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Emprender no siempre es fácil, menos cuando se tiene más de 50 años y se creía que todo el futuro estaba resuelto. Esa fue la experiencia que tuvo Álvaro Jirón García, un colchonero experto, quien “se vio obligado” a salir de la empresa en la que trabajó por casi 30 años tras el fallecimiento de su padre y, a partir de allí, empezar a construir nuevamente la vida que hasta entonces le había entregado al mundo de los colchones.
“Con 53 años lo más difícil es cuando, en buena teoría, uno daba por sentado que la vida estaba hecha, que iba a vivir más tranquilo, que el trabajo de más de 30 iba a rendir frutos… pero de un momento a otro te ves en la calle y decís: ‘tengo que arrancar de cero’”, contó.
A la hora de retirarse de su antiguo puesto Álvaro no tenía liquidez alguna, por lo cual empezó a trabajar en un negocio que vendía máquinas para colchoneros a nivel latinoamericano y, aunque disfrutaba lo que hacía, sabía que faltaba la dosis de colchones con la que se inyectó toda su vida.
La salud de este hombre empezó a quebrantarse e incluso llegó a deprimirse; acorralados por esas circunstancias, Trilce Jirón Garro, su hija mayor, le propuso que emprendieran un negocio relacionado con colchones. Así nació La Repa de Sueños, empresa enfocada en reparar, modificar, personalizar y crear colchones.
Con la ilusión de emprender, Álvaro y Trilce tocaron puertas de la banca estatal y privada para conseguir un préstamo que fue negado.
“Han promovido el tema de pymes y de ayuda al emprendedor, pero lo cierto es que llegamos y me cerraron las puertas porque como tengo acciones en otra empresa, entonces no me consideran como pyme ni aplico para banca del desarrollo, a pesar de no recibir ingresos de ellas”, contó Álvaro.
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Aún con el panorama empañado, la familia ideó la manera de empezar con el nuevo negocio y, como muchos costarricenses, sacrificaron lo necesario para aventurarse y concretar la creación de la nueva compañía.
Empezaron por hipotecar su casa; Emilia Garro, esposa de Álvaro y madre de Trilce, vendió su carro, adquirió uno más modesto y así lograron tener el camión que hoy transporta los colchones que llegan o se despachan de La Repa de Sueños.
“Emocionalmente ha sido complicado. Fue arrancarnos del lugar en el que crecimos, de donde nos veíamos toda nuestra vida. La parte de encontrar la plata fue difícil. Salimos limpios, pero no nos quedamos esperando. Se sacrificó lo que se tenía que sacrificar”, dijo Trilce.
Para Álvaro lo complejo fue tener que “empezar de cero” a su edad; el temor llegó, pero también la seguridad de que tenía experiencia, contactos y una gran red de apoyo. Proveedores nacionales e internacionales les abrieron líneas de crédito.
Aventura de emprender juntos
En palabras de Álvaro Jirón emprender junto a su hija ha sido una de “las mejores experiencias de su vida”.
“Uno como padre siempre ve a los hijos como los pollitos. Siempre dice que los hijos nunca dejarán de ser bebés. Entrar en esta empresa, ver el desenvolvimiento, crecimiento, desarrollo como persona y profesional de mi hija ha sido algo que como padre me enorgullece. Aparte de eso da la sensación de que algo hicimos medio bien”.
Contar con el apoyo de su esposa, quien se encarga de administrar el departamento de servicio al cliente, y de su hijo Álvaro, de 22 años y quien apoya en la parte de facturación y proveeduría, ha sido gratificante. Su hijo inclusive, recién graduado de animación digital, abandonó temporalmente su crecimiento profesional en el ámbito para ayudar a su familia.
“Obviamente al incorporar al resto de la familia, compartir tanto tiempo juntos, tiempo que por mi trabajo anterior no se podía compartir de la misma manera ha sido enriquecedor. Por primera vez en 30 años puedo pasar una tarde con mi esposa”, contó Álvaro.
Trilce, quien es diseñadora industrial, pero que en su vida profesional ejerce como programadora y mercadóloga, dice que parte del logro de trabajar hombro a hombro con su papá ha sido porque desde que ella tenía 18 años siempre lo apoyó en la otra empresa, así que ya pasaron por el proceso de “agarronazos” y de discusiones por diferencias generacionales.
