¿Cómo ha cambiado la oferta motelera en las últimas dos décadas? En febrero, con motivo del “mes del amor”, existe la tendencia a creer que los también llamados “hoteles de paso” viven la temporada más alta del año. Es así como estos módulos habitacionales invitan a sus clientes (reales o potenciales) a desprenderse de sus prejuicios con el mismo desate con el que se despojan de sus prendas en la antesala de un encuentro íntimo. A ese ritmo lento y apasionado o impetuoso y desenfrenado en que se desabrocha una blusa o una camisa, o se baja el cierre de una falda o el de un pantalón... Con esa calma o avidez que acompaña la respiración agitada que enciende la pasión, y al compás del placer y la seducción, los moteles desde siempre han invitado a sus consumidores a liberarse de los mitos y tabúes y a aprovechar la privacidad que casi no disfrutarán en ningún otro lugar.
Lo que sí han cambiado son las fórmulas para cautivar a los amantes, pues desde hace mucho ya, la cama con proporciones de ring gigante y el jacuzzi dejaron de ser una novedad para convertirse en parte del mobiliario básico que hoy cuenta con un tremendo stock de artefactos, artilugios y novedades predispuestos a que los clientes expertimenten, innoven y aumenten su disfrute.
*****
Una equis negra con sujetadores para muñecas y tobillos, y con dos ataduras adicionales para brazos contrastan en la pared blanca con la que choca mi vista cuando abro la habitación.
A pocos centímetros de ahí, un sillón de color rojo intenso cuyo diseño emula una esbelta silueta femenina se refleja en un espejo instalado, calculadamente, en una parte del techo solo para ofrecer vista completa a lo que suceda en esa butaca.
En la pared contigua, una ruleta tiene dibujadas algunas posiciones del kamasutra (legendaria guía de posiciones sexuales) que invitan al juego y al mismo tiempo, sirven de manual para el uso de aquel mueble de apariencia ergonómica y contemporánea al que hoy llaman “Diván del placer”.
Separada por barrotes de acero inoxidable que simulan ser la jaula donde se alojan esos juegos para adultos está una amplia cama redonda.
El piso de la habitación parece ser hierro oxidado, pero en realidad es una cerámica con aspecto de ese metal que se confabula con todos los demás espacios para el entretenimiento sexual que permite aquella atrevida suite.
Bastaron solo segundos para que mi vista fuera interceptada por todos esos elementos, incorporados en un modesto espacio de 60 metros cuadrados, que le plantean al visitante un sinfín de posibilidades para salir del confort sexual, abandonar la rutina a la hora de la intimidad y quitar el freno a la imaginación.
La habitación 11 del motel Paraíso, de la cadena Fantasy Rooms, es precisamente una de las más osadas de ese lugar. Inspirada en la historia erótica de Cincuenta Sombras de Grey, la suite de temática bondage forma parte de la nueva idea de los empresarios moteleros a la hora de renovar su oferta frente a las de la competencia para atraer a nueva clientela sedienta de placer.
Similar a esa habitación en Paraíso hay otras siete con las mismas amenidades –van de la 11 a la 14 y de la 31 a la 34– que buscan hacer de la pasión un juego atrapante que encienda el erotismo y conduzca a la pareja hacia un clímax con aliados distintos a la cama y jacuzzi que casi siempre han mantenido los moteles en su oferta.
“Apostamos a que la gente viva y juegue con sus fantasías”, dice Ruperto González, gerente general de la cadena de moteles Fantasy Rooms, al explicar cómo la compañía ha renovado las suites de los cinco moteles que poseen para atender las necesidades de una clientela más exigente.
Paraíso es el motel con el que Fantasy Rooms ha explorado con mayor libertad las propuestas creativas para la hora del sexo. Las habitaciones bondage son parte de esa oferta, pero no son la única.
