Con ilusión y muchos anhelos. Así se sentía Daniel Monge tan solo unos días antes de que se anunciara el primer caso de covid-19 en Costa Rica, pues cada vez veía más cerca su sueño de viajar a México.
Además, luego de mucho tiempo de buscar, había conseguido un empleo en una cafetería que estaba a punto de abrir sus puertas en Cartago, lo que significaba que iba a poder desempeñarse en el área gastronómica que tanto le apasiona.
Con el nuevo trabajo iba a poder ahorrar un buen dinero para conocer tierras aztecas, un anhelo que también tenía su abuelo y que nunca pudo concretar.
Sin embargo, cuando faltaban tan solo días para que el negocio abriera, la pandemia obligó a Alexander Navarro y a Pedro Villalobos, los dueños, a tomar la decisión de dejar en pausa el proyecto y con ello la ilusión de Daniel de poder viajar.
LEA MÁS: Memorias de una persona con síndrome de Down: Carmencita plasmó su historia en un libro
“Éste era su primer trabajo formal y para él fue una decepción total el saber que 15 días antes de la apertura, tuvimos que decir ‘no se abre’, por la pandemia. Entonces él, quien ya venía con toda su ilusión de trabajar y de recibir su primer salario, no lo logró por esta vía”, explica Navarro.
Dani, como lo conocen sus amigos, es un joven con síndrome de Down. Tiene 26 años de edad, es oriundo de Turrialba y tiene un gran espíritu de compromiso y responsabilidad.
Él es un joven muy activo, que trabaja arduamente para alcanzar lo que se propone. Y si algo tenía claro con la llegada de la pandemia, era que no iba a permitir que el coronavirus le quitara sus deseos de conseguir un trabajo.
Para ese entonces ya se había convertido en un buen amigo de Pedro y Alexander, a quienes les propuso crear un emprendimiento juntos, el cual pudiera desarrollarse en medio de la pandemia y que no representara un peligro de contagio de covid-19.
Dani propuso que fuera una tienda de calcetines, con múltiples diseños y muchísimos colores, pues a él le gustan mucho.
Fue así como a principios del 2021 nació Diversock, una tienda virtual donde se pueden comprar medias de diferentes tipos, colores y diseños. Se trata de calcetines con propósito, que buscan destacar las diversas capacidades que tienen las personas.
“Yo quería trabajar y ahora me estoy poniendo las pilas. A mí se me ocurrió que podíamos hacer medias y ahora Pedro y Alex son mis socios. Es un proyecto que me gusta mucho y me hace sentir muy feliz. Ahora hay que trabajar fuerte para que podamos salir adelante”, afirma Daniel.
La tienda tiene como lema “Diversos pero iguales”, haciendo alusión a que todas las personas son diversas, pero iguales en derechos y en deberes.
Iguales pero diferentes
Unas tienen frutas, otras lucen animales acuáticos y también de safari. Además hay medias con dinosaurios, otras están adornadas con robots y muchos elementos más.
La primera colección que lanzó la tienda de Daniel Monge fue diseñada por personas con síndrome de Down. Participaron un total de 10 costarricenses, entre los 7 y los 29 años (incluído Dani), y provenientes de diferentes lugares de Costa Rica.
Esta colección se llama No Limits y además de Daniel, los diseñadores fueron Kendrick Vargas, Mariana Rodríguez, Daniela Acuña, Isaac Coto, Nayerith Durán, Edgar García, Bryan Pérez, Josué Brenes y Cristie Ramírez.
“Las historias de vida que fuimos conociendo, además del amor y la pasión que ellos le ponen a cada cosa que hacen es increíble. Cada una de las temáticas tiene un transfondo y una intención de los chicos por mostrar sus gustos y emociones”, explica Navarro.
Por ejemplo, Bryan es un instructor de zumba certificado y diseñó unas medias de instrumentos musicales.
Mientras que en sus calcetines, Nayerith muestra a los héroes de la salud, porque su mamá es enfermera. Dani, por su parte, no quiso dejar de plasmar su esencia en el producto y también hizo su propio diseño: unas medias de deportes.
“Nuestra intención, al final de cuentas, no es sólo vender el producto, sino llevar un mensaje de inclusión, porque muchas veces las personas no conocen esas historias de vida, que son de superación. Pero también, queremos que la gente logre entender que ellos se tienen que integrar de manera plena y desde su primer minuto de vida a la sociedad, porque al final de cuentas se les va a permitir lograr desenvolverse como personas independientes”, agrega Navarro.
