Bryan Herrera Quesada quedó desempleado los primeros días de enero. Al vecino de San Antonio de Coronado lo cesaron alrededor de seis meses después de haber sido contratado como chofer repartidor de una empresa familiar de suministros de oficina.
Una crisis económica que obligó a su empleador a replantear el negocio y la permanencia o no de sus empleados en la planilla, terminó con el trabajo de este joven de 26 años.
En el lugar había comenzado a laborar apenas en julio del 2019, casi un año después de haber renunciado a sus labores de mensajero de una venta de repuestos como consecuencia de un accidente de tránsito del que fue víctima en el 2017, y que lo mantuvo incapacitado por largo tiempo.
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La impresión del suceso y las consecuencias psicológicas del mismo fueron las razones que motivaron su salida de la empresa. A ello se sumó la imposibilidad de su entonces jefe para reubicarlo en otra posición dentro de la misma compañía.
Tras convalecer por varios largos meses (más de un año) y luego de ser dado de alta en el Hospital del Trauma, Herrera comenzó la intensa búsqueda de un nuevo empleo, ese mismo que le llegó en julio y del cual fue cesado en enero.
“Fue difícil aceptar que había quedado nuevamente sin trabajo, pero todo lo puse en las manos de Dios. Tenía la esperanza de conseguir un nuevo empleo en los primeros meses del año, pero la oportunidad aún no llega y se complicó un poco más con esta situación de emergencia que se vive por la pandemia”, comenta.
La ilusión por reincorporarse a la fuerza laboral del país sigue tan viva como siempre y aunque la desesperanza a veces le quiere jugar una mala pasada, orar ha sido su arma para combatirla, según dice.
Este muchacho forma parte de las 379.000 personas que están desempleadas en el país. La cifra representa una tasa de desempleo de 15,7 por ciento, según el reporte más reciente del Instituto Nacional de Estadística y Censos que refleja los efectos del covid-19 en la tasa de ocupación nacional.
El panorama evidencia la titánica tarea que significa para la población nacional desempleada volver a ocuparse en medio de una contracción económica sin precedentes. Bryan Herrera asegura haber aplicado a más de una veintena de puestos de trabajo y, a pesar de eso, aún hoy su situación no ha cambiado.
Despuntará
“Es cierto que la situación económica del país y del mundo es difícil, mas también es cierto que vendrá un rebote y una recuperación de las economías. Habrá oportunidades laborales durante ese rebote y muchas más, una vez que se logre consolidar la recuperación de la economía”, dice Alberto Franco, economista de Ecoanálisis y exdirector del Banco Central.
Franco destaca que si bien muchos sectores de la economía han sido arrodillados por la pandemia, hay otros que se han sostenido bien a pesar de la crisis, incluso manteniendo activos sus planes de expandir o consolidar sus operaciones en el país; sin embargo, destaca el especialista, la formación y calificaciones de los aspirantes resulta clave en una contratación.
“Algunos de esos sectores (que se mantienen activos) son de la economía primaria como la agricultura y otros de la economía secundaria como la manufactura de dispositivos médicos en las zonas francas. En la economía terciaria o de servicios se continúan observando buenos niveles de actividad en comercio electrónico, consumo de alimentos y medicamentos, y tecnología”, apunta Alberto Franco.
A pesar de las impresiones esperanzadoras del economista, este no oculta que para las personas que arrastraban condición de desempleo antes de la explosión de la pandemia, ocuparse nuevamente será un poco más complicado que para aquellos que fueron cesados a partir de marzo y los meses siguientes, producto de los embates del covid-19 en los negocios.
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“Será más complicado para ellos, no hay duda, y dependerá mucho de las destrezas que tengan, de la formación educativa y de la experiencia, y entre más tengan de cada una de esas tres cosas, habrá más chance de incorporarse al mercado laboral formal, donde las condiciones socioeconómicas para los trabajadores son más favorables”, señala Franco.
En ese sentido, el economista recomienda a las personas desempleadas identificar muy bien las áreas de interés, investigar más detalladamente sobre dónde es que están esas oportunidades de trabajo (puede ser muy variable en el tiempo), hacer uso de medios digitales para acceder a plataformas que enlistan opciones disponibles de trabajo y aprovechar posibilidades de capacitación o certificación que ofrecen instituciones como el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) y el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt) en áreas de alta demanda de trabajo.
“Ninguno tiene que darse nunca por vencido. Tienen que ser persistentes, sistemáticos y organizados en sus búsquedas”, remata Franco.
Condición temporal
Natalia Severiche, de ManpowerGroup Costa Rica, también recomienda un tono más conciliador del desempleado con su condición. Según ella, el periodo de desempleo hay que verlo como una “gran oportunidad” y un momento de transformación y evolución.
“Lo que recomendamos es que las personas se tomen este tiempo para prepararse y que lo vean como un espacio para la transformación, pero también la persona desempleada tiene que mantener una búsqueda activa de empleo y eso se hace a través de la promoción entre las redes de contactos personales: redes digitales, sociales, sitios web de empresas, portales de empleo…”, menciona Severiche, quien lidera la operación en el país de Manpower.
Otra sugerencia para esa población es mentalizarse de que el desempleo será una condición temporal y que pasará. “Debemos trabajar personalmente para que este proceso no sea complicado, lo mejor es que lo veamos como una oportunidad y aprovechemos ese tiempo para capacitarse en línea en algún tema y para darle un concepto más coherente a lo que queremos hacer y a la imagen profesional que queremos proyectar”, enfatiza la profesional.
