En una cajita transparente, el traje de bautizo de un bebé resalta ante las miradas de quienes visitan la piedra del hallazgo de la Virgen de los Ángeles en la Basílica de Cartago. El vestido blanco está acompañado por una emotiva carta escrita por una madre que vio fallecer a su bebé, pero que agradece a la Negrita porque el pequeño llegó a su vida para cambiarla.
“Fui madre en uno de los momentos más difíciles de mi vida ya que prácticamente era alcohólica. Cuando quedé embarazada lo tomé con tranquilidad y mucho amor, el embarazo fue el mejor del mundo. Cuando mi bebé tenía un año y cuatro meses se me enfermó de manera severa, murió tres días después. Hoy, Virgencita santa te lo entrego. Hoy mi vida es otra, ya que gracias a él ya no soy la que fui”, dice el escrito que reposa en una de las urnas llenas de exvotos dedicados a la Virgen de los Ángeles.
Estas urnas están ubicadas en los alrededores de la piedra en la que fue hallada la Negrita por la mulata Juana Pereira en 1635. Hay miles de exvotos, como se les llama a estos objetos, que representan no solo el agradecimiento por la intercesión de la Virgen a un milagro concedido, sino también súplicas.
En su mayoría son una especie de dijes pequeños, de apenas unos cinco centímetros, con formas de partes del cuerpo, casas, carros, bicicletas, camas y todo lo imaginable. También otros más particulares como títulos universitarios, medallas deportivas, ropa, zapatos, fotografías, radiografías e, incluso, una estaca de madera.
“A los exvotos la iglesia los define como sacramentales, que son todos aquellos elementos de piedad popular o devoción que el pueblo de Dios presenta a Dios bajo alguna intención de súplica o de gracias. Son algún elemento específico que le genere a la persona una relación importante con Dios”, explicó el sacerdote Henry Fabricio Sánchez, vicario parroquial de la basílica de los Ángeles.
Recorrer la exposición de los exvotos con tiempo para conocer a fondo las historias es fascinante. Son una prueba de la fe que los católicos costarricenses le profesan a la virgen, que cumple 200 años de haber sido declarada como Patrona de Costa Rica en 1824, por la Asamblea Constituyente.
“Mi hijo tuvo atorada esta moneda por varios días en el esófago corriendo muchos riesgos de morir, pero mi amado Jesús me hizo el milagro de salvarlo”, explica un papelito colocado junto a una radiografía. La fecha del mensaje es el 12 de junio de 2019.
“Testimonio en gratitud a Jesús de la Misericordia y a Nuestra Señora de los Ángeles por la curación completa de Alfredo Quesada Cubero del accidente en Sabanilla de Montes de Oca, quien al caer de un árbol quedó atravesado por esta estaca. Lo mismo agradecemos al doctor Benjamín Hernández y sus competentes enfermeras por las solícitas atenciones al paciente”. Este agradecimiento está acompañado por la estaca del árbol que le atravesó el cuerpo al hombre y tiene fecha del 3 de noviembre de 1923.
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“La figura de la santísima Virgen María es una intercesora; entonces, el pueblo de Dios viene a presentar estos signos sensibles para mostrar un elemento de agrado a Dios (...) La iglesia los recibe como elementos sacramentales”, agregó el padre Sánchez.
“Le agradecemos a la Virgen de los Ángeles por el favor concedido de sanar a nuestro gatito Cholo, el cual presentaba una herida en su cuello que aún con atención veterinaria no sanaba. Luego de pedir el favor a la Virgen fue sanando. Gracias a Dios se encuentra con buena salud”, reza un cartel que estaba colgando de un clavo en la pared al costado de una urna en la gruta de la piedra del hallazgo. La familia de Cholo aprovechó el espacio para dejar su exvoto de agradecimiento sin necesidad de que el papelito emplasticado pasara por las manos de quienes archivan y clasifican los objetos dejados.
En la exposición se destaca un jarrón de barro de poco más de un metro de alto. “Te escribo Reina de los Ángeles para agradecerte el favor concedido. Este jarrón, hecho por mis manos con el barro extraído de la tierra fruto de la creación de Dios, es testigo de la obra que Dios esculpió en mí. Lo pongo a tus pies como muestra de agradecimiento. Carlos Arrieta, Santa Ana”, detalla el mensaje del exvoto.
Y claro, no puede dejar de mencionarse la camiseta del Club Sport Cartaginés que está en la Basílica como muestra de agradecimiento por el campeonato de fútbol que alcanzó el equipo blanquiazul en el 2022 después de 81 años de no alzar una copa.
Hay piezas pequeñas y también grandes que se salen de lo común. En la exhibición en la gruta, por ejemplo, está el agradecimiento de una comparsa por haber ganado el segundo lugar en un carnaval de San José o la placa de reconocimiento por obtener el segundo puesto en un festival de la canción. Hay exvotos relacionados con la ganadería, como monturas y botas vaqueras.
“Cada exvoto representa la realidad de cada persona”, manifestó Sánchez.
Los objetos son recibidos en la basílica de los Ángeles durante todo el año. A los pies del altar principal hay una urna transparente en la cual las personas dejan sus ofrendas, pero también las reciben los sacerdotes. Además, hay quienes los dejan en la piedra del hallazgo o en la pila del agua bendita.
El padre comentó que todos los domingos, después de la misa de las 10 de la mañana, los curas saludan a los fieles peregrinos que llegan de todas partes del país y desde fuera de nuestras fronteras; en ese momento, escuchan las necesidades de las personas, que en su mayoría son peticiones y de acción de gracias.
Los exvotos son ofrecidos a la Virgen cada domingo en la misa del mediodía.
