Un diminuto pero poderoso enemigo llegó al mundo para ponerlo todo “patas para arriba”.
Nadie sabía de dónde había salido, cómo se había hecho tan fuerte ni tampoco cómo íbamos a luchar contra él.
Sus primeras víctimas se dieron en China y poco a poco fue haciéndose más poderoso, acechó a otros países y llegó a Costa Rica. El mundo no estaba preparado para este ataque y todos de repente estaban hablando del villano.
Se llama Coronavirus y es tan pequeño que no se ve, pero no, no creás que por ser diminuto no es potente, pues ese superpoder lo hace muy peligroso y más porque se acompaña de otras habilidades que sorprenden: vuela por el aire, es muy contagioso, provoca fuertes dolores y hasta la muerte.
Ha tenido muchas victorias, pero en su malévolo plan para apoderarse del mundo se ha topado con un ejército de superhéroes que luchan incansablemente contra él. Los doctores, enfermeros y enfermeras y científicos están unidos en la batalla para protegernos, pero también es responsabilidad de todos luchar contra este temible enemigo. ¡Los héroes necesitan de nuestra ayuda!
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¿Cómo podemos sumarnos a esta lucha? Cumpliendo con todo lo que nos piden.
Al Coronavirus no le gustan ni el agua ni el jabón, así que hay que atacarlo fuertemente lavándonos bien las manos muchas muchas veces. Tampoco le gustan los antifaces de los héroes, así que podemos asustarlo usando mascarillas y caretas para que nos vea y salga huyendo.
Es bien cochinillo así que le encanta viajar en la saliva que botamos cuando estornudamos y tosemos, así que otra arma para atacarlo es taparnos la boca y la nariz con el antebrazo, ahí sí que no va a saber para dónde agarrar.
El Coronavirus es un pachanguero, le encantan las fiestas, las reuniones, los bailes y los cumpleaños. Él llega a todos lados aunque no sea invitado, así que para que se quede vestido y alborotado esperando a su próxima víctima, no le demos el gusto y no vayamos nosotros a ninguno de esos lugares.
También es muy metiche, este bicho mortal es feliz visitando a los demás, así que es mejor que por el momento nosotros no visitemos a nuestros amiguitos ni tampoco a los titos para que él no llegue de colado.
La prevención es el primer ataque de esta guerra que estamos luchando y depende de nosotros si la ganamos.
Seamos héroes de esta batalla.
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Los niños y niñas tienen muy claro que el nuevo coronavirus es peligroso, pero que cumpliendo las reglas se puede atacar.
La vida para ellos ha cambiado drásticamente, ya no van al parque, a la escuela o al kínder. No pueden ver a sus amiguitos ni tampoco a sus familias. Ellos obedecen las reglas de quedarse en casa pero eso no quiere decir que no estén tristes por el aislamiento y por la emergencia de salud que vivimos actualmente.
La batalla que libra el mundo en contra de la enfermedad de la covid-19 ha afectado también a los pequeños, tal vez con menos fuerza que a los adultos y adultos mayores, pero eso no quiere decir que son una población de menor cuidado, no.
Los pequeños entienden bien que no deben de salir de casa, que ya no hay abrazos a los titos y a las titas y que a los primitos hay que saludarlos por medio de una pantalla de celular. Los pequeños de la casa lo aceptan pero el cambio les afecta y también los entristece.
Sin embargo, en medio de todo, la luz de esperanza que irradian los pequeños es contagiosa y (como sucede muchas veces) los grandes debemos de aprender de ellos: cuidarnos y tener fe en que si hacemos caso podremos salir de esta situación.
Ocho pequeñitos quisieron contarle al mundo cómo se sienten con respecto a la pandemia, a la cuarentena que viven y qué son las cosas que más extrañan de la vida cotidiana que conocían.
Esta es una visión de la pandemia desde la perspectiva infantil, cada niño y niña expuso sus sentimientos para crear consciencia sobre los cuidados que debemos de seguir aplicando en nuestras vidas.
“Hay algunas familias que están saliendo y no se lavan las manos, por favor díganles que hay pandemia y que el coronavirus está acechando ahí para esperar su próxima victoria, ya perdimos a mucha gente que conocemos”, dijo en tono muy serio Thiago Chinchilla de seis años.
