“Soy tico, porque llevo a Costa Rica en las entrañas. Porque lloro cuando escucho una guitarra, cuando trema la marimba y con la puesta del sol. Soy tico y si me asomo a la ventana me cautiva la montaña y se me alegra el corazón”.
La música llegó a la vida de Carlos Guzmán cuando era muy pequeño. En su casa su papá tocaba la guitarra de manera aficionada y Carlos, con la inocencia y la curiosidad de un niño de cinco años, le preguntaba cómo lo hacía. Esos fueron los primeros pasos de quien años después se convertiría en el autor de una de las canciones más icónicas de nuestro país: Soy Tico, pieza que refleja como pocas el orgullo del ser costarricense.
Fue tanta la emoción que mostró por la música desde su infancia, que su padrino Macedonio Jiménez le hizo un regalo que lo marcaría para toda la vida. En el sexto cumpleaños de Carlos, don Macedonio le llevó una guitarra, pero además el niño también recibió un par de zapatos nuevos, un traje entero y hasta la grabación de un acetato en los estudios de Radio Columbia.
“Me hice músico sin darme cuenta, empecé a travesear la guitarra de mi papá, trataba de imitarlo, después rapidito comencé a tocarla bien. Mi padrino notó la seguridad y la facilidad que yo tenía para la música, entonces empezó a apoyarme. Me compró una guitarra porque la de mi papá me quedaba muy grande”, recordó Guzmán, músico, compositor, arreglista y director de la agrupación Gaviota.
Si bien empezó la escuela en el Conservatorio de Castella, solo estuvo ahí un año y concluyó la primera en la escuela Joaquín García Monge, en Desamparados. Mientras tanto, en su casa la música siempre fue protagonista: él y sus hermanos tocaban la guitarra y se juntaban para cantar.
“Cuando me di cuenta ya era un músico que andaba tocando en todo lado, hasta uniformado y en un conjunto. No fue una decisión, la música me encontró”, dijo.
El talento, o más bien la facilidad, como le llama Guzmán, lo llevó a preocuparse por estudiar y profundizar más en la ciencia musical. Pronto empezó a escribir canciones y a hacer arreglos para instrumentos de manera autodidacta durante su adolescencia y ya luego en la universidad estudió música formalmente.
El legado de Carlos Guzmán
La agrupación Gaviota es una de las más reconocidas en la escena de la música costarricense. Desde 1977, cuando los hermanos Guzmán la formaron, el grupo se ha mantenido no solo gracias a los grandes éxitos románticos que ha publicado, sino también a una constante evolución artística que la sigue empujando a producir nuevas obras.
“Gaviota ha sido mi laboratorio personal, ahí hago todos los experimentos que se me ocurren. Ha sido mi fuente de vida, de mis ingresos, el ingreso de toda la familia. Ha sido una manera de vivir. Por dicha siempre le ha gustado mucho a la gente, les encanta el sonido, las canciones y la proyección y la relación que tenemos con el público”, afirma el artista.
Gaviota es considerado uno de los grupos élite en nuestro país. Su calidad musical y éxitos como ¿Qué vas a hacer esta noche?, María o La Aurora son indispensables en el cancionero popular del país. Además, el trabajo y el legado de Guzmán ha sido reconocido con diferentes galardones, entre ellos el Premio Nacional de Cultura Aquileo J. Echeverría en Música, del 2008, y el Ricardo “Reca” Mora, de la Asociación de Compositores y Autores Musicales de Costa Rica (ACAM), en el 2020.
“En Gaviota el trabajo es constante, nosotros no dejamos de producir, no dejamos de hacer canciones y de hacer cosas nuevas. Vemos la tendencia mundial, tratamos de adaptarnos y nunca nos quedamos pensando que qué bonito lo que pasó, sino más bien ojalá que pase algo nuevo y que nos pueda disparar. Seguimos con un propósito mucho más ambicioso que es tener un éxito internacional o mundial, eso es algo que no lo hemos logrado y tal vez pase”, expresó.
En medio de tanto trabajo y promoción cultural, Guzmán compuso Soy Tico, quizás una de las canciones más icónicas de nuestro país, un tema que identifica el orgullo y el ser costarricense y que se usa como carta de presentación en el extranjero. Curiosamente, la pieza, que ha sido versionada en muchos otros géneros como el tango, la salsa, la cumbia y hasta el flamenco y que ha sido interpretada por muchos artistas, nació a partir de la recomendación de un peruano.
Resulta que Gaviota estaba de gira en Perú a finales de la década de 1990. La agrupación fue invitada a una asamblea que realizó la Asociación de Compositores de ese país y ahí sus integrantes departieron con varios artistas, entre ellos el músico Rafael Otero, autor de Ódiame, un clásico de la música romántica latina.
“Lo acompañé en un par de canciones en una presentación. Estábamos ‘guitarreando’ y me preguntó si le cantaba alguna canción nacional, una que hablara de los costarricenses. En el momento se me ocurrió Ticas Lindas de Mario Chacón y después de eso me quedé con la espinita de que yo no conocía una canción que nos retratara cómo somos los ticos, entonces pensé en hacer una”, recordó Guzmán.
