En los concursos televisivos ganar, o incluso perder, no significa el final del camino. Más allá de los vencedores hay quienes, sin alcanzar la victoria, han logrado convertir su participación en una plataforma hacia la fama y el reconocimiento. ¿Quiénes son estos participantes que, a pesar de no llevarse el premio mayor, han sabido destacar?
Estos son relatos de aquellos cuyas estrategias y dedicación los han convertido en figuras, más allá de la conquista del título que en algún momento anhelaron.
El podio no, el éxito sí
En muchas ocasiones, brillar como artista o celebridad sobrepasa los méritos de conquistar el podio en una competencia. Elementos como la confianza adquirida en determinado reality show, así como vencer el miedo escénico ante miles de espectadores, juegan un papel importante en un camino donde la imagen y “el créersela” son vitales.
No todo es cuestión de talento, se trata de proyectar seguridad y hacer click con la audiencia, más allá de las puestas en escena y los reflectores. En la era digital y mediática, por ejemplo, las redes sociales se convierten también en un aliado vital para quienes buscan encumbrar su popularidad y trascender las pantallas.
En Costa Rica hemos comprobado cómo el carisma y la capacidad para construir una imagen atractiva son elementos clave para posicionarse. En otras palabras, la conexión con el público debe extenderse más allá del programa televisivo.
Los participantes exitosos han comprendido la importancia de mantener una presencia activa en plataformas como Instagram, TikTok, YouTube o Twitter. La construcción de una imagen auténtica, la interacción constante con sus seguidores y la habilidad para compartir su día a día se han convertido en estrategias imprescindibles.
Así lo atestiguan algunos exparticipantes de concursos y realitys, que conversaron con Revista Dominical para este reportaje.
Uno de los ejemplos notables en Costa Rica es Mónica Zamora, quien emergió en el foco público tras su participación en Miss Costa Rica 2019, donde quedó como finalista. Actualmente, ella se mantiene como influencer, como modelo de distintas marcas y además labora como mánager de artistas en un sello disquero.
Analizando lo que fue su paso en el certamen de belleza, Mónica cuenta que el carisma se ha transformado en una moneda de alto valor en esta nueva era digital. “Uno como participante debe cautivar no solo con sus habilidades, sino también con la personalidad”, cuenta.
Ella asegura que la autenticidad y la capacidad para conectar con el público se han convertido en elementos tan cruciales como el propio talento, según ha vivido en carne propia desde que saltó al ojo público. Cuenta que “el secreto” para mantenerse en el radar parte, principalmente, las redes sociales, donde se construyen narrativas que refuerzan su imagen.
En esta feroz competencia, cada like, comentario o compartido se convierte en una oportunidad para mantenerse relevante. “Los participantes más exitosos en todos los concursos del mundo han entendido que el éxito no solo radica en el escenario, sino en la habilidad para mantener viva la chispa de la atención del público, incluso después de que las cámaras se apaguen”, explica.
A pesar de no ganar en Miss Costa Rica, la presencia de Mónica en el escenario mediático se ha mantenido como rostro de marcas prominentes, desde tiendas de deportes hasta reconocidas pizzerías. Ella cuenta que mantiene una agenda bastante llena.
Cabe resaltar que su caso es particular, pues Mónica sufrió una una experiencia complicada con sus redes sociales. Hace dos años, su cuenta de Instagram sufrió un hackeo y perdió todos sus seguidores.
“En aquel momento tenía casi 100.000 seguidores. Yo pensé que sería muy difícil volver a ganar notoriedad”, rememora.
Para fortuna suya, pudo recomenzar en redes con éxito. Actualmente, Mónica cuenta con una audiencia de 46.000 seguidores. “Me siento feliz porque sé que la gente me ubicó por el Miss Costa Rica, pero también tuve que esforzarme por hacer buen contenido y que la gente volviera a seguirme”, relata.
