Los primeros registros de algo similar a un condón se remontan al año 1.000 a. C., en el antiguo Egipto, en donde se utilizaban telas para impedir la concepción y también se ha identificado el uso de vejigas de cabra y otras tripas de animales con un nudo en una punta con ese mismo objetivo o para evitar enfermedades de transmisión sexual.
Lo cierto es que el condón como lo conocemos hoy tiene apenas 100 años, ya que fue en 1920 cuando se inventó el latex, el cual permitió fabricar condones a menor costo y mayor escala, pero además con mejores resultados y una vida útil más larga.
Sea cual sea su origen verdadero, lo cierto es que en pleno siglo XXI este preservativo sigue siendo un aliado importante para evitar la propagación de infecciones por vía sexual.
El condón tiene una efectividad de 98% para prevenir embarazos y contagios de virus y bacterias, sin embargo, hay que tener claro que una mala manipulación puede reducir significativamente ese porcentaje y exponer a riesgos a las personas que los utilizan.
El 4 de setiembre se celebró el Día Mundial de la Salud Sexual, fecha que se ha utilizado en nuestro país, durante los últimos cinco años para incentivar el uso del preservativo entre la población y disminuir así el riesgo de contraer alguna enfermedad.
Chequeo vital
Una parte integral de una vida sexual sana es la costumbre de realizarse exámenes de laboratorio para identificar cualquier contagio de alguna infección de transmisión sexual (ITS) y recibir tratamiento oportuno, lo antes posible, para evitar sufrir de mayores consecuencias.
De acuerdo con Angie Víquez, microbióloga de Laboratorios Echandi, las pruebas más comunes en nuestro país son para detectar la presencia del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), hepatitis B y C, sífilis, clamidia, mycoplasma, ureaplasma y neisseria gonorrhoeae. “Esas son las que detecta un examen de perfil completo”, explicó la microbióloga.
Es importante tomar en cuenta que la persona debe presentar su cédula de identidad al momento de hacerse la prueba, por lo que es imposible que una persona se haga pasar por otra. Asimismo, es una práctica habitual en la actualidad que los resultados de los exámenes se envíen por medio del correo electrónico que usted indique al momento de hacer la prueba o en una notificación al celular, si así lo prefiere.
En el caso de las personas que tengan una vida sexual más activa y con distintos compañeros, lo recomendable es que se hagan el examen de ITS al menos una vez al año. “Si se expone a varias relaciones de riesgo, lo que se recomienda es que se lo haga cada vez que la persona sienta que estuvo expuesta o cuando empiece a presentar algún síntoma”, resaltó Víquez.
Para cada enfermedad existen distintos períodos de ventana, en los cuales no aparecen ningún tipo de signos. “Si usted tuvo una relación de riesgo el día de ayer, no va a venir al día siguiente a hacerse una prueba porque si se la hace es probable que le dé negativo. Es lo que se llama período de ventana que va desde que tuvo el contagio hasta que una prueba sea capaz de detectarla.
Si tuvo una conducta de riesgo lo que se recomienda es hacerla un mes después para abarcar todos los períodos de ventana diferentes, ya que varían dependiendo de si es una bacteria o un virus”, explicó la científica.
No obstante, si la persona empieza a notar algún tipo de síntoma, aunque no haya pasado el mes, es mejor que se haga la prueba de inmediato. “Si la persona presenta síntomas como una llaga, un bulto extraño a nivel de genitales o muslos, alguna secreción o líquido extraño que le salga de la vagina o el pene, algún dolor o ardor al orinar o irritación, cualquier cosa que no sea normal, lo mejor es hacerse el examen aunque no haya pasado tanto tiempo desde la exposición de riesgo”, añadió.
Se recomienda además que las mujeres se realicen la prueba del papiloma humano una vez al año. “Es muy importante ya que suele ser un virus latente, que puede estar dormido, y en cualquier momento se puede reactivar y causar el cáncer de cuello uterino”, afirmó la experta.
Víquez recalcó que es fundamental detectar este tipo de infecciones a tiempo para evitar consecuencias mayores en el organismo y no contagiar a otras personas. “La gran mayoría de infecciones tienen un tratamiento, por lo que es vital detectarla a tiempo”.
Asimismo, cuando hay un caso positivo por cualquier infección se contacta a la persona para acompañarla en el proceso y darle una guía sobre cuáles son los siguientes pasos que debe seguir. Por lo general, lo primero es buscar ayuda médica para determinar cuál es el mejor medicamento a recibir según el tipo de infección.
