El caricaturista Arcadio Esquivel ha reflejado con fisga y humor la crítica social y política, así como el pensamiento de muchos compatriotas respecto a la realidad de Costa Rica. Con sus trazos y mensajes sencillos y directos, el dibujante se convirtió en un referente del arte de la caricatura con sello tico.
Sus dibujos, centrados principalmente en la idea del minimalismo, dicen mucho con poco: ese es su secreto.
Pero no solo Costa Rica ha sido testigo de las obras de Esquivel, pues otros países del mundo también han disfrutado de sus creaciones durante décadas, como sucede con su tira Wences, que refleja la vida de una pandilla de niños quienes, entre risas y analogías infantiles, analizan la vida.
Arcadio es uno de los autores más respetados de la caricatura nacional. En más de 40 años de labor, su trabajo ha sido objeto de estudio en clases de arte y reconocido con premios nacionales e internacionales.
Comenzó a dibujar en 1979 y su primera tira se publicó en el desaparecido periódico La Verdad. Recuerda que su primer trabajo fue una caricatura en contra del presidente Rodrigo Carazo.
Gracias a esa publicación, se sintió más interesado en el dibujo. Se graduó como dibujante humorístico en la escuela CEAC de España y logró conseguir un puesto como dibujante en el diario La Extra, en 1980. Ahí publicaba tiras diarias y semanales que trataban sobre política y deportes, los temas que más relevancia tenían para ese medio.
“Los personajes eran diferentes; yo estaba empezando a dibujar caricaturas editoriales. Eran absolutamente espontáneas, me inventaba un personaje hoy y pasado mañana otro”, recordó el artista de tiene 64 años, quien está casado y tiene tres hijos.
Nunca me sentí obligado a publicar algo, si no había consenso, no se publicaba y al otro día buscaba algo más que presentar”
— Arcadio Esquivel, sobre su paso por 'La Nación'
Un par de años después pasó a trabajar en La Prensa Libre, y en 1986 ingresó a La Nación. “En La Prensa ilustraba deportes, en La Nación tocaba más el tema político con diferentes personajes inventados para el momento”, dijo.
En La Nación, con su espacio Línea crítica de Arcadio, todos los días revisaba el periódico para empaparse de las noticias de actualidad, también veía noticiarios y con la ayuda de los periodistas se apoyaba para crear las caricaturas. Además, los comentarios de la gente de la calle, sus amigos y familiares sumaban insumos.
De su paso por La Nación, donde estuvo hasta el 2001, recordó que nunca hubo conflicto de intereses ni censura por alguna publicación, excepto una vez que la Iglesia Católica se manifestó en contra de unas caricaturas que había realizado sobre el arzobispo Román Arrieta, pero las quejas no pasaron a más.
“Siempre hubo una conversación constante. No voy a negar que uno tiene ideas sobre lo que pasa que pueden o no acercarse a la línea editorial, pero no sucedía mucho. Si había algo que se distanciara conversaba con el jefe editorial que en ese momento era don Julio Rodríguez”, explicó.
Y agregó: “Nunca me sentí obligado a publicar algo, si no había consenso, no se publicaba y al otro día buscaba algo más que presentar”.
Su trabajo como caricaturista lo ha combinado con sus profesiones de diseño publicitario, una licenciatura en diseño comercial y una maestría en escritura creativa.
El sello de Arcadio en el mundo
Poco tiempo después de su llegada a La Nación, Arcadio firmó un contrato con la agencia norteamericana Cartoonists and Writers, donde enviaba sus caricaturas para formar parte de un catálogo que se distribuía a diferentes medios de Estados Unidos.
Cuando salió del periódico, ya tenía un amplio currículum de publicaciones de temas internacionales que se podían ver en medios y páginas extranjeras.
Otro de sus grandes logros fuera del país es su vinculación a la revista francesa Courrier International, con la que trabaja desde el 2000.
“Ya la caricatura no es lo que era, en Francia al menos les llaman ilustraciones. Al trabajar con grandes agencias me di cuenta de que era mejor para mí así porque tienen un sistema muy diferente. En un periódico lo hacía para ilustrar un artículo o un editorial, en las agencias yo elegía el tema de actualidad y ellas se encargaban de distribuir el trabajo esperando la respuesta de los intereses de los medios”, afirmó.
Para alimentar su creatividad y producción, Arcadio se informa todos los días sobre lo que ocurre en el mundo gracias a medios internacionales o agencias de noticias confiables. Lee y ve artículos, noticias y entrevistas de Courrier, BBC Mundo, CNN y periódicos como La Vanguardia y El País. Procura mantener una producción de al menos 20 caricaturas al mes.
Pero, ¿cómo lograr que su mensaje se pueda apreciar en cualquier parte del mundo? El sello de Arcadio es fundamental: cada caricatura es absolutamente gráfica, pocas veces llevan texto y siempre juega con la simbología universal para que se puedan entender en diferentes idiomas y contextos.
“El mensaje es claro, aunque entiendo que hay varias interpretaciones, pero todas giran en torno al tema central que propongo”, aseveró.
Un ejemplo es que si quiere hablar del desplome del colón con respecto al dólar, él utilizaría un globo con el signo del dólar mientras se va elevando hacia el cielo y una mano tratando de alcanzarlo. “Dependiendo de la disposición de la simbología, ella dirá lo que tenga que decir”, explicó.
Lo que enseño es un punto de vista humanista de lo que es un caricaturista. Entre mis alumnos tengo a personas que van a ser arquitectos o doctores”
— Arcadio Esquivel sobre la docencia en la UCR
Actualmente, el catálogo de caricaturas e ilustraciones de Arcadio se distribuye a través de Cartoonists and Writers de Nueva York, Cagle Cartoons de Los Ángeles y la francesa Courrier.
