Lago Maggiore: el lugar de retiro soñado sí existe
No es el más conocido atractivo de Italia, y eso está bien: al pie de los Alpes, este lago atrae a retirados de toda Europa que buscan un lugar apacible (y sin hordas de turistas) en medio de paisajes espectaculares
Si bien es compartido por Suiza e Italia, para todos los efectos el Lago Maggiore es un activo del segundo, no solo porque se extiende predominantemente por tierras de esa nación, sino también porque es mucho más accesible desde las decenas de pueblitos italianos que, diseminados a lo largo de su ribera, invitan a sentarse a tomar una copa de vino y dejarse llevar por la vista, que impresiona.
Con una extensión de 64 kilómetros, el lago está ubicado al norte de Italia o al sur de Suiza (depende a quién le pregunte), y es el segundo lago italiano más grande. Pese a su extensión, se trata de un lago más bien estrecho, en el que hay visibilidad de la orilla contraria, casi desde cualquier punto. Por eso, es común el ir y venir de todo tipo de embarcaciones en medio de las impecables aguas de origen glaciar.
Las montañas llegan casi hasta la orilla del agua, por lo que los caminos son sinuosos en medio de los peñascos y el lago. Así, las villas de descanso aprovechan cada centímetro cuadrado posible entre el agua y los cerros, por lo que a sus propietarios no les queda otra que despertarse todas las mañanas con el lago a pocos pasos de distancia... sí, pobrecitos.
Es aquí donde se entiende por qué los italianos aman los carros compactos, pues los pueblos se extienden en vertical, escalando las montañas. Pensar en andar con tremenda “toyotona” por las calles en constante ascenso y poco espacio es una locura, por eso nada mejor que ir en un “fiatcito” que jale bien y se acomode en cualquier lado.
Las comunidades que rodean el lago se repiten como patrón de dibujos animados: muelles que parecen salidos de una acuarela, parquecitos inmaculados, restaurantes y cafés íntimos y acogedores, hoteles señoriales que remiten a tiempos dorados, y tiendas donde reciben a los clientes con tremenda sonrisa.
Gracias a su clima mediterráneo, esta es una zona exuberante en vegetación, llena de verde y donde abundan las abejas, mariposas, aves y donde no es raro ver a un venado o a un zorro cruzar la calle.
Acá le compartimos algunas imágenes que apenas sirven como una superficial pincelada de la idílica existencia que se da en esos parajes, donde lo predominante es ver a adultos mayores, muchos, disfrutar de la gastronomía local, llevarla suave y dedicarse al ocio, sea visitando los palacios que están en las islas o bien charlando como si la vida no tuviera prisa, como si nada les urgiera... pues nada les urge.
Jefe de información de Entretenimiento. Ingresó al Grupo Nación como periodista de espectáculos al diario Al Día en 1999 y luego pasó a La Nación y al periódico juvenil Vuelta en U, del cual fue su director. Graduado de la Universidad de Costa Rica.
En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.