Los héroes de Victoria no tienen capas o espadas. Los héroes de Victoria son científicos. Franklin Chang-Díaz, Sandra Cauffman y Elon Musk son las personas que inspiran todos los días a esta niña de 13 años.
El trío de luminarias, con sus logros, le enseñan a Victoria que los sueños se cumplen. Le muestran que si ella quiere ser astronauta de la NASA lo puede lograr, si pone todo su empeño en cumplir la meta.
Victoria González sueña con las estrellas, con el infinito universo. La niña quiere convertirse en una cosmóloga y una ingeniera aeroespacial muy reconocida en el mundo. Ella quiere trabajar para la NASA, aspira a viajar por el espacio y ayudar con sus investigaciones a realizar importantes descubrimientos científicos.
Para lograrlo, eso sí, sabe que tiene que esforzarse en los estudios y trabajar extra. Y eso es justamente lo que está haciendo. Victoria comprende que es un camino largo y que para completarlo debe ir paso a paso: el primero de ellos es asistir a un Space Camp (campamento educativo de la NASA).
Todo tiene un costo y Victoria lo tiene claro. Por eso ella no se quedó esperando a que la oportunidad de asistir al campamento le cayera del cielo. Buscó la manera de generar ingresos para poder pagar los gastos del Space Camp, así que emprendió un pequeño negocio de venta de pulseras y con sus ganancias está ahorrando para asistir al evento.
Su historia llegó a los oídos de la diseñadora de joyas venezolana Karina Heredia, quien quiso apoyarla en su sueño y le cedió los derechos para vender unos brazaletes especiales. Así es como poco a poco Victoria va sumando para cumplir su meta.
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El espacio es el límite
La pasión de Victoria empezó hace unos tres años, cuando por casualidad leyó una información sobre la NASA y le llamó la atención la labor que se realiza en la agencia espacial estadounidense.
“Lo tomé como un pasatiempo. Leía, investigaba y aprendía”, recordó.
Un día Victoria y su abuelita materna hablaban sobre el espacio, la niña le contaba a su abuela sobre lo que había aprendido y ahí fue cuando recibió una gran sorpresa. La abuela le mostró a la pequeña unas fotos que guardaba como un gran tesoro, se trataba de unas imágenes de planetas tomadas desde el espacio, que la NASA le había enviado a la mamá de Victoria cuando estaba en la escuela.
“Mi mamá quería ser astronauta y le escribía cartas a la NASA, ellos le contestaron con esas fotos. A mí me encantaron así que le dije a mi abuela que si yo lograba entrar a algún proyecto de la agencia antes de los 15 años, que me tenía que regalar esas fotos”, contó. Ese fue el primer reto que se puso Victoria, el cual se convertiría pronto en un plan de vida.
La pequeña, que para ese momento estaba en la escuela y practicaba ballet, siguió investigando y cada vez que aprendía algo nuevo se entusiasmaba todavía más por los secretos de la ciencia y el universo.
Al poco tiempo llegaría otro empujón para las intenciones de Victoria. El 30 de mayo del año pasado ella, como millones en el mundo, vieron por YouTube el lanzamiento de la cápsula Crew Dragon hacia la Estación Espacial Internacional, que realizaron en conjunto la NASA y SpaceX (empresa de Elon Musk).
La emoción por el evento fue tal que Victoria se propuso que, más temprano que tarde, ella sería una de las científicas que trabajaría en un proyecto como ese.
“Después de ver el lanzamiento y toda la preparación que hubo para hacerlo empezó mi intensidad por convertirme en astronauta y se los dije a mis papás. Al principio sentí como que ellos pensaron que era una etapa, pero poco a poco se empezaron a dar cuenta de que no era jugando”, contó Victoria.
Esa intensidad se convirtió pronto en curiosidad y en pasión. “Me metí en esos días averiguar sobre los requisitos necesarios para ser parte de las investigaciones de la NASA”, agregó.
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Tras investigar a fondo Victoria conoció los Space Camp y se propuso ser parte de ellos. “Yo le dije a mi papá que quería ir a uno, pero sé que son caros. Entonces lo que le propuse a mis padres es que yo quería pagarlo, quiero sentir que si lo logro fue porque trabajé duro. Lo quería hacer por mí misma”, dijo.
En familia planearon diferentes negocios pero ninguno era del total agrado de Victoria. Ella quería vender algo que fuera diferente y así fue como llegaron a los brazaletes. Fue una amiga de la familia la que les enseñó el producto y les gustó tanto que se pusieron en contacto con la diseñadora venezolana que tiene su empresa en Estados Unidos.
“Hicimos el contacto y le contamos mi sueño a Karina. Ella se sintió muy identificada y desde el principio nos ha apoyado mucho, tanto que normalmente quienes venden los brazaletes deben de pagar una cantidad por ellos, pero a mí me envió los primeros 30 con la opción de pagárselos en un mes”, contó.
Así fue como nació Victoria Braceletes que distribuye de manera exclusiva para Costa Rica los brazaletes elaborados por Heredia. Son hechos con hilo antibacteriano y el eslabón fue elaborado únicamente para cada pieza. Están disponibles en tres colores: rojo, negro y gris; además son unisex y ajustables a cualquier tamaño de muñeca.
