En la madrugada del 9 de enero del 2012, Costa Rica vivió un evento que aún persiste en la memoria colectiva como un verdadero enigma. Un potente estruendo, acompañado por reportes de luces, se escuchó durante varios minutos en diversas regiones del país, generando desconcierto entre la población y capturando la atención de los medios y las redes sociales bajo el hashtag #ruidocr.
Aunque se exploraron múltiples hipótesis –desde movimientos sísmicos hasta fenómenos climáticos y actividades humanas como los juegos de pólvora–, ninguna logró explicar de forma concluyente el origen del sonido. Las autoridades y expertos en sismología, meteorología e incluso aeronáutica descartaron las posibilidades más comunes, dejando el fenómeno sin una explicación oficial.
Hoy, en el 2025, recordamos este episodio como un ejemplo de los misterios que, a pesar del avance de la ciencia, aún desafían nuestra comprensión. A continuación, rescatamos el texto original de La Nación que documentó este fenómeno en su momento, elaborado el 10 de enero del 2012 por la periodista Hulda Miranda, con la colaboración de Patricio Altamirano.
Sonido fuerte y extraño intrigó a costarricenses
Estruendo se oyó durante la madrugada de ayer en San José y alrededores
Un extraño y fuerte estruendo que se escuchó ayer en la madrugada en San José y alrededores intrigó a los costarricenses y dejó con dudas a los expertos. Las especulaciones sobre el origen del ruido –que duró unos cinco minutos–, abundaron ayer en las redes sociales de Internet, pero eran escasas las versiones entre científicos y autoridades.
Ni movimientos telúricos, ni fenómenos climatológicos, ni mucho menos aviones supersónicos... Cada una de esas “hipótesis” fue descartada por las autoridades como la causa de los estallidos.
Los testimonios de quienes dijeron haberlo escuchado y sentido, e incluso haber visto luces, llegaron desde cantones como Coronado, Heredia, Desamparados, Escazú, Cartago, San Ramón, Turrialba y hasta de Pérez Zeledón (zona sur). Ayer, al cierre de la edición, la creencia más fuerte apuntaba a que el ruido lo produjo el tradicional juego de pólvora con que culminaron las fiestas de Zapote, aunque no todos estaban de acuerdo.
Para quienes pensaron que se debió a algún fenómeno del clima, el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) aclaró que no hubo ninguna condición anormal. “Hay unos fenómenos que se llaman turbonadas, que es cuando hay una tormenta extrema, pero el sonido es como de un relámpago, y las condiciones que hay de cielo despejado con Luna llena no son para que se dé algo así”, expuso Mario Sánchez, vocero del IMN. Las imágenes de satélite del Instituto así lo respaldaron.
¿La tierra moviéndose? Tampoco, de acuerdo con el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori). “Nosotros no tenemos registro de un sismo o algo que lo haya ocasionado. En otros años tuvimos unos sonidos similares por la entrada de transbordadores espaciales. Esta vez no fue eso, pero pudo haber sido un avión de tipo supersónico o militar”, dijo Juan Segura, director del Ovsicori. Sin embargo, la oficina de prensa de Aviación Civil comunicó que ni la torre de control del aeropuerto Juan Santamaría ni los radares registraron alguna entrada de aeronave que generara ese efecto. Lo único cierto es, según quienes lo oyeron, que el sonido era muy similar al de una explosión.
¿Despedida de Zapote?
Justo cuando ese ruido alertó a los ticos, alrededor de las 12:30 a. m. de ayer, estallaron los últimos juegos de pólvora en Zapote. Sin embargo, Rafael Arias, asesor de la Municipalidad de San José y supervisor de las fiestas, descartó que esa fuera la causa del estallido. “Ciertamente en Zapote hubo fuegos artificiales en la noche, pero no fue ese el ruido que la gente oyó, porque no solamente lo oyeron en Zapote y en Desamparados, sino también en San Joaquín de Flores y en varias partes del país”, resaltó el funcionario.
Hubo otras personas que utilizaron pólvora sin permiso, pero el sonido tampoco fue tan fuerte, añadió Arias.
Mientras, Carlos Villavicencio, dueño de la empresa Cavica, encargada del juego de pólvora, cree que sí pudo ser por las bombetas. “En el contrato nos pidieron que para el cierre se utilizaran 150 ‘bombetas de turno’, que hacen mucho ruido. Como a esa hora casi no hay vehículos, el sonido se puede percibir hasta cuatro veces más”, aseveró Villavicencio. El empresario consideró que la bulla podría haberse oído en Heredia, pero no en cantones tan lejanos como Turrialba.
Rodrigo Carboni, director de la Escuela de Física que la Universidad de Costa Rica (UCR), declaró que era necesaria la energía como la que genera un volcán para producir ese sonido.
Mientras, Fabio Antonio Chaves, vecino de Zapote, está convencido de que el ruido sí nació allí. “A mi carro incluso se le activó la alarma. Fue muy fuerte y se iluminaba un montón. En 10 años que tengo de vivir aquí no había visto algo así”, afirmó.
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