Decir que la pornografía siempre será rentable es como dispararle al piso. No hay manera de fallar.
Con la pandemia por el coronavirus, esta afirmación queda más clara que nunca. Los sitios porno reconocen que las visitas se disparan y las productoras buscan maneras de no detener su producción en este tiempo fructífero.
Aún así, la pornografía no se salva de los cambios de dinámicas y públicos que sufre cualquier comunicación masiva. Así como el cine comercial se ha adaptado a los contextos, la pornografía tiene un camino tan optimista como enrevesado por la pandemia que aqueja al mundo.
La industria no para
Aunque Europa se ha convertido en un foco de la producción pornográfica en los últimos años, aún Estados Unidos sigue siendo el comandante en cuanto a contenido para adultos se refiere.
Los Ángeles, por ejemplo, no solo es la la ciudad de las estrellas del cine convencional. Muchos de los grandes estudios han desarrollado su actividad en esta locación, en especial después de la eclosión del porno 2.0.
Justamente, desde los noventa, la industria angelina creó su propio sistema de pruebas y base de datos para proteger a sus actores ante enfermedades. En ese caso, la decisión se tomó ante la epidemia de VIH/SIDA, pues uno de los actores falsificó una prueba de VIH e infectó a otros trabajadores.
Con el covid-19 amenazando su producción, estos estudios han remozado su sistema con el fin de desarrollar protocolos para la filmación del contenido XXX. Mucho dinero está en juego y los productores no quieren permitir que la crisis los alcance.
"Cuando comenzamos a hablar sobre COVID, nos sentimos muy bien preparados porque tenemos un historial completo de pruebas dentro de la industria, así como el seguimiento de contactos y el cierre de la producción", dijo Mike Stabile, portavoz de la Free Speech Coalition, asociación de productores estadounidense de este tipo de contenido.
"Obviamente, este es un tipo diferente de virus, es un tipo diferente de amenaza, pero en general entendimos cómo funcionaría y qué deberíamos hacer para protegernos", dijo.
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El portal Reuters entrevistó a Sharon Mitchell, una exestrella porno de 64 años, quien tiene un doctorado en sexualidad humana. Ella se encargó de crear el sistema PASS (Performer Availability Scheduling Services), que consiste en que los actores deben someterse a pruebas de enfermedades sexuales cada día. Los resultados se ingresan en una base de datos que informa a los productores y directores.
Pero con el coronavirus la situación es distinta, así que Stabile propone coordinar esfuerzos entre la industria porno y la hollywoodense para encontrar un balance en la revisión médica de los actores.
"Los desafíos para los deportes, para Hollywood y la industria del porno son todos diferentes, pero en realidad, cada uno tiene cosas que podemos aprender unos de otros", dijo la exactriz.
La situación no es sencilla, pues una producción no solo se trata de los actores y el director; se debe pensar en todo el equipo de trabajo, como asistentes, maquilladores, encargados de alimentación…
Entre las ideas que ha garabateado Stabile, destaca poner en cuarentena a todo el elenco y al equipo durante la duración de una sesión, con médicos en sets y pruebas de temperatura cada cierto tiempo.
Aunque esto significa aumento en los seguros médicos y la incierta disponibilidad de los actores, quienes pueden incluso contar con fronteras cerradas en sus países de residencia. ¿Valdría la pena tomar esos riesgos para la industria?
Una respuesta alentadora
Desde lejos, pareciera que sí, teniendo en cuenta las dinámicas del consumo de contenido XXX.
Un artículo publicado llamado Pornography use in the setting of the COVID-19 pandemic, publicado por las investigadoras Gemma Mestre, Gretchen Blycker y Marc Potenza el 27 de abril, retrata la situación actual.
Una certera radiografía del consumo de contenido para adultos se encuentra en Pornhub, posiblemente el sitio más grande de pornografía y uno de los pocos que comparte sus estadísticas con el mundo.
Pornhub afirma que el tráfico global en su sitio aumentó más del 11% desde finales de febrero hasta el 17 de marzo de 2020. Algunos de estos aumentos han coincidido con las regalías del servicio premium para países en cuarentena, pero el resto de naciones han reportado un aumento de 4% a 24%.