“Siempre llamamos a la persona para corroborar que le llegó el resultado y para tratar de hablar con ellas porque casi siempre se asustan cuando le sale un resultado positivo. La gran mayoría de estas enfermedades son tratables, pero hay otras, como el VIH, que no tienen condición de cura, pero a nivel hospitalario se le da tratamiento para que pueda llevar una vida bastante normal sin ningún tipo de efecto. Así que les recomendamos que se pongan en contacto directo con un médico para ver el tratamiento”, explicó Víquez.
El costo de los exámenes varía según si es por medio de prueba de orina o de sangre y si se escoge un paquete de análisis completo o solo se quiere detectar un tipo de infección específico. Por ejemplo, la prueba de esquema completo y serológica, con muestra de sangre, tiene un costo de ¢127.000; mientras que la prueba de papiloma humano tiene un valor de ¢41.000.
De no detectarse a tiempo, las infecciones de transmisión sexual pueden tener distintas consecuencias que van desde lesiones a nivel genital, llagas, erupciones o aborto, e incluso pueden representar la muerte si no se recibe el tratamiento adecuado, como en el caso del VIH.
Uso del preservativo
Para la sexóloga Marianela Arias, de Durex, las personas tienen muy claro que el condón existe y para qué sirve, sin embargo, no siempre lo utilizan. “Muchas personas se enfocan en el uso del condón como método anticonceptivo únicamente y es por eso que suelen dejarlo por fuera cuando están utilizando algún otro método de anticoncepción y es ahí cuando surge el tema de las enfermedades de transmisión sexual”.
Por esta razón es que es importante que la gente tenga claro cómo y para qué se utiliza, pues el preservativo va más allá de la anticoncepción y es fundamental para prevenir el contagio de enfermedades de transmisión sexual.
En el aspecto de la anticoncepción también es todo un tema: la última encuesta de salud muestra que en Costa Rica el 49% de los embarazos son no deseados, lo cual según la sexóloga demuestra que aunque la gente sabe que el condón evita el riesgo de embarazo no todos lo están usando como se debe.
“El 4 de setiembre se celebró el Día Mundial de la Salud Sexual y lo que se busca es que las personas puedan disfrutar de la sexualidad de manera placentera pero que a la vez no resulte de riesgo para su salud”, explicó Arias.
De acuerdo con la experta, todavía existen muchos mitos alrededor de la educación sexual en nuestro país. “En las clases de educación sexual se habla del uso del condón pero nosotros, por ejemplo, llevamos cinco años yendo a los colegios en un programa que se llama Ama tu vida que es para educación sexual de adolescentes y afectividad y nos dejan hablar del condón pero no nos dejan enseñar uno, ni cómo se pone. Entonces la gente sabe que existe pero no ha podido de manera práctica ver cómo se coloca o cómo se abre o que primero tienen que ver la fecha de vencimiento, entre otros aspectos”, asegura la sexóloga.
En cuanto al uso del condón en nuestro país, se ha podido identificar que disminuye entre los adultos jóvenes. Según explica Arias, esto se debe a que por lo general en esta etapa es cuando empiezan a establecerse parejas más estables, más exclusivas y de mayor duración.
Sin embargo, Arias afirma que eso no implica que deban descuidarse porque no hay garantía de que las parejas sean totalmente fieles y se pueden exponer a una enfermedad de transmisión sexual.
Hay que aprender que las enfermedades de transmisión sexual existen y tampoco lo vamos a dejar como un tabú o como motivo de segregación de alguna población. Es relevante que podamos hablar de esto abiertamente para que las personas no se vayan a sentir tan afectadas cuando reciban un diagnóstico; muchas veces se dan depresiones y ataques de ansiedad”
— Marianela Arias, sexóloga de Durex
Aunque los avances médicos han permitido que enfermedades virales como el VIH y el herpes reciban tratamientos, eso no exime a que la infección pueda volver a aparecer si no hay una adhesión a los medicamentos o, por ejemplo, una baja en las defensas.
En el caso de las enfermedades bacterianas, como la clamidia y la gonorrea, son más fáciles de tratar. Sin embargo, la mejor prevención es siempre el uso adecuado del condón y realizarse exámenes periódicamente de acuerdo con las conductas sexuales realizadas.
“Como recomendación, es importante hacerse los exámenes cada vez que tengan una nueva pareja para que puedan comenzar su vida sexual sin preocupaciones, porque la gente no es tan obediente y no acata los temas de sexo oral y utilizan el condón solo para el sexo coital, vaginal o anal. Es mejor que antes de comenzar una vida sexual con su nueva pareja, así sea algo casual, ojalá se puedan hacer las pruebas”, detalló Arias.
