La dieta que lleva una madre durante el embarazo es clave en el posterior riesgo de obesidad y exceso de grasa corporal de su hijo, refuerza un nuevo estudio desarrollado por investigadores de la University College de Dublín (Irlanda) y publicado ayer en la revista BMC Medicine.
La investigación plantea que los hijos de madres que siguen en el embarazo una dieta de menor calidad -rica en grasas saturadas, carbohidratos refinados y carnes rojas y procesadas- tienen más probabilidades de sufrir de sobrepeso siendo niños.
Este problema en la infancia “a menudo continúa hasta la edad adulta y se asocia con un mayor riesgo de enfermedades crónicas, incluida la diabetes tipo 2. La evidencia creciente sugiere que la dieta materna influye en los resultados del embarazo y el parto, y apunta a los primeros mil días de la vida de un niño, desde la concepción hasta los dos años, como período crítico para prevenir la obesidad infantil”, indica Ling-Wei Chen, autora principal del estudio.
Para llegar a esta conclusión, los académicos analizaron datos de 16.295 parejas de madres e hijos de Irlanda, Francia, Reino Unido, Países Bajos y Polonia.