Kurt Cobain murió hace 30 años, pero su leyenda no surgió aquel fatídico 5 de abril de 1994 cuando a los 27 años se quitó la vida. Mucho antes, la música de Nirvana había irrumpido como un torbellino, rompiendo los esquemas del rock y cambiándolo todo, incluso en Costa Rica.
Se ha hablado mucho sobre la muerte de Cobain. Lo oficial es que se disparó con una escopeta después de haberse drogado con heroína y que fue un electricista quien lo encontró tres días después en una habitación sobre el garaje de su casa, en Seattle.
Existen teorías que sugieren que el músico pudo haber sido asesinado, pero a la fecha nada de eso se ha comprobado. Aún así, no faltan fans del artista que piden se reabra el caso, pese a que no hay evidencias que desdigan la explicación del suicidio.
El eco de Kurt sigue resonando en cada rincón del mundo musical, derribando límites incluso décadas después de su trágica muerte, porque Cobain, el alma atormentada detrás de Nirvana, trascendió los límites para convertirse en un símbolo perdurable de la autenticidad y la rebeldía.
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Bien lo había dicho su madre Wendy O’Connor: “Quizá él no sabía lidiar con todo el éxito y por eso lo minimizaba a menudo. Pero su meta era ser tan perfecto como se pudiera, escribir tan bien como se pudiera, cantar tan bien como se pudiera”.
Cobain y Nirvana dejaron una huella imborrable en una generación. A finales de los años 80 y principios de los 90, el trío irrumpió con una ola de disonancia y sinceridad lírica que resonó en todas partes. Sin embargo, la vida personal del artista estuvo plagada de tormentos internos y de una batalla constante entre la creatividad y las sombras de la depresión.
Para entonces, Costa Rica ya estaba inmersa en la ola del grunge gracias a la breve pero sustanciosa discografía del grupo con los álbumes Bleach (1989), Nevermind (1991) e In Utero (1993). Después vendrían producciones recopilatorias y el icónico MTV Unplugged que grabó Cobain con sus compañeros Krist Novoselic y Dave Grohl apenas cinco meses antes de que acabara con su vida.
Esta obra obra consolidó a la agrupación como la imagen del rock alternativo, tanto en el mundo como en nuestro país, convirtiéndose en el arquetipo del genio torturado y el marginado rebelde. Con Nirvana, Cobain ayudó a definir el sonido del género enmarcado en la angustia y el descontento de una generación.
La cruda sinceridad de Cobain, tanto en la música como en su vida personal, lo convirtió en un símbolo de autenticidad en un mundo comercializado, una figura internacional no solo del arte, sino también de la moda y la cultura pop.
Kurt Cobain y la huella que dejó en Costa Rica
Según explicó el productor de conciertos costarricense Ernesto Adduci, la noticia del fallecimiento de Cobain impactó fuertemente en nuestro país, debido a la admiración que su música había generado en los fanáticos costarricenses. El empresario, creador del Rock Fest, recordó que él estaba en su oficina en San José cuando recibió la información. “Fue un momento muy complicado, no era un artista viejo, era un contemporáneo que estaba en la cima”, afirmó.
Adduci señaló que la música de Nirvana rompió con los esquemas de una música más compleja que venía de la década anterior, como el New Wave con sus teclados icónicos y los excesos del glam rock con la exageración de los peinados con laca y la pintura en los ojos.
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“De un momento a otro llegó Nirvana con una guitarra, un bajo y una batería simplificando lo que estábamos oyendo. Diciendo que era más sencillo y aún así le arrearon a todo lo anterior. Eso les dijo a los artistas en general y particularmente en Costa Rica que no había que ser músico de una sinfónica para tocar, que si tenían una guitarra y unos compas en un garaje, se podía hacer música”, explicó el productor.
Su impacto cultural y musical fue global. En el 2010, cuando la revista Rolling Stone publicó la lista de los 100 mejores artistas de todos los tiempos, ubicó a Nirvana en el puesto número 30 y así se describió al grupo en el reportaje: “Nirvana realmente logró una dinámica. Te bajaron, te subieron y cuando presionaron cierto botón, te apoderaron. Rockearon sin prisas y manejaron la melodía sin ser insípidos. Fue emotivo sin sonar anticuado, cursi o débil”.
La misma publicación, en el 2023, colocó a Cobain como el número 32 de los 100 mejores cantantes de todos los tiempos. Billboard, por su parte, lo ha celebrado como uno de los artistas más influyentes del siglo XX.
Siguiendo con datos importantes, Kurt superó a Elvis Presley como la estrella muerta del rock que más discos ha vendido. Y si bien el grunge y la escena musical de Seattle no empezaron con Nirvana (hablemos de Green River, Mother Love Bone e incluso Soundgarden, que ya era un nombre conocido previo a cualquier mención de Kurt Cobain en la prensa), el hito que el trío logró en 1991 con su segundo álbum, Nevermind, atrajo los ojos del mundo sobre la lluviosa ciudad del noroeste estadounidense, impulsando a su vez a otras bandas contemporáneas y vecinas, como Pearl Jam y Alice in Chains.
En Costa Rica, artistas de diversos géneros fueron encantados por la música de Cobain y reconocieron que su huella dejó marcada a esa generación noventera, que estaba ávida de conocimiento y gusto musical sin importar géneros o artistas.
