"Te acompaño un ratito en esta mañana. Me gustaría estar a tu lado, escuchándote o si no pudieras hablar, haciendo contacto visual. Como no podemos, voy a imaginarme que estoy frente a vos, sentada en una silla mientras charlamos.
“Hoy comparto con vos desde ese lugar que nos hace a todos muy cercanos, el amor. Viví desde tu corazón, mandale a tu cuerpo todo el amor del que seás capaz para sanar y estar prontito entre los tuyos. Claro que podés y claro que vas a salir de esto, pero más fuerte. Ojalá podamos conocernos cuando podamos y seguir celebrando la vida con un café o te sirvo mate”.
Este extracto es parte de una carta que escribió la argentina Marcela Lucero, quien tiene 27 años de vivir en Costa Rica, a un paciente hospitalizado por covid-19. Ella no conoce a su destinatario, solo escribió desde el corazón con la intención de darle una luz de esperanza a una persona que vive una situación muy complicada de salud, a alguien que tal vez esté muy solo internado en una sala de hospital, a un ser humano que quizá necesitaba una expresión de cariño y de apoyo en un momento en el que su cuerpo tal vez no respondía a los medicamentos.
Esta carta tal vez sirvió para levantarle el ánimo a una persona que lo necesitaba. Tal vez ayudó a buscar un impulso para luchar contra la enfermedad; no sabemos, pero quizá le ayudó a alguien a levantarse un día con más ganas de vivir porque sabe que en algún lugar del país hay una persona orando y pidiendo por su sanación.
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Un señor mayor que estaba muy mal, casi no podía respirar, era candidato a usar un respirador. Luego de varios días internado pudo hablar por videollamada con su esposa, con la que tiene 49 años de casado.
“Me siendo muy solito", le dijo. Ella conversó con él y compartieron un rato agradable.
Al día siguiente el señor despertó muy bien, muy repuesto. Se sentó a comer como no lo había hecho durante todos sus días de internamiento. Una victoria.
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Un abuelito internado probablemente iba a fallecer a corto plazo. No respondía.
Aunque estaba en esa condición, una enfermera de salud mental le llevó un teléfono y realizó una videollamada con la familia. Le habló la hija, el hijo y un nieto. Le dijeron que lo amaban, que por favor luchara, que ellos estaban con él a la distancia. Él no les contestó.
Pasaron tres días y volvió la enfermera al lugar donde se encontraba este abuelito querido. Lo encontró mejor, más recuperado. De nuevo hizo la videollamada, contestó la hija y el señor pudo decirle “Hola”. La reacción impresionó tanto a la familia como al personal médico.
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Un paciente se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos del CEACO en proceso de agonía.
La enfermera hace una llamada telefónica al hijo del paciente. Primero le dio seguridad al muchacho y lo apoyó para superar el sentimiento de impotencia y culpabilidad por no estar acompañando a su padre en ese momento.
La enfermera tomó la mano del paciente con cariño, le dijo al hijo que le expresara sus sentimientos. “Su papá está falleciendo tranquilo, en paz, no está solo, no aqueja dolor”, dijo la enfermera.
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Estos son pequeños ejemplos de la importancia que tiene la salud mental en la recuperación de los pacientes que están internados en alguno de nuestros centros hospitalarios por covid-19. Ellos, según expertas en enfermería de salud mental, necesitan de un acompañamiento especial para tratar la enfermedad. Los pacientes internados sufren día a día el alejamiento de sus familiares y personas queridas porque por la naturaleza del virus, el aislamiento es exigente en los hospitales.
Día con día, profesionales en enfermería de salud mental se suman a la labor que realizan los médicos en la atención de la pandemia. Ellas son un pilar muy importante para acompañar a los enfermos y de paso ser un contacto constante con las familias que sufren también de la ausencia y la preocupación por tener a un ser amado internado.
Por medio de terapias especializadas, actividades lúdicas, música o simplemente con estar ahí y darle al paciente un mensaje de su familia, trabajan sin descanso en el bienestar de los internados.
A ellas se les suman otros protagonistas, estos sin rostro, que se unieron a un proyecto cargado de amor para brindar también esperanza a los hospitalizados. Hablamos de las personas que escriben cartas a los pacientes y las hacen llegar a los hospitales por medio de Palabras que sanan, una iniciativa ideada por cuatro mujeres que querían dar su apoyo en la pandemia y encontraron en la virtualidad una manera de hacerlo.
Necesidad emocional
En el Centro Especializado de Atención de Pacientes con covid-19 (CEACO), Arlin Madriz Martínez, enfermera especialista en salud mental, ha aplicado desde hace unos ocho meses un programa especial de acompañamiento en las necesidades emocionales de los pacientes.
