“Soy un privilegiado, eso lo resume todo, en una sola palabra”, expresó emocionado Esteban Porras, sin dejar de pensar en su hijo no nacido y el momento maravilloso de tenerlo por fin en brazos.
No es para menos. Además de vivir con intensidad la llegada de su primer retoño, este costarricense se siente único entre varias generaciones de varones. Cuando su hijo nazca -a finales de diciembre-, lo gozará al máximo, pues no tendrá que lidiar con la tristeza de dejarlo en casa apenas pase el parto y volver a la rutina laboral como si nada hubiera pasado.
Además, Porras no se perderá las gracias de su bebé recién nacido, ni tampoco le inquietará saber quién va a apoyar en su esposa con las exigencias propias de una criatura indefensa y sus primeros meses de lactancia.
Nada. Porras -quien tiene 35 años de edad y es médico de profesión-, solo se concentrará en ‘chinear’ a su hijo Adrián, trabajar de lleno en las tareas del hogar y consentir mucho a su esposa, ya que gracias a un beneficio inédito en Costa Rica gozará de 6 meses de licencia de paternidad.
Porras se acogerá al programa Parental Leave, que la empresa farmacéutica Sanofi otorga a todos sus empleados. Tanto hombres como mujeres, que acaban de convertirse en padres, pueden optar por este beneficio.
“Yo me siento muy agradecido con la empresa, que no solo se centra en el paciente, sino también en sus empleados. Esta medida es una muestra concreta de sus valores ”, comentó Porras, cuya esposa tiene 24 semanas de embarazo.
Sanofi comenzó a aplicar el Parental Leave a principios de enero y Porras será uno de los primeros beneficiados en el país. Para él, la licencia de paternidad no solo le ayudará a crear un lazo más fuerte con su hijo, sino que romperá paradigmas culturales y ayudará a demostrar al mundo que traer un bebé al mundo es una responsabilidad de dos.
“Desde mi crianza me inculcaron eso; que independientemente de si es el primero, el segundo o el tercer hijo, criar un hijo es un trabajo de pareja. Esta es una oportunidad para trabajar como matrimonio, de balancear las cargas. Eso de fijo va a impactar en nuestra calidad de vida, pues al no existir una sobrecarga, nos va a permitir disfrutar más esos momentos y nos dará más energías”, comentó Porras.
“Otra cosa importante. En nuestros países es muy normal escuchar a los padres decir: -me perdí de sus primeros pasos, de sus primeros gestos-, y esto va a cambiar el paradigma. Es que la licencia de paternidad no solo beneficia al niño, sino que toma en cuenta la realización de los padres y eso es importante”, agregó.
Lo de Porras suena a cuento de hadas. Sobre todo porque en nuestros países el Parental Leave parece ser una iniciativa utópica. Ni las leyes la fomentan, ni parece existir una voluntad empresarial generalizada para igualarlo.
Lo de la empresa Sanofi, es casi un oasis en el desierto.
Un proyecto revolucionario.
Sanofi siempre lo tuvo claro. La empresa -de origen europeo- lanzó Parental Leave en Latinoamérica con la esperanza de que más empresas imitaran su noble iniciativa.
Para Sanofi, si el trabajador está feliz y desplegado, mejor será su rendimiento en la compañía.
“La familia es una fuente de inspiración y motivación, que se refleja en la innovación transmitida a diario en los diferentes escenarios de la empresa”, dijo Natalia Zambrano, líder de Recursos Humanos de Sanofi a la cadena colombiana Caracol.
“Con Parental Leave queremos fomentar la participación de los padres en la vida de sus hijos, acercarlos a sus familias”, agregó.
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El colombiano Andrés Sarkis, fue el primer hombre de su país en gozar los beneficios del Parental Leave. A finales de agosto, luego de cumplir los 6 meses de licencia de paternidad otorgados por la empresa, salió a los medios a compartir su experiencia.
“Haber tenido la oportunidad de realmente acercarme a mi bebé, los primeros seis meses de sus vida, es algo increíble e inolvidable. A mí me pagaron todos los beneficios, el sueldo, todo normal. La alegría que sentimos mi esposa y yo fue inexplicable y valoramos mucho este tiempo”, aseguró Andrés a principios de agosto, cuando su beneficio recién había expirado.
Pero la licencia de paternidad, impulsada por Sanofi, no solo beneficia al bebé y a los nuevos padres. Cuando Sarkis dejó su puesto en la compañía, provisionalmente fue ocupado por un colaborador con ansias de crecer y escalar dentro de la organización.
En otras palabras, la vacante funcionó como una especie de entrenamiento para otra persona, quien además de pulir sus habilidades se encargó de que la compañía no perdiera productividad.
“Cuando supe que este beneficio iba también ligado a una oportunidad de desarrollo para alguien más me tranquilicé, porque vi que todos ganamos. Gana mi hija, gana mi esposa, gana la persona que me remplaza y gano yo”, expresó Sarkis.
El programa Parental Leave terminó otorgándole a Sanofi el premio Top Employers 2019, que reconoce la excelencia en las prácticas de recursos Humanos.
