Era su último día de trabajo y lo disfrutó a más no poder. Recibió muchos abrazos, caricias, cariño, respeto e incluso una lluvia de pelotas de tenis que la puso a correr por todos lados. Así fue la gran despedida que recibió Sombra, la policía canina de la unidad K-9 de la empresa Dos Pinos. Fue tanta la algarabía por la pensión de esta oficial de cuatro patas que hasta la vaca Lula se sumó a la fiesta.
Desde que llegó a las instalaciones de la compañía, Sombra fue la gran estrella, y no es para menos, ya que durante seis años, además de su labor como oficial de narcóticos, ella se ganó el amor de sus compañeros de trabajo por ser una perra dócil, amable y feliz. En su paso por la empresa, las personas salían de sus oficinas para decirle adiós con un abrazo y, por supuesto, para tomarse fotos con ella.
Este jueves 21 de noviembre, Sombra llegó temprano a la empresa, acompañada por su guía Vinicio Rivera, con quien ha trabajado mano a pata desde hace dos años. Ellos se convirtieron en amigos inseparables, la fortaleza uno del otro. Tanto que a Vinicio, cada vez que recordaba que era su último día junto a Sombra, se le salían las lágrimas y se le quebraba la voz. Para él fue muy difícil despedirse de su amiga y compañera, pero está alegre porque sabe que, a partir de ahora, Sombra se dedicará a jugar y a descansar en un nuevo hogar.
Esta perra, de la raza pastor belga malinois y ocho años de edad, se encargaba de revisar desde los contenedores de exportación hasta las bodegas para detectar cualquier tipo de narcóticos y evitar que salieran de la empresa, como parte del compromiso de la compañía en la lucha contra el tráfico de estas sustancias.
Pero, a partir de ahora, se dedicará solo a ser una perrita feliz, ya que una colaboradora de la compañía la adoptó y la llevará a su hogar para recibir todos los cariños posibles.
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El homenaje a Sombra se realizó en una sala de Dos Pinos, donde, además de varios compañeros de seguridad, también se sumaron otros empleados de la empresa para decirle adiós. También estuvieron Bullet y Toby, dos de los perros de la K-9 que trabajaron con Sombra.
En la actividad, como buena perra de narcóticos, Sombra dio una última muestra de la calidad de su olfato. En el salón, colocaron seis cajas de cartón, una de ellas impregnada con un olor específico para que Sombra identificara cuál estaba “contaminada”. Ella olió cinco de las cajas y, al encontrar la sexta con el aroma particular, se sentó frente a ella. Ese fue el momento más emotivo de la despedida, ya que, al cumplir con su misión, su guía la premió con un juguete y todos los asistentes le lanzaron varias pelotas de tenis para que ella se diera gusto jugando.
Los aplausos no se hicieron esperar. Sombra corrió y disfrutó de su último día de trabajo. Fueron seis años de servicio y ahora podrá vivir al máximo su vida como perra, sin cargar con la placa que la identificó como parte de la seguridad de Dos Pinos.
La gran responsabilidad de Sombra como oficial K-9
Vinicio Rivera, guía y compañero de Sombra en la unidad K-9, explicó que el trabajo diario de Sombra y los otros oficiales caninos consistía en la revisión de contenedores, casilleros y bodegas de la compañía para buscar sustancias ilícitas.
“Una empresa como esta tiene en sus fines la exportación, así que se hacen búsquedas para que todo se vaya totalmente limpio", explicó Rivera.
Este trabajo se realiza a diario en todos los camiones y las cargas que salen de Costa Rica. El día comienza a las 6 a.m. con una revisión de los perros que va desde sus oídos hasta sus patas para confirmar que estén sanos y en buena forma.
Los oficiales caninos trabajan durante jornadas de ocho horas en lapsos de 30 minutos a una hora, con una hora de descanso entre cada trabajo. Y aunque están muy bien entrenados, para ellos la búsqueda es como un juego que, al final, les representa un premio.
Los perros, al igual que lo hizo Sombra durante sus años de servicio, son entrenados a diario en la empresa en temas de reconocimiento y búsqueda de olores. También hacen juegos y actividad física en una cancha de fútbol que tienen en las instalaciones. Además, descansan los fines de semana bajo la supervisión de cuidadores especiales dedicados a ellos.
“Me siento muy triste, esto ha sido un proceso muy duro para mí. Sombra es muy querida, es un ícono en la empresa. Donde quiera que vayamos, todos la quieren acariciar porque ella es muy cariñosa. Pero también estoy feliz porque sé que la persona que la adoptó es muy cariñosa con los animales", afirmó, dolido, Rivera.
Sobre el trabajo que ha realizado Sombra a lo largo del tiempo, Ricardo García, gerente de seguridad, expresó en la actividad de jubilación que el carácter, la energía y la pasión de la perra han sido fundamentales para el éxito de la Unidad Canina.
“No solo destacó por su habilidad y desempeño, sino también por la calidez y el cariño que dejó marcado en todas las personas con las que interactuó día a día. Hoy queremos agradecerle a la oficial Sombra por cada revisión, por cada patrullaje y por cada momento que compartió con nosotros", manifestó García.
El gerente agregó que tanto el trabajo de Sombra como el de los oficiales humanos y caninos de la K-9 es fundamental en la prevención, y que hasta el momento nunca han encontrado una carga contaminada.
El departamento no podía quedarse con un oficial menos, así que ya tienen al suplente de Sombra: un perro que tiene unas huellas muy grandes que llenar. Se trata de Blacky, otro pastor belga malinois.
El nuevo miembro de la K-9 llegó desde México hace poco más de una semana. Tiene un año de edad y está muy bien entrenado para reemplazar a Sombra. “Es un ejemplar muy dócil, que creo que también se va a ganar el cariño de todos. Todavía está cachorro, pero tiene la edad y el entrenamiento suficiente para hacer frente a las labores", manifestó García.
El nuevo hogar de Sombra para disfrutar de su pensión
En Dos Pinos sabían que Sombra, después de su retiro, necesitaba un tiempo de paz y tranquilidad alejada del trajín del trabajo, así que la mejor opción para que ella viviera plenamente su pensión era encontrarle un hogar cálido y amoroso que le brindara no solo eso, sino también espacio y cuidados. Por eso, realizaron un proceso de selección muy detallado entre varios empleados.
Se hizo una especie de concurso interno, en el que los colaboradores de la empresa se postularon para adoptar a Sombra. Después de un riguroso estudio, la afortunada fue María Elena Chacón, quien tiene 36 años de trabajar en la compañía.
Ella vive en su casa con sus hermanos y un hijo. No tienen mascotas (uno de los requisitos fundamentales) y tiene un buen espacio para que Sombra descanse a sus anchas.
Doña María Elena trabaja en el departamento de exportaciones, así que ya tenía cercanía con Sombra. “Todos en la familia estamos emocionados por la llegada de Sombra”, dijo la adoptante, quien afirma estar más que feliz por darle una nueva familia a la perra policía.
Sombra, después de varios años de servicio en la búsqueda de narcóticos en Dos Pinos, ahora tiene todo el derecho de vivir su vida como una perra feliz y tranquila. Lula le agradeció con un juego con pelotas de tenis por la entrega y el cariño hacia ella.