La llegada de Donald Trump al poder por segunda vez ha trastornado los calendarios de miles de científicos alrededor del mundo. En su afán de “recortar el gasto”, que le encomendó al multimillonario Elon Musk alejado de la ley y la costumbre, su gobierno ha interrumpido pagos programados, proyectos internacionales y la labor de instituciones de toda índole en los campos de ciencia, tecnología e investigación. ¿Afecta a Costa Rica? La realidad es que todavía no lo sabemos.
En busca de respuestas, Revista Dominical visitó la Academia Nacional de Ciencias, en Los Yoses, que hoy preside Walter Fernández Rojas. Profesor emérito de la Escuela de Física de la Universidad de Costa Rica (UCR), ha presidido o integrado tan diversos organismos como el Consejo Nacional para Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicit), el Centro Latinoamericano de Física, el Colegio de Físicos, la Escuela de Física y varios entes más dentro y fuera del país.
Pero incluso don Walter se queda sin palabras cuando piensa en lo que ocurre. Regresa a una sola: incertidumbre. En este momento, a mes y una semana del segundo mandato Trump, no sabemos qué se cortó realmente, si es una suspensión temporal, si afecta a pocos o muchos científicos ticos en el país o en Estados Unidos, ni cuántos proyectos locales deja en ascuas.

Esta una versión condensada de la entrevista:
— Sabiendo de que no necesariamente es tan claro, si tuviera que describir el panorama en este momento, ¿cómo se siente la atmósfera en el ámbito de la investigación científica a la luz de estos cambios anunciados?
— Yo diría que hay cierta incertidumbre, digámoslo así. Se está la expectativa de ver cuáles son las medidas reales que se van a tomar. Por ahora lo que sí se ha hecho es implementar algunas cosas que el señor Trump había dicho que iba a realizar en su gobierno. En realidad, una de las promesas era una reducción en el gasto del gobierno y de su personal como tal.
“Eso va a afectar a varios sectores. Entre las órdenes que se han dado es que, por ahora, se congelan el otorgamiento de grants (subvenciones para investigación) y préstamos para ciencia. Las comisiones que tienen que ver con el otorgamiento de estos grants son comités en diferentes instituciones; no se han podido reunir y posiblemente los plazos en que lo vayan a hacer van a ser mucho más largos debido a la expectativa que tienen de cómo se va a concretar el asunto.
“Por ejemplo, en el Instituto Nacional de Salud que financia gran parte de la investigación de tipo biomédico en los Estados Unidos, no solo les afecta sus proyectos de investigación como tal, porque no los pueden ejecutar, sino que también hay cosas complementarias; por ejemplo, muchos de estos investigadores en Estados Unidos tienen contraparte en otros países.
“Hay colegas que dependen también de esos grants en cierta forma. Y hay algo más; con esos grants se financian también asistencias o pasantías de estudiantes que ayudan para la investigación...”.

— Sobre todo a nivel de doctorado.
— Sobre todo a nivel de doctorado. Y con esas pasantías, esos assistanships como les llaman en Estados Unidos, los estudiantes pueden obtener sus diplomas y graduarse. Entonces todo está conectado. Después, la otra fundación que tiene que ver con el otorgamiento de grants, pero en otras disciplinas de ciencias básicas como física, química, matemática y ciencias de la Tierra y el espacio, es la National Science Foundation. Y a esta institución también le han dicho lo mismo.
— ¿Por qué ese tipo de grants, estímulos, becas, fondos, todas las modalidades que existen, pueden tener efectos en Costa Rica?
— Los tiene porque aquí, a pesar de que somos un país pequeño, hay muchos investigadores en ciencias biomédicas y en los otros campos; como le mencioné, tienen proyectos de investigación en forma colaborativa con investigadores norteamericanos. Algunas observaciones que se realizan en el país son financiadas con esas ayudas.
“Entonces, claro, si no se dan o se reducen, tiene un impacto en cierta forma. Muchas veces nosotros recibimos visitas de científicos norteamericanos para dar alguna conferencia, talleres, o simplemente intercambiar algún curso con los estudiantes. Y eso en este momento está congelado”.
— ¿Cuáles serían algunos de los sectores o campos del saber más afectados en el contexto costarricense? Biomédico, naturalmente...
