Vendiendo huevos casa por casa. Así fue como un grupo de jóvenes de Ciudad Colón recaudó fondos para la que será una de las experiencias más importantes en su vida de fe: asistir a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se llevará a cabo esta semana en Panamá y será presidida por el papa Francisco.
Doce muchachos guiados por los esposos Gabriela Molina y Álvaro Arguedas lograron su cometido y este domingo 20 de enero viajarán por tierra hacia ese país para ser parte de la histórica reunión. Los fieles de Ciudad Colón son parte del grupo de peregrinos de la Arquidiócesis de San José, que lleva una delegación total de 150 personas.
“Pedimos a crédito los huevos a un señor de la zona. Vendíamos en las casas, en los grupos de matrimonios y hasta nos parqueábamos con el carro en lugares estratégicos para venderlos. Una vez un señor nos echó la policía porque no le gustó que le fuéramos a tocar la puerta de su casa que está en un condominio”, recordó Arguedas, quien es coordinador de este grupo juvenil junto a su esposa.
Al igual que ellos, miles de ticos (jóvenes en su mayoría) han hecho de todo con tal de ser parte de la primera visita del papa argentino a la región centroamericana y que significa a la vez apenas el segundo viaje que hace un pontífice católico al istmo, desde que Juan Pablo II realizó una gira en 1983 en la cual visitó a Costa Rica, Nicaragua, Panamá, Honduras, El Salvador, Guatemala, Belice y Haití.
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“Todo mundo come huevos, fue una buena idea", reflexionó Arguedas, quien recordó que el grupo hizo además ventas de gelatinas, postres y hasta colectas en la iglesia de la comunidad. “Un joven comprometido es mucho más entregado a Dios que un adulto. Cuando toman la decisión de entregarle su vida a Dios, no necesariamente con una vocación especial, sino con el servicio; dedican todo su potencial”, afirmó Álvaro sobre la motivación de él y su esposa para trabajar con estos muchachos.
El grupo viajero de la Arquidiócesis de San José se dividirá en tres autobuses que saldrán la noche de este domingo rumbo a Panamá. Las edades de los peregrinos van desde los 12 hasta aproximadamente los 30 años y cada equipo irá acompañado por coordinadores y líderes de la iglesia que los han guiado no solo en los trámites para el viaje sino también en su preparación espiritual.
“Se ha dado formación espiritual católica en cada comunidad, se le ha explicado a los jóvenes qué representa este peregrinaje en devoción, fe, peticiones y agradecimientos”, explicó Harold Hernández, coordinador general del movimiento Jóvenes en Victoria, junto a su esposa Cindy Chavarría.
En la parroquia Nuestra Señora de la Merced, de Betania, en San José, los jóvenes además de vender rosarios y pan casero a la salida de las misas, se organizaron para llamar más la atención con actividades que no solo los ayudaron a recolectar dinero, sino que también a unir a la comunidad.
Hubo lunada bailable, concurso de karaoke, fogatas y hasta un campeonato del juego Fifa de Play Station. “Todo fue ganancia, los mismos fieles de la comunidad nos ayudaron con los premios, todos colaboraron. Los chiquillos se comprometieron 100% porque sabían que había que trabajar fuerte para ir a la jornada. Logramos conseguir becas para cinco muchachos de bajos recursos que no podían hacerse cargo de ningún gasto económico; otros chicos consiguieron trabajos de medio tiempo o de tiempo completo para ayudarse con los costos”, contó Maureen Cordero, líder del grupo de 18 jóvenes que irán a la JMJ.
Los caminos a la jornada
El camino hacia la JMJ está cargado de historias personales y en comunidad que han vivido los fieles costarricenses. Para Joann Gómez Rodríguez, vecino de Los Guido de Desamparados, asistir a la jornada es la promesa cumplida a su fe.
“Cuando tenía 13 años sufría mucho bullying por mi peso. Un día estaba viendo televisión y me topé con imágenes de la Jornada Mundial que se hizo en Madrid y que era dedicada a la fe, que era lo que más me faltaba en ese momento. Me sentí identificado y me di cuenta de que existe un Dios que me ama”, recordó el ahora profesor de matemáticas.
Joann fue a la iglesia, dice que se arrodilló y le pidió a Dios que le diera la oportunidad de asistir a uno de estos encuentros. “Esperé ocho años para alcanzarlo. La cercanía de la sede con Costa Rica es una gran bendición”, afirmó Gómez. Él, su novia y su hermana decidieron hacer todo lo que estuviera en sus manos para no dejar pasar la oportunidad así que hornearon pan casero y se dedicaron a venderlo entre familiares y amigos; de ¢1.000 en ¢1.000 que valía cada bolsita, se ayudaron para alcanzar la meta.
“Espero encontrar mi vocación, compartir con otras personas que hablan el mismo idioma de la fe, quiero encontrarme con Cristo vivo”, explicó Joann sobre las expectativas de cara a su participación en la jornada.
Justamente entre amigos, familiares y hasta parejas es que van miles de costarricenses a Panamá. En el caso de Zihany Fonseca y Pablo Marín, novios desde hace cuatro años y servidores en la iglesia de Coronado, ellos viajan con los papás de ella por aire.
Los jóvenes son parte del coro de la iglesia y desde que se enteraron de que la jornada sería en Panamá comenzaron a hacer el plan de viaje. Ellos además de compartir su fe y amor, también buscan muchas respuestas como jóvenes que son y esperan encontrarlas en el evento.
