Mientras Nina* (este no es su nombre real) hace su rutina de skincare y se maquilla en un Get Ready with Me (prepárate conmigo), invita a sus 1.1 millones de seguidores en TikTok a ir a un evento de maquillaje en el que además de conocerla, podrán comprar maquillaje con el código de descuento que tiene para sus fans en Colombia.
Tiene 13 años y es una de las niñas que se maquillan frente a su celular con más seguidores de esa plataforma. Esta práctica es cada vez más replicada por niñas y adolescentes que se inspiran en sus pares o en jóvenes de mayor edad que muestran cómo hacen para mantener impecable la piel de su rostro y lograr “grandes acabados” gracias al maquillaje.
Dalyana Vargas, psicóloga clínica de la Clínica del Adolescente, del Hospital Nacional de Niños (HNN), se refirió a este contexto en el que las personas jóvenes están cada vez más expuestas a este tipo de contenidos, generando un interés “descontrolado y hasta obsesivo”. Advierte que la situación se incrementó en la pandemia, cuando los estudiantes tuvieron más acceso a internet.
“Lo que en algún momento vimos como menores que se preocupaban por la piel y el autocuidado, gracias al bombardeo de información por medio de redes sociales, se convirtió en el uso de productos y procesos que llaman skincare, haciendo mantenimiento de la piel en la noche y la mañana utilizando productos no aptos para la edad”.
La especialista señala cómo en las redes sociales circula esta información, muchas veces, sin detallar “las edades aptas o en qué condiciones deben ser usadas” para el uso de este tipo de cosméticos. Aquí, asevera, es esencial la supervisión de papá y mamá para que orienten acerca de si está bien o no utilizar este tipo de productos.
Vargas comenta que en esta etapa de la vida las personas adolescentes empiezan a anticipar conductas y roles de adultos.
“Al haber poca supervisión e información de lo que esto significa, no se logró controlar qué es apto o no para los menores. Ahí vemos que utilizan productos de mamá o abuela. El bombardeo viene, sobre todo, de redes como TikTok, donde más hay influencia de vídeos con rutinas de maquillaje o skincare o uso de productos”, agregó la psicóloga.
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La especialista recalca que durante la pandemia y las clases virtuales, los niños, niñas y adolescentes tuvieron más acceso a dispositivos digitales, recibían mucha información proporcionada por “figuras que llaman la atención (influencers) y personajes significativos como cantantes y actrices”.
“Generaron más impacto en que los chicos adoptaran estas conductas, entonces se vuelve casi una obsesión y empieza a hacerse mal uso de estos productos”, añadió Vargas.
Es usual que influencers, de diferentes edades, mencionen las marcas de los productos que utilizan. Además, comparten nuevos videos en los que ya advierten que su contenido es patrocinado, lo que revela que las estrategias de mercadeo están siendo dirigidas cada vez a una población más joven.
“Sí, las preadolescentes no solo inundan las tiendas Sephora, sino que también compran muchos de estos productos por internet. Este segmento está experimentando un enorme aumento de ventas”, declaró Denish Shah, profesora de marketing en la Universidad Estatal de Georgia, a BBC Mundo para un artículo sobre las #SephoraKids y cómo crece el negocio de los productos de belleza para preadolescentes.
“Toda esta información (que se ve en redes sociales) está orientada a la juventud eterna, es una oda a la imagen, al cuerpo, a mantener una imagen siempre joven y fresca. Los pre y adolescentes pueden perder noción de la etapa en la que están. Alimentan estas creencias, este concepto de que debo ser como lo que veo para sentirme bien y aceptada”
— Dalyana Vargas, psicóloga de la Clínica del Adolescente.
Más que ‘un juego’ de cremas y maquillaje
La psicóloga explicó que al tener acceso a tanta información relacionada con el cuidado de la piel y maquillaje, es posible que las adolescentes empiezan a “distorsionar el concepto de lo que sí es bonito y de lo que sí está bien”. Esto puede generar insatisfacción personal.
“Por supuesto que los adolescentes empiezan a crear malos conceptos en torno a sí mismos en relación con los demás. Justo cuando están en construcción de identidad y autoimagen es cuando reciben más bombardeo en estas redes. Se distorsiona el concepto que tienen de sí mismos, su concepto personal”.
La especialista alerta que en el desarrollo de la adolescencia existe la necesidad de sentirse identificado e incluido con sus pares. Sin embargo, en medio de la lluvia de contenido en las redes sociales sin supervisión, llegan a tener poco control de lo que ven y se dan consecuencias.
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“Vemos afectación en la piel, distorsión de imagen corporal y esto puede evolucionar a otras enfermedades como un trastorno de la conducta alimentaria, una depresión, trastornos de ansiedad. Se vuelve compleja la situación”, aseveró.
Internacionalmente, apareció el término cosmeticorexia, el cual la psicóloga define como una obsesión por el cuidado de la piel y el exceso de uso de productos cosméticos.
-¿De qué manera deben actuar papás y mamás? ¿Qué pueden reforzarle a sus hijos e hijas en esta etapa?
La prioridad sería, como papás, estar más cercano a nuestros hijos, siempre respetando que quieren sentirse individuales e independientes. Estar como papás presentes, observando qué les gusta, que estén observadores de la información que consumen a través de internet. Tener la intención e interés de escuchar y conocer mejor los intereses de niños, niñas y adolescentes.
“Hay que hacer un trabajo fuerte en construcción de principios y valores familiares. Ahora, en nuestra sociedad, los papás trabajan muchas horas. (...) La idea es restaurar hábitos cotidianos que construyen esa comunicación, como compartir en cualquier tiempo de alimentación. Incentivar más actividades de ocio y compartir familiar. No necesariamente es hacer algo costoso”.
Cuando la psicóloga habla de reforzar valores, se refiere también a poder ayudarles a sus hijas e hijos a preservar su sentido de identidad, promoviendo el valor de la belleza interior más allá de la física.
En el artículo adjunto, ahondamos más en este tema.
“Hay que mantener mayores espacios de comunicación, convivencia y esparcimiento con los hijos e hijas. Estar más de la mano en áreas de vida, relaciones sociales, gustos e intereses, para conocerlos mejor, para poderlos orientar en este bombardeo de información en el que vivimos. Enseñarles uso adecuado de los medios electrónicos y redes sociales”
— Dalyana Vargas, psicóloga de la Clínica del Adolescente.