Si sueña subir el Chirripó pero no se decide a hacerlo, estas fotos le convencerán
El Sol y la Luna llena realzan las maravillas del Parque Nacional Chirripó. Les presentamos algunas imágenes de antología gracias a un fotógrafo que se toma el tiempo —y resiste el frío—
Escuchar
PorRafael Pacheco Granados
Si hay un lugar en Costa Rica donde se puede estar más cerca del cielo, ese es el Parque Nacional Chirripó. No solo por la altura, que llega a los 3.820 metros sobre el nivel del mar en el cerro que da nombre al extenso territorio de áreas protegidas, sino también por la majestuosidad de los paisajes, de su flora y fauna y de los escenarios que siempre sorprenden y nunca defraudan.
Las montañas y formaciones rocosas se roban el show en cualquier dirección que se mire. Y si a ello se suma la luz natural del sol, matutina o vespertina principalmente, y la presencia de la Luna llena, como ocurrió el fin de semana anterior, el éxito está garantizado.
Una visita rápida, antes de la carrera a campo traviesa con llegada y retorno en Base Crestones, nos permitió captar estas hermosas escenas de uno de los lugares más maravillosos de nuestro país. Incluso en el cortísimo tiempo en la zona, el vistas fueron espectaculares. A las pruebas nos remitimos.
Los primeros rayos del sol tiñen de dorado los simbólicos Crestones. Al fondo, la Luna llena empieza su despedida sobre los tonos rojizos y azules del amanecer. Todo un espectáculo a las 5:43 a. m. (Rafael Pacheco Granados) Las bajas temperaturas de la madrugada congelaron algunas plantas, muy cerca del refugio de Base Crestones. La foto se tomó a las 7 a. m. (Rafael Pacheco Granados) El llamativo colibrí, el símbolo nacional más reciente, el cielo azul y las campanillas protagonizaron esta postal, el viernes 23 de febrero, a las 10:14 a. m. (Rafael Pacheco Granados) El imponente Cerro Chirripó y sus 3.820 metros de altura, visto desde el Cerro Terbi, la tarde del viernes 23 de febrero, a las 3:02 p. m. (Rafael Pacheco Granados) A las 4:50 a. m. todavía se pueden apreciar las estrellas, en el firmamento, sobre las enormes formaciones rocosas conocidas como Los Crestones. (Rafael Pacheco Granados) Los contornos de las montañas lejanas en azul, el celaje rosado y naranja y la Luna brillando en su recurrente tono amarillo. Desde el Cerro Terbi, este panorama da fuerza para resistir el inclemente frío del amanecer. (Rafael Pacheco Granados) En Monte sin Fe, la flora y fauna representados son ejemplo de resiliencia. El tronco y la lagartija dan señales de recuperación tras los incendios forestales que soportaron en el pasado. (Rafael Pacheco Granados) El amanecer descubrió la escarcha sobre la Sabana de los Leones, señal inequívoca del frío que reinó durante la noche del viernes 23 y la madrugada del sábado 24 de febrero. (Rafael Pacheco Granados) Durante el descenso de Los Crestones, las primeras filtraciones del sol dejaron ver a lo lejos el Valle de El General, el sábado 24 de febrero, a las 6:10 a. m.
(Rafael Pacheco Granados) La llegada del nuevo día invita, desde muy temprano, a disfrutar de los hermosos paisajes que ofrece el Parque Nacional Chirripó en todas las direcciones. (Rafael Pacheco Granados)
En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.