Este pequeño sabe bien lo peligroso que es el virus y no quiere que su mamá, papá, titas,tíos y primos sufran de la enfermedad; por eso es que entre estudios y juegos tecnológicos pasa su tiempo en casa y sale lo menos posible.
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Los invitados a esta entrevista son niños y niñas de entre tres y diez años, cada uno con una mirada diferente desde sus hogares y de la convivencia en familia, pero con la idea muy bien plantada de que todos podemos ser héroes en la pandemia.
Lo entienden bien
Isabella Salas tiene apenas cuatro años pero sabe que si se enferma de coronavirus se va a sentir muy mal. “Dolor de cabeza, dolor de pancita, dolor de estómago y fiebre”, fueron los síntomas que describió la pequeña Isa.
“Cuando le duele la frente y la cabeza, cuando le duele algo”, la apoyó Samuel Jiménez, de tres años.
“Nos da vómito, dolor de cabeza y no podemos respirar”, agregó Génesis Hernández, de cuatro años.
El entendimiento de lo que está pasando en el mundo, de que el virus puede ser mortal en algunas personas y de que debemos de cuidarnos ha calado de manera muy rápida en las mentes de los niños y niñas.
De acuerdo con María Esther Flores, psicóloga especializada en temas de familia, la información que las autoridades han distribuido para el sector infantil ha ayudado mucho a que los pequeños comprendan la situación.
“Las autoridades mundiales se han apoyado en el mundo mágico infantil y han descrito al virus como un bichito malo que viaja por el aire y que nos puede matar, que para combatirlo tenemos que lavarnos las manos y usar mascarillas. Los niños no cuestionan, ellos obedecen a lo que les piden y les explican los papás”, dijo la especialista.
En este caso es que los pequeños han aprendido tanto en casa como por otros medios de información externos que el lavado de manos constante con agua y con jabón, así como taparse la boca y la nariz con el antebrazo al estornudar y toser son algunas de las armas más fuertes para pelear con el virus.
“Se contagia por medio de estornudos y tos. Se pierde el olfato y también el gusto y a uno le cuesta respirar”, explicó con propiedad Matías Chacón, de 10 años.
“Da tos, gripe, se pierde el olfato. Nos contagiamos acercándonos a otras personas y no lavándonos las manos”, dijo Alanis Carmona, de 8.
“Los niños responden a ejemplos y a la reafirmación. Todos tenemos un instinto de supervivencia y al aplicar las nuevas reglas en nuestra familia los pequeños van a comprender que hay una amenaza y ahí es donde aplican las técnicas para evitar el contagio”, agregó la psicóloga.
Manejo de la distancia social
“¿A quién extraño más? Jumm… hace poquito que los vi, pero igual los quiero ver. A mis primos, pero a los grandecitos, no a los pequeñitos”, dijo Pedro Badilla de siete años.
“Extraño estar con Thiago, jugar con él. Estar con tita Doris, estar con tita Carmen y quedarme a dormir con tío”, son las cosas que más le hacen falta a Nicolás Durán de seis años. Él por el momento está en casa con su papá y su mamá y tiene muy poco contacto con sus otros familiares.
Isa por su parte tiene muchas ganas de ver a su teacher, a sus amiguitas y a su tío Carlos.
Génesis quiere estar con sus tíos, Thiago jugar con sus amigos Ethan y María Celeste, Matías quiere visitar a su familia y Alanis ver a sus amiguitos de la escuela.
“Extraño a agüelito y a agüelita”, reconoció con mucho cariño Samu.
Es difícil estar alejados de las personas que queremos y la distancia se hace todavía más dura para los niños porque el cariño de los seres queridos es parte importante en sus vidas.
Aquí es donde la empatía juega un papel muy importante en los pequeños. Los adultos también extrañamos, pero para ellos es más complicado aceptar que no podemos estar cerca de quienes queremos, aunque por supuesto que cumplen con lo que se les pide, pero aún así extrañan mucho.
“No podemos cambiar la realidad, así que lo mejor es mostrar la empatía. Hay que explicarle al niño que lo entendemos, que sabemos que esto es horrible y que también estamos tristes”, afirmó Flores.
Paliar un poco el distanciamiento social se puede hacer de diferentes maneras según la psicóloga, una buena recomendación es hacer visitas cortas. “Pasar a saludar al amiguito o al abuelito pero desde la acera, desde el carro, manteniendo la distancia. Podemos llevar un globo, un chocolatito y dejárselos. Al menos es una forma de salir de la rutina y de verlos aunque sea de larguito”, dijo.
