La actividad paranormal y sus investigaciones suelen dividir opiniones: a muchas personas les interesan (crean o no) y a otras del todo no les provoca ningún tipo de curiosidad. Hay quienes no los toman en serio e incluso los desacreditan ante la falta de explicaciones o base científica. Lo que a continuación narramos es una experiencia basada en la interpretación de una persona que afirma tener dones psíquicos especiales y conocimiento de la actividad paranormal, mas no pretendemos influir de alguna manera en las creencias de nuestros lectores.
Chris se veía afectado, cansado en algunos momentos. Parecía como si su energía se hubiera desgastado. Sintió dolor, miedo, tragedia, sufrimiento.
En una pequeña habitación del Sanatorio Durán, Chris sintió mucha tristeza. Explicó que un niño pequeño estaba ahí. Estaba triste. Se sentía perdido. No quería estar más en el lugar. No sabía qué hacer. Chris habló con él pero no fue una conversación con respuesta por parte del espíritu del niño (sí, del espíritu); y por eso Chris le pidió ayuda a su fallecida abuela, Lorraine Warren, para que ayudara al pequeño a ir hacia la luz. Chris espera haberlo logrado, al final esa es su meta: ayudar a los vivos y también a los muertos.
“Estaba aquí y sentí un dolor aquí (toca su cabeza) que significa que pasó algo muy trágico. Cerré mis ojos y hablé con el espíritu, él no me respondió, no esperaba una respuesta, no invité a una respuesta. La comunicación con el espíritu puede ser algo peligroso”, contó Chris luego de la experiencia en la fría habitación del histórico edificio cartaginés.
“Lo que tengo que decirle es el mensaje de que intento que cruce, no busco un diálogo. El espíritu se presentó a si mismo y quise ayudar, esa es la razón por la que vine. Sentí que el niño estaba perdido, intenté explicarle que fuera a la luz. Le dije: ‘no tienes que tener miedo’. Le dije: ‘tu familia te está esperando’. Entonces no sentí que el niño se quería mover todavía”.
“Le pedí ayuda a mi abuela, sabía que mi abuelo estaba aquí, sentí a mi abuela aquí. Le pedí a ella que por favor lo llevara a la luz (...) Ese dolor, ese peso en mis hombros y en mi cabeza se fue, no me sentí como ¡ahh! (aliviado), pero me sentí normal. Eso era un espíritu humano, no un residuo que no puede cruzar y no hay nada que se pueda hacer por eso, esa energía está ahí y punto; pero el espíritu tiene libre albedrío y mi abuela puede convencerlo. Entonces puse mi fe en el hecho de que ella lo hizo”, explicó.
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Convertido hoy en un popular centro turístico, el Sanatorio Durán, en las montañas de Oreamuno de Cartago, fue construido a partir de 1916 por idea del doctor Carlos Durán Cartín, quien buscó la manera de que en nuestro país hubiera un centro médico que se encargara de atender a pacientes con tuberculosis, y como sanatorio funcionó entre 1918 y 1973. Entre 1974 y 1989 el sitio se convirtió en un centro de corrección de menores.
En noviembre del 2014 el Sanatorio Durán fue declarado patrimonio histórico arquitectónico de Costa Rica. El propietario actual del inmueble es la agrupación de agricultores Upanacional, la cual se encarga del mantenimiento del sitio, así como de administrar la entrada de los turistas. Emplazado en una espaciosa finca, el antiguo centro de salud consta de varias edificaciones, no todas abiertas al público. Si bien hay secciones del Sanatorio que se han ido restaurando, otras aún evidencian los estragos no solo de la antigüedad, sino de años de abandono y vandalismo.
El Sanatorio Durán puede considerarse popularmente como el lugar más “embrujado” del país. Muchos van a visitarlo buscando fantasmas o algo los asuste; la curiosidad ante los eventos paranormales que se dice que ahí suceden es uno de sus principales atractivos. ¿Pero realmente es un lugar embrujado? ¿Hay espíritus?¿Ahí asustan? Chris McKinnell, nieto de los investigadores paranormales Ed y Lorraine Warren nos dio la respuesta.
El especialista estadounidense se encuentra de visita en Costa Rica para hacer unos trabajos en conjunto con el grupo Investigación ParanormalCR, el cual opera en nuestro país guiado por la experiencia de McKinnell.
Hace unos días, McKinnell, quien dirige The Warren Legacy Foundation for Paranormal Research y lleva la estafeta del legado de los Warren (familia que tiene en su poder cuidar de la famosa muñeca Anabelle y cuya historia inspiró la saga de películas de terror El Conjuro), visitó el Sanatorio Durán, mantuvo ahí contacto con algunos entes gracias a sus dones psíquicos y aclaró dudas sobre el mítico lugar.
