Desde el 27 de enero, el gigantesco crucero Icon of the Seas emerge en el vasto horizonte del océano. Este coloso barco, desarrollado por la empresa Royal Caribbean, no solo corta las olas con su imponente estructura, sino que también navega en las aguas de la obsesión humana por lo extraordinario.
La historia de la humanidad ha estado marcada por la búsqueda constante de lo más grande, de romper récords y superar límites. Desde las alturas de los rascacielos hasta las posibilidades de la exploración espacial, la obsesión por lo colosal impulsa a la sociedad hacia horizontes más amplios y desafíos aún mayores.
El Icon of the Seas se convierte en el más reciente capítulo de nuestra obsesión por lo gigante, persiguiendo el mito del Titanic y alzándose como el barco más grande jamás engendrado en la historia marítima.
¿Qué es, por qué fascina tanto y cómo logró ser concebido algo de tal magnitud? En Revista Dominical hacemos una radiografía sobre este impresionante navío.
Los cruceros en el tiempo
La historia marítima ha tenido en los cruceros un gran expediente. Echamos un vistazo general a su cronología
FUENTE: Solocruceros.com || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
Descifrando el Icon of the Seas
El Icon of the Seas, el flamante crucero que ostenta el título de ser el más grande del mundo, zarpó desde el bullicioso puerto de Miami el 27 de enero.
Este barco, producto de la visión de Royal Caribbean, ha trascendido la mera travesía marítima para convertirse en un ícono de la extravagancia humana. El Icon of the Seas se presenta como un oasis flotante de exclusividad, seduciendo a sus viajeros potenciales con afirmaciones respaldadas por datos matemáticos y promesas que rayan en lo inverosímil. Para aquellos que han experimentado decepciones en cruceros anteriores, donde los toboganes acuáticos eran demasiado pequeños o la pista de hielo carecía de amplitud (por supuesto, problemas de primer mundo), este coloso marítimo asegura tener la respuesta a los anhelos de los más ambiciosos en este tipo de turismo.
Entre sus múltiples superlativos, se enorgullece de albergar el tobogán y la cascada más altos en alta mar, un parque acuático de ensueño, la piscina más imponente, una pista de hielo expansiva y el bar más grande que haya surcado los océanos. Su objetivo es claro: establecer un nuevo estándar en la industria de cruceros.
Desde el 27 de enero, 7.600 personas emprendieron un viaje de 7 días a través del Caribe a bordo del Icon of the Seas –construida por una naviera finlandesa durante 900 días– fusiona la esencia de un centro comercial, un hotel de lujo y un parque acuático en movimiento.
Este colosal armatoste flotante alberga a sus pasajeros en 2.805 camarotes repartidos a lo largo de sus 20 cubiertas. Sin embargo, no están solos en esta travesía, ya que se suman a la experiencia de 2.350 miembros de la tripulación, convirtiendo al barco en una pequeña ciudad flotante.
En la página web del Icon of the Seas, los curiosos pueden explorar los diversos viajes programados, todos con salida desde Miami y con rutas que recorren diferentes áreas del Caribe o de la costa estadounidense. Los precios para esta experiencia única varían según el tipo de camarote y el itinerario, oscilando entre los $1.500 y $5.800 (entre ¢760.000 y unos ¢3 millones). Aquellos que optan por una suite de lujo tienen extras como su propio tobogán privado, jacuzzi y una sala de cine exclusiva.
Además de su inmensidad, el crucero ofrece ocho vecindarios temáticos disponibles a cualquier hora; algunos son spas, otros parques acuáticos y otros centros de shows y entretenimiento. Esto refleja la determinación de la empresa convertir el buque en el sueño por el cual empezar una alcancía, de la misma forma en que muchos niños sueñan con visitar al gran ratón y sus parques temáticos.
Cuenta con 40 bares y restaurantes para satisfacer los paladares más exigentes, panorámicas impresionantes desde las diferentes cubiertas y siete piscinas.
Con una colosal masa de 250.800 toneladas, equivalente al peso de una flota compuesta por 6.117 aviones, el Icon of the Seas redefine la noción de magnitud en el mundo de los cruceros. La embarcación, con una longitud de 365 metros y una manga de 49 metros, posee una presencia imponente en los mares que navega.
El costo de dar vida a este coloso se traduce en una cifra igualmente grandiosa: unos $2.000 millones fueron invertidos en su construcción. Todo alrededor de este crucero es grandilocuente, por ejemplo, el martes en su inauguración participó el célebre jugador Lionel Messi.