Además, Mónica asegura que su participación en Miss Costa Rica no solo le dio visibilidad, sino que le abrió puertas en la industria musical. Zamora trabaja como manager en Gold Stone Music, representando a varios artistas costarricenses. Afirma que el hecho de ser un rostro conocido le dio credibilidad para entrar en este negocio.
“Pienso que mi paso por Miss Costa Rica detonó mucha popularidad. El día de la final de Miss Costa Rica, mis redes sociales aumentaron cerca de 40.000 seguidores. Incluso, cuando estaba en etapas previas del concurso, ya tenía miles de seguidores más. La televisión da mucho empuje y eso pude aprovecharlo posteriormente”, recuerda al respecto.
Además, Mónica enfatiza que su participación en Miss Costa Rica fue una experiencia crucial que le proporcionó aprendizajes y contactos esenciales para su desarrollo en el sello discográfico en el que trabaja. Ella comparte que “en algún momento, tuve que empezar desde cero, aprender a promocionarme, a ser atractiva para los seguidores, a pensarme en ser una representante de Costa Rica. Este enfoque es similar al de un artista, entonces ahora soy feliz trabajando como mánager y contando mis experiencias”, explica.
Para ella, trabajar en redes y en plataformas mediáticas tiene ciertos puntos en común, sin importar el rol, como por ejemplo establecer contactos con los medios, promocionar el contenido y tener un perfil vistoso en redes sociales.
“Mi perfil en Instagram proyecta una imagen que va más allá de mi trabajo en la música; la gente me escribe pensando que soy una artista. Y bueno, eso me ha abierto puertas para que haya modelado, presentado eventos, siendo rostro de marcas… Son puertas que se abren y creo que todo lo que aprendí en Miss Costa Rica me benefició mucho para aplicarlo en mi día a día”, cuenta.
Inclusive, gracias a ese desarrollo, a Mónica se le abrió la gran oportunidad de ser fichada por Netflix para participar en la serie Mr. Marlow (2021). “Sin duda, ha sido un bonito camino todo lo que vino después del Miss Costa Rica”, reafirma.
Otros casos de éxito
En el 2009, el cantante Ed Quesada saltó a la fama tras su participación en el reality Nace una Estrella, de Teletica. Actualmente, mantiene una activa carrera como músico, dando conciertos cada semana.
En conversación con La Nación, Ed compartió cómo ha sido su trayectoria desde entonces. Recuerda con gratitud el impacto que tuvo en su visibilidad, cuando las redes sociales apenas despuntaban. “Fue muy orgánico todo lo que vino después de Nace una Estrella. Yo di todo de mí y me esforcé mucho para ganar. Supongo que la gente vio ese esfuerzo y se fueron abriendo caminos”, recuerda.
La primera gran puerta que se le abrió fue cumplir un sueño personal: tocar en el Jazz Café. Ed recuerda que de joven, cuando se transportaba en el bus de San Pedro, siempre soñaba con ver su nombre en el tablero de anuncios del recinto.
Finalmente lo logró cuando se sentó a conversar con los dueños del lugar. Eso sí, la propuesta que Ed tenía no era menor: se trataba de interpretar la discografía de The Beatles durante todo un año. “El dueño del Jazz Café me dijo que estaba loco”, bromeó, “pero todo salió genial. Hubo una gran afluencia, a la gente le encantó y el público comenzó a ubicarme dentro de todo lo que se hacía en Costa Rica en ese momento”, asegura el músico, situando estos recuerdos en el 2010.
Como aquella travesía salió tan bien, Ed encontró un lugar en el Jazz Café, haciendo espectáculos temáticos mensuales que abarcaron clásicos de los 70 y 80. Esta diversidad de repertorio lo llevó a que mucho público se asombrara con sus habilidades, entre ellos un inesperado visitante.
“Gracias a esos shows, ¡llegué a la Orquesta Filarmónica!”, cuenta, al recordar que el director Marvin Araya, conductor de ese ensamble, lo vio en uno de sus shows.
