“Esto no es sobre odio, es sobre tener miedo esa noche”, dijo llorando la expolicía de Dallas, Amber Guyger, durante el juicio que se le siguió por haber matado a su vecino, el joven contador afroamericano Botham S. Jean, de 26 años.
Días después de su testimonio, el 1.° de octubre de este año, Guyer fue declarada culpable de asesinato por dispararle a Jean en su propia casa el año pasado, en lo que ella aseguró fue un "trágico error".
Su sentencia: 10 años de cárcel, poco tiempo según los expertos, considerando que pudo haber recibido hasta 99 años de prisión.
Este caso, aunque concluyó hace algunas semanas, sigue siendo noticia por las circunstancias en las que se dio la muerte de Botham, todo lo que pasó durante el juicio, los sucesos que ocurrieron al dictarse la sentencia y el asesinato de uno de los principales testigos del proceso.
Trágica confusión
El 6 de setiembre del 2018, Amber Guyger –de 32 años de edad y con 4 años de ser parte del Departamento de Policía de Dallas– llega minutos antes de las 10 p. m. a su apartamento, ubicado en el complejo residencial South Side Flats, después de una extenuante jornada laboral de 13 horas.
Guyger arriba al edificio habitacional, camina a su apartamento y se sorprende al ver la puerta entreabierta. Al acercarse, escucha ruidos en el interior y decide enfrentar lo que ella considera es un intruso en su hogar. Entra, avanza, saca su arma reglamentaria, dispara y mata al desconocido.
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Segundos después Amber se da cuenta de que cometió un grave error que le daría un terrible giro a su vida: había parqueado su vehículo un piso más arriba del suyo, caminó por pasillos equivocados para llegar hasta la que pensó era su morada e ingresó por error a un apartamento que no era el suyo.
Esa noche, luego de trabajar todo el día en PricewaterhouseCoopers, Botham S. Jean se había servido una taza de cereal y se disponía a ver tranquilamente un partido de fútbol hasta que una desconocida ingresó en su casa, le gritó y cuando trató de incorporarse le disparó.
“¡Oh por Dios, porqué me hiciste eso!”, fueron las últimas palabras que le gritó Jean a Guyger minutos antes de morir. Nunca entendió qué estaba sucediendo.
Ese atroz error desencadenó una serie de hechos sin precedentes en Estados Unidos: luego de viralizarse la noticia en todo el mundo, la comunidad afroamericana se manifestó para pedir justicia para Jean y denunciar el constante abuso policial que sufre la población de color en ese país. Para ellos, Guyger mató a su vecino por ser negro.
La periodista Amanda Mars de El País de España, describe a la perfección lo que sufren los negros en ciudades como Dallas cuando son detenidos por un policía y que quedó latente por este caso: “Un afroamericano en Estados Unidos sabe que sacar su cartera de la guantera sin permiso durante un control de tráfico significa arriesgarse. El agente puede creer que busca un arma y matarle. Un montón de videos de muertes similares lo atestiguan”.
La muerte de Botham S. Jean también se da en Texas, un estado en el ojo del huracán durante décadas por sus insólitas situaciones de violencia: desde el asesinato de JFK en 1963, hasta el caso más reciente, en el 2016, cuando Micah Johnson decidió acabar con la vida de cinco agentes en medio de una protesta por la brutalidad de la policía.
Fuera un error o no, Guyger era otro rostro que reflejaba el abuso policial contra la comunidad afroamericana. Muchos se hicieron la misma pregunta: ¿Le hubiera disparado a un blanco?
Indignación
Desde que se inició la investigación del caso, las acciones de la Policía de Dallas generaron indignación y críticas. Al principio Guyger ni siquiera fue arrestada, solo fue dada de baja, y acusada en ese momento de homicidio imprudente.
Sus superiores también fueron señalados cuando no tomaron oportunamente una decisión sobre el futuro de Guyger dentro del cuerpo policial. Fue hasta 18 días después del incidente que, por presión de la comunidad, las redes sociales y los medios de comunicación, decidieron despedirla.
“¿Qué pasó? He hecho demasiadas preguntas y me han dicho que todavía no hay respuestas”, reclamaba frente al Departamento de Policía Allison Jean, madre de la víctima, semanas después del asesinato, en una de las tantas manifestaciones realizadas para pedir justicia y denunciar la lentitud de la investigación.
