue, ¿en verano?”, era la pregunta que todos se hacían.
Los números siguieron creciendo, en especial en Puntarenas y Guanacaste, las dos provincias más afectadas hasta hoy.
No fue sino hasta mediados de año cuando las autoridades de Salud admitieron que se estaba a las puertas de una de las epidemias más fuertes en todo este tiempo.
Desprevenidos
El dengue es un viejo conocido en el país. Ingresó hace dos décadas, por barco, entre las llantas viejas de contenedores.
De ahí, empezó a esparcirse por las costas hasta alcanzar alturas jamás imaginadas. En la actualidad, hay casos en todo el Valle Central, en poblaciones que, como Tibás, Pavas y Coronado, están por encima de los 1.300 metros sobre el nivel del mar.
Este año, a su variedad más seria se le empezó a llamar dengue grave (antes, se le decía dengue hemorrágico). Claro, este 2013 no supera en número de casos graves al 2007, cuando hubo 318 enfermos y ocho muertes.
El dengue es un virus que no se transmite de persona a persona. Su mecanismo de contagio es a través de la picadura del zancudo hembra Aedes aegypti.
Cuando el virus ingresa al torrente sanguíneo, en cuestión de una semana ya está causando un cuadro severo de fiebre, dolor corporal (se le ha llegado a confundir con la llamada gripe quiebrahuesos ), y hasta diarrea.
Lo peor de todo esto es que la población está muy enterada sobre las características de la enfermedad y sabe cómo prevenir el contagio... pero no hace nada.
En Salud Pública a esto se le llama tener el conocimiento, pero no la capacidad para desarrollar la práctica de hábitos saludables y, mucho menos, la actitud para prevenir las enfermedades.
La lucha, ahora, es evitar que la historia se repita el próximo año. Hasta setiembre, la atención de enfermos acumulaba ¢5.000 millones . Cantidad que, al día de hoy, probablemente sea varios miles de millones más alta.
Por ahora, el Ministerio de Salud promete tomar acciones a partir de la temporada veraniega para evitar que el 2014 supere enc asos y costos a este año-récord que está a punto de finalizar.