En ese proceso de exploración, Severiche afirma que “es fundamental revisar qué habilidades me distinguen de los demás y qué nuevas destrezas podría comenzar a trabajar o pulir, esto con el fin de, precisamente, encontrar la oportunidad que se busca. Hay que tener claro el objetivo de hacia dónde queremos llegar, y trabajar en obtenerlo”, remata Severiche.
Javier Rojas, psicólogo clínico y vocero del Colegio de Profesionales en Psicología, indica que ante el panorama actual en la economía y frente a esa “espera” que significa para miles de personas la incorporación o reincorporación al mercado laboral, es posible que esa población desarrolle mucha angustia e intranquilidad.
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“Frente al covid-19 no hay duda de que hay que tener una espera. Hay que esperar la oferta laboral y hay dos tipos de espera, la inactiva que produce mucha angustia y es cuando la persona se queda sentada sin hacer nada; y la espera activa que no es angustiosa porque en ese tiempo la persona hace algo paralelo a la búsqueda. En el caso del covid-19, la persona tiene esas dos opciones, pero la espera activa es muy terapéutica”, explica el especialista.
Rojas ejemplifica la espera activa con aquella persona que fue cesada en esta etapa de pandemia o que estaba desempleada de antes, y emprendió algún proyecto modesto con alguna habilidad que le pudo generar un rédito. Otras muestras de espera activa son las de aquellos quienes, para cotizarse mejor en el mercado, se capacitaron en idiomas o en otras áreas, incluso técnicas.
“El cerebro asumirá esa espera activa y eso ayudará a la persona a estar más tranquila. Quizá esa forma en que se decidió hacer la espera activa no sea el objetivo, pero sí es una visión intermedia, que ayudará a que la persona se tranquilice por las interpretaciones que hace el cerebro”, apunta Rojas.
Esos detonantes emocionales que se producen en la individualidad de cada persona en condición de desempleo, en este caso, proviene de la construcción social que se ha hecho durante el tiempo con el trabajo como concepto y se atenúa a partir de quienes somos.
“El trabajo está muy vinculado al esfuerzo de mi cuerpo por algo, ese esfuerzo desde mi experiencia, conocimientos y logros para satisfacer mis necesidades por medio de algo que me da a cambio y que me permite acceder a bienes y servicios, y que tiene un entorno social que nos permitirá construir valores como vínculos sociales, por ejemplo”, explica la doctora en sociología, Silvia Rojas.
“Pero en estos tiempos vivimos una contradicción porque ese espacio (el trabajo) que da seguridad porque me da de comer, ahorita también significa riesgo, y ese riesgo se constituye en una vulnerabilidad interna que puede llevar al miedo, a la angustia y a la incertidumbre y eso lo vamos a vivir a partir de quiénes somos. Cada quien construirá una representación del miedo por su condición y sus roles”, agrega Rojas, docente de la Universidad Nacional.
Silvia Rojas establece también la importancia de reivindicar prácticas tipo economía solidaria (trueques) como medida paliativa, pero también como forma de hacer comunidad en tiempos difíciles. Eso sí, asegrura, siempre debe prevalecer el respeto a las medidas sanitarias instruidas por el Ministerio de Salud.
Nuevo proceso
Natalia Severiche, de ManpowerGroup, alerta a la población desempleada de que las empresas de hoy están en la búsqueda de personal con nuevas habilidades, entre ellas liderazgo, buena actitud, comunicación, trabajo en equipo y flexibilidad. “Todos de una u otra forma debemos ajustarnos a la nueva realidad”, apunta.
En ese proceso de cambio, manifiesta Severiche, es crucial trabajar en una Hoja de Vida que destaque esas habilidades y destrezas, pues será el primer acercamiento entre un candidato con su posible empleador.
De ese resumen personal dependerá en gran medida la coordinación de la entrevista que, en tiempos de pandemia, pasó a ser un proceso virtual.
“La mayoría de los procesos se volcaron a lo virtual y el reclutamiento no fue la excepción. A las personas que están en la búsqueda de trabajo lo primero es no tenerle miedo a esas nuevas herramientas, y lo segundo es garantizarse a sí mismo que todo funcionará para el momento en que se me agende una entrevista laboral por medios virtuales”, aconseja Severiche.
Es decir, son cruciales a tomar en cuenta aspectos como la plataforma a través de la cual se realizará la entrevista, habilitar una cuenta formal en dicha aplicación y comprobar de previo temas como el audio, la calidad de la red, la cámara y el aposento de la casa desde donde se atenderá la cita.
En caso de que la persona no tenga acceso a una computadora, el dispositivo móvil se puede adecuar a ese proceso.
“Las personas que están a la espera de una oportunidad laboral lo que tienen que hacer es trabajar por ese objetivo desde todos los frentes”, finaliza la experta, quien no deja de subrayar la temporalidad de la situación para Bryan Herrera Quesada y los miles más de desempleados que esperan mejores tiempos para ellos, para el país y para la economía colectiva.
“Llegará. Sé que esto es una prueba, pero lo mejor está por venir”, concluye Bryan Herrera aferrado a un tono con el que parece alentarse a sí mismo.