Un día después de Navidad de 1996, Patrick Warren y su amigo David Spencer desaparecieron sin dejar rastro.
Ambos habían pasado un día juntos cerca de sus hogares en Chelmsley Wood, en el oeste de Reino Unido. David regresó a su casa cerca de la medianoche y le dijo que dormiría donde el hermano de Patrick. Nunca lo hizo.
De hecho, desde esa noche no se supo más sobre el paradero de los niños de 11 y 13 años. La última vez que ambos fueron vistos fue a la 1:45 a. m., cuando se dirigían al centro comercial de Chelmsley, después de hacer una parada en una gasolinera donde compraron un paquete de galletas.
Patrick era uno de los siete hermanos de una familia irlandesa. “Vivía un poco en el lado salvaje”, dijo Bridget Warren, la madre, en 1997. David, era recordado por su mamá, Christine O'Toole, como “adorable, encantador”, pero también tenía un lado problemático.
En abril de 1997, las fotografías de Patrick y David se convirtieron en las primeras imágenes de niños en aparecer en cajas de leche en 770 tiendas de la cadena Iceland, como parte de una campaña de la Línea de Ayuda de Personas Desaparecidas.
Las especulaciones no tardaron en surgir: los reporteros locales aseguraban que la policía consideraba a los niños como fugitivos, pero las pruebas decían lo contrario. La nueva bicicleta de Patrick había sido encontrada detrás de la gasolinera donde fueron vistos por última vez. ¿Por qué la dejaría abandonada en un intento de huída?
Por años no hubo pruebas contundentes y el caso siguió abierto. En 2006 fue revisado nuevamente y las sospechas se dirigieron hacia el pedófilo Brian Field, que vivía en Solihull, a ocho kilómetros del barrio de los niños. Tres años después de la desaparición de los amigos el hombre fue arrestado por manejar ebrio. Una prueba de ADN permitió identificarlo como autor de la violación y el asesinato de Roy Tutill, un escolar de 14 años. Field obtuvo cadena perpetua . Además ya había cumplido una sentencia de prisión por secuestro de dos niños en los años 80.
En su terreno no apareció ninguna prueba que lo ligara al crimen y nunca pudieron obtener una confesión de su parte. La Policía de West Midlands asegura que su equipo de homicidios continúa investigando el caso , aunque nada significativo se ha sabido .
“Estoy convencido de que hay alguien ahí fuera que sabe lo que le pasó a mi hermano”, dijo en diciembre pasado el hermano menor de David, Lee O’Toole. “Les ruego que se presenten”.