Esta es una historia real: la noche del 13 de noviembre de 1974, en Nueva York, Ronald DeFeo Jr. decidió coger su rifle, caminar en medio de la penumbra y asesinar a toda su familia mientras dormían.
Fue un caso espantoso que el cine no podía dejar pasar. La pantalla grande lo ha registrado en más de una veintena de ocasiones y más recientemente lo revivió en la película Amityville: el origen de la maldición (2018), en estreno este fin de semana en los cines ticos.
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Pero aunque suene extraño, el macabro crimen es lo de menos en la nueva cinta. Daniel Farrands –director del filme– hace hincapié no tanto en los disparos asesinos sino en las razones que llevaron a DeFeo a ejecutarlos.
¿Será cierto que unas extrañas voces lo empujaron a hacerlo?
Pues eso fue lo que alegó DeFeo en el juicio y esta película, en su desgarradora ficción, pretende demostrar que todo fue cierto.
En el filme "Daniel Farrands nos muestra como DeFeo pasó de ser un joven maltratado y menospreciado por su padre (Paul Ben-Victor), a convertirse gradualmente en un asesino en serie, debido a unas fuerzas sobrenaturales que habitan en su casa y que fueron invocadas a manera de juego por él y su hermana Dawn (Chelsea Ricketts)”, explicó André Didyme-Dôme, comentarista especializado en cine.
A partir de ese momento, DeFeo pierde el control de su voluntad y los demonios comienzan a actuar por él. La sangre, inevitablemente, comenzará a correr.
Amityville: el origen de la maldición es la vigésimo cuarta cinta basada en tan sonada masacre y lamentablemente la cinta no ha tenido buena crítica. Para Los Angeles Times el enfoque elegido por Farrands tenía potencial, pero resultó siendo “una oportunidad perdida”.