Si ya es difícil concretar una reunión o una cita con el ajetreo diario del mundo moderno, hacer coincidir las agendas de dos expresidentes de la República lo es aún más.
Rafael Ángel Calderón Fournier y José María Figueres Olsen no son dos personas que se vean frecuentemente. Las ocasiones en que lo han hecho es más por coincidencia que por planificación, pues los exgobernantes siguen activos y ocupados en distintos escenarios.
LEA MÁS: José María Figueres y Rafael Ángel Calderón frente a frente, 75 años después de la guerra
Sus apariciones compartidas en público casi que se cuentan con una mano, pues prefieren que sus esporádicos encuentros sean en privado. No obstante, ambos exmandatarios tienen buena disposición para coincidir en un mismo lugar, más aún cuando es para hablar de sus papás, dos hombres que marcaron la historia de Costa Rica.
Este 2023, se cumplieron 75 años de aquel convulso 1948, en el que Costa Rica vivió su última guerra civil. Rafael Ángel Calderón Guardia y y José Figueres Ferrer fueron los líderes de los dos bandos que se enfrentaron en elconflicto armado, que tuvo lugar entre el 12 de marzo y el 24 de abril.
El reto era poder reunir a sus hijos para que interactuaran al menos por unos minutos y fotografiarlos juntos, como parte de un reportaje que no solo era parte de la conmemoración de la última guerra civil de Costa Rica, sino que permitía conocer más a sus padres a lo interno del hogar, sus historias, sus anécdotas.
Concretar la fecha tomó varias semanas, pero después de consultar las agendas, ambos lograron coincidir el lunes 6 de marzo a las 11 a. m.
El siguiente paso era elegir el sitio. Uno quería un lugar más natural, el otro que fuera más privado... ¿La elección? El estudio fotográfico de Grupo Nación, en Tibas.
Don Rafael Ángel fue el primero en llegar, de hecho, estuvo en el sitio unos 15 minutos antes de la hora pactada. Y si bien Figueres es conocido por su puntualidad, en esta ocasión el tráfico vial le jugó en contra, sin embargo, llegó a tiempo para la sesión fotográfica.
Tras disculparse por la demora de unos cinco minutos, con corbata y saco en mano, el expresidente liberacionista caminó directo hacia Calderón, el socialcristiano, para saludarse, mutuamente, de una forma muy amigable.
Ambos coincidieron en que pese a que sus padres fueron adversarios, ellos, como hijos de los caudillos, mantienen una buena relación, armoniosa.
Durante los 45 minutos que estuvieron en el estudio fotográfico, tomaron café y compartieron unos bocadillos... bueno, Calderón era el único que comía, pues Figueres insistía en que le había costado mucho bajar de peso.
Mientras tanto, conversaban de forma muy amena...
¿Sobre qué charlaron? Es difícil saberlo, pues solamente eran ellos charlando frente a la cámara y resultaba casi imposible escuchar lo que decían. Lo que sí es cierto, es que por momentos sacaban sus teléfonos, gesticulaban con sus manos y sonreían.
Pero el tiempo apremia y terminado el café y las fotografías, ambos expresidentes se despidieron con un buen apretón de manos y cada uno tomó su rumbo.