Es inofensivo y dócil. Se alimenta casi exclusivamente de plantas que crecen en aguas dulces y saladas de la zona costera, incluyendo pastos y algas marinas, entre más de 60 especies vegetales. Siglos atrás, los marineros creían que estos mamíferos marinos eran las mitológicas sirenas.
En honor a esa creencia, hoy es clasificado en el Orden Sirenia (sirenas, en griego antiguo).
A pesar de sus enormes dimensiones, con 500 kilogramos de peso promedio y cerca de tres metros de longitud, su apariencia resulta enternecedora, pues su cuerpo tiene forma redondeada, sus manos son aletas y sus patas traseras evolucionaron a una cola en forma de paleta hace más de 60 millones de años, a partir de un ancestro terrestre. Se cree que están cercanamente emparentados con los elefantes actuales. Al mismo tiempo, se sabe que no tienen ninguna relación evolutiva con otros mamíferos marinos.
Su acción herbívora cumple un papel esencial dentro del equilibrio de los ecosistemas costeros, pues mantiene cuerpos de agua abiertos y fluyendo. Además, su observación, tanto para locales como visitantes en el Caribe costarricense resulta un increíble atractivo que despierta entusiasmo y admiración en quien tenga el privilegio de encontrarlo, eso sí, bajo un adecuado manejo para asegurar el bienestar del manatí.
¿Por qué es un privilegio encontrarlo? Porque el manatí se encuentra amenazado de extinción en nuestro país. La especie está incluida en el Apéndice l del Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES) y la Lista Roja de la UICN indica que su población está en descenso.
El mamífero acuático, que puede llegar a pesar hasta una tonelada, fue protagonista de honor en el quehacer nacional el 30 de julio del 2014, cuando el Trichechus manatus fue declarado por unanimidad en la Asamblea Legislativa como “símbolo nacional de la fauna de Costa Rica”.
El texto del proyecto de ley había sido propuesto, en junio del 2011, por los estudiantes Fabiola Salas y Aldeir Cortés, de la Escuela Barrio Limoncito, Limón, lo que revistió un particular simbolismo por la participación de jóvenes generaciones en el proyecto de conservar a sus queridos manatíes.
Ellos contaron con el apoyo de la maestra de Ciencias Yanette Ibarra y de Alexánder Gómez, de la Universidad Nacional (UNA).
Los escolares destacaron la importancia de la declaratoria debido a que la ley procura salvaguardar sitios que provean alimentación, refugio y faciliten la reproducción.
“Se declaran los santuarios de manatíes como lugares de protección absoluta y el ingreso a dichos sitios será solo con fines científicos o para el control, inspección y vigilancia por parte de las autoridades pertinentes”, indicó el proyecto de ley cuando se concretó su aprobación.
En Costa Rica, estos animales viven en las aguas salobres de Barra del Colorado y las mixtas de Tortuguero, donde se alimentan de plantas que crecen en las orillas.
Aunque su hábitat se encuentra en áreas protegidas, los manatíes no están exentos de amenazas. De hecho, esta especie corre riesgo de desaparecer debido a los agroquímicos que arrastran los ríos y el alto tránsito de botes por los canales, los cuales los golpean, causándoles heridas que imposibilitan su movilidad y, por tanto, su capacidad de buscar alimento.
En décadas pasadas fue intensa la cacería de este sirénido para consumo humano a lo largo del Caribe costarricense. El impacto que esa acción humana causó en sus poblaciones se fue sumando en el tiempo a amenazas como choques contra embarcaciones rápidas, captura en determinadas artes de pesca, pérdida de hábitat y contaminación química. El manatí tiene una tasa reproductiva lenta, con una cría cada 2 a 5 años. Por eso, cualquier impacto en sus poblaciones es de recuperación tardía.
A pesar de esa realidad, desde Florida hasta Brasil se considera que el manatí tiene poblaciones regionales saludables y genéticamente viables en el tiempo. Determinar cada vez más en detalle su distribución a lo largo del Caribe de nuestro país, así como áreas clave para su sobrevivencia, y poder ir dilucidando el número de animales presentes en sus poblaciones, entre otros aspectos de su ecología, es indispensable para conocer la especie y proveerle condiciones que lleguen a detener su descenso poblacional.