— Biomédico porque ahí hay mucho no solo de investigaciones biomédicas como tales, sino también estudios clínicos y eso afecta significativamente. Pero también en campos como química, física y matemática, pues hay ciertas colaboraciones que son importantes de mantener. Muchos de nuestros estudiantes que van a sacar el doctorado tienen (requisitos de) asistencia.
— Hay entonces dos tipos de afectación a Costa Rica en este punto. Por un lado, lo interno. Pero hay un cuerpo de estudiantes en este momento en Estados Unidos que podría estar viviendo incertidumbre significativa, incluso a nivel de no saber si lograría terminar el grado. ¿Lo sabemos en este momento?
— Es que ahí tal vez hay que barajar que hay cierta incertidumbre en cómo van a implementar esas medidas en Estados Unidos. O sea, no podríamos decir si lo han concretado. Tal vez digan que los que ya están continúan, pero que la nueva modalidad va a ser (de otra forma).
— Hasta ahora esa suspensión temporal en aras de una revisión, que es lo que ha dicho oficialmente el gobierno, en realidad ha significado la detención de los pagos. En ese sentido, ¿han recibido algún tipo de alerta, algún tipo de llamada de atención, de parte de estudiantes o investigadores?
— No, pero sí sé de alguna actividad científica, como un pequeño taller o workshop que se iba a realizar aquí en Costa Rica, que se han tenido ya que cancelar porque no tienen fondos para venir, aunque no dicen, digamos, ‘no tengo fondos’... Pero muy posiblemente esté relacionado a que están a la expectativa de que le den el permiso correspondiente.
— En Costa Rica, ¿alguna institución académica o la Academia de Ciencias está realizando algún tipo de sondeo o algún tipo de revisión de cuál puede ser la afectación de esta “suspensión temporal” en este tipo de financiamiento?
— Para serle sincero, no sé. Podría ser que el Ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt) lo esté realizando. pero no lo sé. Y tal vez algunas universidades a lo interno, con algunos estudiantes que ellos tienen y que estén asociados, que vayan a ser profesores en esas universidades, puede ser que ya estén pensando en el asunto.
— Hay proyectos colaborativos entre unidades académicas en Estados Unidos y en Costa Rica. ¿Nos podría dar una una dimensión o una aproximación a qué tipo de proyectos, cuán importantes son en este momento?
— En cuestiones biomédicas hay proyectos de cooperación. Más relacionado con mi campo, por ejemplo, que tiene que ver con física atmosférica, ha habido un proyecto con la NASA de observación de ozono por mucho tiempo. Hay proyectos en adaptabilidad climática, adaptación de cultivos, por ejemplo en el Tecnológico de Costa Rica (TEC), en la UCR. Es muy extendido este sistema.
“Aparte de grants también están reduciendo, en muchas agencias, los presupuestos y el personal. En agencias como la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) o la Environmental Protection Agency (EPA). Se van a ver muy afectadas. Primero porque tratan temas sensibles como cambio climático. La NOAA tiene que ver con procesos meteorológicos y los monitorean a nivel global; en muchos países se depende esa información para poder hacer los pronósticos locales”.

— ¿Quién debe tomar el liderazgo en este punto desde Costa Rica, para ver qué vamos a hacer como país ante ese efecto?
— Importante: el Micitt. Y la misma Presidencia de la República. Pero primero habría que hacer un sondeo de qué forma nos está afectando al país y específicamente en qué para tener claridad.
— ¿Cómo luce el panorama actual para la investigación en ciencia y tecnología en Costa Rica? ¿Es un entorno, digamos, amigable, saludable o tiene limitaciones?
— Digamos que está razonablemente bien porque las universidades públicas realizan investigación científica y han mantenido el apoyo a su realización. A nivel gubernamental no hay una institución que financie la investigación básica en este momento. Existió el Conicit, pero se transformó ahora en una promotora de innovación más. Ya no hay fondos que fomenten vocaciones científicas y proyectos de investigación en ciencia básica como se hacía antes.
— En el informe del 2023 (presentado en diciembre de 2024), la ministra Paola Bogantes hablaba de un crecimiento significativo, 27,6% más, que se registraba en Costa Rica en investigación de ciencia. No solo en investigación, en ciencia en general y eso incluye formación. Eran como $1619 millones, de los cuales $940 millones correspondían a las universidades públicas. Claramente las universidades son las que llevan la batuta.
— Sí, porque Costa Rica ha crecido mucho en el número de investigadores y sobre todo a nivel de doctorado se han formado una gran cantidad de grupos. Para el tamaño del país hay buena investigación, diría yo. Pero claro, hay una necesidad de financiamiento para la investigación muy marcada.