Si el cuero y el sometimiento propios de esa práctica sexual no es lo suyo, quizá le pueda interesar la excentricidad de una suite inspirada en Hollywood o de otra con menos formalismos pero igual de sugerente: la deportiva.
Con mensajes sugestivos como “tienes cara de ser el nueve que le falta a mi seis”, espejos de estrellas, tapices de diseños cosmopolitas en sus paredes, un pequeño escenario al fondo con una plataforma donde se ubica un tubo de baile, una luz de discoteca con destellantes y coloridos tonos y una “alfombra” roja hecha en cerámica que conduce a la amplia cama rectangular, la habitación de Hollywood les plantea a los visitantes un encuentro sexual “de película”.
Más allá se ubican las suites deportivas que le proponen a los clientes poner a prueba sus habilidades físicas con el Aro del paraíso, un círculo de amplio diámetro instalado entre el techo y el piso de la suite y acolchonado en cuero en toda su mitad para proveer de comodidad a los clientes que se atrevan a desafiar la estructura. Esa habitación de vibrantes colores también incorpora en sus paredes algunos equipamientos deportivos como por una canasta de básquet e impresiones en gran formato de esculpidos torsos masculinos y femeninos que ayudan a subir la temperatura.
“Ahora los clientes de moteles andan buscando cosas más atrevidas porque de lo contrario les daría lo mismo ir a un hotel de playa o montaña; por eso nosotros nos hemos enfocado en los últimos años en ofrecerles a ellos algo más que un buen precio o un buen menú, ahora le apostamos también a la experiencia. Esta idea ha tenido buena aceptación”, comentó González.
Renovarse para continuar
En los últimos cuatro años, la cadena de moteles Fantasy Rooms –conformada por Edén, Paraíso, Venus, Jardín Oriental y Maison Dorée– le ha dado paso a una renovación de las casi 400 suites que tienen en distintos puntos de San José para garantizar la continuidad de un negocio que, como muchos de otras naturalezas, sufre cambios.
“Buscamos que la gente sea más libre en la intimidad y hemos ido ampliando ese espectro porque antes la suite de un motel era una cama, un baño y nada más. Ya luego comenzaron a incluirse los jacuzzis y ahora, las nuevas tendencias nos obligan a que haya tubos de baile, luces de colores, sillas de posiciones, saunas y hasta piscinas. Entonces ahora este negocio abrió la gama para que las parejas se exploren más en la intimidad y pasen juntos un rato diferente, porque si le ofrecemos a los clientes solo una cama y un jacuzzi, qué diferencia marcará eso con una suite de un hotel común y corriente. Necesariamente en estas épocas hay que tener otros elementos que inviten a la fantasía”, dijo Ruperto González.
La creación de habitaciones temáticas, la incorporación de nuevas experiencias dirigidas al placer sexual dentro de las habitaciones o el remozamiento de su oferta de servicios con menús de comidas más atractivos, promociones en bebidas y catálogos de juguetes sexuales son parte de los ajustes que ha sufrido el negocio.
Paraíso, ubicado en San Francisco de Dos Ríos, fue el segundo motel de la cadena en ser intervenido con elementos que potenciaran, sin tapujos, el placer sexual de sus clientes.
La creación de las habitaciones temáticas fue un gran aliado en el cumplimiento de ese objetivo que se trazó Fantasy Rooms con ese motel; sin embargo, el resto de las suites también han experimentado cambios en procura de mayor placer, diversión o exploración, según lo que los visitantes busquen.
El Diván del placer, los columpios y tubos de baile son las amenidades principales que poco a poco se han ido agregando a todas las habitaciones de ese hotel de paso que fue, además, el primero que adquirió la cadena hace más de 45 años.
“En Paraíso lo que hicimos fue pintar en la cochera una alusión al atractivo principal de cada habitación para facilitar a los clientes una decisión de cuál habitación se ajusta más a sus fantasías. También en el Paraíso nos hemos atrevido a hablarle más directamente a la gente a través de mensajes sugerentes y finos que hemos pintado en los exteriores de las habitaciones o colocado en los jardines”, comentó González.