Soy tico, porque llevo a Costa Rica en las entrañas, porque lloro cuando escucho una guitarra, cuando trema la marimba, y con la puesta del sol.
Soy tico y si me asomo a la ventana, me cautiva la montaña y se me alegra el corazón.
Soy tico, porque siento las canciones de mi tierra, porque vibro con la Luna Liberiana, Caballito Nicoyano, La Patriótica y Pasión.
Soy tico y cuando miro la alborada, el lamento del yigüirro me acelera la emoción.
Y cuando caen los fuertes aguaceros, es como si yo fuera la semilla, me huele a tierra fértil el sendero, llenando de ilusión mi alma sencilla.
Soy tico porque cada vez que encuentro a un amigo forastero, le demuestro mi calor.
Soy tico porque vivo enamorado y orgulloso de la tierra que ha inspirado mi canción.
Y cuando caen los fuertes aguaceros, es como si yo fuera la semilla, me huele a tierra fértil el sendero, llenando de ilusión mi alma sencilla.
Soy tico porque una guaria morada, me engalana la mirada y me impresiona de verdad.
Soy tico y si eso no te dice nada, yo te mostraré mi patria… ¡dame la oportunidad!
Cerca de 15 días después de ese encuentro nació Soy Tico. El músico no recuerda con exactitud la fecha en la cual la escribió, lo que sí sabe bien es que en 1997 Gaviota viajó a Francia y ahí fue la primera vez que el tema sonó fuera de Costa Rica. Poco después la canción se grabó como parte de un disco de música costarricense en el 2000 y evolucionó.
Según contó Guzmán, cuando comenzaron a hacerse videos, se popularizó aún más.
Soy Tico está escrita desde la perspectiva personal de un costarricense orgulloso por haber nacido en el país,. La letra hace un repaso de rasgos que nos identifican en el nacionalismo, que nos representan ante el mundo.
“Uno no sabe cómo se hacen esas cosas, la inspiración llega en momentos. Es algo difícil de definir, creo que cuando hago algo así entro como en un trance, a veces ni me acuerdo que las hice. Son momentos de concentración que nos llevan a esos límites de estar metidos en la creación al 100%”, explicó el autor.
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Agregó que con Soy Tico la intención era que la persona extranjera conociera cómo somos los costarricenses. “Puse las cosas que nos gustan, lo que acostumbramos, lo que sentimos, las canciones que nos gustan y todo lo que nos mueve. Eso hizo que la gente se identificara”.
¿Cambiaría algo Carlos Guzmán de Soy Tico?
La respuesta es contundente: no. Ni en la música, ni en la letra.
Guzmán reconoció que cuando compone lo hace con la intención de que las melodías sean pegajosas y reconocibles, pero que también la letra tenga una cadencia, un sentido y una rima que se acomoden a la perfección.
“Así es más fácil que el público retenga. En esta canción se dieron las dos cosas. Me parece que es de las cosas más bonitas que he hecho”, dijo.
De Soy Tico hay varias cosas que a Guzmán le gustan mucho, una de ellas es que cuando es interpretada por mujeres digan “Soy tica”, como lo hizo la cantante Jafet Jerez en el programa Nace una estrella, cuando hace unas semanas le realizó un homenaje al autor.
“No le agregaría nada porque soy de la costumbre de que cuando algo está hecho, le puse la firma y ya. No le haría nada más, en ese caso prefiero hacer algo nuevo”, afirmó.
Después de Soy Tico hay muchas otras obras que Carlos Guzmán le ha dedicado al país y a los costarricenses como Sinfonía de los volcanes, Costa Rica baila y canta, Vivir Pura Vida, En Romería y Canto a la abolición del ejército.
Algo que agradece Guzmán es que muchos extranjeros que viven o han vivido en Costa Rica se han identificado con la canción y la han hecho suya, como sucedió con Jafet, quien es salvadoreña y vive en suelo tico desde hace varios años con su familia.
“Creo que la frase que dice: ‘Cada vez que encuentro un amigo forastero le demuestro mi calor’, explica muy bien el cariño que nosotros tenemos por la gente, por los inmigrantes que son muchos y muy buenos. Desde los primeros habitantes del país, los extranjeros han sido bien recibidos. Los ticos abrimos nuestro abrazo, el corazón y los hogares a las familias inmigrantes y como siempre ha sido así lo quise incluir en la canción porque me parece que es parte de nuestra identidad”, aseveró.
“Cuando tocamos la canción fuera, pega el doble. Incluso a nosotros, cuando estamos en otro lado, nos agarra una emoción difícil de controlar en el escenario”, afirmó Guzmán.
El músico dijo además que se siente muy agradecido porque a Soy Tico la conocen varias generaciones y que le encanta escucharla en la voz de niños. “Ha sido difundida mucho por los docentes en primaria y secundaria. Casi todos los chiquitos se la saben y eso es un gran logro. Le agradezco muchísimo a los maestros y a los papás que se preocupan porque sus pequeños la aprendan y también a la gente que hace posible que se escuche en otros países”.
Algo con lo que sueña Guzmán es que a Soy Tico la vuelva a ver un gran intérprete para llevarla a ser un éxito internacional que represente a Costa Rica, como lo es, por ejemplo, la venezolana Alma llanera.