Sin embargo, el caso dio un giro aún más controversial cuando se dio a conocer el propio día del funeral de Botham la orden de allanamiento de su apartamento, en el que se había decomisado una pequeña cantidad de marihuana (10.4 gramos).
La cadena de noticias Univisión en Dallas entrevistó a Allison, quien “denunció que querían ‘asesinar’ la memoria de su hijo y que la policía estaba ‘tratando de esconder lo que hizo el diablo, Amber Guyger’”.
“¿Por qué está siendo investigado Botham Jean como si él fuese el criminal?”, cuestionó un activista a Univisión.
El abogado de la familia de Jean, S. Lee Merritt, siempre recalcó que aunque la víctima no tenía antecedentes y llevaba una vida normal, la policía desde el principio de la investigación trató de hacerlo ver como un criminal.
Lo mismo ocurrió con una mujer solo identificada como Bunny, una de las testigos claves del caso, quien grabó a Guyger segundos después de haberle disparado a Botham. En el video se muestra a Guyger caminado desesperadamente de un lado a otro y hablando por teléfono con quien parece ser su pareja sentimental. Minutos después se ve cómo un grupo de paramédicos tratan de salvar a Botham mientras lo sacan en una camilla de ambulancia.
En una entrevista a Advise Media Network, Bunny –quien también vivía en ese complejo habitacional– contradijo la versión de la expolicía, lo que activó una investigación en su contra para tratar de desprestigiarla.
Para Bunny es imposible que Guyger se hubiera equivocado de apartamento y aseguró que por el tipo de cerradura era imposible que la puerta estuviera entreabierta.
Algunos miembros de la comunidad afroamericana denunciaron cómo la Policía trató de “demonizar” a Bunny, quien solo grabó un video, en lugar de investigar los antecedentes de Guyger, quien al final fue la culpable de matar a su vecino.
También generó mucha suspicacia de que no se revelara inmediatamente la grabación de la llamada que Guyger hizo al 9-1-1 luego del incidente.
En el audio –que se realizó a las 9:59 p. m. y tuvo una duración de 5 minutos con 38 segundos– Guyger se escucha muy afectada por la situación y repite constantemente que se había equivocado de casa y que iba a perder su trabajo. También intenta que Botham no pierda el conocimiento mientras le decía: “Amigo, amigo, ya vienen. Lo siento mucho, amigo”.
“No fue mi intención, no fue mi intención. Lo siento tanto. Quédate conmigo amigo, quédate conmigo”, le volvió a decir.
El juicio
Este proceso desde su comienzo tuvo muy presente la herida racial que sufre Estados Unidos, aunque quedó claro en los primeros días del juicio que nunca existió ningún vínculo entre la policía y el joven negro. El error de ella también quedó evidenciado desde que parqueó su vehículo en el piso de su vecino y no en el suyo.
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Sin embargo, sí hubo algunas contradicciones que pusieron en duda la veracidad de lo que había relatado Guyger el día del suceso. Afuera del apartamento de Botham había una gran alfombra roja que tuvo que haber alertado a Guyger de que algo andaba mal.
También se le cuestionó el hecho de que no pidiera refuerzos cuando se percató de que había un intruso en su casa, y que en su lugar decidiera ingresar y matarlo.
Por esa razón, el abogado Merritt aseguró durante todo el juicio que el desenlace de esta hecho hubiera sido muy distinto si Botham hubiera sido blanco. Aseguró que de haber sido ese el caso, la oficial se lo hubiera pensado dos veces antes de disparar con la intención de matar.
"Su cultura, su experiencia, le dicen que no puedes disparar a un blanco y librarte de ello, así que das un paso atrás y te lo piensas, te das un tiempo, miras un poco más los muebles, las cosas y dices: ‘esta no es mi casa’”, reflexionaba en una entrevista que le realizó El País de España.
Durante su testimonio frente al jurado, Guyger aseguró que le disparó a Botham porque tenía mucho miedo y en ese momento estaba segura de que quien fuera que estuviera en su apartamento la iba a matar. Sus palabras fueron replicadas por cientos de medios en todo el mundo: “Y lo siento, tendré que vivir con esto el resto de mi vida”, dijo en un profundo llanto.