Él se refiere a frases como la que tiene el portón de la cochera de la habitación 22 –de temática deportiva, por cierto–, donde invitan a todas las poblaciones mayores de edad del país a vivir sin miedo el placer sexual.
Transformate en lo que querás, se lee en el portón de esa suite, donde predomina la ilustración de un zapato de hombre y unas botas de mujer de prominente plataforma.
“Paraíso tiene habitaciones con mensajes externos donde les hablamos a las diferentes poblaciones. Con este por ejemplo (Transformate en lo que querás) le estamos hablando a la población gay, que son parte de nuestros clientes, aunque hay que tener claro que el sexo, el erotismo y el romance no tiene lenguaje para hombres, mujeres, gays...”, consideró González.
En Paraíso también hay habitaciones Súper Suite de mayor tamaño y con amenidades propias como una piscina que filtra el agua en 25 minutos y un cuarto de vapor. Además tiene una sala de espera y una cochera más amplia, ya que esa habitación particularmente aspira a satisfacer las fantasías de varias parejas que, bajo el mismo techo, se aprestan a celebrar su propia fiesta sexual.
Los precios de las piezas del motel Paraíso son de ¢12.000 las habitaciones temáticas por cuatro horas; ¢13.000, las suites regulares por 12 horas y ¢30.000 la Súper Suite, por 12 horas.
“Paraíso es un motel de clase media donde hemos traído lo que aprendimos en el Maison Dorée pero de una forma más coordinada”, refirió González.
El inicio
Precisamente fue en Maison Dorée donde Fantasy Rooms comenzó la transformación de sus habitaciones. “Aquí somos más agresivos en cuanto a buscar esa experiencia de fantasía y desarrollar eso en los clientes. Este motel es para esas personas que son más abiertas a ese juego de erotismo. También fue aquí donde empezamos a jugar con las horas de estadía para ofrecerle a los clientes otras posibilidades que se ajusten más al presupuesto. Definitivamente Maison Dorée nos ayudó a cambiar la mentalidad de nosotros como empresarios”, sentenció González.
Él se refiere a la Súper Suite de ese motel. Se trata amplia habitación que tiene distribuidas osadas opciones para asegurar el deleite sexual de sus visitantes.
Esa habitación seduce desde el mismo momento en que se ingresa con sus paredes en rojo, el columpio que cuelga desde el techo, la equis negra de bondage para la sumisión, una amplia cama y, frente a ella, un escenario en cerámica negra con un tubo de baile.
Una luz de discoteca y de colores ambienta la estructura que también tiene espejos en el techo, sillón de posiciones, ruleta con el kamasutra, y un jacuzzi con vista a un pequeño jardín privado. Además, está equipada con dos televisores pantalla plana.
El precio de alquiler de la Súper Suite de Maison Dorée es de ¢30.000 por 12 horas y es la única habitación de ese tipo en ese motel. Las otras suites tienen precios que oscilan entre los ¢10.000 y los ¢16.000, según el tiempo de estancia que se desee (cuatro a 12 horas).
La mayoría de las suites de ese motel están equipadas con sillas de posiciones, jacuzzi, tubo de baile, ruleta del kamasutra y espejos; excepto las más baratas, que solo cuentan con cama, baño y televisión por cable con tres canales pornográficos (todos los moteles Fantasy Rooms tienen este servicio).
“La empresa a la que le contratamos la televisión por cable nos provee el servicio de tres canales pornográficos: Playboy, Venus y Penthouse. Siempre se ha tratado de mantener la pornografía porque los clientes piden mucho que ese servicio esté incluido. La idea de nosotros es que la gente venga aquí a explorar cosas diferentes, aquí tienen derecho a experimentar con libre consentimiento y con el afán de jugar”, recalcó Ruperto González.
Dentro de la misma propiedad del Maison Dorée, el grupo motelero tiene el Jardín Oriental, un hotel de paso de temática asiática.