Fue un lunes con un sol potente, pero adentro del Sanatorio el frío en algunos sectores erizaba la piel. A Chris lo acompañaron en su visita varios integrantes de los grupos Investigación ParanormalCR y Círculo Paranormal. Estos entusiastas ticos de lo paranormal llevaron equipo especial de investigación para comprobar si efectivamente en el Sanatorio Durán hay entes; pero Chris no necesitó nada de eso: él solo llevaba en una mano un iPad para registrar videos y fotografías y en la otra el rosario de color rojo que perteneció a su abuela y, en sus adentros, los dones especiales que heredó de Lorraine. “Esto es todo lo que necesito”, explicó.
El especialista, que ha trabajado desde muy joven en casos paranormales, primero con sus abuelos y luego de que ellos fallecieron con la fundación, realizó un recorrido por las instalaciones del Sanatorio. En su primera visita al lugar, asegura, que sí sintió muchas energías.
“Desde que entré sentí una energía, no era una energía mala, simplemente me invitaba a entrar, como si el lugar me estuviera dando una bienvenida. Cuando caminé por el primer pasillo sentí el peso de la energía de las personas que trabajaron aquí, el estrés del día a día, el dolor que vivían al ver personas con sufrimiento y morir”, explicó.
McKinnell contó desde el inicio de su recorrido que los baños del Sanatorio eran lugares especialmente llenos de mucho dolor, que percibió que en esos espacios ocurrieron abusos de todo tipo, incluyendo abusos sexuales.
“Al final de este pasillo hay un cuarto pequeño con una energía muy negativa, en ese cuarto hay un niño”, dijo McKinnell. Ese niño fue al que intentó ayudar para que siguiera “hacia la luz” y al que encomendó a su abuela Lorraine para que lo guiara al camino y reencontrarse con su familia. McKinnell contó que en ese momento cuando tenía la conversación con el espíritu del pequeño tanto su abuela como su abuelo Ed se encontraban en la habitación. “Mi abuelo me reprimía como diciendo que esperaba más de mí. Yo le dije: ‘abuelo, estoy haciendo mi mejor esfuerzo’”.
“Chris tenía como una conversación con el niño, estaba conociéndolo, preguntándole cosas, estaba susurrando, hablaba muy bajo. Esa entidad se le acercó a él. Chris estaba recostado en un muro, concentrado con la mirada fija hacia abajo”, dijo Israel Barrantes, de Investigación ParanormalCR, el momento. Los acompañantes del especialista no lo interrumpieron mientras él hablaba con la entidad.
McKinnell confirmó que en ese momento lo que hubo fue un intercambio de sensaciones y sentimientos. Tristeza, desesperación y que el niño se sentía atrapado.
“Esto es algo que normalmente hago aunque no estoy cómodo con ello. Pero si estoy aquí, tengo que hacer algo bueno. Antes de venir al Sanatorio le pedí a mi abuela que estuviera conmigo”, afirmó McKinnell.
Luego de que el estadounidense saliera de ese cuarto y caminara unos pasos más por el pasillo, los acompañantes de Investigación ParanormalCR afirman que escucharon claramente el llanto de un niño. McKinnell aclaró que él no lo oyó; pero no sería extraño que fuera el mismo espíritu.
“Estábamos revisando, entramos al lugar y escuchamos a un niño llorar, pero resulta ser que acá (Sanatorio) hay palomas y pensamos que podían ser las palomas, pero no. Era un llanto desgarrador”, narró la investigadora paranormal Vanessa Alvarado.
“Yo no lo escuché, así que no puedo decir si fue un espíritu o un ente residual (residual haunting) que son impresiones dejadas en un lugar y este lugar tiene muchos entes residuales. Lo extraño es que los niños que vinieron aquí en los años 80 (cuando era un centro de adaptación para menores de edad) no dejaron impresiones del todo, pero la gente que tuvo tuberculosis y problemas mentales en esta institución dejaron muchas impresiones de tragedia. Eran los trabajadores y la gente que estaba forzada a estar aquí”, afirmó McKinnell.
Una tragedia por investigar
El recorrido continuó con Chris y los investigadores nacionales percibiendo y escuchando cada detalle que tenía el Sanatorio para mostrarles. El frío era algo extraño porque se sentía solamente en algunos espacios y cuando ingresábamos a ellos realmente se notaba un ambiente diferente.
El segundo piso del edificio tenía preparada una sorpresa para McKinnell, algo que lo agobió profundamente cuando lo sintió. Algo parecido sucedió con dos de las integrantes del equipo y una de ellas, apenas terminó de subir las escaleras, se vio afectada, su respiración era agitada, tuvo que recostarse por un momento a la pared y tratar de calmar lo que se podría decir que fue un ataque de ansiedad.
Curiosamente ese ataque lo sufrió mientras estaba al lado de Chris, quien inmediatamente se preocupó por ella y la ayudó a relajarse con un ejercicio de respiración y con su voz cálida y sutil le sugirió que cerrara los ojos, que dejara pasar el momento y que se concentrara en respirar de manera adecuada.
