A finales del mes de agosto, con una mascarilla tan mal colocada que dejaba expuesto su característico bigote, el exdiputado Célimo Guido, hizo su reaparición en la escena nacional, esta vez con una protesta en Cuesta de Moras, contra las restricciones aplicadas por el Gobierno durante la pandemia.
Aún no se anunciaba la propuesta para acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI), pero Guido, quien es vecino de San Ramón, ya calentaba para lanzarse a las calles, pues solo unas semanas después, tomaría las carreteras nacionales como uno de los principales líderes del autodenominado “Movimiento Rescate Nacional”.
Desde el 30 de setiembre y a lo largo de 16 días, Guido encabezó el movimiento, alentando un grupo que devino en agresiones a ciudadanos, a policías y a activos estatales, como patrullas y delegaciones policiales.
Durante esas semanas, las vías nacionales fueron bloqueadas, impidiendo el libre tránsito, y propiciando que la ansiada reactivación económica se viera frustrada por las protestas.
Mientras la voz de Guido animaba los bloqueos, los sectores económicos, ya afectados por la pandemia, recibieron otro duro golpe, e industrias como el turismo cayeron por aquellos días.
“Rescate Nacional” también fue encabezado por los exdiputados liberacionistas Óscar Campos y José Miguel Corrales. Sin embargo, este último se separó el 8 de octubre denunciando la infiltración del narcotráfico en los bloqueos.
El grupo incitaba a los ciudadanos a salir a las calles para obligar al Gobierno a descartar la negociación con el FMI, desechar la reforma al empleo público y frenar cualquier venta de activos estatales.
Ante el vandalismo y la afectación de los actos organizados por el movimiento, los ministros de Seguridad Pública, Michael Soto; de Justicia, Fiorella Salazar; y de la Presidencia, Marcelo Prieto presentaron una denuncia contra los exdiputados Guido y Corrales.
Pero los bloqueos no acabaron, por lo que el presidente de Uccaep, José Álvaro Jenkin, realizó un polémico encuentro en San Carlos con el líder de los bloqueos, Célimo Guido, y el dirigente sindical, Albino Vargas.
Para el 16 de octubre, Guido aseguró que había ordenado detener los bloqueos, pero sus amenazas con volver a las calles persistieron, tanto como su negación a usar a veces la mascarilla y su minimización hacia la covid-19, la cual catalogaba como una “simple gripe”.
Incluso, el exdiputado ramonense aseguraba frente a las cámaras que el nuevo coronavirus se quitaba con “cáscaras de limón” y “aspirinas”. Lamentablemente su elixir no funcionó, y tras ser detectado como caso positivo ameritó atención médica especializada.
Su complicación fue grave, por lo que el 3 de diciembre ingresó al Centro Especializado de Atención de Pacientes con Covid-19 (Ceaco). Así lo confirmó Manuel Porras, también dirigente de “Rescate Nacional”.
El exdiputado es una persona de alto riesgo en su condición de adulto mayor. Tiene 69 años y vivió sus primeros años en Cóbano, Puntarenas, en la península de Nicoya. Allí nació en octubre de 1951.
Tiempo después su familia se mudó al barrio San José de San Ramón, en el centro del cantón, donde hoy él sigue residiendo con una de sus hermanas.
Según los datos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Guido fue asegurado voluntario, pero no se ha pensionado. Actualmente, aparece asegurado por un familiar pensionado. Se dedica a la ganadería, los caballos y la agricultura.
El 29 de octubre el Gobierno accedió a negociar con los dirigentes de “Rescate Nacional”, el proceso de diálogo fue acordado por el ministro de la Presidencia y Guido, gracias a una reunión organizada por el presidente de la Asamblea Legislativa, Eduardo Cruickshank.
Rodeado de conflictos
Los conflictos no son algo nuevo para Guido, cuya trayectoria política ha sido un ejercicio de confrontación, incluso contra los partidos en que ha militado; además, ha sido condenado penalmente en dos ocasiones: una vez por obstrucción de vías y otra por difamación.
De acuerdo con registros del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), en 1982 resultó electo regidor de la Municipalidad de San Ramón por el Partido Liberación Nacional (PLN), esto durante el gobierno del liberacionista Luis Alberto Monge.
Pasó en las tiendas verdiblancas la década de los 80 y buena parte de los años 90.
Para 1997 el ramonense ya no formaba parte de Liberación, y se integró al partido de izquierda Fuerza Democrática (FD) y según el archivo de La Nación, el ramonense quedó en el primer lugar de la papeleta para diputados de Alajuela.
En febrero de 1998, resultó electo como legislador para el periodo 1998-2002, durante la administración del socialcristiano Miguel Ángel Rodríguez.
El historiador Vladimir de la Cruz fue el candidato presidencial de Fuerza Democrática para las elecciones de 1998.
“Yo no lo conocía mucho (a Célimo Guido). Él fue postulado a diputado por Alajuela y salió electo con José Manuel Núñez y José Merino. Él había aspirado a ser candidato a diputado por Liberación Nacional”, recuerda el exaspirante presidencial.
Según el historiador, Guido fue seleccionado en una ocasión por una asamblea provincial del PLN como candidato a diputado, pero la Asamblea Nacional lo rechazó. Ante ello, se separó de los verdiblancos y actuó por sí mismo en actividades políticas y sociales.
Sin embargo, la buena relación entre Fuerza Democrática y Guido pronto acabaría. En julio del 2001, el exdiputado dijo a La Nación sobre su partido: “Me da asco estar aquí”.
“Él se separa por una discusión que tuvimos de candidaturas ahí, eso fue todo. Él propiciaba la candidatura (a diputada) de una exesposa de él. Al final de cuentas, eso fue parte de la discusión que había en se momento”, aclaró Vladimir de la Cruz.