En los países en los que Pornhub hizo que sus servicios premium fueran gratuitos, dado cuarentenas y mandatos de quedarse en casa, se observaron aumentos más sustanciales: 57%, 38% y 61% de aumento en Italia, Francia y España, respectivamente.
Además, las búsquedas de pornografía que utilizan los términos "coronavirus", "corona" y "covid" han alcanzado más de 9,1 millones.
Este registro empezó el 25 de enero de 2020, cuando los visitantes empezaron a buscar videos fetichistas con este tema. El crecimiento fue exponencial y alentador, aunque eso no significa que esté todo resuelto para las industrias porno pues, en tiempos en que es mejor quedarse en casa, la proactividad de los actores porno puede jugarles en contra.
Industria en jaque
Así como un cantante piensa que puede hacer carrera sin el resto de su banda, los actores porno excluyen cada vez más a los grandes productores.
Con millones de seguidores en redes sociales (donde se les prohíbe subir contenido explícito), los actores se convierten en creadores de contenido sensual y sexual que puede generar ganancias.
Así como existe Patreon para creadores artísticos, en el 2016 se fundó Onlyfans, un sitio web de mecenazgo para figuras porno. Con la pandemia, el sitio ha reventado en popularidad: los actores se filman con sus teléfonos inteligentes, se ponen en contacto con otros amigos actores y graban videos y fotos caseras que vuelven locos a sus legiones de fanáticos, a cambio de unos cuantos dólares por mes. Es contenido exclusivo pago.
El portal toma un porcentaje (20% aproximadamente) y el actor se queda con el resto, lo cual reduce los intermediarios por los que se pasa en una producción audiovisual tradicional.
La práctica se está poniendo de moda y pareciera que no hace falta buscar en los sitios tradicionales para encontrar los nombres más apetecidos, pues las grandes estrellas del porno actual, como Lana Rhoades o Riley Reid (las más buscadas en Pornhub), se encuentran en la plataforma.
Ella Hughes, una estrella porno británica, aseguró a El diario de finanzas que ha dejado de actuar para los productores tradicionales porque sus admiradores están dispuestos a pagar $13 a cambio de videos grabados por ella misma.
Hughes explica que algunos suscriptores pueden llegar a pagar entre $40 y $500 dólares más con la promesa de que la actriz les dará material único, producido solo para el suscriptor, lo cual se traduce en un fin de semana de trabajo de unas diez grabaciones privadas.
Este es un cambio de paradigma sustantivo pues, durante mucho tiempo, según se señala en dicho medio, tres cuartas partes de las ganancias de los actores provenían de las compañías que los contrataban.
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Carolina Abril es otra actriz que se está mudando hacia la producción independiente. La intérprete, que en trabajos profesionales filmó con actores reconocidos como Nacho Vidal y Rocco Siffredi, habló con elmundo.es sobre su transición a esta nueva dinámica.
“Me va superbien. Tengo los fieles que cada mes se registran y con los que mantengo largas conversaciones por el chat. Y luego están los esporádicos, que me piden que les haga algún tipo de video que les interesa ver o los que no me hablan. Solo entran a ver los videos y ya”, explica.
Abril reconoce que esta modalidad le será difícil de sortear a la industria XXX, pues en el rodaje tradicional no se le saca provecho al contenido grabado, sino que la productora monetiza el video en distintos sitios, En cambio, con contenido propio se puede sacar más provecho. “En los rodajes acudes, trabajas, te pagan y te vas. Y ya no sacas más provecho de la escena que has grabado", dice.
Aún así, la industria no parece alarmarse. Un ejecutivo de Private, una productora porno con sede en Barcelona entrevistado por El diario de finanzas, asegura que es algo que no todos los intérpretes pueden darse el lujo de hacer pues muchos actores necesitan realización profesionales de películas y la industria necesita contenido especial para los suscriptores de cuentas premium.
Es un vaivén que aún tendrá que definirse, pero el hecho que la pandemia entrara como jugador sorpresa puede hacer que la producción de la porno cambie sus reglas para siempre.