El tamaño de la población de manatíes en Costa Rica no se conoce, pero la población total en toda su distribución americana ha sido estimada en 5.700 individuos. La idea es que esfuerzos a nivel de cada país puedan llevar a una estrategia regional integrada.
En Costa Rica se trabaja para profundizar en el conocimiento del manatí. En junio del 2021 dio inicio el Proyecto Manatí Costa Rica, que se enfoca en monitorear a ese noble mamífero marino mediante el uso de herramientas tecnológicas que han sido desarrolladas por el mismo proyecto y que permiten levantar datos sin afectar a los animales.
El proyecto es liderado por el Laboratorio PRIAS y el Colaboratorio Nacional de Computación Avanzada (CNCA) del Centro Nacional de Alta Tecnología, un programa del Consejo Nacional de Rectores, y su desarrollo es posible gracias a una beca de la National Geographic Society, en patrocinio con Microsoft AI for Earth, y al respaldo y apoyo del Sistema Nacional de Áreas de Conservación.
Una las mencionadas herramientas tecnológicas consiste en un algoritmo de acústica pasiva que permite contar manatíes individuales a partir del análisis de sus vocalizaciones, las cuales son obtenidas con el uso de grabadoras subacuáticas. Sobre este tema Fabricio Quirós Corella, investigador del CNCA a cargo de su desarrollo explica: “El sistema del Método Automático de Conteo de Manatíes consta de cuatro módulos funcionales que ya se encuentran completados.
“Los primeros tres se basan en técnicas clásicas de procesamiento de audio y se encargan de eliminar el ruido ambiente, detectar las vocalizaciones de los manatíes y extraer características en esas vocalizaciones, mientras que el cuarto módulo corresponde a una técnica de aprendizaje automático que permite contar individuos de manatí de acuerdo con el conjunto de características que se extraen de los cantos de manatíes identificados en los audios. Nos encontramos en proceso de actualizar las primeras tres etapas para que funcionen con métodos de aprendizaje profundo (”Deep learning”), con el fin de optimizar el proceso y hacerlo computacionalmente más eficiente”.
El experto agregó que para lograr el cometido han construido una red neuronal con el fin de conocer la información espectral de las llamadas de los manatíes. “La entrenamos desde cero con el uso de un conjunto de datos etiquetados con muestras de audio correspondientes a vocalizaciones verdaderas y falsas de manatíes, proporcionadas por Athena Rycyk, Ph.D. del New College de Florida”, puntualizó.
Otra herramienta se refiere a la aplicación de ecología marina para teléfono móvil MAR- ECO, instalable de forma gratuita desde las tiendas Play Store (Android) y Apple Store (iOS) y en la que es vital la participación ciudadana con el noble y urgente fin de preservar la especie.
MAR-ECO ha sido desarrollada para registrar cualquier especie marina desde la superficie, en cualquier parte del mundo incluyendo, por supuesto, al manatí. Cada registro de un avistamiento generado es enviado a una plataforma web asociada donde los datos entran a una base de datos descargable, para ser analizada.
Tremendo desafío
Las poblaciones disminuidas y fragmentadas, el comportamiento cauto, y el mimetismo del manatí en los cuerpos de agua que constituyen su hábitat en Costa Rica, hacen que monitorear la especie resulte un gran reto.
Durante los últimos 30 años diversos esfuerzos han permitido ir conociendo al manatí de manera puntual, pero los mismos han requerido siempre aplicar encuestas a habitantes locales para obtener información sobre la especie, pues para estas personas encontrarlo en su día a día es mucho más probable que avistarlo mediante métodos tradicionales de muestreo acuático.
Con la aplicación MAR-ECO, el Proyecto Manatí Costa Rica pone a disposición de locales, guías de turismo, transportistas acuáticos, pescadores, visitantes, trabajadores en muelles y guardaparques a lo largo del Caribe la posibilidad de registrar al manatí y contribuir a generar datos ecológicos de manera sistemática, con referencia de espacio y tiempo. Crear un registro requiere una inversión de tiempo de tan solo un minuto.
