A inicios del 2021, se generó en Costa Rica una gran expectativa cuando la organización de Miss Universo mostró interés en llevar a cabo su afamado certamen de belleza en nuestro país.
Incluso, en aquel momento, quien fuera el vicepresidente de la organización, Shawn McClain, visitó Costa Rica con la intención de concretar la realización del concurso en territorio nacional; sin embargo, al final esto no fue posible.
Lo que pocos saben es que el encargado de hacer que Miss Universo pusiera su mirada sobre el país fue precisamente un costarricense, quien en este 2024 cumple 10 años de trabajar como consultor y negociador externo de la organización.
Se trata de Lumai Aragón, un sancarleño de 50 años, quien ha sabido ganarse la confianza de los directivos del popular certamen de belleza, al punto que escuchan con atención sus propuestas y consejos comerciales en diferentes partes del mundo.
“Soy asesor externo; hago tareas muy específicas y muy puntuales, inclusive a discreción. Entonces, cuando considero que hay algo que le conviene a la organización, los llamo y les indico, y ellos lo aprueban o lo desaprueban. A veces hay personas que se confunden y piensan que soy empleado de la organización, pero ni siquiera tengo un poder jerárquico. Les doy ideas, propongo y asesoro”, explica.
Su trabajo con la organización comenzó en el 2014, cuando conoció a Donald Trump, dueño del certamen en ese momento, y a todo su equipo, por medio de un amigo en común en Miami (Florida, Estados Unidos). Los intereses de la organización lo llevaron a trabajar de la mano con ellos.
Un año más tarde, cuando el polémico empresario y político se lanzó a la presidencia de Estados Unidos, vendió el concurso y puso en contacto a Lumai con la compañía de representación de talentos WME/IMG, que se había convertido en la nueva dueña. Con esta empresa, el costarricense continuó trabajando y desarrollando estrategias en el ámbito comercial, siempre como consultor externo.
Fue con esta compañía que Lumai promovió realizar el certamen en Costa Rica en el 2021. No obstante, no hubo suficiente apoyo político para llevar las negociaciones a buen puerto y el concurso se terminó realizando en Israel.
“Estuvimos muy cerca de traerlo a Costa Rica, y no pierdo la esperanza de que eso pase; seguiré intentándolo. En aquel momento, desde el punto de vista empresarial privado, hubo un gran apoyo, respaldo total y absoluto, pero intervino la burocracia de la administración de ese entonces, y estas cuestiones requieren mucha voluntad política. Pese a que el ministro de Turismo estaba totalmente comprometido, nunca hubo una voz oficial de parte del presidente”, recuerda.
Por ello, Aragón no se rindió y comenzó a trabajar para que el certamen se llevara a cabo en Centroamérica. El asesor sugirió El Salvador, sin imaginar que durante este proceso el certamen pasaría a manos de JKN Global Group, de la empresaria transexual tailandesa Anne Jakkaphong Jakrajutatip.
La negociación para llevar a cabo el concurso en El Salvador fue bastante “compleja”, pues ya estaba avanzada cuando Anne compró el certamen. El problema más grande era que la nueva dueña tenía en mente otro país para realizar la gala final.
“Cuando estaba vendiendo el concurso, ella ni siquiera sabía de mi existencia, porque estaba comprando la organización y, en un principio, no estuvo anuente, dijo que no lo iba a hacer en El Salvador. Entonces fue bien interesante, porque Anne tenía la idea de llevarse el certamen para Asia, pues ella es tailandesa”, explica.
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Fue “una tarea titánica”, asegura, incluso algunas personas, empleados y ejecutivos de la organización le decían que no insistiera en llevar el certamen a El Salvador; sin embargo, no se quería dar por vencido porque, si bien “para ellos lo más fácil era recibir las nuevas instrucciones de la dueña” pues eran colaboradores directos de la organización, él, como asesor externo, no tenía un salario fijo y le interesaba poder concretar la negociación que ya había adelantado.