Bien merecido el galardón, sobre todo porque en Colombia sí existe una ley que regula la licencia de paternidad, pero solo se garantiza por ocho días. Es decir, que Parental Live resulta ser un programa revolucionario y hasta incómodo para otros empleadores.
“En Colombia eso de Sanofi fue todo un rollo. Muchas empresas alegaron que no son tan solventes para dejar a ir un trabajador por seis meses. Eso sí, en sus discursos bonitos, dicen reconocer la importancia de que el padre comparta con su hijo”, explicó Federico Ramírez, sociólogo colombiano.
“Al fin y al cabo, lo que deben analizar las empresas es que la familia es un factor clave dentro del desarrollo de las personas. Se trata de una discusión seria, que debe tener la sociedad. No es un favor el que se le hace a los papás, se le hace al mundo entero”, agregó Ramírez.
Se trata de una discusión que, al ser de carácter humano, cruza toda frontera y se instala también en Costa Rica, donde no es la primera vez que se discute el tema.
En Costa Rica, al no existir ley que regule las licencias de paternidad, estas dependen de la buena voluntad de los empleadores y no son muchas las empresas privadas que la otorgan.
Lucha eterna.
Para Rodolfo Fernández-empleado de una compañía constructora de Cartago-hubiese sido un sueño trabajar para una empresa como Sanofi y recibir un beneficio como el que pronto disfrutará el doctor Porras.
El día en que la esposa de Fernández dio a luz, él estaba trabajando. El pequeño Camilo llegó al mundo a las 2 p.m. pero no fue hasta las 7 p. m. que Rodolfo pudo quitarse el casco, tomar un bus y llegar al hospital Max Peralta con la ropa de trabajo.
“Fue una tontera la que hice, porque el horario de visita era hasta las 5 p.m. No los pude ver, pero bueno, quizá me sentía más cerquita de ellos, que quedándome en la casa”, recordó afligido.
A su esposa y al bebé le dieron salida a las 2 p.m. del día siguiente. Pidió un permiso especial a sus patrones para llevar a su familia a su casa y, dichosamente, fue concedido.
“Ese día lo pude disfrutar toda la tarde, fue lindo. Pero luego de eso se acabó la fiesta. Al otro día salí a trabajar a las 5 a.m. y regresé a la casa a las 7 p.m., ya cuando el bebé estaba dormido”, recordó Fernández.
“Y así todos los días, pues no me dieron ni un solo día de licencia. Para colmo de males yo no tenía vacaciones, pues días atrás los había tenido que sacar porque mi mamá se había puesto muy malita”, agregó.
Cuenta Rodolfo que, junto a su esposa, vivieron las típicas desveladas. Ambos se turnaron para calmar al niño, quitarle los cólicos y cambiarlo de pañales.
“Amé esas madrugadas, porque aunque yo estaba exhausto por mi trabajo, pues diay, eran los únicos momentos de intimidad que tenía con mi bebé”, comentó.
Los sábados por la tarde y los domingos se convirtieron en oro para don Andrés. En esos momentos libres lo pudo ver hacer pucheros, escuchar sus primeras risas y llevarlo a pasear al patio.
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Sin embargo, por más que su esposa lo ha intentado tranquilizar, Andrés no se quita el complejo de padre ausente. Incluso se le sale una lágrima al pensar en eso.
“No se vale. Yo debí haber estado más con él. Me da mucha cólera, lo único que medio me consuela es saber que mi ausencia se debía a que tenía que trabajar, traer comida a la casa”, expresó con cierto tono de rabia.
“Pero aunque la comida es importante, nadie me va a devolver esos momentos. Incluso como esposo siento que fallé. Mi vecino, que tiene un taxi pirata, era el que llevaba a mi esposa a las citas de control, usted no sabe lo mal que me sentía”, finalizó.
La de Rodolfo es una historia dolorosa, pero nada extraordinaria. Historias como esa se cuentan por miles en el país.
Todo se resume con decir que Costa Rica, Honduras y Cuba son los únicos países de Latinoamérica que no cuentan con una ley de licencia de paternidad.
Por ejemplo, en Ecuador y Paraguay se otorgan 15 días de licencia, en Uruguay 13 y en Colombia, como se mencionó antes, 8.
Excepciones a la regla.
A pesar que de Costa Rica no cuenta con una ley que garantice las licencias de paternidad, en el país existen padres más afortunados que otros. Los más felices trabajan en lugares como Sanofi, pero también en otras compañías como Citrix.
En Citrix, el año pasado, se le otorgaron 4 meses y medio de licencia de paternidad a uno de sus colaboradores.
Diego Acuña, Cloud Success Engineer de la compañía, fue el beneficiado.
“Estar presente durante las primeras semanas de vida de mi hija me dio la oportunidad de compartir con mi esposa todas las incontables tareas que conlleva el cuido de un recién nacido y definitivamente establecer un vínculo mayor con mi hija”, comentó Acuña a El Financiero, en un artículo publicado el año pasado.
Un caso extraordinario fue el del abogado Luis Hernández, trabajador de la firma BLP.