Su comparación con quien le dejó la corona
El título del barco más grande del mundo no es nuevo para Royal Caribbean, ya que antes del Icon of the Seas, ostentaba ese título el Wonder of the Seas, otro impresionante crucero de la compañía. Aquel gigante de los mares ha sido una de las joyas de la flota de Royal Caribbean desde que inició operaciones en el 2022 y se destacó por su eslora (la longitud total de la embarcación, medida desde la parte más adelante, llamada proa, hasta la parte más atrás, llamada popa) de 362 metros y su impresionante manga de 66 metros.
Con 18 cubiertas para pasajeros, este coloso puede albergar a una gran cantidad de huéspedes en sus diversas instalaciones y comodidades. Desde su inauguración, el Wonder of the Seas ha sido un referente en la industria de cruceros, proporcionando experiencias a aquellos que buscan una aventura marítima en un entorno de lujo y entretenimiento. Con la llegada del Icon of the Seas, Royal Caribbean trata de empujar los límites de la grandeza marítima a un nuevo nivel.
Sin embargo, hay algo curioso. Aunque el Icon of the Seas es técnicamente más grande que el Wonder of the Seas en toneladas brutas (250.800 frente a 235.600), con más cubiertas para pasajeros, no tiene una capacidad de pasajeros más alta en ocupación doble (el Icon tiene 5.610, mientras que el Wonder es para 5.734).
Tal parece que Royal Caribbean se enfocó en proporcionar más diversión, más opciones y más lujo para disfrutar en el Icon of the Seas, en lugar de simplemente hacer un barco más grande para albergar a más personas. Este enfoque podría influir en la decisión de los viajeros, ya que se centra en ofrecer una experiencia más exclusiva a bordo.
Los barcos de Royal Caribbean están divididos en vecindarios, las cuales son áreas del barco diseñadas alrededor de un tema específico y a menudo dedicadas a un tipo particular de actividad. Tanto el Icon of the Seas como el Wonder of the Seas cuentan con ocho vecindarios cada uno, pero con algunas diferencias notables.
En el Icon of the Seas, encontramos vecindarios como AquaDome, Central Park, Chill Island, Royal Promenade, Surfside, Suite Neighborhood, Thrill Island y The Hideaway. Cada uno de estos espacios está diseñado para ofrecer experiencias únicas y temáticas, por medio de actividades y cuidados sitios de descanso.
Por otro lado, el Wonder of the Seas también cuenta con ocho vecindarios, pero con algunas diferencias en comparación con su sucesor. Entre ellos están Central Park, Royal Promenade, Suite Neighborhood, Boardwalk, Pool and Sports Zone, Entertainment Place, Youth Zone y Vitality Spa and Fitness. Según los portavoces de la empresa, una de las diferencias clave entre los vecindarios radica en el enfoque de las experiencias. Mientras que en el Wonder of the Seas las actividades eran mayormente adrenalínicas y orientadas hacia la emoción pura, el Icon of the Seas busca equilibrar opciones emocionantes con otras más relajadas.
El Icon of the Seas introduce vecindarios como Chill Island y AquaDome, que apuntan a espacios más relajados y tranquilos, brindando a los pasajeros la posibilidad de disfrutar de momentos serenos en medio de su aventura en alta mar.
En cuanto a las opciones gastronómicas, ambos cruceros tienen un despliegue parecido en términos de restaurantes. En la comparativa de Icon of the Seas vs. Wonder of the Seas, más allá del comedor principal y el bufé clásico de crucero (llamado en esta franquicia Windjammer Café), encontramos también Sorrento’s Pizza, un puesto de Starbucks, el restaurante tecnológico Wonderland, el Giovanni’s de cocina italiana, Chops para cortes de carne e Izumi para cocina japonesa.
Sin embargo, cada barco también ofrece algunos favoritos exclusivos que el otro no tiene. Por ejemplo, el Wonder of the Seas cuenta con Johnny Rockets, el clásico de la taberna; Vitality Café, para opciones saludables cerca del spa; The Mason Jar, la interpretación de Royal Caribbean de un restaurante de estilo sureño, y el Dog House, el cual ofrece perros calientes rápidos y bocadillos similares cerca de la piscina. En cambio, el Icon of the Seas introduce nuevas opciones como el AquaDome Market, un concepto de mercado de alimentos, así como Empire Supper Club, una opción de alta cocina con estilo de los años 1920, e Izumi in the Park, para ordenar sushi desde la ventana.
Otras nuevas opciones incluyen Celebration Table para eventos especiales, Pearl Café para bocadillos informales, Basecamp para opciones divertidas con estilo de parque temático; The Grove, para cocina mediterránea, y Pier 7, el cual ofrece un brunch todo el día.
Ambos barcos disponen de variedad de espacios y actividades adicionales para el entretenimiento, como sala de juegos, un casino, un carrusel, un campo de minigolf, una cancha de deportes, una pared de escalada, un club de comedia, un EscapeRoom para los amantes de los acertijos, una pista de hielo, un juego de rayos láser y el infaltable karaoke.