Finalmente, Anne accedió y el certamen en el país centroamericano superó las expectativas, tanto que el tico asegura que es uno de los pocos dentro de la organización que se mantiene trabajando desde que estaban los anteriores dueños. “Eso me dejó muy bien plantado”, explica.
Miss Universo y los múltiples enfoques
Cada vez que la organización cambia de dueños, hay un remezón también en los certámenes de belleza, pues cada quien llega con objetivos diferentes. Por ejemplo, Aragón destaca que los nuevos dueños llegaron con la intención de generar más valor en la mujer y darle la oportunidad a todas aquellas reinas de belleza que, por distintas razones, cuando quisieron participar ya no podían porque se habían casado, tenían hijos e, incluso, por su edad.
Además, desean posicionar a Miss Universo no solo como un certamen, sino como una marca, al considerar que es “una ventana de relaciones públicas para interactuar con más empresarios a nivel mundial”. Precisamente, ahí es donde surge otra labor suya como asesor de la organización.
“La organización está revisando las franquicias a nivel mundial, siempre con la idea de mejorarlas. En este momento hay 100 franquicias y la idea es mejorar e inclusive que llegue a más países. El propósito es encontrar empresarios que, más allá de tener dinero para poner o colocar, tengan una visión empresarial de mundo, de poder hacer de esto algo más glamoroso. Entonces, pues esas son las tareas que la organización tiene y en lo que me puedo involucrar. Entonces, ahí estoy haciendo mis estudios y viendo cómo contribuir”, dice.
En los últimos meses, ha tenido conversaciones con países como Italia, Paraguay, Brasil y Argentina, donde negocia la marca de Miss Universo.
En cuanto a las franquicias, el sancarleño asegura que ha dado recomendaciones, pero es enfático en que lo hace por un tema meramente comercial y con el objetivo de llevar más ingresos a la organización, por lo que considera que son “movimientos estratégicos”.
De hecho, reitera que él no es quien tiene la última palabra y, por ello, si sus recomendaciones no convencen a los directivos, “pues no pasa nada”.
“Miss Universo es todo un engranaje de decisiones que hay que tomar con mucha anticipación y como te digo siempre yo solicitando la autorización. Yo no muevo nada hasta que no les pregunte a ellos. Ahorita, por ejemplo, estoy manejando las negociaciones para el próximo certamen 2025 y con la ayuda de Dios, pronto voy a cerrarlo″, explica.
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Lumai comenzó a trabajar como consultor internacional de Relaciones Públicas y Comercio Internacional, y viajó a Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades, donde logró consolidar su carrera profesional.
El negociador reconoce que nunca imaginó que iba a terminar trabajando para una organización tan importante; no obstante, siempre estará agradecido, pues le han dado oportunidades únicas. Él creció viendo el certamen y le ha gustado desde siempre.
Cuando era adolescente, siempre trató de entender cómo funcionaba el Miss Universo, pero jamás pensó en lo complejo que era hasta que le tocó estar entre bastidores.
“He aprendido a conversar y a negociar con personas que tienen mucho poder económico a nivel mundial. Fue una puerta, definitivamente, que la marca Miss Universo me ha brindado para aprender a manejar otro diálogo, a entender cómo funciona una mente millonaria. He tenido que aprender otros lenguajes y otras formas de entender los negocios”, dice.
Y añade: “Es muy intenso, uno aprende a conocer muchísimas culturas, por ser una organización que tiene fans muy entregados y de tantos países. He tenido que aprender a comer otros alimentos, escuchar sobre otras culturas, entender cómo piensan en otras partes del mundo y, por supuesto, las oportunidades van y vienen todos los días de todas partes del mundo”.
Al final, Lumai aclara que este es un cliente más y, aunque sí es un poco demandante, también trabaja con otros empresarios y políticos, tanto de Costa Rica como de Norteamérica, así como en proyectos propios. Y eso lo hace sentir satisfecho, pues ha logrado abrirse caminos que nunca pensó.