La primera vez que tuve en mis manos la música de Roxette fue un 24 de diciembre de 1989. Mis padres me obsequiaron el álbum Look Sharp en casete para esa Navidad. Para ese año, el fenómeno de la música sueca nuevamente se hizo presente (la agrupación ABBA ya había tenido su momento de gloria) y las canciones melancólicas y de tinte rock de este dúo invadieron las emisoras y equipos de sonido de todo el mundo.
Así fue como Marie Fredriksson se convirtió en una de las voces más icónicas de finales de los 80, de la década de los 90 y en una de mis favoritas por siempre.
Gun-Marie nació en un pueblo rural llamado Össjö, un 30 de mayo de 1958, y desde joven comenzó a explorar el ambiente musical sueco; primero como parte de una banda sin mucho éxito y, posteriormente, como compositora y solista.
El grupo Roxette se fundó en 1986, cuando Per Gessle y Marie Fredriksson, que ya eran muy conocidos en su tierra natal, decidieron unirse para lanzar su primera placa discográfica en inglés (Pearls of Passion) que tuvo gran acogida comercial en Suecia.
Pero no fue sino hasta el último año de esa década que sucedió el milagro. Cuenta la leyenda que un estudiante estadounidense de intercambio en Suecia compró un casete de Look Sharp y se lo llevó para Minneapolis. Ahí decidió compartirlo con un DJ de una emisora local y a este le gustó tanto el sonido del dúo que comenzó a programar el sencillo The Look diariamente.
Otras emisoras hicieron lo mismo y la disquera EMI, que los representaba, decidió aprovechar el momento y editarlo en todo el continente americano. La decisión se convirtió en un rotundo éxito: dos canciones número uno en la lista de Billboard (Listen to Your Heart y The Look), otras en el top ten y la posterior consolidación de Roxette a nivel mundial, con más de 70 millones de discos vendidos hasta la actualidad.
La voz de Marie caló en muchos de los que éramos adolescentes en esa época, tanto que muchas veces la gente creía que Roxette era más bien su nombre. Es innegable: aunque Per era un virtuoso, la magia la hacían la extraordinaria voz y la poderosa interpretación de ella.
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Los años 90 dieron paso a lo digital. Cambié los casetes y los vinilos por discos compactos y el dúo continuó su camino exitoso por el mundo pop. Editaron trabajos de altas ventas como Joyride, Tourism y Crash, Boom, Bang y se posicionaron en nuestro imaginario con la canción It Must Have Been Love, de la banda sonora de la película Mujer Bonita.
Comenzaron giras exitosas por todo el mundo y de repente sucedió lo que para ese tiempo era poco probable: incluyeron a Costa Rica como una de las paradas de su gira Crash, Boom, Bang Tour. Este acontecimiento, y el mítico concierto Derechos Humanos, entre otros pocos, eran excepciones en este país, pero abrieron paso para que otras estrellas de la música se fijaran luego en Costa Rica como destino.
El 22 de marzo de 1995, Marie y su compañero se presentaron en el Palacio de los Deportes de Heredia. Mis mejores amigos estaban adentro, yo no. Un examen de la Universidad de Costa Rica y problemas económicos no me permitieron conseguir una entrada. Recuerdo ese miércoles como si fuera ayer. Apenas terminé la prueba, tomé un bus hasta Heredia para al menos escuchar desde afuera algunas de las canciones. En ese momento me hice la promesa de asistir a alguno de sus futuros chivos.
Los 90 dieron paso al nuevo siglo y la popularidad de la banda decayó. Pero Marie y Per siguieron editando música y colecciones de grandes éxitos, tanto en dúo como en solitario. Los discos compactos dieron paso a la música por descarga en plataformas.
Su pegue se mantuvo intacto, principalmente en Europa, y mi admiración también. El 11 de setiembre del 2002 cambió radicalmente la vida de Marie. Mientras se encontraba en su casa alistándose para ir a dar una conferencia de prensa, sufrió un desmayo que anunciaba la lucha que tendría que dar por más de una década: le detectaron un tumor cerebral maligno. Fue operada de emergencia y pasó varios años rehabilitándose para poder volver a contar, leer y cantar. Y lo logró.
Poco a poco, el dúo comenzó en embarcarse por una gira de conciertos que los llevó a recorrer todo el mundo, de nuevo. El deterioro de Marie podía notarse en lo físico, pero no en lo vocal.
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Mi turno de verla en vivo llegó finalmente un 2 de setiembre del 2012. Su gira Charm School Tour llevó al dúo a presentarse en el famoso Beacon Theater de Nueva York. A mí también.
De repente la emoción de aquel adolescente ochentero se hizo presente. Recorrimos éxitos, cantamos y lloramos juntos. Quienes tienen grupos favoritos saben la magia que puede hacer la música que nos gusta conforme envejecemos y recordamos los diversos episodios de nuestras vidas... nostalgia, le llaman a veces.
Esa noche ella lo dio todo y el público también. A mitad del show pasó algo inesperado: mientras cantaba Dressed for Success, Marie se cayó en el escenario. Su compañero llegó al rescate y posteriormente todo el concierto lo realizó sentada.
Algo no andaba bien. A pesar de la preocupación, pareció no importarle y la noche la terminó como las grandes. De hecho, el grupo siguió de gira hasta el 2016. El deterioro de Marie ya era muy notable pero su amor por los escenarios era más fuerte.
En ese año, se cumplían 30 años de carrera del grupo y todo estaba listo para embarcarse en una gira conmemorativa, pero la salud de Marie empeoró y los médicos le recomendaron volver a recibir terapias. Continuó grabando algunos materiales, tanto en solitario como con Per.
El 9 de diciembre del 2019 llegué a una habitación de un hotel en Wengen, Suiza. Como es mi costumbre, encendí la televisión y el tema recurrente en cada canal era el mismo: había muerto Marie Fredriksson, luego de batallar 17 años contra el cáncer. Tengo que aceptar que lloré, se sentía como si hubiera muerto alguien cercano, alguien querido. Le envié un mensaje a mi amiga de infancia y ella sentía lo mismo.
En la actualidad Per Gessle sigue manteniendo viva la memoria de Marie. Acaba de publicar una colección de música inédita titulada Roxette- Bag of Trix y como la vida es un ciclo y todo regresa, será editada en tres discos de vinilo, para streaming y en tres casetes. Como aquel casete que me regalaron mis viejos en una noche navideña de 1989.
El autor es comunicador. Actualmente dirige la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Costa Rica.