Tendría apenas 4 o 5 años cuando sus ojos vieron por primera vez una consola de Nintendo y un casete que tenía el dibujo de un fontanero vestido con overol azul y camisa roja.
Las horas de la infancia de Herberth Castro –autor del blog Jugador 1 – habían transcurrido entre los gráficos de la pantalla estática del Atari y por eso, cuando su primo lo invitó a jugar Super Mario Bros. , quedó “como loco”.
El videojuego japonés, lanzado hace 30 años –el 13 de setiembre de 1985–, fue la revolución.
“Las consolas domésticas estaban moribundas después de la crisis de los videojuegos de 1983. La baja calidad de los títulos había llevado a la industria a una espiral autodestructiva que estuvo a punto de haber convertido el entretenimiento de jugar en casa en una moda pasajera”, apunta el diario ABC .
Evitar esta catástrofe es algo que los gamers del mundo le deben al artista gráfico Shigeru Miyamoto y a un memorable viaje en tren que le dio la idea de crear un juego en el que un personaje recorriera mundos, del mismo modo en el que veía pasar los parajes japoneses a través de su ventana.
Para 1985, Mario había debutado ya en el también innovador Donkey Kong de 1981, bajo el nombre de Jumpman (hombre saltador), en Donkey Kong Jr. (1982) como antagonista y había tenido su propio videojuego en 1983, pero siempre bajo el concepto de una sola pantalla.
En ese año fue bautizado Mario, en alusión al propietario del edificio en Washington que albergó las primeras oficinas de Nintendo of America, Mario Segali, quien nunca había tenido nada que ver con la plomería.
Según el sitio technologizer.com, el presidente de la compañía, Minoru Arakawa, notó un enorme parecido físico entre el personaje y Segali, de ascendencia italiana, bajo perfil y evasivo de las entrevistas y las preguntas de los curiosos.
De hecho, Mario –el del videojuego– no debe su bigote a la creatividad de quienes lo crearon. “No había forma de que se le viera la cara en 8 bits, entonces le pusieron bigotes y el gorrito para que se entendiera dónde estaba la cara”, explica Castro, quien se declara un fan del juego.
Manía inagotable
El gran éxito de Super Mario Bros. no solo tuvo que ver con la progresión (la posibilidad de avanzar a través de ocho mundos del Reino Champiñón), sino también a que fue el primer juego dotado de una narración, un desarrollo y un desenlace: el rescate de la princesa Peach.
Fue tal la locura por la invención de Miyamoto, que el videojuego de 1985 mantuvo el récord de ventas hasta el 2006, cuando Wii Sports superó sus 40,5 millones de copias vendidas. Sin embargo, la franquicia completa de Mario sí sigue en la cima, con 524 millones de copias, de acuerdo con The Richest .
De hecho, un estudio realizado a inicios de los años 90 demostró que para entonces Mario ya era más familiar para los niños estadounidenses que Mickey Mouse, según el sitio IGN .
Aunque el universo de Mario ha permanecido casi inalterado a lo largo de tres décadas, y sus gráficas conservan el estilo retro, Herberth Castro es de los que opinan que es un juego sin edades, de esos que nunca dejarán de gustar. “Los más viejitos que crecimos con Mario seguramente vamos a seguir jugándolo hasta que tengamos 80 años”.