‘Legionarios’ es una nueva serie de Revista Dominical, en la que le ofreceremos historias de costarricenses que destacan como profesionales, emprendedores y/o líderes en el extranjero. Si conoce de un caso que le gustaría sugerirnos, por favor escríbanos a revistadominical@nacion.com.
Las costarricenses Jenesis Alonso y Adriana Palma combinan su pasión por la música con el mundo empresarial y se han convertido en destacadas ejecutivas en dos importantes empresas del ámbito artístico. Actualmente, estas ticas toman decisiones relevantes en Sony Music y Amazon Music, grandes compañías de la industria.
Desde sus posiciones, ambas concuerdan en que los sueños se cumplen, pero para alcanzarlos hay que trabajar fuertemente.
Adriana es baterista y Jenesis estudió canto. Curiosamente, las dos se formaron en el prestigioso Berklee College of Music en Estados Unidos; ahí fue donde aprendieron que la música trasciende las canciones y los conciertos y que detrás hay una maquinaria gigante que mueve millones de dólares al año.
Palma trabaja en el área de Business Intelligence de Sony Music, donde conecta el negocio con las creaciones artísticas analizando datos para tomar decisiones.
Por su parte, Alonso se dedica a estrategias de implementación de programación para Amazon Music, plataforma digital de distribución de música. En palabras sencillas, su labor consiste en conectar a los usuarios con las canciones que más les gusten gracias a la creación de listas de reproducción.
Son labores de suma importancia en sus respectivas empresas y, para llegar a esa posición, recorrieron un arduo camino académico, empresarial y artístico. Estas son las historias de dos mujeres ticas que alcanzaron sus sueños.
Adriana, la baterista y mujer de negocios de Sony Music
Desde pequeña, la vida de Adriana Palma está ligada a la música. Su carrera artística empezó a los cuatro años estudiando música clásica y oboe en el Instituto Nacional de la Música. Posteriormente, incursionó en la música contemporánea y a los 14 años dio sus primeros pasos como baterista.
“Cuando entré a la universidad, me interesé en cómo funciona la industria de la música. Quería aprender cómo ayudar a los artistas a gestionar sus carreras. Poco a poco tomé esa dirección”, comentó Palma, quien estudió administración de empresas en la Universidad Estatal a Distancia.
La música es intangible y también es algo muy subjetivo. Hay que entender la conexión entre la música y cómo las audiencias van percibiendo o reciben una canción, eso es parte de lo que nos dedicamos a estudiar”
— Adriana Palma, ejecutiva de Sony Music.
Mientras se formaba académicamente, la batería se convirtió en una de sus pasiones más grandes. En nuestro país, la artista ha tocado con las Beagirls, banda femenina de tributo a The Beatles, y también incursionó en el metal.
El proyecto artístico con el que más ha trabajado es la banda Los Espejos, donde tocó durante más de 10 años. Más recientemente es parte de un proyecto de jazz.
“Cuando empecé había pocas mujeres en la batería, pero ahora somos más y no solo en Costa Rica. Ahí están las bateristas de Karol G, de Harry Styles y de Alejandro Sanz, por ejemplo. Hay retos que se presentan solo por el hecho de ser mujer, pero con el tiempo se van superando y ahora se va normalizando todo, no es una cuestión de diferencia entre un hombre y una mujer, es algo de talento”, manifestó.
El sueño de Adriana cuando era joven era estudiar música, pero fue rechazado por sus padres. Indecisa sobre su carrera, exploró tres opciones: lenguas modernas, odontología y, finalmente, administración, esta última le serviría a la postre para meterse de lleno al mundo de la música, pero de una manera diferente.
Con su título en mano, decidió cumplir su deseo y se fue a Berklee para estudiar música. Durante unas vacaciones en Costa Rica, tuvo la fortuna de que se abrió una plaza en la disquera Sony Music.
“Me dije que ese era el momento de entrar a la industria de la música porque las oportunidades en este tipo de compañías son realmente muy pocas y más en un país pequeño como el nuestro”, recordó.
Su puesto fue de coordinadora de mercadeo digital. Mientras trabajaba, obtuvo una certificación en Music Marketing en Berklee.
La oficina de Sony en Costa Rica atiende el mercado de Centroamérica y el Caribe. Ella estaba a cargo de la apertura de redes sociales y generación de contenido, como, por ejemplo, los lanzamientos de los artistas y las giras promocionales.
Durante ese tiempo, acumuló valiosas experiencias al trabajar mano a mano con los artistas. “Entender este mundo gigante que hay detrás de la música es fundamental. Se aprende que para que el artista tenga éxito no solamente depende de un lanzamiento, sino cómo se comunica. A mí me abrió los ojos totalmente”, comentó.
Con esta experiencia, fue subiendo puestos en la empresa; luego, se convirtió en gerente de Negocios Digitales. Actualmente, se desarrolla en Business Intelligence, donde aplica conocimientos sobre cómo se vende la música en el mundo digital, incluyendo plataformas y modelos de pago.
Los primeros pasos de Adriana como ejecutiva musical fueron como encargada de plataformas sociales en Sony Music para Centroamérica y el Caribe.
