¡Hola! Yo soy Morita, la cerdita más diva de playa Hermosa; seguro me habrán visto modelar algún tutú y una corona de flores en mi Instagram o dando vueltitas por la playa con mis muchos hermanitos en TikTok. Soy un animalito muy popular, sin duda, pero hoy quiero presentarme para que me conozcan un poco mejor.
Tengo fans ticos y de todos lados del mundo: ¡Uy, si vieran el montón de gente que me va a visitar a mi casa para pedirme una foto o un video! Esta vida de famosa es lo mejor de lo mejor.
Voy a cumplir cuatro años muy pronto, peso un montón de kilos, según mis papás como 200, aunque no he pasado por la báscula. Estoy hermosota y eso me hace sentir muy bien conmigo misma. Soy de color negro azabache y aunque a veces muestro un carácter fuerte, una de mis grandes características es la dulzura, me encantan los chineos.
Bueno, voy a contarles mi historia, que es una historia de amor. Hace un tiempo mi mamá humana, quien es amante de los animalitos, quería un cerdito vietnamita, un mini pig; como muchos los conocen. Pues resulta que cuando nos conocimos ella se enamoró de mí y me adoptó en su familia.
Érika, así se llama mi mamá, me llevó a su casa. Cuál fue mi sorpresa cuando llegué a mi nuevo hogar y de inmediato me percaté de que estaba en una playa muy linda que se llama Hermosa, en Jacó. Yo no conocía el mar, -¿se imaginan la impresión mía cuando llegué y vi aquél montón de agua?-.
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Cuando me adoptaron yo estaba toda pequeñita… jejeje, mis papás Érika y Róger no se imaginaron que iba a crecer tanto y en tan poco tiempo. Sé que eso fue un impacto muy fuerte para ellos porque no esperaban tener que hacerse cargo de un animalito como yo; pero el amor lo puede todo y como los enamoré con mis encantos decidieron quedarse conmigo para siempre.
La alimentación de la cerdita consiste en frutas y verduras. Ella come tres veces al día.
Lo bonito de esta historia es que llegué a vivir a un hogar cálido, a una familia conformada por mis papás humanos y por mis hermanos que son perros y gatos que me hicieron parte de su manada. Ahora yo soy la princesa de la casa y digo la princesa porque la reina es Kahoa, la perrita mayor de la manada, ella es quien nos manda a todos.
Todos los días es un aprendizaje para mí, para mis hermanitos y para mis papás, porque he escuchado que no soy igual a ellos. Sin embargo, como he crecido en esta singular familia, muchas veces me comporto como lo hacen mis hermanos. Mi mamá dice que aunque estoy tan grandota juego como si fuera un cachorrito.
¿Cómo es mi día? Les voy a contar.
Antes, cuando era una bebé, acostumbraba a despertar a mamá para que me diera desayuno como a las cuatro de la mañana. Pero prometo que ya esa costumbre se me quitó, es que cuando una se va haciendo grande ya no es tan fácil madrugar.
Ahora me despierto a las seis. Salgo con mi papá y mis hermanos a dar un paseo por la playa. De regreso a la casa ya me tienen mi desayuno servido. Como frutas y verduras, ¡me encantan!. El menú es lechuga, brócoli, repollo, apio… todo lo que sea de color verdecito es lo que más me gusta comer. Mis papás me dan poquitas frutas porque tienen mucha azúcar y hay que mantener la línea, pero también las disfruto demasiado, principalmente las fresas.
Después de mi primera comida del día vuelvo a pasear por la playa. Aprovecho para visitar a los vecinos que tienen restaurantes, ahí todos me saludan, juegan un ratito conmigo y hasta me hacen cariño. En la playa me gusta bañarme en el mar, revolcarme en la arena y hacer huequitos con la trompa buscando tal vez algún bichito para merendar.
En redes sociales se puede encontrar como Morita The Pig. En Instagram tiene 10.600 seguidores y en TikTok 75.200.
Como a media mañana me regreso a la casa a dormir una siesta. Después de recuperar fuerzas me levanto con muchas ganas de comer, así que pido mi almuerzo. Como a esa hora el sol está ‘en lo más y mejor’, no salgo porque la arena se pone caliente y se me queman las pezuñitas, entonces lo que hago es quedarme descansando en mi cuarto que tiene aire acondicionado y así sentirme bien fresquita.
Cuando empieza a caer la tarde salgo de nuevo a visitar a mis amigos. Veo el sol ocultarse, juego un rato en la arena y corro en la playa con mis hermanos, hasta que llega la hora de la cena.
Después de comer me escapo a hacer mis necesidades para, finalmente, volver a la casa a dormir toda la noche.
Celebridad
Sí, soy toda una celebridad. Tal vez no sean muchos mis seguidores en redes sociales, pero para ser una cerdita, tengo récord.
En Instagram tengo 10.600 seguidores y en TikTok son 75.200. ¡Ah, verdad, los sorprendí!.
Ahí es donde los fans me pueden ver haciendo mis gracias, modelando mis atuendos de princesa y hasta recibiendo a los seguidores que me van a visitar a Hermosa.
En TikTok hay videos de cómo ha sido la historia desde que llegué a mi nuevo hogar. Ahí pueden comprobar cómo he crecido desde que era una chanchita toda pequeñita.