Ilusión
Los niños tienen la esperanza de que pronto se acabe la emergencia, no hay que quitarles esa ilusión, pero también hay que saber cómo explicarles que todavía falta para que llegue una cura y todo comience a calmarse.
Isa dice que se acaba en Navidad y que lo primero que hará es una fiesta para celebrar. Aunque todos quisiéramos que Isa tuviera razón, para que la emergencia se termine todavía falta mucho tiempo, por eso es que las autoridades de salud en el mundo están trabajando arduamente en la búsqueda de una solución; esto también lo tienen que entender los niños: que hay esperanza.
Incluso, es una muy buena idea contarles que en Costa Rica hay un equipo de especialistas que hicieron un gran descubrimiento. Se trata de los científicos del Instituto Clodomiro Picado quienes produjeron un suero a base de plasma de caballo que permitiría la recuperación de personas enfermas de covid-19. Esta es una buena noticia que los llenará de más esperanza para seguir en la lucha contra la enfermedad.
“No hay que quitarles la esperanza, hay que acompañarlos en el deseo de volver a abrazarnos, pero aclararles que el proceso hay que llevarlo poco a poco y que conforme avance la vida vamos a poder lograrlo. Tenemos que unirnos a su deseo de que esto se acabe”, dijo la especialista. Para esto también es bueno hacer planes e imaginarnos cumpliéndolos con la familia.
En el caso de Pedro, por ejemplo, él espera que la pandemia se acabe pronto porque lo que quiere es viajar con sus papás. A Disney y a la playa son sus paseos soñados.
Otro de los conceptos que los pequeños tienen muy presente es el de la muerte porque se han enterado de los fallecimientos por causa del virus, entienden del peligro de la covid-19, pero también es un tema muy delicado para tratar con ellos. Según la doctora Flores se debe de hacer con total naturalidad y verdad.
“Ahora se hace más evidente a lo largo de la experiencia de los niños que se enfrentan a la muerte de personas cercanas. Siempre será un impacto para ellos, pero lo correcto es hablar del tema con ellos en el momento, no antes ni después”,explicó la especialista.
Conversar con los pequeños sobre sus inquietudes, aclarar transparentemente sus dudas para comprender que es un proceso de la vida hará más llevadero el duelo.
“Podemos abordar el duelo a través de actividades como encender un candela y dejarla apagarse, o escribir una cartita de despedida para ese ser querido”, agregó la psicóloga.
Otro consejo es apoyarse en material visual que nos ayude a entender el proceso. Películas infantiles como Bambi, El rey león o Dumbo tienen un abordaje muy interesante sobre la muerte y la enseñanza de salir adelante.
Aprovechar el tiempo
En medio de todo, los chicos también le sacan provecho al tiempo que tienen que pasar con sus familias en casa. Alanis pasa el tiempo haciendo manualidades y ha sacado a relucir un talento durante la pandemia.
“Me gusta estar en familia”, explicó la niña mientras jugaba con una de sus muñecas favoritas.
Otro que la pasa muy divertido es Samuel porque juega bola con sus papás en el patio y con sus juguetes en el cuarto; pero le hace mucha falta ir al Museo de los Niños, uno de sus lugares favoritos, así que lo primero que hará cuando se pueda salir de casa será ir a ese mágico lugar para disfrutar a más no poder.
El aprovechamiento del tiempo libre y cumplir con las tareas y responsabilidades que tienen los niños es parte también de la educación para luchar contra el virus.
Los pequeños tienen una prueba muy importante al estudiar a distancia. Haberse adaptado a un sistema totalmente nuevo para ellos puede también representar un estrés más, pues aunque tengan un manejo envidiable de la tecnología, los chicos necesitan también salir y ejercitar la imaginación.
Es bueno realizar juegos en casa, algo de ejercicio y cumplir con horarios para evitar desórdenes alimenticios o de descanso.
Héroes que los cuidan
En el Hospital Nacional de Niños hay un gran equipo de héroes y heroínas que están al cuidado de los más pequeñitos de nuestro país.