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Otra mujer de pronto también se mostró afectada al punto del llanto. Sus compañeros la tuvieron que sacar del edificio para calmarla. Tanto Chris como Vanessa explicaron que la mujer era una persona muy empática y que al estar expuesta a las energías del lugar sintió profundamente el dolor del que McKinnell había hablado durante todo el recorrido; por eso su llanto, por eso su tristeza.
Cuando llegamos al baño del segundo piso, al que Chris se refirió como un lugar aterrador, el especialista contó que sintió que una persona murió en ese espacio.
“Me gustaría que alguien lo comprobara por mí, pero siento que una persona se quitó la vida en ese lugar. No me gustan estos lugares, los baños no me gustan, en ellos hay mucha energía negativa, mucho dolor”, dijo tajantemente.
-¿Por qué en los baños?
-Porque las personas eran vulnerables en los baños, a veces estaban desnudas y había abusos, esa es la razón. Alguien se ahorcó aquí.
-¿Cómo lo siente?
-¿Cómo puedo explicar esto? Soy una persona muy racional así que cuestiono todo, pero hoy tengo que abrirme y pedir ayuda de mi abuela. Me cuestiono mucho y estando aquí me gustaría que tú, porque tú eres una investigadora, que investigues si eso pasó porque quiero saber. Si yo digo que pasó, no quiere decir que pasó.
-¿Qué es lo que siente para decirlo?
-Básicamente yo soy un conducto para esa energía, de mi parte solo soy un conducto. Lo que hice aquí fue sentir esa energía y expresarla a otros. Yo cuestiono todo, por eso quisiera que alguien investigara.
Al terminar el recorrido en el segundo piso, Chris salió del edificio y necesitó un tiempo para recuperarse de todo lo que había vivido y sentido en el lugar. Sentado en una grada fuera de las instalaciones tomó aire y trató de retomar fuerzas para afrontar uno de los momentos más intensos de la visita: ir a la casa de los doctores, una edificación que se encuentra en la misma propiedad del Sanatorio y que era la vivienda destinada para los profesionales en salud que trabajaban en el lugar.
Desde antes, Chris había visto la casa y aseguró que era el lugar al que menos quería ir. ¿Por qué?
La casa del doctor
El camino entre el edificio principal del Sanatorio y la Casa del doctor está al aire libre, con un césped verde claro bien cuidado y desde donde se aprecian las vacas pastando y descansando al fondo. Hay unos árboles hermosos que provocan una sensación de paz; Chris McKinnell hizo ese pequeño recorrido ya recuperado, pero en el momento en que llegó a la casa, su semblante cambió.
El investigador subió las escaleras hacia una puerta, entró a lo que era una especie de corredor e inmediatamente explicó que sentía una pesadez muy profunda. “Es un lugar horrible”, dijo.
“Siento un dolor en la cabeza, siento enfermedad mental, pero esa enfermedad mental está aquí que es donde el doctor vivía; eso me sorprende. Estoy más abierto de lo que normalmente estoy, pero no me gusta esto”, agregó.
“Él (refiriéndose a un doctor) se sentía bien con esto (el Sanatorio), él estaba seguro de que lo hacía bien y por un tiempo él lo hizo, pero no todo era así. Él ignoraba mucho y después escuchó. No sé quién es, es el doctor, pero no sé cuál porque Dios sabe cuántos doctores trabajaron aquí”.
“No sé qué cosas malas pasaron aquí. Estoy adivinando, no psíquicamente, sino adivinando, que esto se convirtió en una institución psiquiátrica. Sé que atendían la tuberculosis y era entendible que hicieron lo mejor, pero no era la manera correcta de también tratar la salud mental”, finalizó.
¿Asustan o no en el Sanatorio?
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-¿Está el Sanatorio Durán embrujado o poseído o algo por el estilo?
-No hay nada peligroso, excepto el edificio en el que no puedes entrar (el que está en remodelación), pero eso no significa que no haya algo que afecte los sentidos como la tristeza y el dolor. Hay una razón para que este lugar exista, la gente siente, miles de personas sienten algo aquí porque de otra manera nadie vendría.
A esta teoría de McKinnell se suma la de la investigadora Vanessa Alvarado, quien afirma que el Sanatorio está cargado de muchas y variadas energías las cuales en su mayoría llegan al lugar porque las personas que lo visitan con la finalidad de “encontrar algo” las acarrean.
“Las energías originales del Sanatorio son muy pocas, no es que esté infestado de fantasmas, solo tiene muchas energías. Mi punto de vista es que esto es provocado por las personas que vienen con ciertas intensiones”, explicó Alvarado.
El día de la visita fue provechoso, solo contar con la presencia de una autoridad en el tema paranormal en uno de los sitios más emblemáticos de nuestro país fue enriquecedor. Chris m no busca reconocimiento ni ganancias, su meta es ayudar a los vivos... y también a los muertos.