La riqueza natural que tiene Costa Rica es inimaginable. Tanto que los expertos no se cansan de visitar el país para hacer nuevas expediciones.
Y pese a que la gran mayoría son investigaciones terrestres, los mares del país son una joya que muchos desconocen. Ante la curiosidad, un grupo de expertos del proyecto Pristine Seas, de National Geographic, se propuso introducirse en las profundidades del mar costarricense para descubrir los secretos que esconde.
El lugar elegido fue el Parque Nacional Corcovado, ubicado en la Península de Osa, uno de los más exóticos que hay en el país y reconocido mundialmente por su biodiversidad terrestre, siendo uno de los reductos de bosque lluvioso más importantes de Mesoamérica.
Este sitio fue bautizado por National Geographic como “el lugar biológicamente más intenso en la tierra”, ya que alberga el 2.5% de la biodiversidad terrestre de todo el planeta en menos de 1/1000 de su superficie total.
Osa está cubierta casi por completo por selva virgen que se extiende hasta el Océano Pacífico.
“Nos interesamos en estudiar los ecosistemas marinos de Costa Rica porque creíamos que podían ser tan valiosos como los terrestres. El objetivo de la expedición era explorar y documentar como nunca se había hecho antes, la biodiversidad marina que está en la Península de Osa, al lado del Parque Nacional Corcovado, y el resultado fue realmente impresionante porque descubrimos un ecosistema marino de importancia extraordinaria y global”, afirmó Alex Muñoz, director para América Latina de Pristine Seas.
La investigación se llevó a cabo en abril del 2019 y contó con la participación de un grupo de aproximadamente 16 expertos internacionales, así como investigadores de la Universidad de Costa Rica (UCR), de la Asociación Conservación Osa, y el ministro de Ambiente y Energía, Carlos Manuel Rodríguez.
Esta expedición tardó alrededor de 20 días e incluyó buzos científicos, cámaras de profundidad, así como un submarino llamado Deep Sea, que le permitió a los expertos bajar a 400 metros de profundidad y explorar el océano profundo de Osa.
Lo que se encontraron fue simplemente impresionante y ahora están listos para contárselo al mundo.
Hoy, con conocimiento de causa los investigadores pueden afirmar que la riqueza marina de la región de Osa está estrechamente conectada con los ecosistemas terrestres y costeros.
“Fue una expedición extraordinaria realmente. Es impresionante la cantidad de vida que se conserva en este lugar, es un lugar maravilloso y hay pocos lugares tan salvajes como este que van quedando en el mundo.
“Corcovado es un tesoro natural mundial y en el mar hay un verdadero espejo y biodiversidad de gran importancia, muy similar a la terrestre”, afirma Muñoz.
De acuerdo con el experto de Pristine Seas, esta es una zona de importancia vital donde las poblaciones de ballenas jorobadas del hemisferio norte y del sur se encuentran para dar a luz a sus crías y es una importante región de crianza de tiburones, especialmente para el tiburón martillo, una especie en peligro crítico de extinción.
Además, hay una gran variedad de ecosistemas costeros, desde extensos bosques de manglar a arrecifes sumergidos que albergan diversas comunidades de peces.
También se encontraron especies de tiburones y rayas muy poco conocidas para la ciencia, una gran abundancia de especies de valor pesquero como camarones y langostinos, y la presencia de volcanes de lodo. Así como una gran abundancia de mamíferos y tortugas marinas, y especies de peces de interés comercial como atunes, picudos y dorados.
“Es una experiencia que nos devuelve el optimismo en un mundo que está pasando por momentos tan difíciles. Ver un lugar que concentra tanta vida natural y donde hay una comunidad local que vive con respeto a la naturaleza, nos parece que es una luz de esperanza frente a lo que podemos hacer en el futuro”, detalla.
Esta fue la segunda expedición que el grupo de profesionales de Pristine Seas realizó en el país. La primera vez que se sumergieron en el mar costarricense fue en el 2009, cuando se dieron a la tarea de conocer las profundidades de la Isla del Coco.
Pero no solo los expertos de National Geographic quedaron impresionados con lo que se encontraron en las profundidades del océano. El ministro de Ambiente, Carlos Manuel Rodríguez afirma que pese a que es buzo profesional, nunca había visto algo similar.
“Bajar en un submarino a ver el fondo del océano es una de las experiencias más gratas que he tenido en mi vida, lo que tenemos aquí es increíble. Fue impresionante ver un ecosistema que para mí era totalmente desconocido, porque un buzo no puede llegar hasta ahí a menos que sea a través de un submarino”, detalló el jerarca.
Amenaza latente
Costa Rica es considerado uno de los veinticinco países más biodiversos del planeta y se ha ganado el reconocimiento global por sus extraordinarios parques nacionales.
De acuerdo con Pristine Seas, el 25% de la superficie terrestre del país está conservada a través de algún tipo de área silvestre protegida. Sin embargo, con el mar la historia es diferente.