Desde hace trece años, Ed se mantiene activo en la escena. Actualmente está en una suerte de residencia en el establecimiento Yellow Submarine, en Moravia, donde se presenta semanalmente. “Creo que la televisión me ayudó a quitarme miedos y apostar por mi carrera. La exhibición fue buena, más que en aquel tiempo no había redes sociales, pero creo que lo que más me marcó fue la confianza de cantar frente a quien sabe cuántas personas que te veían en todo el país”, finaliza.
Un tercer ejemplo (y uno muy particular) es el de Jessi G, artista cubano-costarricense que comenzó en el mundo del modelaje, pero cuya carrera dio un giro. En el 2011, Jessi participó en el certamen de belleza Modelo Perfil, de la revista Perfil de Grupo Nación, donde a pesar de no cumplir con el estándar de altura convencional de “metro setenta”, exigido en competencias de ese tipo, se destacó como finalista.
“Yo me sentí muy feliz de llegar hasta las instancias finales. Estar en un concurso así me despertó otros intereses, especialmente en el mundo de la moda, que fue donde enrumbé mi camino”, cuenta.
Dos años después de esa experiencia, Jessi quiso seguir involucrada en este mundo y a pesar de que cursaba la carrera de arquitectura dio el salto hacia el diseño de modas y creó su propia marca de ropa llamada Nnia.
Este sello de ropa ha tenido presencia en pasarelas como el Mercedes-Benz Fashion Week, además de que prendas suyas han aparecido en revistas como VOGUE, L´Officiel, Glamour, ELLE, entre otros. “Fue un reto porque pensé que me iba a enfocar de lleno en el modelaje. Esa experiencia de concursar, eso sí, me hizo entender que uno como artista, independientemente de a qué se dedica, debe saber crear una imagen de marca y tener un concepto detrás del nombre”, explica.
“Fue muy importante tener la experiencia de un concurso. No gané en esa ocasión el primer lugar, pero gané muchas experiencias que apliqué en mi día a día”, agrega.
Casos internacionales
Los reality shows han sido la plataforma de lanzamiento para numerosas estrellas musicales, donde el talento y la conexión con el público a menudo superan el resultado final.
David Bisbal, quien quedó en segundo lugar en la edición del concurso español Operación Triunfo en el 2002, no solo demostró su calidad artística, sino que trascendió las expectativas y se convirtió en un ícono de la música hispanohablante. Aunque no se llevó el primer premio, su presencia y su particular voz lo catapultaron a un éxito rotundo.
“La parte de enfrentarme al jurado era la que más me costaba”, recordó el cantante en una entrevista con la revista Esquire, para la que fue portada en el 2022 con motivo de los 20 años de haber concursado en ese programa.
“Yo no quería ganar Operación Triunfo, solo quería que alguien me diera una oportunidad. Quería quedar, al menos, en la tercera posición, porque el premio era grabar un disco. Para mí eso significaba todo. Eran otros tiempos, por supuesto. Actualmente solo grabar un disco no es suficiente, pero en aquel entonces representaba una gran oportunidad”, explicó, refiriéndose a que hoy en día las redes sociales pueden llegar a ser más detonadoras de popularidad que un álbum.
En esa misma conversación, Bisbal aseguró que nunca renegará sobre su paso por ese programa; cuenta que es humilde y que reconoce que aquello cambió su vida para siempre.
“Llevo 20 años trabajando en la música y siempre que me han preguntado por esa etapa me he sentido muy orgulloso”, expresó en la entrevista, “porque fue un trampolín para mi carrera musical. Estoy muy agradecido al programa. Por eso siempre he hablado de Operación Triunfo allá donde he ido y he perdido la cuenta de a cuántas galas de diferentes ediciones he asistido. Nunca me ha molestado ser un “triunfito”', dijo.
Posterior a Operación Triunfo, Bisbal lanzó su álbum debut, Corazón Latino, que fue un tremendo éxito. La canción Ave María resonó en el mundo, colocándolo en la cima de las listas de éxitos y consolidándolo como un artista internacional.
