Saprissa puede darse el lujo de decir que es el único equipo de Centroamérica que ha sentido qué es estar en un Mundial de Clubes.
Los morados sacan pecho de su máximo logro a nivel internacional, con justa razón, pues a nivel de clubes es lo más grande que se ha vivido en Costa Rica.
“Debe ser el primer lugar en la vitrina de la historia en el Saprissa”, considera José Francisco Porras, portero morado en el 2005.
Saprissa realizó la proeza de eliminar a Monterrey y Pumas de México en los estadios mexicanos, para así sellar su pase a algo inédito e irrepetible hasta el momento: un mundial de Clubes.
La Nación estuvo muy de cerca con los morados, pese a la distancia y diferencia horaria con Japón.
Eliseo Quesada, hoy editor de deportes, viajó a Japón para estar en el logro más importante hasta el momento de los clubes del país.
“Era todo un reto enviar noticias que mantuvieran vigencia, porque nuestro cierre se producía cuando en Japón la tarde apenas comenzaba”, dijo Quesada.
El 12 de diciembre de 2005, los tibaseños saltaron a la cancha del estadio Toyota para medirse a un desconocido Sydney de Australia, a quien vencerían con gol de Christian Bolaños.
“Cuando hice el gol estaba muy contento, pero cuando volví a ver al cielo dedicándoselo a mi papá me desconecté, tenía que desahogarme”, dijo Bolaños, quien meses antes sufrió la muerte de su padre.
Los morados avanzaron a semifinales, donde enfrentaron al Liverpool de Inglaterra, pero tenían la convicción de ganar.
“Hernán Medford nos hizo ver que podíamos hacerles daño”, comentó el volante Randall Azofeifa.
Los ingleses se dejaron el pase a la final con dos goles de Petr Crouch y uno del volante Steven Gerrard.
Después de esa derrota, el mensaje de Hernán Medford fue muy claro: “Vamos por el tercer lugar”.
El 18 de diciembre, Saprissa gestaría quizá su momento más glorioso, al vencer al Al-Ittihad de Arabia Saudita por 3-2. Los tantos morados fueron un doblete de Álvaro Saborío y un gran balazo de Rónald Gómez.