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Muñoz explica que en el país solamente el 1% del mar costarricense está protegido. Esto significa que la riqueza natural que se esconde en las profundidades del océano, se ve amenazada por la contaminación, el cambio climático y la pesca ilegal, uno de los grandes problemas, que ha contribuido en la disminución de tiburones y otros peces.
Los buzos investigadores coinciden en que es momento de apostar por áreas marinas de conservación, que ayuden a resguardar la joya marina en la Península de Osa.
Según explica Muñoz, crear un área marina protegida, permitiría resguardar la biodiversidad, garantizar que los mares se mantengan saludables, asegurar el sustento de los pescadores para siempre y combatir la pesca ilegal.
Con ello, también se podrían rescatar especies que actualmente se encuentran en peligro de extinción en ese sitio específico, ya que se ha convertido en un hábitat crítico de reproducción, crianza y agregación de importantes especies de tiburones, rayas, tortugas, ballenas y delfines que son de gran interés para el turismo, y que actualmente se ven amenazadas.
“Ya se aprecia una disminución de especies marinas, sobre todo por la pesca ilegal, y un área marina protegida permitiría monitorear mejor y destinar más recursos a la vigilancia de esta zona para recuperar los peces que ya están disminuidos o, en algunos casos, en peligro extinción como el tiburón martillo.
“Además, hay especies amenazadas, sobre todo de ballenas y tortugas, que viven y se reproducen en esta zona y esto permitiría apoyar la recuperación de estas especies que podrían enfrentar la extensión si no se toman medidas a tiempo”, asegura.
Ante ello, el ministro Rodríguez afirma que existe conciencia de la necesidad de crear áreas marinas protegidas.
“Tenemos que proteger como mínimo el 30% del mar para mantener la salud del ecosistema y que hayan peces para la pesca, porque si nosotros no hacemos esto, los peces no tienen dónde reproducirse y se va a acabar la pesca y ese es uno de los problemas que hemos tenido en Costa Rica, porque no tenemos áreas protegidas marinas que nos garantice la condición de peces para la pesca”, dice.
Compromiso comunal
Sin embargo, Muñoz es enfático en que salvar el paraíso marítimo de esta zona solo depende de la comunidad local. Esto garantizaría que existan suficientes recursos para la pesca artesanal (que es el sustento de muchos pobladores de la Península de Osa).
“La comunidad está en el momento perfecto para proteger esta zona. En pocos años más podemos ver un deterioro generalizado de los ecosistemas marinos producto del cambio climático y entre mejor protejamos ahora, mejor preparados vamos a estar para resistir y adaptarnos a los impactos del calentamiento global”, añade.
De allí la importancia en fortalecer la participación de las comunidades locales en las decisiones de administración de su propio territorio.
Esto ayudaría no solo a combatir la pesca ilegal, sino a que los pobladores tengan conciencia de lo que sucede en el mar del que muchos dependen.
Ante ello, Pristine Seas lo que recomienda a las autoridades y a las comunidades locales que residen en la Península Osa, es considerar la extensión del Parque Nacional Corcovado hacia una franja marítima que incluya a Isla del Caño y se proyecte hacia la zona oceánica, mediante un proceso participativo con la comunidad local.
Precisamente para generar conciencia en la población, desde que se realizó la expedición con National Geographic, la organización local Asociación de Conservación Osa, comenzó a preparar y a informar a la comunidad.
“Una de las cosas más importantes era involucrar a la comunidad, entonces durante la expedición nosotros realizamos un evento comunitario y lo que queríamos es que se sintieran parte de la expedición para crear conciencia. lo bueno es que en Osa la gente valora mucho las selvas tiene mucho conocimiento, sin embargo, la parte marina ha estado olvidado y queremos que la gente aprenda y el valor que tiene”, comentó Noelia Hernández, directora de Conservación Osa.
Ahora preparan a los pescadores sobre la importancia que tiene fomentar un área marina protegida, para preservar el mar y asegurar su sustento diario.
“En la zona del Golfo Dulce hay muchas personas que dependen de lo que hay en el mar y si se protege va a haber más cantidad de peces y más grandes. Lo que pasa es que hay que llegar al equilibrio no se puede pescar en todos los sitios y hasta ellos dicen que antes conseguían muchísimo y ahora no”, comenta Hernández.
La directora detalla que lo que buscan es que los pescadores perciban que un área marina protegida no es nada negativo, y que por el contrario, es algo que les puede ayudar.
Sin embargo, aun falta camino por recorrer y aunque el estudio científico apenas se está finalizando y en los próximos días le estará llegando al gobierno y a las comunidades, ya se trabaja en la información para los vecinos y los pescadores.
Lo más importante es que, según los investigadores de Pristine Seas, pese al cambio climático, Costa Rica todavía está a tiempo de proteger su paraíso marítimo y continuar siendo un emblema de la conservación de la naturaleza a nivel mundial.
“Costa Rica tiene una oportunidad única para proteger un lugar que no tiene reemplazo y dar el ejemplo tal y como lo hizo hace muchos años, con la creación de sus principales parques nacionales”, finalizó Muñoz.