“Es también entender cómo promocionar a los artistas desde las plataformas”, aseveró la ejecutiva.
Cuando ascendió al puesto, la empresa buscaba no solo a alguien que tuviera conocimientos en el negocio, sino que también bases en el ámbito artístico.
Ser música le proporciona herramientas para analizar el producto (canciones, obras) desde una perspectiva más allá del negocio.
“La música es intangible y también es algo muy subjetivo. Hay que entender la conexión entre la música y cómo las audiencias van percibiendo o reciben una canción, eso es parte de lo que nos dedicamos a estudiar”, concluyó.
Jenesis, una voz que lucha por las nuevas tendencias en Amazon
Jenesis Alonso no es tica de nacimiento, pero desde que tiene un año su familia se trasladó a vivir a nuestro país, así que es una costarricense orgullosa. Creció en La Sabana y estudió la secundaria en Tres Ríos, pero pronto dio el gran paso internacional para ligarse a su pasión: la música.
Hija de padre cubano y madre puertorriqueña, Alonso se propuso estudiar canto en Berklee, donde coincidió con Adriana, así que además del negocio de la música también las une una amistad.
En el 2014 inició sus clases en canto y, posteriormente, se especializó en Music Business. Mientras estudiaba, Jenesis consiguió un trabajo en la universidad en el área de stage, así que se fue empapando de todo lo relacionado con la producción, un mundo que de inmediato la cautivó.
“Empecé detrás de los escenarios, ayudando a montar todo. En ese momento no había suficientes mujeres en el área y yo soy muy de echarme al hombro todo. Sentía que no quería un trabajo que fuera cómodo, quería aprender. Yo puedo montar desde una batería hasta una tarima”, explicó.
Después de terminar la universidad, Jenesis se vinculó con una empresa que le dio el trabajo de sus sueños en ese momento. Ella, toda una apasionada por la música, se vinculó a la producción de festivales en Houston, Texas (Estados Unidos).
“Hacía de todo un poco, desde el montaje de los festivales hasta asegurarme de que todo estuviera bien para el momento de los espectáculos. Asistía a los productores”, recordó. Así se mantuvo durante seis meses en los que pudo trabajar en shows de renombre como el Austin City Limits y Lollapalooza.
Mi trabajo es conectar a los fans con la música que más aman vía listas de reproducción y también con el asistente virtual Alexa. Trabajamos estrategias para facilitar y mejorar la experiencia de los usuarios que están en nuestra plataforma de música latina”
— Jenesis Alonso, ejecutiva de Amazon Music
La producción le permitió descubrir un mundo nuevo y se enamoró de esta área porque puede disfrutar de todo el proceso desde el nacimiento de un proyecto hasta su finalización.
Ya en ese camino, Jenesis buscó la manera de irse abriendo paso en la industria de la música, una tarea desafiante en el mercado estadounidense.
Poco después de su experiencia en producción, surgió la oportunidad de unirse a la disquera Atlantic Records, perteneciente a Warner Music Group. Allí se dedicó a la producción de videos.
Con más experiencia y un interés evidente por la música latinoamericana, Jenesis buscó nuevos horizontes. “Tenía la necesidad de trabajar para mi cultura y apliqué para un puesto en la misma compañía, pero con relación a lo latino”, contó.
Se desarrolló en un cargo muy importante que era el de encontrar talentos nuevos y ayudar a desarrollarlos. Además siguió en la producción de videos musicales. Con el tiempo, dejó la empresa y se unió a Spotify, donde trabajó por tres años como editora de programación, encargada de hacer listas de reproducción y realizar estrategias de marca.
Jenesis no es de conformarse; siempre busca oportunidades de crecimiento, lo cual la llevó a Amazon Music. Aplicó para un puesto en estrategia de implementación de programación global.
“Mi trabajo es conectar a los fans con la música que más aman vía listas de reproducción y también con el asistente virtual Alexa. Trabajamos estrategias para facilitar y mejorar la experiencia de los usuarios que están en nuestra plataforma de música latina”, explicó.
Jenesis Alonso estudió canto en Berklee, pero después se especializó en Music Business.
Es responsable del programa Rompe, plataforma que ayuda a artistas emergentes a presentar sus obras. Esa es otra de sus pasiones: apoyar a nuevos talentos, algo que espera implementar en la escena musical de Costa Rica.
“Viniendo de un país tan pequeño, es importante darles visibilidad. Sueño con hacer el proyecto más grande en algún momento”, dijo.
Jenesis se siente orgullosa de representar a las mujeres en una industria tan competitiva. Aseguró que su madre, quien la crió a ella y a sus hermanos sola, fue su gran ejemplo.
“Las mujeres somos 100% capaces de hacer cualquier trabajo. Un mensaje para las niñas pequeñas que quieran hacer algo es que se lancen, que tenemos mucho por hacer”, finalizó.
Jenesis y Adriana son dos ejemplos de ticos destacados fuera de nuestras fronteras. Su pasión, su profesionalismo y esfuerzo las ha llevado a lo alto de una industria que mueve emociones y también millones y millones de dólares alrededor del mundo.
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