La cantante Sasha Campbell recordó que durante el auge de Nirvana, ella daba sus primeros pasos como programadora y locutora de radio en la emisora Power 95.5. Considera que esa estación estuvo adelantada a su época, ya que no tenían la política de poner solo los éxitos del momento, sino música de calidad aunque fuera independiente.
Si bien Sasha se ha destacado a lo largo de su carrera artística en géneros como el soul y el Hip-Hop, no escapó a la ola de Nirvana. “Era de las personas que tenían una tolerancia para todo tipo de música, en el caso del grupo estaba en el entendido de que era música que estaba definiendo una generación independientemente de que no lo escuchara solo en su casa o en una fiesta”, explicó la cantante.
Agregó que hay artistas que no solo marcaron con su música, sino con ideologías y actitudes, y ese fue el caso de Kurt Cobain en los años noventa. “A esta generación nos caracteriza estar en contra de lo establecido y eso tiene que ver un poco con su legado”, afirmó.
Campbell recordó que hubo emisoras como 91.1 y 103 que sí sonaron mucho la música de Cobain. Además, la imagen que proyectaba el trío liderado por el cantante, dejó un legado importante ligado con una estética definida, una de Camisas de franela y pantalones rotos.
Sasha no recuerda exactamente dónde o cómo se enteró de la muerte del intérprete, pero sí está segura de que la corriente del grunge era desafiante ante las convenciones musicales y culturales del momento. “Había un compromiso por ser auténtico a la integridad del artista, un concepto muy interesante en la industria musical”, manifestó.
Con ella está de acuerdo el cantante urbano Toledo, quien contó que la música ha estado presente en su vida desde niño: es uno de esos fanáticos que reconoce y aprecia el arte en cualquier expresión.
Toledo contó que recién llegado a Costa Rica desde Inglaterra, donde vivió su infancia, sucedió la muerte de Cobain. “Estaba pegadísimo cuando yo estaba en el colegio Dobles Segreda”, recordó el intérprete.
Algo curioso que contó el artista es que el estilo de Cobain era replicado entre los jóvenes de la época. “Tengo muy claro que más allá de la parte visual, lo de él era más que música, era un estilo de vida”, dijo.
Aunque al principio no escuchaba tanto la música de Cobain, fue a los 20 años cuando realmente la comprendió y apreció. “Cuando era más joven, no le prestaba tanta atención. Me gustaban otros géneros. Pero más tarde, realmente me sumergí en sus letras y las disfruté. Están en mi lista de reproducción. Come As You Are y Smells Like Teen Spirit son algunas de mis canciones favoritas”, afirmó Toledo, comparando la carrera de Cobain con la del icónico rapero The Notorious B.I.G, ya que ambos tuvieron discografías cortas pero suficientes para dejar un legado en sus respectivos géneros.
Los dos Kurt, los de los nombres poco comunes
Contrario a lo que muchos ticos han llegado a pensar, el músico nacional Kurt Dyer fue enfático en que él no se puso ese nombre en homenaje a Kurt Cobain, sino que se lo debe a sus papás desde que nació. Sin embargo, toda la vida ha tenido que hacer la aclaración. “Cuando Kurt Cobain se dio a conocer dije que por fin había un famoso para este nombre espantoso que tengo”, bromeó Dyer.
Pero más allá del chiste, el Kurt tico dejó en claro que, aunque no es un fanático de Nirvana, reconoce el legado que marcó y que todavía está vigente. “Siendo un estudioso de la música, en esa época me di cuenta de que Cobain era un punk básicamente tocando música más comercial. Se le vio la frustración. Él realmente era un punk y jamás se imaginó que iba a explotar así y que el mismo éxito se lo comió. Nunca quiso ser famoso y lo demostraba con su actitud”, afirmó Dyer.
Al músico le llamó la atención la personalidad de Cobain, aunque no era su seguidor. También elogió la simplicidad de sus canciones, reconociendo que era un gran compositor que por “más básico que fuera” tenía ese estilo que lo marcó.
El día del fallecimiento de Cobain, Kurt Dyer se encontraba en la casa de su amigo y colega Balerom (de la banda Evolución). Al enterarse de la noticia encendieron la televisión y, al más puro estilo de los años 90, sintonizaron el canal MTV. “Su muerte comprobó lo que realmente era y que el éxito exacerbó sus crisis, sus problemas y sus tragedias mentales. Corroboró lo que uno ya pensaba: que lo que cantaba en serio lo sentía”, concluyó.
Sobre la música, Dyer reconoció que hubo un antes y un después del disco Nevermind. “Cuando estás en el momento, no te das cuenta de que la historia se construye”. Agregó que es increíble que se haya dado ese fenómeno con tan pocos discos por parte de Nirvana, los cuales fueron suficiente para darle visibilidad y énfasis a todo un género.
El paso del tiempo no ha desvanecido el impacto de Kurt Cobain y Nirvana en la música y en la cultura popular. Su legado perdura como un recordatorio poderoso de la autenticidad y la creatividad inquebrantables. Aunque Cobain ya no esté físicamente, su espíritu sigue vivo en cada acorde, en cada palabra de sus canciones que continúan resonando en los corazones de quienes buscan la expresión honesta. Su influencia inspira a aquellos que se atreven a desafiar las convenciones y a forjar su propio destino.