Caminar, correr, nadar, bailar y hasta cortar el césped son actividades físicas que hacen que el cuerpo sea más sensible a la insulina, la hormona que permite que las células usen el azúcar en la sangre para producir energía, lo cual ayuda a controlar la diabetes.
En el marco de la celebración del mes del Día Mundial de la Diabetes, Alejandra Gómez, educadora física del Área de Salud de Pavas, administrada por COOPESALUD R.L., hace un llamado a los cuidadores y pacientes con diabetes para que empiecen a complementar su tratamiento médico con una rutina de ejercicios.
La diabetes es una enfermedad metabólica crónica que se caracteriza por un aumento en el nivel de glicemia (azúcar en sangre) debido a un déficit de insulina, lo que sucede porque el páncreas no segrega la cantidad suficiente de insulina, porque no la produce o porque su acción es insuficiente para las necesidades del organismo.
En el país existen 413.000 personas con diabetes, de ellas 34.000 no saben que tienen el padecimiento, según datos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
La falta de control puede provocar -a largo plazo- daños en órganos vitales como el corazón, los riñones y los ojos. De ahí, la importancia de vigilar las concentraciones de azúcar en la sangre para prevenir enfermedades a futuro.
Gómez agrega que la actividad física puede no solo controlar los niveles de azúcar en la sangre sino aumentar la sensibilidad de la insulina y ayudar al control del peso porque reduce la acumulación de grasa corporal.
Adicionalmente, mantener el cuerpo en movimiento propicia la pérdida de peso, ayuda a dormir bien, controla la hipertensión arterial y reduce el riesgo de tener una enfermedad cardíaca. Sin dejar de mencionar que mejora la sensación de bienestar y la calidad de vida del paciente diabético.
A moverse
Para tener mejores resultados se recomienda ejercitarse 30 minutos todos los días.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a las personas con diabetes el ejercicio diario de moderada intensidad, lo que -acompañado con una dieta saludable- puede mantener la enfermedad bajo control.
Gómez aconseja empezar poco a poco e ir aumentando gradualmente el tiempo y la intensidad del ejercicio cada semana, ya sea caminando, nadando, trotando o corriendo.
Previo a la actividad física es necesario el calentamiento de 5 a 10 minutos y finalizar la sesión con ejercicios de estiramiento. Además, utilizar indumentaria deportiva adecuada como medias de algodón-poliéster, plantillas y talco para mantener los pies secos evitando así la formación de ampollas; así como zapatos adecuados, aconseja la educadora física del Área de Salud de Pavas.
Por último, es importante que el paciente diabético consulte con su médico en el momento que decida incluir el ejercicio moderado como parte del control de la enfermedad.