De sus colaboraciones con estas agencias se ha beneficiado en diferentes momentos. Gracias a su vínculo con Cartoonists and Writers logró ubicar sus creaciones en la empresa Go Comics, una de las más grandes en la distribución de historietas en el mundo y que maneja títulos como Garfield, Charlie Brown, Justo y Franco o Calvin and Hobbes. También sus caricaturas son parte del catálogo de Cagle Cartoons que hace un año se alió con Cartoon Stock de Londres, Inglaterra, y con ellos envía caricaturas a diferentes revistas y periódicos.
Solo en Courrier tiene un álbum con 6493 dibujos suyos. “Para mí ha sido un gran mercado. Hace muchos años les hablaba a mis alumnos de esas agencias sin saber que luego yo iba a publicar en ellas”, dijo todavía con asombro.
En su paso internacional, las caricaturas del costarricense se han publicado en títulos como la revista neoyorquina Newsweek, el diario The Washington Post, e incluso en varios medios europeos. En América Latina, aseguró, son pocas las publicaciones pero aún así su firma ha estado en periódicos de Brasil, Ecuador y Chile, principalmente en secciones de política.
Arcadio y un legado para la caricatura costarricense
El trabajo de Arcadio se ha visto influenciado por muchos otros artistas a los que admira y respeta, como el caricaturista costarricense Hugo Díaz, cuya obra también estuvo enfocada en la crítica social.
Gracias a sus relaciones internacionales, Esquivel aprecia las obras del australiano Alan Moir, así como del cubano Ángel Boligán o el estadounidense Daryl Cagle.
Con influencias nacionales y extranjeras, pero con un estilo propio muy definido, Arcadio se define como minimalista: opina que el mensaje es más directo para la interpretación. “Con poco se tiene que expresar mucho, hay que resumir hasta donde se pueda”, afirmó.
Más allá de su obra gráfica publicada, Arcadio también se ha dedicado a compartir sus experiencias y conocimientos en las aulas. Desde 1986 es profesor del taller de caricatura en la Escuela de Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica, una responsabilidad muy grande para él y su trayectoria.
“Lo que enseño es un punto de vista humanista de lo que es un caricaturista. Entre mis alumnos tengo a personas que van a ser arquitectos o doctores”, comentó.
Sin embargo, gracias a sus clases muchos estudiantes han optado por una carrera artística y se han inscrito a cursos de artes plásticas. “Eso me hace sentir muy realizado porque me doy cuenta de que este pequeño curso ha calado en muchos”, dijo.
Actualmente, el catálogo de caricaturas e ilustraciones de Arcadio se distribuye a través de Cartoonists and Writers de Nueva York, Cagle Cartoons de Los Ángeles y la francesa Courrier.
La educación es una espinita muy fuerte en Arcadio, tanto que además de los salones de clases, también lleva su experiencia a la televisión para compartir sus conocimientos con un público más amplio. En canal 13 se transmite el programa El mundo de Arcadio, en el cual el artista enseña a pintar y a dibujar. Este espacio se da los martes y jueves (4 p. m. ) y los sábados (7 a. m.).
“Mi carrera la he dedicado a la caricatura, el arte en cuadros y pinturas y a la docencia. No es estática, sino de mucha acción en diferentes campos”, manifestó. Además, hay que sumarle a su hoja de vida que está terminando de escribir una novela autobiográfica sobre su vida y la de uno de sus hermanos, quien fue sometido a siete exorcismos.
“Fue una experiencia horrorosa que sufrimos al menos durante una década. Logré reunir información con mis otros hermanos, porque había mucho que yo no recordaba. En la novela narro las situaciones que vivimos, las noches seguidas en que no dormíamos”, contó.
El trabajo de Arcadio ha sido reconocido con varios premios internacionales como el SIP-Pedro Joaquín Chamorro (Colombia, 1985), Premio Único Deporte Humorismo (Puerto Rico, 1988) y la Medalla de Plata del Club Primera Plana por sus aportes a la paz a través de la caricatura (México, 1988).
Además, algunas de sus obras pertenecen a las colecciones permanentes de museos en Estados Unidos, Francia, Perú, Turquía y Alemania.
Wences, el hijo de Arcadio que no crece
Wences, la tira cómica por excelencia de Arcadio, nació en las aulas de la Universidad de Costa Rica. La idea del profesor era realizar tiras para que sus estudiantes las analizaran, pero en ese momento se dio cuenta de que no había una hecha por un costarricense, así que se dio a la tarea de crearla.
Junto a Wences también llevaba las creaciones de otros dos colegas, pero con el tiempo ellos se retiraron; sin embargo, Wences tenía mucho por decir. De eso hace ya 22 años.
Actualmente, la historieta del niño y sus amigos se publica en Nueva Zelanda, Irán, Noruega, Brasil, Alemania, Lituania, Estados Unidos, Corea del Sur, así como en un un periódico de Curridabat, aseguró el artista.
Tanto sobre Wences, al que le tiene un cariño muy especial, como sobre sus otras creaciones a lo largo de toda la vida, Arcadio siente un agradecimiento muy grande, ya que ha logrado plasmar su nombre y su obra no solo en nuestro país, sino en el resto del mundo, en lugares que jamás se imaginó publicar.
“De no ser por la caricatura, nada de esto hubiera pasado. Mi familia, mi hogar, todo lo que tengo es gracias al arte”, sentenció.