El ascensorista se lo pronosticó. También la joven que atendía en el café Internet del hotel donde se alojaba, en Viña del Mar, Chile. Se ‘olía’ en el aire pero lo acabó de confirmar el auditorio con 20.000 asistentes, que reventó en aplausos cuando lo anunciaron como ganador.
Humberto Vargas se había llevado la codiciada Gaviota de Plata del Festival de la Canción Viña del Mar, en febrero de 2006, con Dilo de una vez, una balada a ritmo de tambito que rebasó a otras producciones aderezadas con cumbia o reggaetón .
Viña del Mar es considerado el certamen musical más importante de Hispanoamérica. En el del 2006, participaron compositores e intérpretes de diez países.
Con su guitarra a la espalda, el cantautor recibió la noticia junto al productor costarricense Walter Flores, creador de todos los arreglos de la pieza, y confirmó los pronósticos que días antes le habían hecho el humilde ascensorista y la chica del café Internet.
Humberto y Walter se adueñaron del escenario la noche de la premiación, mientras la bandera y el nombre de Costa Rica ondeaban en una pantalla de la Quinta Vergara.
Salto al mundo
El músico, originario de San Rafael de Heredia, se convirtió así en el primer costarricense en ganar ese festival. El premio incluyó la estatuilla y $30.000 para el vencedor.
Solo cuatro años antes, otro compatriota se había llevado una Gaviota de Plata, Duvalier Quirós, quien ganó en el 2002 la estatuilla en la categoría de mejor intérprete.
“Sin una delegación enorme, o al menos sin un relacionista público que hiciera alarde de ellos en los medios de comunicación, estos dos ticos mostraron que su talento fue su mejor carta de presentación en el reñido pulso internacional”, relató una de las notas periodísticas que este diario publicó luego del acontecimiento.
“Sin tener la Gaviota yo he vivido mi carrera. Humberto Vargas sigue siendo el mismo, solo que antes cantaba en bares y restaurantes para sobrevivir, y ahora voy a tratar de internacionalizar mi carrera”, dijo apenas unas horas después de saberse ganador. Todavía sigue trabajando en ese sueño.