Con el rojo como protagonista en sus habitaciones, el Jardín Oriental tiene suites con amplias camas, jacuzzi, tubo de baile, luces de discomóvil, sillón de posiciones, pantalla giratoria y dos sujetadores para las muñecas que cuelgan del techo para la práctica sadomasoquista.
El precio por suite del Jardín Oriental es único, serían ¢16.000 para un hospedaje de 12 horas. Estos dos moteles se ubican en Paso Ancho y facilitan el acceso a un grueso de la población que se mueve diariamente por la capital.
El motel Venus es otro gigante del catálogo de Fantasy Rooms. Se ubica en San Francisco y sus habitaciones experimentan remozamiento para incorporar más diversión sexual.
Ruperto González explicó que el proyecto es uniformar todas las suites con la inspiración de la diosa romana del amor, la belleza y la fertilidad que le da nombre al hotel de paso.
En estas suites, los empresarios han incorporado tapices en las paredes, espejos, sillón de posiciones, columpios, ruletas del kamasutra y tubos de baile. El precio de la suite en Venus es único de ¢15.000 por 12 horas o la Súper Suite (que es similar a las del Paraíso) por ¢30.000 y también por 12 horas.
El Edén en Calle Blancos es el motel que más recientemente empezó a incorporar en sus habitaciones atrevidos juegos. Ahí no hay habitaciones temáticas ni súper suites, de hecho es el más comedido de toda la cadena, pero poco a poco sus 122 habitaciones le han ido dando espacio a elementos para el juego erótico.
“Anteriormente el Edén era muy tradicional y menos invasivo porque desde el inicio le hemos apostado más a la tranquilidad y el confort de los visitantes; ahora con estos cambios estamos buscando elevar un poco más la pasión en las habitaciones y sacar al cliente de una zona de confort en busca de que se atreva a explorar su intimidad”, aseguró González.
Sillas de posiciones, un manual en la pared con el kamasutra, y un tubo de baile en una tarima son parte de las nuevas amenidades de las suites del Edén, cuyos precios son de ¢20.000 y ¢23.000 por 12 horas. Algunas suites cuentan con servicio de Wifi, jacuzzi o sauna o estos dos últimos.
Edén, Paraíso, Venus, Maison Dorée y Jardín Oriental cuenta con servicio de alimentación con menús diferenciados en cada motel, según las características de este. El menú del Edén es el prémium de la cadena. Ahí se sirven desde desayunos hasta postres; el de Paraíso es un menú enfocado en la comida rápida; el de Venus ofrece mucha boca; Maison Dorée enfoca su menú en platillos para picar y el de Jardín Oriental ofrece platos asiáticos de comida rápida.
Vender privacidad
Las diferentes novedades que se incorporan en las suites de los moteles, en el caso de los pertenecientes a Fantasy Rooms, dependen del tipo de público al que se dirigen y de las necesidades que desnudan los clientes cuando acceden a participar de alguna encuesta que sondea su satisfacción con los servicios. La renovación de esos espacios también nace de sugerencias de la misma clientela o de tendencias foráneas que se tropicalizan para dirigirse a un público costarricense.
Ruperto González indicó que el refrescamiento de los moteles pone la mirada en nuevos públicos, aunque la discreción que garantizan esos espacios imposibilita en conocer certeramente quiénes son los clientes actuales de los moteles y si estos se han renovado con los años.
“Nosotros no llevamos registro de clientes y no sabemos el perfil de las personas que ingresan a las habitaciones, entonces imagínese el espectro tan amplio de necesidades que hay que satisfacer. Pensamos desde la pareja joven casada que tiene mucho trabajo y que no puede escaparse a la playa por tiempo o por presupuesto, pero que quiere salir de la rutina en la intimidad; en la pareja de novios que con los papás en la casa no pueden hacer nada, y hasta en los papás jóvenes con hijos pequeños y en edades desgastantes”, refirió el gerente de Fantasy Rooms.