“Llama la atención que traen muchos exvotos de partes del cuerpo porque le van a pedir a la Negrita que interceda por alguna enfermedad, un dolor. Cautiva mucho entender esa situación que viene representada en este detallito”, explicó el sacerdote. Los curas se encargan de darle la bendición a los exvotos.
Día a día, los padres son testigos de la fe y de la esperanza que le tienen a la Negrita como intercesora. Sánchez recordó una situación reciente cuando recibió en la sacristía a una madre que había llegado desde Orotina para pedirle bendición y oración para su hija de apenas unos meses, que tenía que someterse a unos exámenes médicos delicados.
La tradición de los exvotos en Costa Rica puede ser tan antigua como la fe misma hacia la patrona de Costa Rica; el padre Sánchez no precisa la fecha en que comenzó a darse. Sin embargo, su certeza es que día con día sigue creciendo y fomentándose esta práctica de amor y confianza en Dios a través de la virgen.
El documento “Directorio sobre la piedad popular y la liturgia”, en el punto número 15 habla sobre los exvotos: “Una gran variedad y riqueza de expresiones corpóreas, gestuales y simbólicas, caracteriza la piedad popular. Se puede pensar, por ejemplo, en el uso de besar o tocar con la mano las imágenes, los lugares, las reliquias y los objetos sacros; las iniciativas de peregrinaciones y procesiones; el recorrer etapas de camino o hacer recorridos ‘especiales’ con los pies descalzos o de rodillas; el presentar ofrendas, cirios o exvotos; vestir hábitos particulares; arrodillarse o postrarse; llevar medallas e insignias... Similares expresiones, que se transmiten desde siglos, de padres a hijos, son modos directos y simples de manifestar externamente el sentimiento del corazón y el deseo de vivir cristianamente”.
El cuidado de los exvotos
En la Basílica hay un grupo de tres religiosas que a diario son las responsables de la tarea de clasificar (según la intención de los objetos) y archivar los exvotos. Ellas son Edith González, Rosangélica Ulate y Rosemary Chacón, de la congregación Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento.
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La hermana Edith es mexicana y las hermanas Rosangélica y Rosemary son ticas, oriundas de San Carlos. Desde hace unos tres años, son las encargadas de archivar los exvotos; su trabajo no solo es separarlos por categorías, sino que implica una devoción y respeto.
“Nuestra labor es muy espiritual e importante. Recogemos las urnas cuando están llenas y nos encargamos de leer las intenciones escritas en los papelitos o cartas; también los transcribimos para mantener un archivo digital. Nuestra labor va de la mano con la oración porque rezamos por cada una de las intenciones que las personas le han puesto a la Virgen, nosotras nos unimos a esas peticiones y agradecimientos”, explicó la hermana Rosangélica.
“Las urnas se llenan constantemente; este trabajo es de todo el año. Ahorita más bien vamos un poquito atrasadas porque se nos juntan demasiados. Son como 5.000 intenciones por día. Es una riqueza muy grande este trabajo porque leer cada intención es también fortalecer mi propia fe al ver que tanta gente pide y agradece con mucha devoción y confianza en la intercesión de la Virgen de los Ángeles”, agregó la hermana Edith.
Las monjas le dedican entre tres y cuatro horas al día a este trabajo, ya que ellas también tienen otro tipo de responsabilidades en la Basílica.
Por lo general, comentaron, los exvotos más comunes son los de figuras del cuerpo, pero los fieles son muy creativos a la hora de llevar ofrendas para la Negrita. Han visto dijes en forma de casas, carros, animales, copias de ultrasonidos de embarazo, cintas de graduación, medallas, velas, rosarios y ramos de flores. También se han topado con otros que van más allá, como cortes de cabello y hasta ombligos de bebés.
Todos los exvotos se guardan en una bóveda especial que tiene la basílica de los Ángeles. Solo las flores que les dan se utilizan como parte de los arreglos de la iglesia.
En el caso de los exvotos que son restos humanos, por un tema de salud, se manejan de manera distinta, explicó el padre Miguel Adrián Rivera, rector de la Basílica. “Hemos instruido a los fieles sobre lo que es un exvoto y lo que no es. Ha disminuido casi a cero la recepción de exvotos no tradicionales. Queda muy claro que no recibimos algo que signifique un riesgo biológico, pero si en algún momento trajeron un ombligo o restos de cabello normalmente se creman o se sepultan después de haber sido ofrendados”.
La bóveda donde están guardados los objetos es provisional, ahí no ingresa la luz natural y se mantiene la temperatura vigilada para que no se vayan a deteriorar. Rivera explicó que hay un proyecto para construir un museo para los exvotos.
¿Qué ha sorprendido más a las religiosas que manejan esta colección? La hermana Edith recordó que fue una bala. “Esta persona le daba gracias a la Virgen porque fue herido y por la intersección de ella se salvó. Fue muy impactante para mí el hecho de que estuviera a punto de morir y por ella haber alcanzado el milagro de la vida”, afirmó.
Por su parte, la hermana Rosangélica narró el día que se topó con el agradecimiento de una mujer por haber quedado embarazada después de haber perdido tres bebés antes. “Era una carta como de tres páginas en la que contaba todo el proceso del embarazo y de la relación con su esposo. La Virgen les dio mucha fortaleza para no perder la esperanza de tener un hijo”, expresó.
La exposición de los exvotos en la gruta de la piedra del hallazgo se cambia constantemente para darle oportunidad a todos de ser admirados por los visitantes a la Basílica.
El cuidado con el que las religiosas tratan los exvotos es una confirmación para los fieles de que sus intenciones, peticiones y agradecimientos son recibidas con amor, fe y respeto. Ninguno se bota, ninguno se pierde y, como dijo la hermana Rosangélica: “La Santísima Virgen ya cogió todos esas peticiones y agradecimientos”.
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