“Desde la parte clínica acá en CEACO y desde la posición tan prodigiosa que tiene la enfermería al estar 100% al lado de los pacientes, ha sido muy importante este trabajo porque ha dado el espacio para que podamos desempeñar en tratar la parte emocional del paciente, acompañarlo en el proceso desde que ingresa en hospitalización hasta el fallecimiento en unos casos y la resiliencia o convalecencia en otros”, explicó Madriz.
A partir del estudio de las necesidades de los pacientes, el servicio de Madriz es brindarles seguridad a los pacientes y a las familias, hacerles saber que se están tratando de la mejor manera y que ellos están ahí para apoyarlos.
Lo mismo sucede en otros centros médicos del país como el Hospital San Juan de Dios, donde el departamento de Salud Mental ha enfocado sus esfuerzos para hacer menos pesada la carga de los enfermos.
“Hacemos una intervención con el paciente en el manejo de las emociones. Se da una relación interpersonal de ayuda, aplicamos técnicas de programación neurolingüística, técnicas sugestivas en el manejo de la ansiedad, del miedo y del temor a no saber qué va a suceder”, explicó Sonia Montero, de Salud Mental del San Juan de Dios.
Para lograrlo, las especialistas echan mano de diferentes actividades y programas, todo manejado desde la importancia de la tranquilidad de los pacientes durante su internamiento y la lucha contra la enfermedad.
Madriz explicó que la parte mental es tan importante como la física y que la preparación y la sinceridad son de gran ayuda para lograr el cometido.
“Hay que hablarles mucho de la muerte. Muchos usuarios tienen su afinidad espiritual y eso les da paz, hay que explicarles que no es tanto la cantidad de años que Dios nos dio, sino los años bien vividos. En el caso de las personas que se recuperan hay que decirles que se merecen una nueva vida y que para lograrla hay que tener cuidados y control en la parte emocional también. Hay muchos pacientes que lamentablemente fallecen, pero la mayoría sobrevive", explicó Madriz.
En CEACO aplican actividades de relajación, de respiración y para canalizar el estrés. Madriz usa musicoterapia, les lleva mandalas para pintar con lápices de color, juegos de letras, actividades para mejorar la memoria, imaginación guiada y hasta, cuando se puede, se les cumplen algunos deseos. Por ejemplo hubo una señora que pidió su lana y agujas para tejer y otro señor solicitó un pequeño radio porque le hacía falta la música para poder dormir.
Todo esto se lleva a cabo y se permite bajo los estrictos protocolos de salud que se aplican en los centros médicos.
Entre estas actividades también está el contacto con la familia. Madriz planea reuniones familiares virtuales por medio de una tablet con el fin de mantener informados a los parientes sobre el estado de los suyos y que haya un contacto aunque sea a distancia.
En el San Juan de Dios dedican técnicas cognitivas y actividades lúdicas como pintar y escuchar música. En este último aspecto han recibido el apoyo del grupo Ébano, que ha preparado piezas musicales especiales para el manejo de la ansiedad.
“Ébano ha organizado una serie de piezas cuidadosamente elegidas con la finalidad de que nuestros usuarios alcancen un orden y una estructura a nivel del sistema nervioso central manteniendo ciertas tonalidades que elevan el estado de ánimo, pero que también con una cuidadosa armonía con otras melodías y mezclas, favorecen los procesos autocurativos propiciando que los neurotransmisores y procesos biológicos fluyan para que los medicamentos hagan el efecto deseado”, explicó Érika Badilla, enfermera de Salud Mental del hospital.
Otro detalle que tienen en el San Juan de Dios con el fin de levantar el ánimo a los hospitalizados son los mensajes que les envían desde el departamento de nutrición a los pacientes en sus comidas.
Todos los días en los empaques de las comidas les adjuntan mensajes esperanzadores y de buenas vibras para que, aprovechando el espacio de alimentación que es tan importante, también reciban los buenos deseos de las personas que se encargan de su salud.
“Les deseamos una pronta recuperación y una estancia agradable en nuestro hospital", es uno de esos mensajes especiales que llegan con la comida.
Además de estas técnicas, las especialistas afirman que el acompañamiento físico que se da en las visitas diarias es una de las piezas fundamentales para mejorar los estados de ánimo de los pacientes.
Familia
El contacto con la familia es un factor importantísimo en el tratamiento.
Gracias a la intermediación de estas profesionales es que muchos de los pacientes han tenido la oportunidad de levantar el ánimo y mejorar su salud. En otros casos han fallecido en paz.
“Hay personas que se han pedido perdón y otros que se han podido despedir. Hay una gran cantidad de situaciones que han hecho la diferencia en el paciente luego de que pueden tener contacto con sus seres queridos porque ya no se sienten solos”, comentó Montero.