“Buscamos un encuentro personal, muchas respuestas, porque uno como joven no se encuentra ni a uno mismo. Espero que estando allá acompañados de muchas personas que buscan lo mismo en medio de oraciones, nos ayudemos a tener ese encuentro personal con Dios”, dijo Zihany.
De acuerdo con los números de la organización de la iglesia, a Panamá irán más de 13.000 peregrinos costarricenses. Eso sí, no todos van en un grupo organizado.
Las hermanas Mercedes e Hilda Chinchilla y sus primas Priscilla Acuña y Raquel Ugalde decidieron emprender el viaje por sí solas. Motivadas por la fe y el amor, las cuatro jóvenes hicieron todo el trámite por su cuenta, buscaron el transporte, hospedaje, alimentación y, por supuesto, ser parte de las actividades de la jornada.
“Cierto día luego de hacer trabajos de la universidad encontré en YouTube un video de la jornada de Brasil (2013). Era la canción Lord I Need You, de Matt Maher, y sentí la necesidad de ir a una jornada luego de ver las imágenes, la fe, la pasión de la gente”, recordó Mercedes.
Ella tenía toda la intención de asistir al encuentro que se realizó en Cracovia, Polonia, en el 2016, pero no lo logró, así que para Panamá tenía que intentarlo. “Decidimos hacerlo todo nosotras mismas porque queremos una experiencia más familiar. Vamos primero para darle un sí verdadero al Señor, llevamos además la ilusión de poder orar junto al Santo Padre por los jóvenes de Centroamérica y para venir de regreso más renovadas en la fe”, aseguró Chinchilla.
Los talentos también son llamados
Uno que ya tuvo una experiencia en este tipo de jornadas es Ernesto Acuña, de 22 años. Él tuvo la oportunidad de asistir a la JMJ de Cracovia e incluso formó parte del equipo de fútbol que jugó el campeonato internacional en la jornada. Este año repetirá en esta selección de fieles ticos en la posición de portero, según nos comentó el coordinador de su grupo.
“Costa Rica tiene fama de país futbolero, así que nos reconocen fácilmente. La vez anterior fue muy divertido ver que nos decían ‘el equipo de Keylor Navas’”, recordó entre risas Ernesto. El joven explicó que algunas de las representaciones deportivas de los países que participan en la copa futbolística se preparan a un alto nivel y que llegan incluso con entrenadores y preparadores físicos, pero que al final, todos responden a un llamado especial.
“Ahí no importa el lugar de donde vienes, todos vamos movidos por una misma causa que al final de cuentas es Dios. Este año el mensaje es especial y específico para los jóvenes”, afirmó.
En Panamá habrá miles de costarricenses que responden al llamado de la fe, pero también hay otros que con sus talentos van con el fin de llevar mensaje y alabanza. Ese es el caso de los cantantes Diana Silva y Álvaro Antonio, quienes tendrán participación artística en la jornada.
Diana estará la tarima Beata Meneses, el miércoles 23 de enero a las 8 p. m. En su espectáculo interpretará cerca de 10 canciones de géneros bailables y baladas. “Es mi primera JMJ, llegar a ella fue de verdad un regalo de Dios porque yo no busqué inscribirme como artista, sino que se dio la invitación por otros medios”, explicó la joven de 29 años. Ella, junto a Álvaro Antonio fueron los que grabaron la versión costarricense del himno de la jornada.
Álvaro, por su parte, tendrá una gran responsabilidad en su voz. Él estará en la tarima principal del evento en el concierto que se hará después de que el papa Francisco de la bienvenida a la jornada, su presentación será a eso de las 9:30 p. m. “Hay un compromiso muy grande, no solo es cantar sino ser testimonio”, afirmó el artista.
Miles y miles de peregrinos
La organización de la iglesia se ha dividido en equipos de trabajo que se han repartido las diferentes responsabilidades de la logística que van desde la inscripción oficial de los peregrinos a la jornada, hasta temas de traslados, custodia de menores, alimentación, hospedaje y la participación de la delegación costarricense en las distintas actividades que se llevarán a cabo en el gran encuentro.
También han sido los encargados de la hospitalidad para los peregrinos internacionales que se encuentran en nuestro país como parte de Días en la Diócesis, una actividad previa que alberga a los fieles en los días previos a la jornada.
De acuerdo con Óscar López Powan, coordinador de la Arquidiócesis de San José, esta es la primera vez que esta actividad se lleva a cabo en un país diferente al de la sede. “Es un espacio de intercambio cultural que se aprovecha también como descanso para los viajeros que van hacia la jornada. Se aprovecha y se les da abrigo como hermanos que somos”, afirmó López Powan.
Según la información oficial, a nuestro país llegaron peregrinos de 30 países como Estados Unidos, México, Brasil, Polonia, Austria, Francia, España, Corea del Sur, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Guatemala. Se sabe que por nuestro país pasarían más de 45.000 peregrinos internacionales hacia Panamá, sumados a los más de 13.000 ticos que viajan: en total por la frontera pasarán 58.000 fieles provenientes de Costa Rica.
Para facilitar el viaje, diferentes entidades costarricenses (Dirección Nacional de Aduanas, Comisión Nacional de Emergencias, Policía de Tránsito, Fuerza Pública, Bomberos, Cruz Roja, Ministerio de Salud, entre otras), han dispuesto distintos operativos para apoyar el paso y la salida de los peregrinos que viajan a Panamá movidos por la fe.