Comer saludablemente, hacer ejercicio de forma regular y vivir en matrimonio es, de acuerdo con el investigador Carlos Alviar, la receta para que su corazón esté sano.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo a su cargo analizó prospectivamente los registros de una base de datos de más de 3,5 millones de personas en los Estados Unidos que fueron evaluadas en enfermedades cardiovasculares.
Las personas que estaban casadas tenían tasas más bajas de varias enfermedades cardiovasculares en comparación con las que estaban solteras, divorciadas o viudas, asegura el estudio, dado a conocer en el sitio web de la Universidad de Nueva York.
Específicamente, los investigadores vieron que las personas casadas eran 5% menos propensas a tener una enfermedad vascular en comparación con los solteros.
De la misma manera, tenían 8%, 9% y 19% menos probabilidades de sufrir un aneurisma de la aorta abdominal, una enfermedad cerebrovascular y una enfermedad arterial periférica, respectivamente.
Por otro lado, estar divorciado o viudo se asoció con una mayor probabilidad de tener una enfermedad vascular en comparación con estar soltero o casado.
Consultado sobre posibles razones, Alviar dijo a este medio que existen diferentes hipótesis que podrían postularse para explicar estos hallazgos.
Por ejemplo, las personas que tienen un cónyuge, posiblemente tienen también mejor acceso a los servicios de salud.
El cardiólogo también considera que es posible que tener una pareja ayude a las personas a seguir los consejos médicos y a cumplir con la toma de medicamentos y con el seguimiento de exámenes y citas médicas de manera más rigurosa.
La especialista del Hospital Clínica Bíblica, Juliana Salas, también dijo que en estudios previos se ha demostrado que las personas que viven en matrimonios estables tienen mayor reducción de estrés físico y mental, que influye directamente en la posibilidad de tener una enfermedad cardiovascular.
“Esto no es porque sean menores sus problemas, sino, porque cuentan con apoyo psicológico y emocional de la pareja. La estabilidad marital se traduce en menor cantidad de secreción de sustancias que causan aumento de presión arterial o de frecuencia cardíaca, lo que logra un menor riesgo cardiovascular a corto y largo plazo”, detalló.
Buenas prácticas
Aunque vivir en un matrimonio estable ayuda a la salud, no es lo único necesario para que el corazón esté sano.
Comer de manera saludable, pesar lo correspondiente a la estatura, tener circunferencias dentro de los rangos sanos, realizar ejercicio físico regular y no fumar son, de acuerdo con el especialista Juan Carlos Elizondo, del Hospital Clínica Bíblica, otros factores necesarios en la ecuación que permite tener salud vascular en arterias carótidas, arterias coronarias o del corazón, arterias de las piernas y aorta abdominal.
Detalló que es necesario que la dieta incluya frutas, verduras, pescado, omega 3 y que mantenga al mínimo la grasa saturada y los alimentos azucarados.
También dijo que es necesario realizar al menos 150 minutos de ejercicio por semana.
Otra de sus recomendaciones para los mayores de 20 años de edad es realizarse, por lo menos cada cinco años, un perfil de lípidos, con el fin de conocer los niveles y tipos de colesterol en sangre, y medirse con regularidad la presión arterial para prevenir el desarrollo de la hipertensión arterial.
Además, aconsejó a los mayores de 30 años que iniciaran un plan de ejercicio físico regular realizarse una prueba de esfuerzo para detectar una eventual cardiopatía; y a los mayores de 40 años, realizarse un examen cardiovascular inicial.
Quienes tienen más de 10 años de fumar, deben realizarse un ultrasonido de abdomen a partir de los 50 años para detectar aneurismas de aorta abdominal.
En todo caso, dijo, si tiene síntomas como dolor en el pecho al hacer ejercicio, palpitaciones en reposo, falta de aire (disnea), desmayo (síncope) o hinchazón (edema) en las piernas, debe visitar un cardiólogo.