Tras el concurso, Bisbal ha continuado cosechando éxitos. Ha lanzado álbumes que han alcanzado el estatus de platino y ha recibido numerosos premios, incluidos Latin Grammy y premios Billboard. Además, su presencia en giras y conciertos a nivel internacional lo ha consolidado como uno de los exponentes más destacados del pop latino. “Quién sabe qué sería de mí sin Operación Triunfo”, recalcó el español en esa misma entrevista.
Otro ejemplo internacional también deviene de ese mismo reality show, pues la cantante Aitana es otro caso de éxito. Surgida de la novena edición de Operación Triunfo, esta joven española conquistó el corazón del público y se catapultó hacia el estrellato a pesar de quedar en segundo lugar.
Aunque no se llevó el premio principal, su talento, carisma y, especialmente, su estrategia de marketing, la llevaron a convertirse en un fenómeno mediático en España.
En una entrevista replicada por el diario La Vanguardia, Aitana contó que existía una gran presión en el set del programa. Ella reveló que, por ejemplo, sufrió de mucho estrés en la primera gala, cuando le tocó cantar la exigente canción Bang Bang, de Ariana Grande, Jessi J y Nicki Minaj. En ese momento enfrentó un problema de sonido.
‘’Todo el mundo estaba perdido porque entré muy tarde en la canción. Entonces, de repente, yo iba más tarde y la gente no lo sabía, pero llegó el estribillo y entré en bloqueo y cambié toda la canción’', expresó angustiada en esa conversación.
Aun así, detalla que el hecho de enfrentarse a la presión de ser observada por miles de personas le ayudó a confiar en que podía “resolver problemas” en el escenario. “Si había pasado por algo así de feo en el primer programa, sabía que podía superar los obstáculos que vinieran en mi carrera”, expresó.
Tras su paso por Operación Triunfo, Aitana ha consolidado una exitosa carrera en la industria de la música. Su álbum debut Spoiler fue muy bien recibido y, desde el 2017, se mantiene como un referente del pop actual en España y Latinoamérica.
Aitana no solo ha conquistado los charts musicales, sino que ha acumulado una lista de premios y reconocimientos. Ha sido galardonada en los premios MTV Music Awards, los premios Billboard, los Premios Odeón, entre otros.
Para poner otro ejemplo hispanohablante, cabe recordar el caso de Yuridia. Ella fue parte de la cuarta generación del concurso musical La Academia, en México, donde quedó en segundo lugar por debajo de Erasmo Catarino, pero su presencia y poder vocal se convirtieron rápidamente en su sello distintivo. De hecho, Catarino ha tenido una carrera notablemente menor que Yuridia.
A pesar de no obtener el primer lugar, su carrera musical despegó con fuerza. Desde entonces, Yuridia se ha convertido en una de las artistas más queridas y exitosas de la escena musical en México. Sus interpretaciones emotivas y poderosas la han llevado a consolidarse como una estrella en la industria, acumulando logros que van más allá de las fronteras del concurso.
El álbum La Voz de un Ángel marcó su debut y canciones como Ya Te Olvidé y Ángel rápidamente se posicionaron en los primeros lugares de las listas de popularidad, evidenciando la capacidad de Yuridia para transmitir emociones a través de su música. Además, su versión de Como yo nadie te ha amado es un infaltable en el cancionero latino de despecho.
Su éxito continuó con álbumes posteriores, como Entre mariposas y para mí, consolidando su carrera con temas como En su lugar y Amigos no por favor, que nunca faltan en una buena noche de karaoke.
Como ella, hay otras decenas de casos. Adam Lambert y Jennifer Hudson en American Idol; así como Fifth Harmony (de donde salió Camila Cabello) y One Direction en The X Factor son otros ejemplos de éxito. Definitivamente, ellos no necesitaron llevarse el primer lugar para que su brillo se expandiera por el mundo.
En resumen, cuando se apagan los reflectores y el ganador ya celebró en grande su triunfo, la victoria oculta del segundo, el tercero o incluso el cuarto puesto podría estarse cocinando.