Desde ese centro de atención médica se ha manejado con estricto cuidado el tratamiento que se le brinda a los niños, niñas y adolescentes positivos con covid-19. Liderados por la doctora Olga Arguedas, el personal de salud de la institución vela por el bienestar de los niños y también le piden a los papás que desde casa se apliquen las medidas para resguardar a los pequeños.
“Gracias a Dios tenemos un gran equipo de profesionales en enfermería, medicina y terapia respiratoria. Son personas estudiosas y organizadas en los protocolos para todas las situaciones. Tenemos muchas mejoras por hacer siempre, pero hemos podido responder a la emergencia”, explicó orgullosa de su equipo la doctora Arguedas.
Según datos del hospital, al cierre de esta edición la cantidad de niños, niñas y adolescentes internados por covid-19 era de siete; en la Unidad de Cuidados Intensivos no había pacientes hasta ese momento.
El hospital se preparó desde antes de la pandemia para atender la emergencia. Hubo organización para segregar las áreas del hospital, así es como el lugar está dividido en áreas covid y no covid para darle a los niños contagiados con el virus la atención que merecen y también cuidar de ellos y del personal que los atiende.
Desde las etapas iniciales de la pandemia se implementó un hospital móvil en el jardín frontal del centro médico, esto para la recepción de pacientes con patologías respiratorias que sean considerados como casos sospechosos. Hay un ingreso separado para el área de especialidades médicas las cuales no pueden dejar de recibir a sus pacientes.
El hospital además realizó un refuerzo en su laboratorio clínico para tener una mayor capacidad de detección de casos, además de que le brindan apoyo a los laboratorios de otros centros médicos que están saturados en este servicio.
Sí han aparecido casos positivos en personal del centro, pero la doctora Arguedas asegura que la mayoría de estos se ha dado por conexiones fuera del hospital, aunque sí hay contagios dentro, pero son los menos. Estos casos cumplen con todos los protocolos de salud para evitar la propagación de la enfermedad.
En la Unidad de Cuidados Intensivos también se dividió la sala en dos para atender debidamente a los pequeños contagiados y a los otros niños que llegan al salón por otros padecimientos.
Después de que los niños y niñas dejan el hospital, hay un seguimiento telefónico con ellos y sus familias para confirmar su buena salud.
Salud y sentimientos
La directora del Hospital Nacional de Niños relató que su personal vive días muy difíciles en la atención de la pandemia no solo por la emergencia, sino porque también priman los sentimientos.
“Desde la perspectiva humana nos resulta muy desgarrador el hecho de que la mayoría de los niños con covid-19 provienen de familias que están contagiadas y por esto en muchas situaciones los papás no pueden estar con ellos en el hospital. Es durísimo ver a los padres venir a dejar al niño y no poderse quedar”, explicó Arguedas.
Para mitigar un poco la distancia, el hospital se ha apoyado en la tecnología. Llamadas telefónicas virtuales y fotografías se han vuelto una manera de mantener el contacto con las familias para que puedan seguir la evolución de los niños; este trabajo se hace en colaboración con especialistas en psiquiatría y psicología.
La doctora contó que en el caso de los niños más pequeños (desde bebés recién nacidos hasta la edad preescolar) el tratamiento es un poco más sencillo porque con cuidados y cariño por parte de las enfermeras ellos pasan bastante bien. Sin embargo, conforme son más grandes (escolares y adolescentes) se complica más porque se muestran tristes por la enfermedad y porque requieren mucho del contacto social.
Otro de los temas importantes que destacó la doctora es el de las complicaciones extra que presentan algunos pacientes. Tal es el caso de los niños que han sido diagnosticados con el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico, también conocido como MIS-C, por sus siglas en inglés.
“Estos niños nos ocupan mucha atención porque el síndrome es relativamente nuevo. Es una enfermedad multisistemática asociada a la covid-19, es multiinflamatoria y afecta varios órganos; puede producir compromiso severo del músculo del corazón y shock”, explicó.
También comentó que para dicha enfermedad el hospital cuenta con el tratamiento para el MIS-C, pese a que es muy caro y sofisticado.
Hay que tomar en cuenta además que hay una proporción de niños con enfermedades malignas como cáncer que se han enfermado y que por su condición de fondo se deben de hospitalizar porque requieren apoyo adicional.
“Tenemos casos muy especiales, pero gracias a Dios, y que nos siga protegiendo, no hemos perdido a ningún niño”, dijo.