Con la idea de perfilar su clientela y ante la apertura que ha tenido el negocio de los moteles con las redes sociales, Fantasy Rooms ha ideado una serie de actividades y dinámicas que les permitan conocer más de cerca quienes son los clientes y qué busca una pareja, un trío o un grupo de parejas a la hora de elegir el motel como aliado para encender la pasión.
“El año pasado (2018) para el 14 de febrero hicimos una dinámica en redes sociales. Participó mucha gente y entre las informaciones que queríamos determinar estaban las edades y el tipo de parejas que venían a los moteles. Y los resultados fueron interesantes porque muchos de los visitantes eran parejas estables con edades entre los 40 y los 60 años que seleccionaban el motel como opción para salir de la rutina sin viajar fuera de San José; entonces a partir de esas actividades es que estamos tratando de montar el perfil de nuestra clientela, que tradicionalmente se ha resistido a dar información personal”, aseveró Ruperto González.
Redes aliadas
Facebook tiene 15 años de existir, pero fue hasta hace apenas tres años que Fantasy Rooms se inició en la red social con un jocoso perfil donde comparte información de sus cinco moteles.
A través de post creativos salpicados de ingenio y erotismo, la empresa ha logrado que su comunidad virtual –de poquito más de 65.000 seguidores– interactúe con ellos propiciando un canal de comunicación con parte de su clientela, lo que contribuye a acercar a más visitantes a sus pintorescas y variadas suites.
“La experiencia de estar en redes sociales ha sido muy interesante y muy bonita porque no esperábamos esa reacción acogedora que nos han dado nuestros seguidores. Nos esforzamos mucho por tener ahí contenido muy interesante jugando con la morbosidad pero de una manera muy fina para que la gente no se sienta invadida su intimidad y ni perciba que los mensajes grotescos. En las redes sociales hay muchas muchachas más que hombres, por lo menos en las nuestras, entonces ponemos imágenes masculinas llamándolas a ellas a que inviten a sus parejas a visitarnos. Ahora estamos en el proceso de aprender cómo hacer que la gente que está ahí en las redes sociales nos visiten, por eso mantenemos dinámicas constantes para atraer a ese público”, refirió Ruperto González.
El gerente general de Fantasy Rooms dijo que en esos sondeos han logrado determinar que la privacidad y un equipamiento atrevido en la habitación son los principales factores que inciden en la decisión de un cliente de visitar un motel.
Sin vulnerar las medidas de seguridad internas y las restricciones que hay para ingresar a un hotel de paso, los moteles Edén, Venus, Paraíso, Maison Dorée y Jardín Oriental, están orientados a garantizar la discreción de sus visitantes.
“Lo que más le molesta al cliente es que lo vean. El cliente quiere privacidad, no quiere que lo molesten. A veces uno los llama equivocadamente a la habitación y eso les molesta muchísimo. Invadir ese espacio de privacidad es lo que uno trata de evitar a toda costa”, indicó Ruperto González.
Por lo anterior, todo el personal que labora en esa cadena de moteles lo hace a la sombra desde que llegan a las instalaciones del lugar, cuando accesan por un ingreso exclusivo de colaboradores que tiene cada motel. Los jardineros y demás colaboradores que por la naturaleza de sus funciones tienen que permanecer fuera de las oficinas, deben obviar todo lo que suceda a su alrededor.
“Nosotros decimos que vendemos privacidad e intimidad, entonces creamos un ambiente de experiencia totalmente privado e íntimo para las personas. El personal que debe permanecer fuera de los edificios está capacitado y entrenado para siempre estar concentrado en su trabajo y no estar viendo a los clientes, y si por alguna razón un cliente le pide ayuda, él se la debe ofrecer con total discreción”, contó González.
En el caso del personal de limpieza, si no se desplazan por los pasillos traseros a cada suite, están en un salón cerca de la cocina y el área de monitoreo, a la espera de que las habitaciones con ocupación sean abandonadas por los clientes para así ellos iniciar con el aseo.