“A la hora de empezar es fundamental asegurar 100% de que se iba a respetar lo que hacía cada uno. Ya sabemos la experiencia que tiene cada uno en áreas específicas”, cuenta entusiasta.
En el proceso de emprender, padre e hija han recibido un inmenso apoyo de amigos cercanos, quienes les han brindado ayuda “a ojos cerrados” y ello ha impulsado el joven negocio.
La parte de creación de campañas, artes, página web, chabots, innovación, y diseño gráfico salen de una agencia de mercadeo que creó Trilce, TBS Marketing, con certificaciones internacionales y en la que se apoya La Repa de Sueños.
“La mejor decisión fue fundar hace un par de años un grupo de empresarios jóvenes, ellos son parte de familias empresarias como yo, por lo cual a pesar de estar distanciados por lo ajetreado del panorama económico nos hablamos de nuevas tecnologías, nos apoyamos...
"Yo les conté que buscaba una bodega y apareció esta (en Zapote) gracias a la familia Mora. Publiex nos ayudó con vallas publicitarias. Simply Perfect nos ayudó con la organización del evento. DMX producciones, Didier Fernández en Relaciones Públicas, Choché Romano quien es un amigo incondicional de la familia... Tenemos mucho agradecimiento. Esto no sería ni la mitad de lo que es hoy (sin el apoyo de amigos).
"Lo más importante que me enseño mi papá es que uno no hace negocios, hace familia. Vamos más allá de relación comercial. Nunca esperamos nada a cambio de nuestra amistad, pero me cambió la vida percibir este apoyo de vuelta por ella”, cuenta Trilce.
Álvaro agrega: “Yo llamé a Édgar Silva y le dije que necesitaba ayuda con un maestro de ceremonias (para inaugurar La Repa de Sueños) y él no me cobró, solamente me preguntó el día y la hora para llegar”.
Siete meses después de inaugurar, la familia Jirón Garro celebra que hoy están más de un 20% por encima de las proyecciones que se plantearon.
“Semana antes de cumplir seis meses llegamos a la boleta de reparación número 1000 de una empresa nueva en concepto que nadie había usado en el país”, contó Álvaro. Trilce añadió que casi alcanzan los 11.000 seguidores, en su mayoría orgánicos, en Facebook. Además, 60 recomendaciones en su Facebook agradecen la atención personal que brinda don Álvaro, educando al consumidor para que ‘no le metan gato por liebre”, incluso, han tenido casos de clientes que hacen siestas en sus instalaciones para probar productos.
Inspiración para otros
Puede sonar trillado o cliché, dice Álvaro, sin embargo, tiene la convicción de que “uno se arruina en el momento en el que se da por vencido”.
“Uno muchas veces siente que es el fin del mundo. Uno dice: ‘qué putas voy a hacer ahora’. Una cuestión que me ha inspirado es un verso de Isaac Felipe Azofeifa que está en la entrada del edificio del INS que dice, entre otras cosas, que ‘nunca está más oscuro que cuando va a amanecer’”, afirma Álvaro, quien agrega que generalmente la solución a cualquier problema “siempre es la más básica”.
En su caso, Trilce le recomienda a todas aquellas personas que quieran empezar “de cero” que hagan recuento de sus habilidades, que se pregunten cómo pueden mejorar la vida de los demás.
“Preguntarse qué puede hacer uno por el planeta, algo que te haga sentir orgulloso. Una cosa es emprender, pero otra es estar convencido del cambio que querés hacer para ayudar a otros (La Repa de Sueños nace con el ideal de reparar en lugar de reemplazar y así evitar la contaminación que producen los colchones desechados cada año, descartando adecuadamente los residuos generados)”, dice Trilce.
A siete meses de operación esta familia ya cuenta con su propia línea de colchones llamada Dorma, la cual permite a los compradores adquirir su colchón con 100 noches de prueba, beneficio único en el país. Además, visualizan tener una reparadora en cada cabecera de provincia y además, educar a la población acerca de todo lo relacionado con colchones, porque no siempre lo más barato, o incluso, lo exageradamente costoso, es lo mejor. Cada cuerpo tiene necesidades diferentes, sentencian.