Como seres humanos, es normal tener todo tipo de sentimientos, incluyendo el enojo y la frustración. Sin embargo, estos pueden llegar a descontrolarse fácilmente, causando problemas secundarios en nuestras vidas.
Según la Organización Panamericana de la Salud, el 25% de la población mundial sufre de trastornos relacionados con la ansiedad, la frustración, el estrés, y la depresión. Es decir, 1 de cada 4 personas sufrirá de alguno de estos trastornos en algún momento de su vida.
“En la actualidad, las personas están teniendo muchos problemas en el manejo de la ira, de la frustración y de emociones fuertes. Estas emociones tienen incidencia permanente en nuestras vidas porque no nos permiten cerrar ciclos de manera correcta. Estos ciclos abiertos evitan que las personas puedan comunicarse asertivamente con sus compañeros de trabajo, familiares o amigos, lo que provoca que todo se acumule e impacte negativamente en todas nuestras relaciones. Todo esto se va uniendo para provocar los trastornos que están afectando a gran parte de la población en la actualidad”, comenta Alejandro Ramos, experto en programación neurolingüística.
LEA MÁS: Emociones fuertes pueden controlarse con la programación neurolingüística
Para poder manejar estos sentimientos de la mejor manera posible, podemos emplear diferentes técnicas. Ramos comparte cinco prácticas que nos ayudarán a evitar comportarnos de manera agresiva e impulsiva.
“Normalmente cuando la persona accesa a un sentimiento de ira continuamente, ese patrón de conducta se va reforzando en las mismas neuronas, creando un surco neuronal que se hace cada vez más ancho, lo que hace que se acceda cada vez más rápido el sentimiento. El cerebro no analiza, sólo sabe que evocas el sentimiento, como consecuencia llegarán a ti ataques de ira más frecuentes y duraderos. Por esto es muy importante aplicar técnicas que me permitan eliminar de mi inconsciente cualquier situación que esté provocando estos ataques”, explica el experto.
1. No ignore sus episodios de ira y descontrol. Acepte lo sucedido, para poder reflexionar sobre cómo le hubiera gustado actuar. Visualize esta imagen por 21 días, el tiempo necesario para poder cambiar el patrón de su conducta.
2. Utilice el lenguaje apropiado. Evite referirse a usted mismo como una persona enojada, explosiva, etc. No se defina a usted mismo, sino a su comportamiento. Por ejemplo, en vez de decir: “soy una persona agresiva”, diga: “he mostrado un comportamiento agresivo". De esta manera, podrá mentalizarse que este comportamiento es algo que puede cambiar, y que no lo define como persona.
LEA MÁS: Ejercicio: 12 posturas antiestrés
3. Respire usando la técnica de 5x5. Inhale por 5 segundos, retenga el aire por 5 segundos, exhale por 5 segundos, y luego manténgase sin aire por 5 segundos. Repita el ejercicio 5 veces seguidas cada mañana.
4. Use su memoria. Cuando sufra de un ataque de ira, piense en algún momento que lo hizo sentirse feliz. Un momento donde se encontraba en paz. Apriete su nudillo repetidas veces. La próxima vez que sienta que podría perder el control, apriete su nudillo varias veces, y así su cuerpo lo asociará con ese recuerdo, evocando esos sentimientos de relajación y tranquilidad.
5. Aproveche sus horas de sueño. Grabe su voz, o la de alguien de confianza, diciendo frases que le produzcan sentimientos de paz y de calma. Al reproducir estas grabaciones mientras duerme, accederán su inconsciente y afectarán su comportamiento de manera positiva.
Fuente: Alejandro Neuroprogramador (@aneuroprogramador / tel.: 7138-5177 )