Según los expertos, a Guyger también le afectó el hecho de que dijera sin contemplaciones que cuando decidió disparar era para matarlo y no para defenderse.
Los abogados de la familia de la víctima aseguraron que Guyger, además de cansada estaba distraída porque momentos antes del incidente había intercambiado varios mensajes, algunos muy sexuales, con Martin Rivera, uno de sus compañeros en el departamento de Policía de Dallas.
Finalmente, se le cuestionó a la policía el hecho de que inmediatamente después del incidente, en lugar de asistir a la víctima, decidiera llamar a sus familiares, poniendo primero sus necesidades antes de los de un hombre a quien acababa de herir por error.
Luego de que fuera declarada culpable y sentenciada a 10 años de prisión por un jurado compuesto en gran parte por mujeres y personas de color, el veredicto fue recibido con abucheos y mofas por una multitud reunida fuera de la sala del tribunal.
A pesar de ello, Benjamin Crump, otro de los abogados de la familia de Jean, dijo: “Este jurado hizo historia en Estados Unidos porque fue lo mejor que le pudieron ofrecer a un joven de 26 años, universitario, hombre negro, contador público certificado, trabajando para unos de las compañías contadoras más importantes del mundo. Pero no debería tomar todo eso para que personas negras desarmadas obtengan justicia”, reclamaba con ímpetu frente a una multitud.
Insólito
Aunque muchos pensaron que luego de la sentencia el caso de Amber Guyger se calmaría, varios hechos que ocurrieron el propio día del veredicto y días después lo mantuvieron en el ojo público.
El más emotivo fue cuando el hermano de Botham, Brandt Jean, de 18 años, luego de escuchar la sentencia, se dirigió a la asesina de su hermano y le dijo: “Te perdono”.
"Te quiero como persona y no te deseo nada malo, ni siquieras que vayas a la cárcel", añadió.
Brandt le solicitó a la jueza Tammy Kemp si le permitiría abrazar a Guyger. "No sé si esto es posible pero, ¿puedo darle a ella un abrazo, por favor?", preguntó. La jueza, aunque lo dudó, decidió autorizar la solicitud de Jean cuando este le insistió. Esa imagen le dio la vuelta al mundo.
Otro hecho que generó igual críticas como elogios fue el de la jueza, de raza negra, quien luego de consolar a la familia de la víctima, se acercó a Guyger para animarla, darle una biblia y, a pedido de la acusada, abrazarla.
Kemp, en varias entrevistas a medios estadounidenses, contó que sintió compasión cuando Guyger le preguntó si podría recibir el perdón de Dios. La jueza le aseguró que sí, y fue en ese momento en el que la acusada le comentó que no tenía una biblia. Kemp, sin pensarlo dos veces, tomó la que tenía en el estrado y se la regaló. Fue en ese momento cuando Guyger le pidió el abrazo.
Cuando se le cuestionó a Kemp por el gesto de compasión que le había ofrecido a la acusada, ella dijo: "Francamente, no creo que recibiría esta crítica si la señorita Guyger fuera una mujer negra. Odio que limitemos nuestra compasión a una raza”, dijo.
Además, según The New York Times, la Freedom From Religion Foundation, un grupo nacional que lucha por defender la separación de la iglesia y el estado, presentó una queja ante la Comisión de Conducta Judicial de Texas, argumentando que el “proselitismo” de la jueza equivalía a una violación de la ética.
Pero estas muestras de afecto quedaron opacadas cuando el 4 de octubre asesinaron a Joshua Brown, otro testigo clave en el juicio contra Guyger, diez días después de haber testificado.
Brown, quien fue vecino de Botham, contó durante su testimonio frente al jurado cómo el día del incidente escuchó lo que describió como “un encuentro sorpresivo entre dos personas” y luego dos disparos, según el sitio web de Univisión.
Aunque hubo muchos rumores sobre los motivos de este asesinato y su relación con el caso de Guyger, la Policía de Dallas desmintió que la muerte de Brown tuviera algo que ver con el juicio y aseguró que el trágico incidente estuvo relacionado con el tráfico de drogas.