Ahora bien, en cuanto al entretenimiento único del Icon of the Seas y que no está disponible en Wonder of the Seas, destaca el emocionante Crown’s Edge. Para explicarlo mejor: imagínese una estructura que se extiende sobre el océano, donde los pasajeros pueden caminar por una plataforma elevada mientras están asegurados a arneses, proporcionando una experiencia emocionante con vistas panorámicas del mar.
Con el tema de las piscinas, sí que no hay comparación. Icon of the Seas lleva la experiencia de las piscinas en un crucero a nuevas alturas. Este barco no solo presenta siete piscinas y nueve jacuzzis, sino que también ofrece una variedad de toboganes acuáticos, incluyendo algunos que han establecido récords en la industria de cruceros. Entre estos se encuentran Pressure Drop, el primer tobogán de caída libre abierto en un crucero; Frightening Bolt, el tobogán con la caída más alta en un crucero (14 metros de altura); Storm Chasers, el primer tobogán de carreras en un crucero, y Storm Surge & Hurricane Hunter, el primer paseo en balsa apto para toda la familia en un crucero.
El barco también presume de la Royal Bay Pool, la piscina más grande de toda la flota de Royal Caribbean (con más de 151.000 litros de agua).
Una innovación adicional es la primera piscina de infinito suspendida en alta mar, ubicada en el vecindario The Hideaway. Además, en el vecindario Surfside, en la parte posterior del barco, está el Splashaway Bay, un parque acuático diseñado especialmente para adolescentes.
Finalmente, está el tema de los shows. Los espectáculos a bordo de Icon of the Seas son una amalgama de experiencias visuales y auditivas. En el sector conocido como AquaDome existe una sala de eventos llamada AquaTheater para ofrecer presentaciones de teatro y música con agua.
En otros espacios a lo largo del navío, los pasajeros pueden ver actuaciones de música en vivo que abarcan diversos géneros, así como presentaciones de patinaje sobre hielo hasta obras teatrales. Entre estos últimos, se destaca Once Upon a Time: The King’s Royal Ball, un cuento de hadas familiar que transporta a los espectadores a un mundo mágico. y The Wizard of Oz, el gran clásico de clásicos.
No todo es bueno
A pesar de todas las maravillas y lujos que ofrece, este crucero también ha encendido alertas.
Organizaciones internacionales, como la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA), reconocen la necesidad de abordar los problemas ambientales en la industria de cruceros.
Aunque Royal Caribbean ha intentado presentar una imagen más ecológica con el uso de gas natural licuado, se ha señalado que este combustible aún emite grandes cantidades de metano, contribuyendo al calentamiento global.
Las críticas también se centran en las iniciativas aparentes de sostenibilidad que, con el tiempo, han perdido fuerza. La idea inicial de que todo el interior del Icon of the Seas funcionaría con pilas eléctricas renovables fue abandonada, y el uso de energía renovable ha sido pospuesto hasta dentro de cinco años. Además, la eventual recarga eléctrica automática al atracar resulta efectiva solo en lugares selectos.
Estas cuestiones plantean desafíos significativos para la percepción de la industria de cruceros en términos de sostenibilidad y responsabilidad ambiental. “Es fundamental que las compañías cruceristas prioricen y avancen hacia prácticas más respetuosas con el medio ambiente para garantizar la preservación de nuestros océanos y ecosistemas marinos”, ha expresado la CLIA al respecto.
La elección de gas natural licuado como combustible, promocionado por su menor emisión de CO2 en un 25%, revela una realidad menos idílica. A pesar de esta reducción, el gas emite grandes cantidades de metano, el segundo gas de mayor contribución al calentamiento global.
Según una nota publicada por BBC Mundo, un portavoz de la empresa Royal Caribbean dijo que el Icon of the Seas “es un 24% más eficiente energéticamente de lo que exige la Organización Marítima Internacional para los barcos modernos”.
Aún así, el metano en la atmósfera atrapa 80 veces más calor que el dióxido de carbono a lo largo de 20 años, un dato para nada alentador mientras se lucha contra el cambio climático. Es una nota que no puede quedar afuera dentro de todo lo colosal que involucra imaginar un barco como este ya andando entre nuestras aguas.
A pesar de las preocupaciones por las emisiones y el impacto ambiental asociado, este gigante flotante se inscribe en la historia de los cruceros, desafiando límites y llevando la experiencia a nuevas alturas. Con sus innovaciones, instalaciones de vanguardia y la promesa de aventuras, el Icon of the Seas es un monumento a la obsesión por lo colosal y un nuevo testimonio de la capacidad e interés humano para marcar el curso de la historia incluso en los vastos océanos.