
Según la medicina tradicional china, el desequilibrio entre el yin y el yang nos provoca enfermedades y problemas emocionales, por ejemplo la artritis que empeora con el clima frío, es una condición yin, mientras que una alergia con coloración roja e inflamada que se altera con el calor, es una condición yang.
Frío, caliente y neutro

Todos los alimentos contienen aspectos yin y yang, aunque en algunos predomina una de estas dos categorías. Para entender cómo trabaja, es importante conocer las pautas de su funcionamiento. El sabor y la naturaleza de los alimentos son dos conceptos clave. Los alimentosyin suelen ser fríos, suaves, húmedos, hidratantes y de color oscuro. En este grupo se incluyen los alimentos acuáticos como las algas y el pescado, otros de origen animal como el pavo, el conejo y el cerdo, aquellos que crecen en la oscuridad o bajo tierra, como la cebada, las raíces (yuca, camote, tiquisque, etc), los hongos, y toda una serie de frutas como el tomate, el banano, el limón, la toronja y la sandía.
Los alimentos del grupo yang se caracterizan por ser cálidos, secos, duros y con un color más bien claro. Los alimentos yang crecen sobre la superficie del suelo y en ambientes luminosos. Entre ellos destacan algunos mariscos como los mejillones y los camarones; carnes como el pollo y todo un repertorio de frutas y verduras como el ajo, los espárragos, el apio, el perejil, el puerro, la albahaca, la canela, el clavo, el culantro, el comino, la soya, el chile dulce, los albaricoques, las cerezas y los melocotones.
¿A qué sabe el sabor?
El sabor de un alimento se refiere al gusto particular que nos produce al ingerirlo. Pero desde la Medicina Tradicional China, implica la reacción que produce en nuestro cuerpo. Con este enfoque reconocemos cinco sabores básicos: el ácido, el amargo, el dulce, el picante y el salado. De los cuales los alimentos dulces son los de mayor peso, pues generan un efecto armonizador. El ácido astringe, el amargo seca, el picante dispersa y/o calienta y el salado ablanda las durezas.
Es importante recalcar el concepto de sabor dulce nutritivo, y diferenciarlo del sabor dulce tóxico. Los alimentos dulces nutritivos son en su mayoría las verduras, algunas frutas y los cereales (el maíz, la quinoa, el trigo, la avena, etc.). En cambio los alimentos preparados o endulzados con azúcar, fructuosa, sacarina o cualquier otro endulzante, sea natural o químico, están fuera de la clasificación de sabor dulce nutritivo, pues su consumo puede debilitar el organismo.
Por otro lado, tenemos el concepto de la naturaleza de los alimentos, que se refiere al efecto que los alimentos producen en la temperatura corporal. Los alimentos tibios y calientes aumentan la vitalidad y la temperatura corporal, el Yang. Por el contrario, los alimentos frescos y fríos disminuyen el calor, nutren los líquidos orgánicos y la sangre. Aumentan el Yin. Los alimentos neutros, en cambio, ayudan a conservar el equilibrio calórico y armonizan el cuerpo. Por lo que también deben ser la base de nuestra alimentación.
La alimentación es la fuente que nutre al cuerpo, pero debemos tomar en cuenta que cada persona es diferente y por lo tanto la dieta no puede ser igual para todos. La dietoterapia energética de la Medicina Tradicional China nos enseña a regular la ingesta de alimentarnos conforme nuestras propias necesidades.
También dependemos del entorno
Para determinar la cantidad de alimentos dulces, ácidos, amargos, picantes o salados, o la naturaleza, adecuados para cada persona, la dietética energética china toma en cuenta las necesidades propias de cada individuo como su actividad física, estado de salud, estrés o incluso, las emociones, pero también se evalúan variables externas, tales como las estaciones del año, el clima o la humedad.