— ¿Cuáles son las principales limitantes? ¿Dónde se requiere ese financiamiento específicamente?
— Aparte de las universidades que financian en muchos países de estos grants, lo que hay es alguna fundación a nivel gubernamental que aporta fondos, precisamente para desarrollar investigación en temas que pueden ser específicos, pero aportan fondos, hay una cantidad de fondos determinados.

— Siendo Costa Rica un país pequeño con necesidades apremiantes en muchos campos básicos de cuido de su población, ¿por qué debería dedicar un financiamiento mayor a la investigación en ciencia?
— Bueno, es que el financiamiento en investigación tal vez ha crecido en cuanto al número de, como le digo, investigadores y eso, pero lo que Costa Rica invierte en investigación y desarrollo anda por debajo de 0,4% del PIB.
— Muy por debajo del promedio de la OCDE, que es 2,3%.
— Muy por debajo de esos promedios. Sin duda alguna, si usted revisa la situación a nivel global o lo que fuera, los países que invierten en ciencia y tecnología tienen réditos a futuro, es una inversión que da réditos. Aparte de que ciencia y tecnología también son parte de la cultura.
— En el debate político, a veces ese tipo de réditos no quedan tan claros y son muy cuestionados. Ha habido mucho debate sobre por qué las universidades cuestan lo que cuestan y por qué invierten la investigación.
— Bueno, yo a veces creo que no han hecho los análisis correctos. Las universidades podrían ser que se les revise en qué gastan y que no, pero el impacto que han tenido las universidades públicas, y en general la educación pública en Costa Rica, ha sido esencial para el desarrollo y los estándares de vida de este país.
“No creo que sea una cantidad excesiva ni muchísima lo que se invierte. En realidad, los investigadores hacen un gran esfuerzo por realizar el trabajo. Pagamos el producto y las publicaciones que realizan con relativamente pocos fondos asignados”.
—¿Será que en lo que están fallando las instituciones, tal vez, es más bien en comunicar adecuadamente qué es lo que se está haciendo y por qué tiene un valor?
— Puede ser. Puede ser que necesiten hacer más más difusión del trabajo que realizan. Pero también tengo la impresión de que no hay un interés por preocuparse y por obtener la información correspondiente.
“Muchas de esas universidades tienen boletines y tienen revistas específicas de difusión y se envían a diferentes ministerios y a diferentes políticos. Hay una buena distribución, pero no la leen, no la estudian con detenimiento. Muchos de los políticos, digamos, no están interesados en aprender, sino en informarse sobre la importancia de ciertos proyectos científicos para el país”.
— No hay que poner adjetivos para describir una situación que está ocurriendo, que es que el actual gobierno ha tenido una actitud confrontativa con las universidades públicas. ¿Usted cree que eso pueda afectar la percepción del público sobre la relevancia que ustedes ven en lo científico?
— Puede ser, porque claro, es muy importante la opinión que den los jerarcas que están al mando de un país. Y claro, si no es muy favorable, pues obviamente eso va a repercutir. Pero el diálogo siempre ayuda, ¿verdad? Y tal vez el intercambio de información en ambos sentidos, yo creo que siempre es beneficioso.
— Si usted tuviera que puntualizar cuáles serían acciones concretas y beneficiosas en este punto para fomentar la investigación en ciencia en nuestro país, ¿cuáles serían las más apremiantes?
— Bueno, una es que se les permita siempre a las universidades continuar con su papel. El otro es que el mismo gobierno tiene instituciones que son de carácter científico. El Instituto Meteorológico Nacional (IMN), el Laboratorio de Aguas en Acueductos y Alcantarillados (AyA), los laboratorios del Organismo de Investigación Judicial (OIJ, parte de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), en el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) hay muchísimas cosas. En muchos países se fomenta que el personal realice investigación.
“Se podría incentivar más, eso ayudaría mucho. Por supuesto, las instituciones que pudieran financiar un poco más a la ciencia y la tecnología. Ahora, habría que ver si la promotora aportará allí, pero parece que no. Antes para darle una idea, el Conicit financiaba Olimpiadas en física, química, matemática... Ahora no hay quién los financie. No hay quién nos financie. A nosotros nos llegan muchas solicitudes para ver si les podemos ayudar con alguna cosita, pero nosotros no tenemos fondos disponibles para eso”.