Según el archivo de este medio, en mayo del 2001, la lucha era intensa por las candidaturas a diputado de Fuerza Democrática, en la asamblea provincial del partido en San José.
De la Cruz aspiraba a la doble postulación: la candidatura presidencial y el primer lugar de la papeleta de diputados por San José.
Por su parte, Célimo Guido apoyaba a su exesposa y profesora universitaria, Olga Marta Rodríguez, quien había sido su asesora en el Congreso.
“Algunos insistieron en la candidatura de De la Cruz, y me parece que yo no podía estar en un partido donde se concentre su presidencia, el primer lugar por San José y una candidatura presidencial, así no juego”, dijo en aquella ocasión Guido.
Posteriormente, la Asamblea Nacional de Fuerza Democrática no ratificó las postulaciones hechas por la asamblea provincial y colocó a Vladimir de la Cruz en el primer como diputado de San José para los comicios del 2002.
A raíz de ello, dijo la frase “me da asco estar aquí” en la entrevista con La Nación, en la cual aseguró que la imagen de Vladimir de la Cruz no había ayudado al partido.
Guido se declaró diputado independiente para el resto del periodo legislativo y, en los comicios del 2002, Fuerza Democrática no sacó ningún diputado.
En una ocasión en el Congreso, en agosto del 2001, Guido casi termina a golpes con otros dos legisladores de San Ramón: el socialcristiano Carlos Salas y el liberacionista Juven Cambronero.
Según reportó La Nación el 28 de agosto del 2001, Guido denunció supuestas irregularidades en el manejo de lotes financiados por el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) en San Ramón.
La discusión llegó a tal grado que asesores y periodistas debieron intervenir para calmar el ánimo de los congresistas.
En el plenario, los diputados siguieron el encontronazo por la vidriera que separaba la sala de sesiones de la oficina de los comunicadores.
En marzo del 2003, Guido, fue acusado por el Tribunal de Juicio de San José, que lo condenó a 50 días de arresto por los delitos de difamación e injurias por la prensa en contra del exdiputado Carlos Salas.
Asimismo, la justicia dispuso que Guido debería pagar al ofendido ¢2 millones por daño moral. No obstante, se le dio el beneficio de la ejecución condicional de la pena por tres años.
En una declaración para el blog El Explicador de La Nación, el politólogo Constantino Urcuyo reseñó sobre ese episodio: “Célimo era un tipo muy agresivo. En la Asamblea estuvo a punto de irse a los golpes, como que no es muy común en Costa Rica con un diputado. Es un tipo rudo. Él ha estado en la protesta desde siempre”.
Tres años después, en el 2006, Célimo Guido también fue condenado por bloquear vías públicas durante una protesta contra la empresa Riteve, en julio del año 2002, junto con la profesora Rocío Céspedes.
Como parte de la sentencia, ambos debían pagar al Estado, en conjunto, ¢15 millones y cumplir un año en prisión, sin embargo, no fueron a la cárcel, ya que se les dio el beneficio de ejecución condicional de la pena.
En abril del año 2012, Guido apareció registrado ante el TSE como secretario general de un nuevo partido político, llamado Patria Nueva.
En los comicios del 2014, aspiró a un curul por Alajuela con esa agrupación, pero no ganó. Solo obtuvo 12.000 votos, el 3% del caudal electoral en Alajuela.
En este 2020, Guido volvió a ser cuestionado penalmente por sus tácticas en las calles, sin embargo, el Juzgado rechazó las medidas cautelares solicitadas por Fiscalía por instigación pública y obstrucción de vías.
Ante esto el Ministerio Público volvió a pedir una audiencia para impulsar nuevas medidas, la cual fue fijada para el pasado 17 de noviembre, pero fue cancelada y aún no se reprograma.
Conocido en el barrio
El exdiputado Guido es conocido por sus vecinos, como José Enrique Sánchez, un joven que también vive en el barrio San José de San Ramón, y quien asegura que siempre ha visto al exdiputado cabalgando por las calles del pueblo.
Según dijo, el hermano de Célimo, Sergio Guido, tiene una caballeriza cercana al barrio, de donde ambos hermanos toman caballos para salir a dar paseos por los alrededores.
“A caballo lo hemos visto con el hermano, no es frecuente, pero sí pasan. Como la caballeriza está ahí arriba (señala un camino) ellos vienen por aquí y bajan a dar la vuelta y se devuelven, es para calentar los caballos. Esa gente tiene buenos caballos”, explicó.
Sánchez también recuerda que, hace unos 10 años, estos hermanos tenían un caballo llamado Mr. Ed, que era de color blanco y de raza española, conocido por lucirse en las competencias de pasodoble.
“Vieras qué buen caballo. Lo exhibían mucho” agregó.
José Maynor Villalobos, quien tiene 31 años de vivir en la misma calle que Célimo Guido, lo relaciona con actividades agropecuarias.
“Él ha tenido agricultura y todo eso, ha tenido fincas. Que yo sepa, él había alquilado una finca aquí cerca, con vacas y todo eso”, narró Villalobos.
Amado Badilla Núñez, quien dijo ser un viejo conocido de Guido, desconoce el actual trabajo del líder de “Rescate Nacional”, aunque sí sabe que se ha dedicado a la ganadería y agricultura.
“A él le gusta muchísimo lo que es la agricultura y ganadería, demasiado. Él siempre ha querido luchar por tener algo propio y producir. El hermano tiene unos caballos muy buenos”, expresó.
Por las calles de su humilde barrio, donde los vecinos le recuerdan con cariño, Célimo Guido se luce como jinete sin que nadie bloquee su camino.