Riesgos múltiples
“En el país no hay muchos datos sobre las enfermedades sexuales, solamente en el caso del VIH hay más información. Hay muchas personas que consultan de manera privada porque les da vergüenza o un amigo les receta porque la sexualidad sigue siendo un tema que a mucha gente todavía le da vergüenza y tratan de ocultarse. Eso es lamentable porque no permite poder darle el seguimiento adecuado”, destacó la sexóloga.
En Costa Rica no hay una infección sexual predominante, según explica Arias. “Esto quiere decir que no hay una sola peligrosidad, sino que hay varias epidemias que pueden contagiar a la población. Realmente es importante que se utilice el preservativo precisamente por eso”, afirmó.
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El silencio puede convertirse en un arma peligrosa, ya que muchas personas cuando obtienen un diagnóstico positivo no lo comparten con sus parejas. “No debería ser así porque es un tema de salud pública. Es súper importante que la persona le diga a su compañero o compañeros sexuales que tiene la infección para que se realicen un tratamiento todos”, resaltó Arias.
En ese sentido, la experta recalcó la importancia de no satanizar a una persona que presente algún caso de infección por contacto sexual. “Hay que aprender que las enfermedades de transmisión sexual existen y tampoco lo vamos a dejar como un tabú o como motivo de segregación de alguna población. Es relevante que podamos hablar de esto abiertamente para que las personas no se vayan a sentir tan afectadas cuando reciban un diagnóstico; muchas veces se dan depresiones y ataques de ansiedad”, apuntó.
Mitos sobre el condón
La sexóloga Marianela Arias se refirió a algunas de las creencias que existen alrededor del condón y que a veces se utilizan como excusa para no usarlo.
Una de estos mitos tiene que ver con el tamaño. Según reconoció Arias, aunque existen casos en que el grosor o el largo del pene supera el promedio, para eso existen opciones de tallas más grandes, como XL.
“Si la persona tiene un tamaño promedio, es normal que apriete un poco porque la idea es que no se salga con la lubricación y la penetración, sino que se sostenga, pero tampoco es que vaya a estrangular”, explicó la experta.
De hecho, un condón se caracteriza por su resistencia: puede aguantar hasta tres litros de agua y hay demostraciones de personas que se lo colocan en el pie, por lo que no hay duda de su elasticidad.
Tenemos que aprender a asociar el uso del condón con el erotismo, muchas veces se le ve como algo ajeno al momento. Debe ser algo erótico para la pareja; hay que empezar a cambiar ese concepto de que el uso del preservativo va en detrimento de la espontaneidad, al contrario es parte de la pasión”
— Marianela Arias, sexóloga
“Si se rompe es por otras causantes en las que el material está comprometido, ya sea porque no se guardó de la mejor manera o porque a la hora de abrirlo se le hizo un pequeño pellizco”, anotó Arias.
Otra pretexto tiene que ver con la disminución en la sensibilidad. “A alguna gente puede que le cambie la sensación, pero a otra gente no. Sin embargo, tampoco es que se va a sentir absolutamente nada porque la presión, el calor y el roce con la lubricación adecuada sí va a haber sensación”, afirmó Arias.
“También a veces es un tema más mental al sentir que hay algo entre el cuerpo de una persona y la otra y eso puede llevar a creer que no se siente tanto”, añadió.
Otro punto importante que señaló la sexóloga es que hay que superar el tema de que la sexualidad es únicamente penetración. “Es todo un tema visual, auditivo, el cómo compartimos, los besos, las caricias, el momento y el espacio. Hay un montón de elementos que son muy excitantes y que no va a representar gran cosa si hay un condón de por medio”, señaló.
Uno de los pasos más importantes en el uso del condón, y al que pocas veces se le pone cuidado, tiene que ver con cómo se abre, ya que puede incidir en su efectividad.
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“Es importante abrirlo por un lado, no en el centro, del lado donde tiene dientitos. Hay que abrirlo con la yema de los dedos y sacarlo de arriba para abajo por encima del papel, es decir, no hay que meter los dedos para sacarlo, sino estriparlo para que salga solo y colocarlo bien desde la primera porque si está enrollado hacia adentro no va a bajar y sí tuvo contacto con líquido preseminal es mejor botarlo y sacar uno nuevo”, explicó Arias.
Recuerde revisar la fecha de caducidad, la cual siempre viene al dorso, ya que en un condón vencido puede estar comprometido el material y no ser efectivo. “Si un condón lleva mucho tiempo guardado o de repente se fue en el fondo de la gaveta es importantísimo que lo revisemos”, agregó.
Finalmente, la experta también resaltó la importancia del preservativo durante el sexo oral para prevenir enfermedades como herpes y para lo cual existen condones con sabores para una mayor estimulación.