Se trata de una condición que asociamos más con la adolescencia y no tanto con la adultez, sin embargo muchas de mis pacientes sufren de acné aún a sus treinta y cuarenta años; entonces, ¿qué lo puede estar provocando?
Mes a mes las mujeres pasamos por cambios. Nuestras hormonas, mensajeras de cientos de funciones en el cuerpo, cambian sus concentraciones de acuerdo a nuestro ciclo menstrual, alimentación y estilo de vida.
Si nuestras hormonas no están adecuadamente balanceadas, nuestra piel podría verse perjudicada, dando paso a erupciones o acné como señal de que uno de los sistemas de eliminación del cuerpo, la piel en este caso, no está trabajando adecuadamente.
- El ambiente
Después de haber sufrido de acné durante más de quince años y trabajar con muchas pacientes que lo padecen, puedo decir que nuestra exposición a ambientes dañinos agrava problema.
Lo que ponemos en nuestra piel con regularidad es de suma importancia para mantenerla saludable, cremas, lociones y geles deben ser lo más naturales posibles para evitar exponernos a un exceso de sustancias agresivas. A esto le llamamos agentes externos, junto con agravantes como la contaminación y el estrés.
Además, el estrés empeora muchísimo la condición de nuestra piel. En un estudio de la Universidad de Emory en Altanta, se encontró que las personas con depresión, ansiedad y cambios extremos en el estado de ánimo, presentan mayores niveles de inflamación, por lo que una mujer con acné podría poner el estado de su piel aún peor cuando se enfrenta a condiciones como las anteriores.
Estrategias de manejo del estrés, menor exposición a sustancias en nuestra piel y un adecuado estilo de vida que incluya ejercicio moderado y buena calidad de sueño, son importantes para una piel más sana y un ambiente hormonal más balanceado.
- ¿Qué pasa con la comida?
Después de haber acudido a varios dermatólogos, muchos coincidían en que la alimentación tenía poco que ver con el acné, incluso algunos lo adjudicaban a la genética.
Semanas después de haber cambiado mi alimentación, por convicción y por querer mejorar algunos problemas digestivos, noté que mi piel se veía muchísimo mejor. Logré eliminar los brotes grandes y disminuir los puntos negros y lo grasoso de mi piel.
Entendí que lo que comemos afecta muchísimo nuestra piel y nuestra función hormonal. Nuestra alimentación le da al cuerpo las herramientas necesarias para poder sanarse de forma natural y segura, sin necesidad de tantos medicamentos o tratamientos agresivos, solamente había que dar tiempo a que las cosas fueran mejorando.
Entonces, quiero enumerar algunas de las recomendaciones que funcionaron para mí y le han funcionado a mis pacientes que padecen de acné hormonal.
1. Escoja una alimentación lo más natural posible.
El exceso de sustancias como preservantes, aditivos y colorantes puede cargar a nuestro hígado con más trabajo, por lo que la función natural de desintoxicación y eliminación de estrógenos podría verse comprometida.
Escoja más vegetales, frutas, granos enteros, semillas, nueces y proteínas de calidad que le aporten los antioxidantes naturales que su cuerpo necesita para luchar contra el estrés oxidativo del ambiente y el estilo de vida tan pesado que muchas llevan.
2. Balancee su azúcar en sangre
El cuerpo y el cerebro necesitan glucosa como combustible, por lo que requerimos de cierta cantidad de azúcar al día, pero nunca como se consume actualmente. El sistema endocrino percibe el exceso de azúcar como un factor estresante, enviando insulina en grandes cantidades para responder y alterando las glándulas suprarrenales las cuales responden enviando adrenalina y cortisol (la hormona del estrés), lo cual desencadena un caos hormonal.
Procure disminuir el consumo de azúcar, acompañe sus comidas de ingredientes ricos en fibra. Incluya grasas saludables en sus comidas y meriendas y no olvide consumir suficiente proteína en cada tiempo de comida para balancear su azúcar en sangre.
Un tip. Utilice la canela como aliada para mantener su azúcar en sangre balanceado, úsela en sus preparaciones, tómela como infusión o suplemento.
3. Elimine agravantes
Tal vez usted haya escuchado o leído esta recomendación si padece de acné, pero le aseguro que hará una gran diferencia si aún no la ha puesto en práctica: Elimine el consumo de cafeína, ya sea proveniente de café, té u otras bebidas. La cafeína altera el sistema nervioso y nuestros niveles de cortisol por lo que, si padece de acné, no es beneficioso para sanar la condición.
Minimice o elimine el consumo de lácteos. Aparte de que muchas opciones de lácteos incluyen hormonas sintéticas, los lácteos suelen inflamar y agravar la condición de la piel.
4. Cambie el aceite de cocina
El aceite de canola, soya, girasol, maíz, o aceites vegetales, son aceites de cocina que aportan mayor cantidad de omega 6 que omega 3, por lo que terminan siendo más infamatorios y agravan el problema en piel.
Procure evitar frituras y preparaciones con aceites de este tipo. Prefiera aceite de oliva, coco, aguacate, ajonjolí o ghee (mantequilla clarificada).
5. Escoja los nutrientes adecuados
Es importante mantener una alimentación lo más natural posible, llena de color proveniente de vegetales y frutas, pero se ha encontrado que ciertos nutrientes mejoran la condición de la piel, como el magnesio, zinc y vitaminas del complejo B.
Antes de pensar en suplementar estos micronutrientes, empiece por fortalecer su alimentación con hojas verdes (lechuga, espinaca, kale, acelga, arúgula...), granos y semillas enteros (garbanzos, arroz, lentejas, frijoles, almendras, marañón...) y proteínas de calidad.
Lo más importante a la hora de buscar una mejora en la condición de nuestra piel cuando sufrimos de acné es procurar vivir una vida tranquila, con bajos niveles de estrés para no agravar el proceso inflamatorio y no alterar la función hormonal, todo eso sumado a una alimentación adecuada y ejercicio moderado para encontrar un estilo de vida saludable. Recuerde que la salud de nuestra piel empieza de adentro hacia fuera.