El tercer hijo de Luis Hernández ingresó a cuidados intensivos al nacer, debido a una complicación respiratoria. El abogado avisó a la firma BLP sobre lo sucedido y recibió una gran respuesta por parte de sus jefes: se le concedió una licencia de paternidad extendida.
En este caso, Hernández recibió seis meses de licencia y volvió al trabajo ya con su hijo recuperado. Según publicó La Nación, en el 2018, durante su ausencia los pendientes se distribuyeron entre compañeros de su equipo de trabajo y su salario se mantuvo sin variaciones.
Lo de BLP, literalmente, fue una licencia de paternidad a “la medida”, con una flexibilidad acorde a las necesidades y el bienestar del abogado Hernández y su familia.
“Mi hijo, por prácticamente varios meses estuvo luchando por su vida. El nació prematuro con sus pulmones no desarrollados y luego le dio adenovirus, que es un virus grave, del que muchos niños mueren. Entonces bueno, ya imaginarán, mi esposa pasaba en el hospital y yo tenía los otros hijos que atender”, narró Hernández.
“Mi empresa, de la que estoy agradecido y orgulloso, siempre pone el bienestar de sus empleados de primero. Me dijeron -váyase tranquilo y ocúpese de lo que es prioritario-. Eso fue valiosísimo, pues me liberaron de las preocupaciones del trabajo y yo solo puse mi cabeza en mi familia. Sé que otras personas, en situaciones similares, nace su bebé y al otro día ya están de nuevo sentados en su escritorio. Eso tiene que cambiar”, agregó Hernández.
A este tipo de iniciativas se suman compañías como Microsoft, que ofrece una licencia de paternidad de seis semanas y también Intel, que otorga una de 15 días.
“El objetivo de Intel Costa Rica es reflejar un cambio de cultura en el área de diversidad en el lugar de trabajo, como parte de los esfuerzos que se realizan en la creación de un ambiente laboral inclusivo, tomando en cuenta la familia”, comunicó Intel el año pasado.
Según Timothy Scott Hall, gerente de Asuntos Gubernamentales y Relaciones Públicas de Intel Costa Rica, el cambio se da con la esperanza de que se convierta “más en un estándar, que en una excepción”.
“Estamos haciendo esto para permitir que los empleados pasen más tiempo dando la bienvenida a un bebé recién nacido y/o adoptado. Reconocemos la importancia de este emocionante y feliz momento y nuestra esperanza es que esta mejora también ayude a posibilitar la transformación a nivel de la industria”, comentó Scott Hall.
En el 2018, un sondeo hecho por La Nación enlistó 25 empresas con planes y permisos que superan el estándar de uno o dos días de permiso. La cifra suena pequeña, pero al menos podría significar un cambio paulatino de mentalidad.
En Costa Rica, el tema de las licencias de paternidad toma fuerza de vez en cuando. No es la primera vez que se monta en los ires y venires de las olas legislativas y, el año pasado, el gobierno central conformó una comisión para analizar el tema y medir su impacto de su posible implementación.
Los aires soplan y tal parece que es cuestión de tiempo para que todo cambie. El Parental Leave, de Sanofi, podría resetear para siempre el paradigma y hacer realidad el sueño frustrado de don Rodolfo Fernández, el humilde padre cartaginés. ¿Quién sabe?, a lo mejor cuando tenga a su segundo hijo.
Línea de tiempo: situación actual en Costa Rica
2017: Ante la Asamblea Legislativa se presentó el proyecto 20.670, que pretendía reformar el artículo 95 del Código Laboral para establecer una licencia de paternidad. Cinco días de licencia, tanto para el sector público como privado, están contemplados en ese proyecto, que al día de hoy no ha superado la Comisión de Asuntos Sociales y su avance es prácticamente nulo.
2019: A principios del año pasado, el diputado Enrique Sánchez, del PAC anunció estar explorando la posibilidad de un proyecto distinto, en el que la licencia de paternidad fuera de 3 meses. La iniciativa fue rechazada por varios diputados de oposición que alegaron posibles perjuicios económicos para la Caja Costarricense del Seguro Social.
2019: La esperanza de tener una licencia de paternidad surgió cuando el gobierno central creó una comisión interinstitucional para tratar el tema. Dicha comisión está integrada por la CCSS, el Instituto Nacional de la Mujer (Inamu), el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) y al Ministerio de Trabajo (MTSS). La comisión tiene la misión de entregar un informe de los costos, el financiamiento y la extensión de la licencia de paternidad para su revisión en la junta directiva de la CCSS. De darse el visto bueno, la licencia de paternidad podría conseguirse mediante una reforma al Reglamento del Seguro de Salud, Enfermedad y Maternidad, por lo que en principio no requeriría de una reforma a la ley.
2020: Patricia Mora, directora del Inamu y miembro de la comisión, informó que actualmente se están dando pasos importantes para la posible implementación de una licencia de paternidad. En ese sentido, en días pasados la comisión presentó el curso virtual Cómo padres cumplimos, como un esfuerzo para acompañar a los hombres que estén planeando ser padres o ya lo son. Además, se siguen buscando opciones presupuestarias para lograrlo.