Toda la información derivada de los registros generados mediante MAR-ECO, será compartida con sus usuarios contribuyentes. Este es un trabajo visionado bajo ciencia ciudadana desarrollado por el manatí y para los costarricenses.
Mareas rojas causadas por el uso humano de fertilizantes, pérdida de alimento en su hábitat natural y la colisión con embarcaciones son las principales causas de muerte de los manatíes. Y en el 2021, los números se dispararon en algunas regiones. Del 1 de enero al 16 de abril, 674 manatíes fueron encontrados muertos en aguas de Florida, según el Servicio de Vida Silvestre de ese estado. Se trata del triple de las muertes de manatíes registradas durante el mismo período para cada uno de los últimos cinco años.
Registre al Manatí
1. Instale MAR-ECO gratis en su teléfono desde Play Store o Apple Store.
2. Regístrese y otorgue los permisos necesarios para que MAR-ECO pueda acceder a la cámara de su dispositivo y a su ubicación geográfica; asegúrese que la hora y fecha en su teléfono estén correctamente actualizados.
3. Lea la sección ‘Acerca de’ presionando los tres puntos verticales en la esquina superior derecha.
4. Para generar un registro, presione el símbolo + ubicado en la esquina inferior derecha de la pantalla.
5. Cada nuevo registro es asociado automáticamente a las coordenadas geográficas, la fecha y la hora. Se asigna, por defecto, al manatí antillano (Trichechus manatus) como la especie a registrar.
6. Usted debe indicar el comportamiento que observa en el manatí, así como la estructura social y el número de animales, de acuerdo con las opciones que se le brindan. También debe escribir la actividad que usted se encuentra realizando y cualquier otra actividad humana cercana al momento del avistamiento.
7. Tome, al menos, una fotografía (pueden ser hasta cinco) para que la aplicación le permita enviar el registro.
8. Tenga presente que usted puede generar registros tenga o no señal de internet disponible. Si no tiene señal o es inestable, puede activar el modo avión en su dispositivo. Una vez tenga acceso a señal de forma estable, ingrese a MAR-ECO y déjela en primer plano por, al menos, un minuto para que todos sus registros sean enviados a la plataforma web asociada.
9. Una copia de cada uno de sus registros quedará guardada en la sección ‘Avistamientos’ de la aplicación.
¿Dónde son más frecuentes?
Si bien, el mejor hábitat y el mayor núcleo poblacional de la especie en el país se encuentra en el Sitio Ramsar Humedal Caribe-Noreste, específicamente en los humedales costeros que conforman el Parque Nacional Tortuguero (PNT) y el Refugio Nacional de Vida Silvestre Barra del Colorado, el manatí también se encuentra en las lagunas de Moín, Pacuare y Chiquero, en el Parque Nacional Cahuita, la Laguna Gandoca y la desembocadura del río Sixaola.
En términos generales, es posible registrar a este mamífero marino de frontera a frontera en el Caribe, tanto en cuerpos de agua costeros, dentro de tierra firme, como en el mar.
El monitoreo sostenido con el uso de las herramientas provistas por el Proyecto Manatí Costa Rica tiene la visión de conocer de manera integral al también llamado Vaca Marina en este país, con el fin de ampliar el conocimiento sobre la distribución de la especie y las zonas que más utiliza, así como sobre sitios clave para su sobrevivencia, incluyendo áreas de alimentación, reproducción, crianza y de uso por mayor número de individuos, para ofrecer conocimiento con base científica tanto para protegerlo mejor, como para manejar actividades humanas con las cuales se relaciona.
El manatí está protegido por la Ley de Conservación de la Vida Silvestre No.7317, de 1992 y, en 2014, fue declarado Símbolo Nacional de la fauna marina de Costa Rica, bajo Ley 9264. Esta Ley, además, declara los santuarios de manatíes como lugares de protección absoluta y regula la velocidad de las embarcaciones para que transiten a un máximo de 25 km/h.
* La autora es bióloga, coordinadora del Proyecto Manatí Costa Rica.