Aunque sé que soy famosa, tengo mis días de humor y otros en los que no estoy tan contenta. Cosas del carácter, ya saben. Debo de confesar un secreto: cuando estoy en celo adoro que los hombres se me acerquen a hacerme cariño, los busco y les doy besitos con mi trompa para que me den pelota.
Eso sí, que nadie se me acerque cuando estoy comiendo, porque soy muy territorial y cuando se meten con mi comida me puedo enojar.
Pero la mayoría del tiempo la paso de buenas. Cuando estoy contenta doy saltitos, aunque ya por mi peso me cuesta un poco, pero igual así demuestro mi alegría.
En familia
No les he contado mucho sobre mis hermanos, pero les voy a hacer una lista de sus nombres para que vean la familia tan bonita y tan grande que tenemos. Mis papás son rescatistas de animales, así que en nuestro hogar abundan los perritos y los gatitos.
Vamos en orden. Los gatos son Sombra, Salem y Simba, son dos de color negro como yo y uno amarillito. Los perros son Kahoa, la alfa, que aunque no me quiere mucho siempre me está cuidando para que nadie me haga daño. Luego están Nalú, que es una pitbull; Terry, Olita y Cóbano y por último los hermanitos Bowie y Point, que son dos basset hound. ¡Uy, por favor no le cuenten a nadie, pero Bowie y Point son mis favoritos!.
Ellos duermen conmigo, en el primer piso de la casa, los demás tienen su espacio arriba. Compartimos cuarto y llegamos casi que al mismo tiempo a la familia, por lo que hemos crecido juntos y somos inseparables.
Ven, esta es mi familia, un hogar en el que los animales somos valorados y amados al máximo. ¡Soy feliz de haber llegado a esta casa donde me cuidan y me chinean mucho!
Recuerden que si se dan un paseo por playa Hermosa pueden pasar a visitarme y a tomarse un selfie conmigo. Soy Morita, The Pig.
Una gran responsabilidad
Roger Bonilla y Érika Valverde son los dueños de Morita. Ellos fueron pareja y, hace cuatro años, Morita fue un regalo especial para Érika. Sin embargo, lo que pensaron que iba a ser un animalito pequeño se convirtió en un verdadero peso para su casa, en kilos y amor.
“Morita creció como si fuera un perrito, ella se cree uno más de ellos. De hecho han llegado a visitarla otros cerditos y se asusta toda donde los ve, seguro los ve como muy raros”, recordó Valverde entre risas.
La mamá de Morita contó que se sorprendieron mucho cuando la cerdita comenzó a crecer de forma exagerada, pues no tenían claro cuál era el proceso de crecimiento de una mini pig.
“Es un buen punto a tocar, es bueno recomendarle a la gente no adquirir estos animalitos porque tal vez no van a ser como esperaban. Empiezan a crecer y a los seis meses no tienen dónde meterlos, así que los regalan y terminan mal”, dijo la empresaria.
En el hogar de Morita, por suerte, existe una gran ventaja: el espacio al aire libre que existe en la propiedad es muy apropiado para la cerdita.
“Hay que tenerles espacio y mucha paciencia porque son animales muy demandantes de cuidado”, agregó Róger.
Incluso, como Róger y Érika trabajan, a Morita le tienen varios “niñeros” para que se ocupen durante el día de sus necesidades. Los niñeros están atentos tanto de la alimentación como de los desechos de ella, así como de protegerla cuando hace sus acostumbrados paseos por la playa. Nunca falta algo o alguien que pueda significar un peligro para la cerdita.
“Tiene además un temperamento fuerte. Cuando algo no le gusta hace un chillido, se enoja y viene un cabezazo”, contó Érika.
Generalmente Morita anda de buen humor, como ella misma lo contó. Quienes la van a visitar al restaurante Bowie’s Point, propiedad de Róger, lo comprueban de manera divertida.
“Nosotros por dicha tenemos buen espacio, entre el patio y la playa ella anda feliz. No sé, realmente, qué hubiera hecho yo si no hubiera tenido este espacio. La opción de regalarla o llevarla a otro lugar nunca estuvo en nuestra mente”, comentó Erika.
En otros temas, Érika cuenta que la cerdita es muy inteligente, tanto que hasta le enseñó a hacer el truco de dar vueltas, algo que el animal disfruta mucho porque siempre recibe una deliciosa sorpresa tras hacer la gracia.
“Es muy divertido cuando la gente llega a buscarla al restaurante, de verdad que muchos vienen para conocerla. Le traen regalos, desde comida hasta ropita y coronas de flores. A veces le han traído hasta retratos pintados “, agregó.
Sobre los cuidados que tienen los dueños con Morita, Róger narró que cada cierto tiempo la visita un veterinario para comprobar su estado de salud, además de que los niñeros la cuidan siempre.
“Es vigilada casi que las 24 horas del día. Es muy importante porque hay gente mala que podría hacerle algún daño. También hay que tener cuidado con otros animales que puedan estar cerca”, explicó Bonilla.
Érika, por su parte, tiene algo importante que pedirle a los visitantes: “No me gusta cuando la gente hace bromas y dicen que está apenas para diciembre, que cuándo nos la vamos a comer. No es gracioso, para nosotros como familia no lo es porque ella es un miembro más de nuestra casa y la amamos mucho”.
Así que ya lo sabe, cuando vaya a playa Hermosa no se olvide de saludar a Morita, the Pig. La cerdita estará feliz de conocerlo.