Y aunque esta es la primera colección que lanzan, su intención es poder trabajar no solo con personas con síndrome de Down, sino contar con diseños confeccionados por otras poblaciones. Además, hacer medias para fechas especiales, e incluso personalizadas.
“Me siento muy orgulloso de contar con personas con síndrome de Down como diseñadores, ellos son las estrellas del proyecto, sus diseños quedaron increíbles y reflejan su personalidad”, añade Daniel.
Un detalle muy llamativo es que los pares de medias de esta primera colección son diferentes, lo que significa que para el pie izquierdo hay un diseño y para el pie derecho hay otro.
Lo más importante para estos emprendedores, es que el negocio ha marchado muy bien. En cuestión de meses, las medias han pasado de estar disponibles solo en la página web, a comercializarse en diferentes puntos como Contenedores Gastro Park y el centro comercial Paseo Metrópoli.
Cabe destacar que este es un proyecto con fines benéficos, ya que el 5% de las ventas se dona a la Asociación de Desarrollo Educativo de Paraíso (Asodepa), que trabaja con personas con discapacidad.
Todos los diseños se pueden adquirir a través de la página www.diversock.com, en sus redes sociales o al teléfono 8432-1321. Las medias se envían a todo el país por medio de Correos de Costa Rica y cada par tiene un valor de ₡7.000.
Independiente
Daniel Monge se caracteriza por ser un joven independiente y muy activo. Vive junto a sus hermanas Judith y Noelia en Montes de Oca, sin embargo, regularmente va a visitar a sus padres en Turrialba.
En ese sitio su familia tiene una finca de exportación de plantas y ahí Dani ha aprendido a sembrar, empacar y desarrollar los demás procesos de trabajo, principalmente en esta época de pandemia. De hecho, ya planea hacer unas medias personalizadas de plantas, con el objetivo de regalárselas a su papá.
Dani estudió por tres años en el Programa Institucional de Inclusión de Personas con Discapacidad Cognitiva a la Educación Superior (PROIN), de la Universidad de Costa Rica (UCR). De ese centro de enseñanza se graduó con un promedio de 98 en diciembre del 2019, como asistente de restaurante.
Hizo pasantías en Spoon Curridabat, Denny’s y Casa Presidencial, sin embargo, su deseo era concluir la universidad y conseguir un trabajo formal para poder valerse por sí mismo.
“Estudiar en la universidad me ayudó a ser independiente y ahora quiero una casa propia, quiero vivir solo, porque así puedo ser más responsable, tener mis cosas”, afirma.
Aunque actualmente comparte una casa con sus hermanas, ellas trabajan y él se encarga de cocinar y hacer las labores propias del hogar.
Desde que estaba pequeño sus padres, Édgar Monge y Hannia Fuentes, le enseñaron a Daniel que él era una persona igual a los demás y lo impulsaron para que saliera adelante y lograra todo lo que se propusiera.
“Todas las personas somos iguales. Mi familia y mis exnovias siempre me han dicho que yo soy igual que todas las personas”, detalla.
En su etapa formativa, Dani también estudió en el Colegio Interamericano del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), en Turrialba, y desde que estaba en el kinder aprendió a nadar.
Por muchos años formó parte de las Olimpiadas Especiales en natación, un deporte que lo llevó a competir a Panamá y a California, en Estados Unidos. En total, acumula 49 medallas, varias de ellas son de oro.
Sin embargo, este es un deporte que decidió dejar de lado, al menos en el ámbito competitivo, para concentrarse en el área profesional.
“Renuncié a las Olimpiadas Especiales porque quiero forjar mi propio futuro, entonces ya no quiero nadar para las competencias”, afirma.
Pese al poco tiempo que tiene Dani con el negocio de Diversock, los socios aseguran que han tenido buena acogida. Ahora, la idea es expandir su pequeña empresa, sacar nuevas colecciones y seguir ofreciendo calidad y comodidad a sus clientes, mientras llevan un mensaje de inclusión.
Y así es como el sueño de Daniel de viajar a México está más vivo que nunca, ahora cuenta con una nueva y globalizada ilusión: mostrar su producto a todo el mundo.
“Quiero que sigamos adelante y poder viajar a varios países para que vean las medias”, finalizó.