En promedio, la higienización de una suite tarda 25 minutos y una vez a la semana cada habitación de los moteles Fantasy Rooms recibe una limpieza profunda.
Un negocio que cambia
La renovación de las suites de los moteles viene a levantar un negocio que ha venido a la baja en los últimos años.
Ruperto González reconoce que la clientela en los moteles ha disminuido, de ahí esa necesidad de remozarse con elementos que aticen la libido y que sean más atractivos para más públicos.
“La clientela de los moteles ha disminuido, pero también ahora más clientes se quedan el tiempo completo de estadía que incluye el precio de la habitación. Personalmente creo que menos personas vienen a los moteles porque hay mucha clientela que se va a vivir sola y ya no requiere un motel para verse con su pareja; porque ahora las parejas son más abiertas y se permiten quedarse a dormir en las casas de los papás, y también la ruta 27 (que comunica San José con Caldera) nos afectó bastante porque recortó las distancias para ir a la playa un fin de semana por ejemplo, y eso nos resta posibilidades de que durante un fin de semana tengamos mayor visitación aquí. Nosotros competimos hasta con hoteles de playa o montaña”, valoró González.
Por lo anterior, al empresario no le es fácil especificar cuáles son ahora las temporadas altas de los moteles y las “horas pico”, porque el negocio está cambiando.
Los días de pago y los fines de semana siguen dominando la ocupación de un motel de Fantasy Rooms y las horas preferidas por los clientes son entre las 6 p. m. y las 10 p. m. Por semana, la ocupación de los moteles Fantasy Rooms es de un 85 por ciento, según Ruperto González.
“Este es un negocio que está cambiando en cómo las personas lo ven y en cómo nosotros lo debemos trabajar. Es muy distinto el funcionamiento de un motel de hoy si se compara con hace 10 años. Antes lo principal era ofrecerle al cliente una cama con ropa limpia y ahora eso es importante y la gente lo espera así, pero quiere más. Por eso todo en este negocio ahorita es relativo, hasta el tema de la afluencia de clientes. Hace poco un martes se puso buenísimo en horas de la tarde y al día siguiente estaba muerto a esa misma hora y uno ya no lo entiende, por eso esa necesidad de modernizar este negocio”, refirió González.
Comparó también que hace algunos años las madrugadas de los fines de semana se movían distinto a como se muestran en la actualidad. “Antes las madrugadas eran buenas”, recalcó.
Tan variable está ese negocio que ahora los moteles de Fantasy Rooms le apuestan a que las parejas preparen la visita al lugar incluso con días de antelación. “Buscamos la fidelidad de nuestros clientes y que ellos planeen la salida a un motel como ir al cine”, refirió González.
Los aires de cambio también soplan en las nuevas posibilidades que tienen los clientes para llamar a reservar una habitación (depende del día y la demanda) para decorarla para alguna celebración en particular. No es lo usual, pero sí hay casos registrados y la opción está abierta.
“La gente nos llama para ver la posibilidad de venir antes a decorar una suite para alguna celebración de la pareja, antes eso no era común, ahora tampoco sucede todos los días, pero pasa; por eso le digo que estamos en un momento donde el modelo de negocio ha cambiado en cuanto a reservas, amenidades, opciones para el cliente… Cada cinco años nosotros procuramos renovar nuestra oferta”, recalcó el gerente general de Fantasy Rooms.
Ruperto González es la tercera generación que se pone al frente de un negocio que inició uno de los abuelos de su familia, hace más de cuatro décadas y media.
¿Cómo ha sido vivir del sexo? Le pregunto.
