Los seres humanos somos seres vivos que dependemos mayoritariamente del agua para sobrevivir. Sin embargo, pareciera que la hidratación no nos preocupa . Cuando el cuerpo carece del líquido necesario, muchas de sus funciones usuales comenzarán a lerdearse o a complicarse.
Un ejemplo de eso es si usted camina bajo el sol de mediodía y no se hidrata correctamente, pronto se sentirá más lento y comenzará con molestias recurrentes que le impedirán avanzar al ritmo al que empezó. La nutricionista, Mayra García, afirma que “una persona puede sobrevivir tres semanas sin comer, pero solo tres días sin ingerir líquido”.
L os requerimientos mínimos de líquido, para un adulto sano, es de 3 litros al día para hombres y 2 litros para mujeres. Sin embargo, esto puede variar según el clima, el nivel de actividad física y la altura, entre otros factores. El 80% del consumo se obtiene de cualquier bebida y el 20% restante de alimentos como frutas y vegetales.
La mayoría de países latinoamericanos están expuestos a climas con más radiación y humedad, lo que provoca mayores posibilidades de que una persona se deshidrate, ya sea mediante el sudor, la orina o cualquier función interna.
La forma de hidratarse correctamente es hacerlo progresivamente a lo largo del día, no es aconsejable hacerlo todo en un solo momento. Cuando se ingiere líquido poco a poco, el organismo lo asimila mejor y lo puede transportar a su ritmo por todo el cuerpo, mientras que si se hace una sola ingesta se satura y debe expulsar mucho del líquido por la orina. Tenga en cuenta que t odas las bebidas, no solamente el agua, sirven para hidratar al cuerpo.
“ Se tiene el mal hábito de esperar a tener sed para el consumo de líquidos cosa que en la actualidad sabemos es un error, ya que la sed es un indicador tardío de deshidratación. Por ende, no debemos esperar a que la sed sea el parámetro para la ingesta de líquidos”, asegura García.