Los tatuajes son una forma de comunicación no verbal, algo así como los graffitis, e inclusive una forma de arte. Pero es un arte personal, eso lo hace muy especial y es aún más importante la decisión de hacerse uno.
1. Escoger el diseño
Esta es la parte más complicada de todo el proceso, pero no tiene que ser estresante. Normalmente, uno tiene un par de ideas que pueden estar derivadas de pasiones (pasatiempos, una cita de un libro, etc) o recuerdos (algo referente a un ser querido que falleció, por ejemplo). Ver ejemplos en internet siempre puede ayudar y servir de inspiración. No tiene que ser algo con un mensaje místico si no algo que a usted realmente le guste. Los tatuajes son para uno, no para los demás. Sin embargo, sí es importante tener claro que no es tan aconsejable seguir una tendencia de tatuaje porque con el pasar de los años puede que no le guste mucho (igual siempre está la opción de un tatuaje para taparlo -cover up-) pero la idea es que ese primer tatuaje sea un buen recuerdo siempre.
2. Decidir dónde y el tamaño
La elección tiene diferentes factores. Primero está el factor dolor: un tatuaje grande es una sesión (o varias) de más horas de un dolor nunca antes experimentado. El cuerpo tiene zonas donde es más sensible (costillas, nudillos, zonas huesudas), tal vez quiera ir por una zona con más carne o músculo.
Los tatuajes con mucho detalle se trabajan mejor con un espacio grande para hacerlo. También se recomienda que si es un tatuaje de letras, que no sean tan pequeño para que perdure y sea legible por muchos años.
3. Elegir tatuador/estilo
Los tatuadores por lo general se especializan en un estilo de tatuaje: hay tatuajes tradicionales, realistas, estilo acuarela, puntillismo, ilustraciones, lettering, geométrico, etc. Una vez que decida de cuál estilo quiere su tatuaje, busque a los mejores en ese estilo: no es necesariamente el tatuador más famoso pero sí alguien con buenas líneas. Aún así, toda esta búsqueda hay que hacerla semanas antes porque hay muchos tatuadores que tienen agendas llenas. Si de verdad le gusta mucho el estilo de alguno, insista y no se desanime si tiene que esperar algunas semanas/meses. Juntos pueden hacer un esbozo del diseño que usted tiene en su cabeza y que el artista puede hacer realidad.
4. Preparación previa
Es una buena idea ir con ropa cómoda y de fácil acceso a la zona en que se va a tatuar. Dependiendo del tamaño serán varias horas y puede darle calor. Un consejo si no es fan de las agujas es ver hacia otro lado. Siempre puede ir acompañado de un amigo. Puede escuchar música durante la sesión. Es importante confiar en el tatuador -si usted lo escogió fue por algo-. Además, no es una buena idea tatuarse bajo la influencia del alcohol y las drogas, ya que puede intensificar el dolor y el sangrado.
5. Cuidados posteriores
El tatuador le dará recomendaciones de limpieza que hay que seguir al pie de la letra: recuerde que es una herida que está sanando. Es normal que la piel sufra un proceso de ‘descamación’. Utilice crema para quemaduras (o la que el profesional le recomiende) y haga lavados con jabón antibacterial. Lo mejor es no sudar la zona los primeros días. Sea cuidadoso y si tiene alguna duda escríbale al tatuador. Si sufre una reacción alérgica, lo mejor es que visite a un dermatólogo.