“El usuario que ingresa al CEACO viene con diferentes pensamientos y emociones. Lo que más he captado son incertidumbre y miedo porque muchas veces tienen tres o cuatro días sin comunicarse con la familia por el tema de los traslados de otros hospitales, cuando logramos captar a la familia y explicarles sobre el estado de los usuarios y luego los vinculamos les explicamos que les damos un acompañamiento especial”, explicó Madriz.
Todos los días hay un sistema de comunicación con las familias para que conozcan la condición del paciente. Diariamente de 9 a 11 de la mañana se hacen y se reciben las llamadas de los familiares, en ese espacio se le da también acompañamiento a la familia porque los dos frentes son importantes.
“La angustia que sufren los familiares es grande, pues se sienten culpables porque no están con sus seres queridos en los momentos más críticos. Esa descomunicación altera mucho a los pacientes y por eso es que buscamos la interacción y la intervención diaria”, agregó la enfermera del CEACO.
En ese proceso de acompañamiento las enfermeras de los hospitales hablan tanto con la familia como con el paciente sobre la muerte digna, el manejo del dolor y del miedo.
Mensajes de amor
Cuatro mujeres que no tienen nada que ver con los profesionales de salud buscaron la manera de apoyar a los pacientes con covid-19, de acompañarlos a la distancia y de ahí es que nació Palabras que sanan.
Es un proyecto en el cual se reciben cartas que envían los ticos por medio de correo electrónico y que buscan ser una fuente de apoyo en los momentos difíciles del internamiento.
“El trabajo que realizamos es invitar a la población en general, sin distinción de credo, raza o estrato socioeconómico a enviar una carta de aliento, esperanza, fe y amor para las personas que están hospitalizadas y aisladas por la covid-19”, explicó Mariana Ramírez, cofundadora de Palabras de amor.
La iniciativa nació por la necesidad de ayudar de Mariana y encontró apoyo en Ana Victoria Montero, Valeria Garro y Diana Corrales para llevar su idea a la acción.
Ellas reciben las cartas en el correo palabrasquesanancr@gmail.com. Hacen una revisión de los textos y luego se encargan de entregarlos a los hospitales CEACO, San Juan de Dios y México. Las envían en digital y también hacen audios de las cartas para facilitar que lleguen los mensajes a más personas.
Desde junio que empezaron con el proyecto han recibido cientos de mensajes para las personas hospitalizadas. Los remitentes son desde niños hasta adultos mayores que quieren que, gracias a sus palabras, las personas enfermas tengan un aliento para salir adelante.
Muchas veces también reciben dibujos, ellas se encargan de imprimirlos y llevarlos al CEACO, donde en coordinación con Madriz se hace todo el protocolo de cuarentena de los documentos para poder entregárselos a los pacientes.
“Nos han llegado cartas de niños y adultos, audios también. Nos envían sus mensajes amantes del yoga, católicos, cristianos, evangélicos... en fin, de todo tipo de personas. Ha sido muy bonito recibir este apoyo de la población”, explicó Ramírez.
El proceso de la recepción de los mensajes y de cómo hacerlos llegar a los hospitales es responsabilidad de las cuatro amigas que se encargan cada una de diferentes acciones para hacer mejor su trabajo.
“Yo hago los audios y cada vez que me toca leer las cartas se me eriza la piel y más de una vez lloro porque es muy emotivo ver cómo a pesar de esta situación y de que todos tenemos momentos difíciles, las personas que escriben lo hacen desde la generosidad que sigue presente en los corazones. Es impresionante ver cómo alguien le escribe a una persona que no conoce estos mensajes tan desinteresados y con todo el amor del mundo", agregó Ramírez.
En Palabras que sanan también han tenido peticiones especiales ya que muchas personas se comunican con ellas para que los ayuden a tener contacto con sus familias. En estos casos las jóvenes intentan a partir de sus contactos lograr que se encuentren con sus familiares.
“Nos hemos encontrado con funcionarios excepcionales que aparte de su labor nos han ayudado a nosotras. Hay una enfermera que dijo que ella iba a entrar a entregar las cartas cada vez que fuera necesario, imaginate, entrar es todo un protocolo que hay que hacer cada vez y ella está dispuesta a dar la milla extra para entregar esa cartita”, recordó Ramírez.
Palabras que sanan tiene página en Facebook y también en Instagram, ahí ellas comparten constantemente los resultados de su trabajo con las familias de los pacientes.
Detalles que ayudan, mensajes de amor, ratitos de acompañamiento, al final de cuentas son pequeños granitos de arena que suman para sobrellevar esta situación tan complicada que es la pandemia.
Muchos hombres y mujeres en el país se dedican a la atención de la emergencia, y también hay miles de personas que brindan un apoyo desinteresado de otras maneras. Al final de cuentas, como bien lo dicen las enfermeras especialistas en salud mental, es un trabajo interdisciplinario en la lucha contra la covid-19. Todo suma y se agradece de corazón.