Cada brazalete tiene un costo de ¢15.000 y se pueden adquirir por medio del Facebook Victoria Bracelets y también en las tiendas Scott Reference Center.
Metas
“Las personas que más me inspiran son mis papás, ellos son muy trabajadores y lo hacen para darnos un buen ejemplo. Uno como hijo tiene la responsabilidad de enorgullecer a los papás con sus acciones, esa es mi primera obligación”, con esta elocuencia es con la que Victoria se desarrolla tanto en su familia, como en los estudios y en las metas que se ha propuesto.
La niña aprovecha su tiempo en estudiar rigurosamente para alcanzar sus sueños. Es una estudiante aplicada a quien le gustan mucho las matemáticas y las ciencias.
“Como todo, hay cosas que a uno le cuestan un poco más, pero esas son materias que me interesan mucho porque son las bases para cumplir lo que quiero. Hay que estudiarlas sí o sí para aprender. Siempre que estoy en el colegio relaciono lo que nos enseñan con mi sueño de trabajar en la NASA”, explicó.
El tiempo libre también lo dedica a estudiar. Victoria está recibiendo clases de inglés y además saca espacio para investigar todos los días sobre el Space Camp, al que aspira asistir en el 2022, aunque también apunta ir a un segundo encuentro, en el 2023.
Los campamentos se dividen por edades. Al que asistiría Victoria el próximo año va de los 11 a los 14 años y el segundo incluye jóvenes entre los 15 y los 18.
“El campamento es un entrenamiento, es una simulación de cómo se preparan los astronautas. Me emociona mucho ir porque me interesa la exploración espacial, quiero aprender sobre los astros y los planetas. Yo sé, porque tengo la fe, de que voy a ir. Me siento muy capacitada para lograrlo y estoy dispuesta a darlo todo para cumplir ese sueño”, agregó.
Además de sus papás Victoria toma el buen ejemplo de sus héroes. “Yo sé que Elon Musk, Franklin Chang y Sandra Cauffmann fueron un día como yo y si ellos pudieron yo también. Son una gran motivación, quiero ser igual que ellos y ser un ejemplo para los jóvenes y los adultos de que cuando se quiere algo con el corazón se puede lograr. Sé que algún día los voy a conocer”, afirmó la niña.
En esa línea el primer sueño de Victoria ya se cumplió. Hace unos días la empresa Monge logró que la ingeniera Sandra Cauffmann conversara con la niña por medio de un encuentro virtual. Ese día la pequeña tuvo la oportunidad de conocer de primera mano la historia de superación de la física costarricense que trabaja actualmente en la NASA.
“¡Fue una maravilla! Me sentí muy feliz de hablar con doña Sandra. Nunca voy a olvidar que ella fue con la primera persona de la NASA que pude hablar en mi vida. Es una mujer que admiro y que tiene una historia muy grande por su trabajo y el apoyo que recibió de su mamá, pues entre ellas dos lucharon para que llegara a donde está y eso me ayuda a valorar mucho más el trabajo que hacen mis papás”, narró Victoria sobre su encuentro con Cauffmann.
La conversación fue muy emotiva. La niña, además, aprovechó para mostrarle a la ingeniera tica un nuevo proyecto de joyería que está trabajando. Se trata de una edición especial que será lanzada próximamente y que está inspirada en la historia de ambas.
“Lo que más me marcó fue que me dijo que siga luchando por mi sueño, que no permita que nadie me diga algo negativo y que siempre busque cumplir lo que me apasiona, que sea yo la que me encargue de hacer las cosas realidad”, agregó Victoria.
Precisamente sobre este tema, Victoria comentó que además del gran apoyo que ha recibido de su familia, muchos amigos y otras personas desinteresadas, también se ha tenido que enfrentar a algunas críticas. Sin embargo, la niña afirma que sigue con sus ojos bien puestos en la meta final y que trata de hacer oídos sordos a quienes no creen que lo logrará.
“Me ha pasado que me llegan mensajes de cuentas anónimas de redes sociales a criticarme y a decirme cosas negativas. Uno que otro me ha cuestionado por qué yo quiero ser astronauta, pero lo que hago es ignorar esas críticas porque son más las personas que se acercan a ayudar. Las críticas me hacen más fuerte porque quienes hacen esos comentarios son quienes te admiran más y eso me motiva. Más bien lo que me están haciendo es un favor”, explicó.
“Hace un tiempo vi una frase que decía que las personas te perdonan todo menos el éxito. Ahora como estoy tan enfocada en cumplir mis metas muchos ‘amigos’ se han alejado. Yo mantengo las amistades verdaderas, esas que se alegran por mis intenciones, quienes se han alejado es porque ellos quisieron”, agregó.
Victoria no se desvía del camino a cumplir su meta de ser una gran científica de la NASA, de poder algún día viajar por el espacio en un transbordador y de aportar a la historia de la humanidad. La niña que quiere ser astronauta lucha con el apoyo de su familia por llevar el nombre de Costa Rica, una vez más, a lo más alto del cosmos.