La enredadera de la maracuyá tiene una hermosa flor que se destaca en nuestra naturaleza tropical y una de las frutas más exóticas, versátiles y sugerentes. Inspirados en su colorido, sabor fresco y belleza han surgido enorme cantidad de recetas, postres, cócteles e ilustraciones, además de un sueño que tiene 11 años de materializarse en aretes, pulseras, collares y anillos.
Maracuyá, la marca de diseño nacional creada por Andrea Pérez, josefina de 32 años, se ha convertido en la favorita de muchas mujeres en Costa para las bodas y para las actividades donde las personas buscan un detalle que no las deje pasar inadvertidas.
Sus diseños están hechos para que se noten, para que todo mundo tenga que ver con ellos, pero sobre todo para que quien los use se destaque y sienta especial, ya sea con unos aretes con una cascada de flores blancas, un corazón rojo brillante con un ribete dorado, una enorme guaria dorada o un arcoíris… También puede ser con un anillo que sobresale de la mano con tres flores doradas o con un montón de pétalos color oro.
Maracuyá se especializa en statement pieces (piezas que hacen una declaración) –como se les llama en el mundo de la moda– creadas precisamente para sobresalir, para resaltar dentro de un atuendo y ojalá capturar todas las miradas.
“Cuando creé Maracuyá pensé en piezas statement. Quise buscar una marca, un nombre que fuera bastante tropical porque quería que representara el color, el trópico, lo llamativo. Decidí tomar el nombre de Maracuyá y la verdad es que hasta el día de hoy me encanta”, cuenta la emprendedora, que es la líder de un equipo compuesto por unas 15 personas.
Actualmente, el catálogo de Maracuyá Jewels tiene más de 300 piezas divididas en cuatro grandes temas: The Sun Collection, que pretende reflejar el poder del sol, tiene un baño de oro de 24 kilates y está confeccionada por orfebres; The Petal Collection, inspirada en el proceso de florecer y cuyas piezas son tejidas a mano; The Color Collection, que celebra el color y la vida, y, por último, The Joy Collection, que salió a finales del 2023 y se promueve como accesorios para irradiar la alegría y la energía interior.
Luego de una década de abrirse campo, Maracuyá ha creado una comunidad de clientas y seguidoras. Por ejemplo, solo para el Black Friday y Cyber Monday del 2023, la marca tuvo promociones y Pérez y su equipo despacharon unos 300 paquetes con sus trabajos a diferentes partes del país.
Aparte, Pérez realiza encargos especiales para novias en busca de una pieza para su boda o eventos ligados a ese momento tan especial o también para personas que tienen una idea especial en mente y quieren que ella se las materialice.
La nueva vida de su Maracuyá
En 11 años, Maracuyá ya ha tenido dos vidas: una antes de la pandemia y otra después, cuando realizó un ambicioso relanzamiento después de la crisis sanitaria que afectó al mundo entero entre el 2020 y 2021. No cambió su esencia: las joyas no pasan desapercibidas, pero sí la forma de hacerlas y la experiencia de la marca.
Pérez comenzó con su emprendimiento inspirada por cursos para desarrollar una marca en la Universidad Latina. Ella, siempre amante de la moda y acostumbrada a trabajar desde joven, le apostó a la bisutería y comenzó a ver tutoriales y videos de cómo hacer pulseras y collares a mano.
Hija de un empresario especialista en compañías de seguridad y una artista que siempre la llevó a talleres de manualidades y pintura, pronto quiso materializar su anhelo de tener un negocio propio y Maracuyá nació con pulseras que iba guardando por colores en una cajita. “Comencé cuando apenas estaba empezando en Costa Rica la tendencia (el auge) de las marcas nacionales”, recuerda.
Su emprendimiento se hizo un nombre conocido con pulseras coloridas y llenas de brillos. Luego llegaron los collares grandes que combinaban materiales, texturas y colores.
Cada creación era confeccionada a mano por la propia Andrea: tardaba más de dos horas en uno de los accesorios para las muñecas y al menos cinco en los que se usan en el cuello.
“Yo combinaba cordones, cadenas, cueros, cuerinas, vidrios, cristales…, por eso creo que eran tan llamativos, eran una pieza bastante exótica. Después de los collares empecé a implementar los anillos grandes y, hace como cuatro o cinco años, empezamos con los aretes, que eran piezas más detalladas”, explica ella repasando su historia.
Maracuyá ya era conocida entre las fiebres del diseño nacional y los trabajos con su sello estaban a la venta en al menos cinco tiendas colectivas de marcas nacionales. Pérez hacía de todo y estaba bastante satisfecha. En eso llegó el golpe y pausa que nadie previó: la pandemia de la covid-19.
Como tantos emprendimientos y empresas, Pérez se quedó sin posibilidades de vender en cuestión de días y quebraron muchos de los lugares en los que tenía sus creaciones.
Pérez no sabía qué hacer: debía decidir entre abandonar este camino o reinventarse. Apoyada por sus seres queridos y amigos cercanos, la parálisis la obligó a repensar su marca y decidió aumentarle la apuesta a su sueño: allí nació el nuevo Maracuyá, con un concepto diferente.
“Fue una etapa muy difícil no solo para la marca, sino también para mí. Fue como esa crisis existencial donde no sabes si dejar botado el bebé en el que había trabajado tanto tiempo o apostarle todo sin saber que iba a pasar porque estábamos en pandemia. Había demasiadas preguntas sobre qué iba a pasar después. Fue una decisión muy difícil de tomar, pero gracias a Dios la tomé y decidí apostarle a mis sueños”, confiesa.