“Es vacilón porque la familia está enchapada a la antigua. Son conservadores en alguna medida pero este es el negocio y nos ha ido bien. Hay ocasiones en que mi mamá me dice ‘¿Ya va para el negocio?’, y eso es vacilón. Lo que me es más difícil como empresario es que me tomen en serio porque uno dice que trabaja en un motel y la gente lo ve con morbo y vacila con eso. Cuesta que a uno lo vean como empresario serio por ese morbo, esas malicias. Hasta me han preguntado si aquí tenemos mujeres (que ofrezcan servicios sexuales), lo que nosotros tenemos son habitaciones”, respondió González.
Cultura en el motel
En la vida todo tiene reglas y los moteles no son la excepción. Disfrutar de una noche de pasión en un cuarto de fantasía también tiene un reglamento al que usted se debe ajustar, de lo contrario, le apagarán la llama del erotismo.
A un motel se va a pasarla bien en pareja o con con las personas que usted decida, siempre y cuando ninguna sea menor de edad. Menores de 18 años no pueden permanecer en una suite de un motel ni ingresar a las instalaciones.
“Nosotros nos reservamos el derecho de admisión. El servicio de seguridad de Fantasy Rooms tiene guardas en la entrada y en la salida que están viendo cuántas personas entran en el carro y resguardando la seguridad de todas las personas que están en las instalaciones, desde colaboradores clientes. Son los guardas de seguridad los que indican a monitoreo las personas que van en un vehículo y la sospecha de que ingresó un menor de edad. Cuando hay alerta de ese tipo se le da seguimiento al vehículo a través de cámaras hasta que ingrese a la suite y ahí solicitamos las identificaciones. También aleatoriamente en ocasiones le pedimos la cédula a todos los clientes. Si se comprueba que hay menores de edad en la habitación el servicio no se da y la persona se debe retirar inmediatamente de las instalaciones”, especificó Ruperto González.
En las habitaciones está prohibido fumar, consumir drogas y actos de violencia. “Si logramos saber que en una habitación hay un tema de abuso o maltrato, llamamos a las autoridades; mientras tanto nuestro personal está capacitado en manejar esas situaciones que son de riesgo tanto para las personas dentro de la suite como para nosotros”, dijo González.
Ni en los garajes ni en las suites de Fantasy Rooms hay cámaras de seguridad, estas se ubican en las entradas y salidas del motel y en algunos puntos del complejo por donde transitan los vehículos de los clientes, de ahí que si algún vehículo ingresa al motel y su conductor manifiesta actitud sospechosa al intentar salir de las instalaciones, la aguja lo frenará hasta que sea cuestionado sobre su presencia en el lugar.
También se detendrá el vehículo a la salida si se comprueba que alguna atracción de la habitación sufrió daños y no fue reportada, o fue extraída de la suite por el cliente, esto porque una vez que usted abandona la suite, personal del motel ingresa a ella para verificar que todo se encuentre en su lugar y reportar a monitoreo.
El precio de cada suite no necesariamente le garantiza una estancia de 12 horas, hay habitaciones cuyo tiempo de permanencia es inferior. Esta información está indicada en el garaje de la suite.
Los precios de la suites son por pareja o para tres personas. Si en la misma suite van a coincidir más de cuatro personas, el precio sería el doble al costo de esa habitación. “Así está identificado en el reglamento. Si son más de dos parejas se cobra el doble porque se redoblará el trabajo al servicio de limpieza y van a requerir de más enseres como paños, por ejemplo”, explicó González. Ninguna Súper Suite requiere de pago adicional por más de una pareja en la instalación.
La habitación se paga al ingresar al momento preciso en que suena un timbre. La estancia en una habitación se puede renovar por tres ocasiones, si desea pagar por cuarta vez el uso de una suite deberá abandonar la actual para ocupar otra. Desde hace tres años, todos los moteles Fantasy Rooms aceptan el pago con tarjeta.
Una vez que paga su estadía, el dinero no se devuelve. Si algún servicio o amenidad de la habitación no funciona se le resuelve al cliente trasladándolo a otra suite; si este no acepta, se valora el caso individual antes de entregarle el dinero de vuelta.