Como toda una gloria del fútbol cantonal, así es como se recuerda a Vinicio Otárola Gamboa, quien a los 49 años falleció por causa de la covid-19. En su barrio, en San Felipe de Alajuelita, y en el resto del cantón josefino este mecánico automotriz supo ganarse el cariño de todos los que lo conocían.
Tenía un talento innato para la portería, bajo los tres tubos conquistó muchos triunfos en su juventud, tanto así que representó a su amada Alajuelita en diferentes selecciones y hasta participó en unos Juegos Nacionales.
Era hermano gemelo, un padre entregado y un esposo abnegado; así lo confirma su primo Asdrúbal Gamboa, a quien consideraba como un hermano.
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“Siempre estuvo muy metido en el fútbol y en fútbol sala. Jugó hasta en equipos de primera división y nunca dejó de jugar, hasta después de viejo se metió en equipos de veteranos. Fue parte de esa camada de grandes deportistas de nuestro cantón”, recordó Asdrúbal.
Vini era amiguero, una persona llena de buen humor y amable. Sus allegados y familiares lo recuerdan porque desde chiquillo le encantaba andar con sus amigos en los potreros de San Felipe mejengueando, en los play del barrio haciendo chirotadas con los chiquillos y ya más grande en los paseos colegiales a las piscinas.
Pero además, Vini, como de cariño le decían, era un dedicado y buen mecánico automotriz. Era de esos que hasta iba a las casas de sus clientes a traer y a dejar los carros con tal de darles un buen servicio. Tenía también un talento especial para reparar todo lo que se le pusiera por delante.
“Esa esa otra faceta también sacaba lo mejor de él, le facilitaba la vida a los demás; no le importaba trabajar hasta tarde o tener que ir lejos a recoger un carro”, recordó su primo.
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Lamentablemente Vini, quien padecía de los riñones y presión alta, se contagió de covid-19, su familia no sabe dónde. Ingresó al hospital San Juan de Dios y a los pocos días de estar internado falleció.
“Es un golpe muy duro, no queda más que estar resignados. Es muy doloroso cuando le dicen a la familia que una persona entró a la unidad de cuidados intensivos por esta enfermedad; uno se tiende a preparar aunque siempre guarda una luz de esperanza”, comentó Asdrúbal.
“Como mi primo tenía el problema de los riñones sabíamos que se podía complicar más. Cuando nos llegó la noticia fue un golpe horrible en el corazón”, agregó.
Otro de los golpes más profundos para la familia fue no poder darle un adiós como se merecía Vini. Su primo asegura que si se hubiera hecho un funeral como se acostumbra, está seguro de que la iglesia y el cementerio hubieran estado llenos en la despedida de este personaje alajueliteño.
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“No pudo ser más amargo el momento. Falleció, se fue por él y se incineró. Solo nos queda guardar los buenos recuerdos. Unos días después cuando ya volvieron a abrir las iglesias se le pudo hacer una celebración religiosa a su vida”.
La esposa y los hijos de Vini no se contagiaron de la enfermedad, pero tuvieron que cumplir con una cuarentena obligatoria por ser en ese momento sospechosos. Esto los llevó todavía a estar más lejos de su papá.