Su idea para esta renovada Maracuyá es que no solo ofreciera accesorios de una buena calidad a un precio asequible, sino también ofrecer una marca en que “todas nos sintiéramos identificadas” y acompañada de toda una experiencia de compra, desde la paquetería hasta la bolsita para guardar la pieza.
Aprovechó la pandemia para afinar el concepto, las colecciones, los diseños, los proveedores e infinidad de detalles. Además, para lograrlo de la manera que quería, pidió un préstamo grande a un banco en aquellos tiempos de incertidumbre.
No niega que su salto al vacío fue arriesgado: “Todas estas mujeres que me rodean y mi esposo me decían: ‘¡Mandese! Sabemos que usted no ve la luz en este momento pero dentro de un año o dos años ya esto se va a actualizar y lanzaste en el momento perfecto, cuando todo mundo ya está apenas respirando de nuevo. Va a ser bonito porque la gente va a ver algo nuevo y bonito después de toda esta pandemia’. Fue, más que todo, el empujón de toda la gente que me rodeaba lo que me empoderó a creer en la idea y arriesgarme”.
Han sido años de crecimiento. Maracuyá tiene su sala de exhibición en Escazú, vende bien sus creaciones en su página web y 15 puntos de venta en el país, en Instagram tiene una comunidad que supera los 35.000 seguidores, mientras en Facebook tiene 50.000, y comparte mensajes de cómo usar sus accesorios, así como de empoderamiento femenino, sororidad y amor propio. Incluso, sus piezas acompañaron a Lisbeth Valverde, Miss Costa Rica 2023, en su viaje a Miss Universo gracias a un patrocinio que le dio.
“El relanzamiento de Maracuyá fue hace dos años, ha sido una época superlinda y estoy muy agradecida por la comunidad alrededor de la marca y lo que hemos logrado”, asegura.
Los abanderados de la marca ahora son los aretes, seguido por los anillos y los collares -claro, más pequeños que los de su vida anterior-. Hay una diferencia importante, eso sí: ella hace los diseños, pero ahora contrata a artesanos y orfebres para realizar la producción de las piezas.
“Me llena de orgullo poder complementar la belleza de tantas mujeres. Eso me empuja a seguir diseñando y a seguir trabajando todos los días con tanta fuerza porque no es simplemente un producto, sino que también es una comunidad”, asegura Pérez, mientras continúa trazando nuevos caminos para su colorida y reluciente Maracuyá.
Andrea Pérez, la creadora de Maracuyá de cerquita
–¿Qué significa Maracuyá para usted?
–Para mí, Maracuyá es todo: es ese sueño, es una visión que tuve durante tantos años. La realidad es que es maravillosa: es mi bebé, en el que he llorado, he gritado, he sonreído y me he extasiado. Es una parte demasiado importante en mi vida y, gracias a Dios, es esa pasión en la que puedo trabajar y que me da de comer.
–¿En qué se parece y en qué se diferencia Maracuyá a su dueña?
–A la hora de pensar en el concepto de la marca me quería sentir bastante conectada con la marca. Entonces, yo creo que la marca refleja mucho de lo que yo soy en el sentido de que si vos ves las redes sociales y el tipo de comunicación que hacemos, es es una marca que te invita, que te hace sentir cómoda, que te apoya y que te acompaña. Trato de ser así con las mujeres que están alrededor mío, a las que conozco y eso es lo que he tratado de plasmar en la marca. ¿Diferencias? No, no siento que hayan muchas cosas que sean diferentes a mí saber; me siento muy identificada con todo.
–¿Cuántas piezas de Maracuyá tiene usted y usa?
–Tengo un clóset entero de Maracuyá. (Ríe) Tengo demasiadas piezas, más de 100 piezas. Me dejo un montón que me fascinan, así como las que producimos y no lanzamos. Yo vivo, respiro y todo Maracuyá.
–¿Cuáles son las que más utiliza? ¿A cuál siempre vuelve?
–El oro, la orfebrería. The Sun Collection no me la quito de encima. Es una colección que me encanta usar. El dorado siempre me ha fascinado, siento que la ilumina a una. Es una colección que uso a diario. Siempre me vas a ver con anillos y con aretes de Maracuyá. De vez en cuando, cuando quiero como ponerle un poquito de color a mi vida, me vengo a la oficina con aretes de flores, más coloridos, y para cenas especiales, bodas y eventos, uso aretes más grandes, como los de pétalos o piezas más statement, que me hacen complementar mejor esos looks más llamativos.
–¿Cuál es alguna sorpresa que le hayan dado usando la marca?
–Sorpresas que siempre me ponen muy emotiva es cuando voy a un evento o salgo a cenar a algún restaurante y veo a varias chicas en un mismo lugar usando Maracuyá. Las veo y siento como si fueran estrellas de cine. Esas son las sorpresas que me hacen sentir más feliz.
“Gracias a Dios, la marca ha tenido el privilegio de ser gustada también por muchas chicas conocidas, gente de la farándula, gente que sale en televisión... Esas cosas son súper especiales para mí: estar viendo Teletica o canal 6 y, de repente, ver a una de las chicas que están presentando con aretes de Maracuyá es precioso”.